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sábado, 18 de agosto de 2012

La presencia femenina en los libros de historia : evolución y renovación historiográfica

¿Tienen acaso las mujeres una historia? En 1995, Guadalupe Gómez-Ferrer, afirmaba en un artículo de la revista Ayer, la cual funciona como portavoz de la Asociación de Historia Contemporánea, la perspectiva segada con la que se habia reconstruído el pasado, así como la parcialidad de los discursos elaborados al respecto. El reflejo del devenir histórico de las mujeres ha aparecido frecuentemente subordinado a un sistema  patriarcal cuyo objetivo ha sido el fortalecimiento del predominio masculino, la división sexual del trabajo y la restricción de las actividades femeninas al ámbito exclusivamente doméstico.
La historia, entendida en un sentido amplio, no ha sido más que el reflejo de las propias estructuras socioculturales de Occidente, lo cual ha evidenciado la ausencia del sujeto femenino en la medida en que se ha encontrado abocado al ámbito de lo privado, y no a la esfera de lo público, campo exclusivo de dominio del varón. La dicotomía entre lo privado/femenino versus masculino/público será una constante a lo largo de la historia. En la construcción del imaginario colectivo de la sociedad española, el esfuerzo dirigido a normalizar y construir la identidad femenina no ha sido escaso; en este sentido se ha realizado a lo largo de la historia un ingente esfuerzo por ejercer un control sobre la conducta de las féminas, bien a través de mecanismos formales – códigos jurídicos-, o bien mediante mecanismos de tipo informal – a través de códigos culturales no explícitos que establecían pautas de comportamiento social. Iconografía Imagendiversa, discurso tradicional, tendrían capacidades relacionadas con la sensibilidad, mientras que los hombres representarían la razón. Pilar Primo de Rivera afirma en su discurso: "Las mujeres nunca descubren nada: les falta desde luego el talento creador, reservado por Dios para inteligencias varoniles; nosotras no podemos hacer nada más que interpretar mejor o peor lo que los hombres han hecho."
El sujeto femenino por tanto, se ha encontrado, hasta tiempos recientes entre los olvidados de la historia. Las mujeres se configuraban pues como personajes ahistóricos, invisibles, y a juzgar por su testimonio, casi se podria decir que no habían sido relevantes ni en los hábitos históricos, ni en la producción científica, literaria, artística, etc.
Sin embargo, la "historia de las mujeres" como una corriente específica, comienza a profesionalizarse tras el final de la Segunda Guerra Mundial. En España nace concretamente a fines de los años sesenta como forma de rescatar a un sujeto social que habia sido eludido por la historiografía tradicional.
El despertar de un incipiente Imagenfeminismo tiene mucho que ver con el impulso de los estudios de género. Si bien, la invisibilidad de la mujer en los estudios de historia habia sido la tónica general, se pretende en estos momentos aplicar la perspectiva de género a éstos como herramienta de reflexión para contribuir a un conocimiento de pasado más exhaustivo y completo.
Con anterioridad a esto, y en ocasiones todavía en la actualidad, el papel reservado tradicionalmente a las mujeres en la narración histórica responde a un marcado estereotipo. Sucede, que la mujer, cuando ha sido incorporada al relato histórico, con frecuencia lo ha sido para recrear personajes "de leyenda". Algunos ejemplos al uso bien pueden ser Juana de Arco, Blanca de Navarra o Agustina de Aragón. Vemos pues como la figura femenina no es valorada más que en la medida en que desempeña una función simbólica: la mujer aparece en el relato para infundirle dimensión heroica. Desde el nivel de plasmación iconográfica, el sujeto femenino ha sido en gran medida asimilada a la mujer soldado miliciana, mujer-alegoría de la Revolución o de la República, etc. Salvo estos personajes de leyenda, el resto de féminas reflejadas en los libros y la literatura se configuran como testigos de escaso valor, alejadas de la escena donde actúan los héroes varones dueños de su destino; sujetos pasivos que aclaman a los vencedores y lamentan su derrota.
Un estudio realizado para el año 2000 en torno a la presencia del sujeto femenino en los libros de historia muestra, como dato destacable, que el 59% de las ilustraciones recogen personajes sólo masculinos, mientras tan solo un 10% representa personajes femeninos. La presencia femenina va, sin embargo, incrementándose en número de ilustraciones conforme vamos acercándonos al siglo XX. Esta presencia femenina se enmarca en dos contextos nuevos: el laboral y el político-sociológico.
Por tanto, la plasmación plástica y/o iconográfica del sujeto femenino no es más que el reflejo de la participación o indivisibilidad de éste en la sociedad. De tal modo, podemos afirmar a modo de valoración final que, si bien las distintas corrientes historiográficas no han recogido en sus temas de investigación a la mujer como objeto de conocimiento, en el marco Imagende la renovacióbn metodológica e historiográfica planteada a partir de fines de los años sesenta, la historia desde la perspectiva de género ha logrado implantarse, dando protagonismo y visibilidad al sujeto femenino y a su aportación a los movimientos sociales, lo que se ha reflejado de igual modo en los libros que abordan esta temática.

lunes, 2 de enero de 2012

Breve historia de los bibliotecarios romanos

En entradas anteriores habíamos tratado de ciertas bibliotecas privadas de ostentación y de sus propietarios. Ahora le llega el turno a las bibliotecas públicas romanas y a sus empleados -igualmente públicos, que no privados-, gracias a fuentes históricas y sobre todo epigráficas.

Las bibliotecas públicas romanas

Las grandes bibliotecas de Roma fueron concebidas para la selección y conservación de las memorias históricas de Roma, así como de cierta literatura romana, estando excluidas por lo general al préstamo domiciliario. Sus colecciones estaban integradas por rollos de papiro (volumina) guardados en diversos tipos de contenedores (recipientes cerámicos, cestos, cofres de madera) y dispuestos en las estanterías de los nidi abiertos en las paredes. Hacia los siglos III-IV d.C. el rollo fue siendo sustituido por el codex, generalizándose entonces el uso de losarmaria, óptimos para guardar ambos soportes del libro.

Biblioteca Ulpia en el Foro de Trajano (Ilustración de James E. Packer)

Estas grandes bibliotecas públicas fueron creadas para el disfrute de cualquier lector, pero eran en realidad frecuentadas por una restringida comunidad de doctos y literatos deseosos de acceder a obras antiguas o raras, de cotejar textos o de usarlas como mero espacio de sociabilidad. Por lo demás, los potenciales lectores de estas bibliotecas públicas eran los mismos que tenían la posibilidad de poseer -y a menudo poseían- bibliotecas privadas.

Antes del Principado sólo había bibliotecas privadas. Sus propietarios -como el orador Marco Tulio Cicerón y su amigo el bibliopola Tito Pomponio Ático- permitían únicamente a sus clientes y amistades utilizarlas como un privilegio adicional. Con el tiempo, esta aristocracia comenzó a considerar la posibilidad de crear una biblioteca pública para las clases populares (Fielden, J.).

Será el senador y literato Gaio Asinio Polión quien construya en el Atrium Libertatis (edificio donde los censores custodiaban tabellae con los listados de esclavos manumitidos) la primera biblioteca pública de Roma, al unir posiblemente varias colecciones de notables romanos -como las de Marco Terencio Varrón y el dictador Lucio Cornelio Sila- y merced al botín obtenido en las Guerras Ilíricas (39 a.C.). La decoración de la misma a base de esculturas de escritores de renombre y la división en dos secciones -latina y griega-, emplazadas en sendos edificios gemelos o afrontados, se repetirá en las sucesivas bibliotecas erigidas por emperadores y personajes poderosos, merced a la práctica conocida con el nombre de "evergetismo" (el mecenazgo o donación pública de edificios y espacios para disfrute público).

En Roma hay documentadas las siguientes bibliotecas públicas:

- Bibliotheca in Atrio Libertatis

- Bibliotheca Templi Apollinis

- Bibliotheca Porticus Octaviae

- Bibliotheca Templi Augusti

- Bibliotheca Domus Tiberianae

- Bibliotheca in Templo Pacis

- Bibliotheca in Foro Traiano

- Bibliotheca in Capitolio

- Bibliotheca in Templo Aesculapii

También está documentada la existencia de ciertas bibliotecas menores anexas a las grandes termas y que poseerían un fondo más modesto, destinado al mero entretenimiento entre baño y baño. Fuera de Roma son conocidos también abundantes donantes de bibliotecas y colecciones, como la biblioteca del templo de Asclepio en Pérgamo -donada por Flavia Melitina, una generosa dama local-, la Biblioteca de Adriano en Atenas o la Biblioteca de Celso en Éfeso -cuyas magnificas fachada y exedra aún se conservan-.

Los bibliotecarios romanos

En época julio claudia los trabajadores de las bibliotecas públicas solían ser libertos imperiales (Augusti liberti) y en menor medida esclavos públicos (servi publici) especializados. Con el paso del tiempo la más alta dirección de las bibliotecas quedaría reservada a ciudadanos del orden ecuestre (ordo equester), como un cargo más en su carrera de procuratelas. Examinando las inscripciones epigráficas que nos han llegado "únicamente es posible suponer las ocupaciones de cada uno de los puestos desempeñados, ya que aquéllas no nos porporcionan información alguna sobre este particular" (Rodríguez Valcárcel). Podemos llegar a distinguir varias categorías diferentes -procuratores bibliothecae, a bibliothecis,servi publici vilicilibrarii- y tan sólo intentar esbozar sus posibles funciones.

Los procurator bibliothecae. El emperador Tiberio será quien dé carácter oficial a quienes se encargaban de dirigir las bibliotecas, supervisar su personal y controlar las adquisiciones -ya fuera buscando títulos para su copia, comprando de manuscritos a los bibliopola de la urbe o efectuando expurgos, ora políticos, ora técnicos-. Uno de los procuradores más longevo en su desempeño fue Tiberio Iulio Papo, servidor primero de la domus imperial, y más tarde, liberto del emperador Claudio, que desempeñará su cargo de forma sucesiva bajo los emperadores Tiberio, Calígula y Claudio. También fue procurator bajo Adriano el escritor Gaio Suetonio Tranquilo, autor de De vita caesarum (Las vidas de los doce césares).

Traemos a colación una inscripción honorífica procedente de Colonia Ostia -la ciudad portuaria de la antigua Roma- y dedicada por sus munícipes a otroprocurator bajo Adriano y Antonio Pío: Lucio Volusio Meciano (CIL XIV 5347/8). Perteneciente éste al rango ecuestre, podemos seguir en ella su cursus honorumcon todas sus procuratelas de mayor a menor importancia.

A Lucio Volusio Meciano, hijo de Lucio, que fue Prefecto de Egipto, Prefecto del Suministro del Grano, Pontífice Máximo, Procurador de los Libelos y Censos del emperador Antonino Pío, Procurador de la Jurisprudencia, Procurador de las Bibliotecas, Procurador del Servicio de Postas, Procurador de los Libelos de Antonino Pío, Ayudante del Divino Adriano, Prefecto de la Cohorte I Aelia Clásica y Prefecto de Ingenieros Militares

Patrono de la Colonia

Dedicado por decreto público de los Decuriones

Al servicio de aquéllos, los administradores a bibliothecis estarían encargados en cambio de la conservación de la colección, de la copia manuscrita de volúmenes, de su ordenación, de la confección de etiquetas de títulos y de la redacción de inventarios o catálogos. Transcribimos a continuación una inscripción funeraria, procedente de la Vía Appia, dedicada por dos de ellos a su madre fallecida (CIL VI, 5189)

IVLIA · ACCA

MATER

CALLISTHNIS · TI · CAESAR

AVG · A · BYBLIOTHECE

LATINA · APOLLINIS

ET DIOPITHIS · F · EIVS · A · BIBLIOT

LATINA · APOLLINIS

VIX · AN · XLVIII

Iulia Acca / mater / Callisthnis (sic) Ti(beri) Caesar(is) / Aug(usti) a bybliothece / Latina Apollinis, / et Diopithis f(ili) eius a bybliot(thece) / Latina Apollinis / vix(it) an(nos) XLVIII.

A Iulia Acca, madre, que vivió 48 años.  Se la dedican sus hijos Calístenes, [¿liberto?] del emperador Tiberio César Augusto, y Diópices, destinados a la Biblioteca Latina [del Templo] de Apolo.

Por debajo de éstos, los siervos públicos vilici se encargarían ya de las labores subalternas y del mantenimiento del edificio. Transcribimos la correspondiente inscripción funeraria (CIL VI, 4435) de la misma Vía Appia.

MONTANVS

IVLIANVS · VILIC

A · BYBLIOTHECA

OCTAVIAE · LATIN

Montanus / Iulianvs vilic(us) / a bybliotheca / Octaviae Latin(a)

Montano Juliano, vilicus de la Biblioteca Latina [del Pórtico] de Octavia.

En otras inscripciones aparece frecuentemente el término librarius, designando a un funcionario bien formado que llevaría a cabo tareas menores de secretario, copista, transcriptor, librero y hasta funciones sacerdotales (Boyd, C. E.)

Taller de un epigrafista junto a una vía romana. Ilustración de Otto Schwalge

Como hemos visto, las inscripciones de tumbas romanas nos aportan información sobre nuestros antecesores en la profesión. A modo de conclusión, y para confirmar que la perpetuación de la memoria de los bibliotecarios aún persiste, adjunto otros ejemplos más cercanos ya a nuestro tiempo: la tumba del librero y editor Honoré Champion (obra de Paul-Albert Bartholomé, en el cementerio parisino de Montparnasse) y la de un bibliotecario anglosajón muy escrupuloso con las normas de catalogación.

Manuel Pérez Rodríguez

A Bibliotheca Hispanica

Bibliografía

- ALONSO TRONCOSO, Víctor. "Las primeras bibliotecas de Roma (Romoteca)" enRevista General de Información y Documentación, 2003, 13, nº 1, p. 37-49. [en línea] <http://www.ucm.es/BUCM/revistas/byd/11321873/articulos/RGID0303120037A.PDF>

- BOYD, Clarence Eugene. Public libraries and literary culture in ancient Rome.Illionois: University Chicago Press, 1915. [En línea] <http://ia600401.us.archive.org/16/items/cu31924029525940/cu31924029525940.pdf>

- CASSON, Lionel. Las bibliotecas en el mundo antiguo. Barcelona: Bellaterra, 2003

Corpus Inscriptionum Latinarum (CIL). Berlin-Brandenburg Academy of Sciences and Humanities [En línea] <http://cil.bbaw.de/cil_en/index_en.html>

- FIELDEN, Jerry. Private Libraries in Ancient Rome [En línea]<http://www.jerryfielden.net/essays/privatelibs.htm>

- RODRÍGUEZ VALCÁRCEL, José A. "Procurator Bibliothecae Augusti: Los bibliotecarios del emperador en los inicios de las bibliotecas públicas de Roma" enAnales de Documentación, nº 7, 2004, p. 231-239. [en línea] <http://revistas.um.es/analesdoc/article/view/1601>

domingo, 1 de mayo de 2011

La historia del Día del Trabajo

Los hechos que dieron lugar esta celebración están contextualizados en
los albores de la revolución industrial en los Estados Unidos. A fines
del siglo XIX Chicago era la segunda ciudad de EE.UU. Del oeste y del
sudeste llegaban cada año por ferrocarril miles de ganaderos
desocupados, creando las primeras villas humildes que albergarían a
cientos de miles de trabajadores. Además, estos centros urbanos
acogieron a emigrantes venidos de todo el mundo a lo largo del siglo
XIX.
La reivindicación de la jornada laboral de 8 horas
Una de las reivindicaciones básicas de los trabajadores era la jornada
de 8 horas. El hacer valer la máxima ocho horas para el trabajo, ocho
horas para el sueño y ocho horas para la casa.
En este contexto se produjeron varios movimientos, en 1829 se formó un
movimiento para solicitar a la legislatura de Nueva York la jornada de
ocho horas. Anteriormente existía una ley que prohibía trabajar más de
18 horas, salvo caso de necesidad. Si no había tal necesidad,
cualquier funcionario de una compañía de ferrocarril que hubiese
obligado a un maquinista o fogonero a trabajar jornadas de 18 horas
diarias debía pagar una multa de 25 dólares.
La mayoría de los obreros estaban afiliados a la Noble Orden de los
Caballeros del Trabajo, pero tenía más preponderancia la American
Federation of Labor, Federación Estadounidense del Trabajo,
inicialmente socialista (algunas fuentes señalan el origen
anarquista).
En su cuarto congreso, realizado el 17 de octubre de 1884, había
resuelto que desde el 1 de mayo de 1886 la duración legal de la
jornada de trabajo debería ser de ocho horas. En caso de no obtener
respuesta a este reclamo, se iría a una huelga. Recomendaba a todas
las uniones sindicales a tratar de hacer promulgar leyes con ese
contenido en todas sus jurisdicciones.
Esta resolución despertó el interés de todas las organizaciones, que
veían que la jornada de ocho horas posibilitaría obtener mayor
cantidad de puestos de trabajo (menos desocupación). Esos dos años
acentuaron el sentimiento de solidaridad y acrecentó la combatibilidad
de los trabajadores en general.
En 1886, el presidente de Estados Unidos Andrew Johnson promulgó la
llamada Ley Ingersoll, estableciendo las 8 horas de trabajo diarias.
Al poco tiempo, 19 estados sancionaron leyes que permitían trabajar
jornadas máximas de 8 y 10 horas (aunque siempre con cláusulas que
permitían hacer trabajar a los obreros entre 14 y 18 horas). Las
condiciones de trabajo eran similares, y las condiciones en que se
vivía seguían siendo insoportables.
Como la Ley Ingersoll no se cumplió, las organizaciones laborales y
sindicales de EE.UU. se movilizaron. La prensa calificaba el
movimiento en demanda de las ocho horas de trabajo como «indignante e
irrespetuoso», «delirio de lunáticos poco patriotas», y manifestando
que era «lo mismo que pedir que se pague un salario sin cumplir
ninguna hora de trabajo».
La convocatoria de huelga
La Noble Orden de los Caballeros del Trabajo (la principal
organización de trabajadores en EE.UU.) remitió una circular a todas
las organizaciones adheridas donde manifestaba: «Ningún trabajador
adherido a esta central debe hacer huelga el 1° de mayo ya que no
hemos dado ninguna orden al respecto».
Este comunicado fue rechazado de plano por todos los trabajadores de
EE.UU. y Canadá, quienes repudiaron a los dirigentes de la Noble Orden
por traidores al movimiento obrero.
En la prensa del día anterior a la huelga, el 29 de abril de 1886, se
podía leer: «Además de las ocho horas, los trabajadores van a exigir
todo lo que puedan sugerir los más locos anarco-socialistas». El New
York Times decía: «Las huelgas para obligar al cumplimiento de las
ocho horas pueden hacer mucho para paralizar nuestra industria,
disminuir el comercio y frenar la renaciente prosperidad de nuestra
nación, pero no lograrán su objetivo».
El Filadelfia Telegram decía: «El elemento laboral ha sido picado por
una especie de tarántula universal y se ha vuelto loco de remate:
piensa precisamente en estos momentos en iniciar una huelga por el
logro del sistema de ocho horas». El Indianápolis Journal decía: «Los
desfiles callejeros, las banderas rojas, las fogosas arengas de
truhanes y demagogos que viven de los impuestos de hombres honestos
pero engañados, las huelgas y amenazas de violencia, señalan la
iniciación del movimiento».
El día 1 de mayo, la huelga
El 1° de mayo de 1886, 200.000 trabajadores iniciaron la huelga
mientras que otros 200.000 obtenían esa conquista con la simple
amenaza de paro.
En Chicago donde las condiciones de los trabajadores eran mucho peor
que en otras ciudades del país las movilizaciones siguieron los días 2
y 3 de mayo. La única fabrica que trabajaba era la fábrica de
maquinaria agrícola McCormik que estaba en huelga desde el 16 de
febrero porque querían descontar a los obreros una cantidad para la
construcción de una iglesia.
La producción se mantenía a base de esquiroles. El día 2 la polícia
había disuelto violentamente una manifestación de más de 50.000
personas y el día 3 se celebraba una concentración en frente sus
puertas, cuando estaba en la tribuna el anarquista August Spies sonó
la sirena de salida de un turno de rompehuelgas. Los concentrados se
lanzaron sobre los scabs (amarillos) comenzando una pelea campal. Una
compañía de policías, sin aviso alguno, procedió a disparar a
quemarropa sobre la gente produciendo 6 muertos y varias decenas de
heridos.
El redactor del Arbeiter Zeitung Fischer corrió a su periódico donde
proclama (que luego se utilizaría como principal prueba acusatoria en
el juicio que le llevó a la horca) imprimiendo 25.000 octavillas. La
proclama decía:
Trabajadores: la guerra de clases ha comenzado. Ayer, frente a la
fábrica McCormik, se fusiló a los obreros. ¡Su sangre pide venganza!
¿Quién podrá dudar ya que los chacales que nos gobiernan están ávidos
de sangre trabajadora? Pero los trabajadores no son un rebaño de
carneros. ¡Al terror blanco respondamos con el terror rojo! Es
preferible la muerte que la miseria.
Si se fusila a los trabajadores, respondamos de tal manera que los
amos lo recuerden por mucho tiempo.
Es la necesidad lo que nos hace gritar: ¡A las armas!.
Ayer, las mujeres y los hijos de los pobres lloraban a sus maridos y a
sus padres fusilados, en tanto que en los palacios de los ricos se
llenaban vasos de vino costosos y se bebía a la salud de los bandidos
del orden...
¡Secad vuestras lágrimas, los que sufrís!
¡Tened coraje, esclavos! ¡Levantaos!.
La proclama terminaba convocando un acto de protesta para el día
siguiente, el cuatro, a las cuatro de la tarde, en la plaza Haymarket.
Se consiguió un permiso del alcalde Harrison para hacer un acto a las
19.30 en el parque Haymarket. Los hechos que allí sucedieron son
conocidos como Revuelta de Haymarket.
Consecución de la jornada laboral de ocho horas
A finales de mayo de 1886 varios sectores patronales accedieron a
otorgar la jornada de 8 horas a varios centenares de miles de obreros.
El éxito fue tal, que la Federación de Gremios y Uniones Organizadas
expresó su júbilo con estas palabras: «Jamás en la historia de este
país ha habido un levantamiento tan general entre las masas
industriales.
El deseo de una disminución de la jornada de trabajo ha impulsado a
millones de trabajadores a afiliarse a las organizaciones existentes,
cuando hasta ahora habían permanecido indiferentes a la agitación
sindical»
.
En la actualidad
A lo largo del siglo XX, los progresos laborales se fueron
acrecentando con leyes para los trabajadores, para otorgarles derechos
de respeto, retribución y amparo social. En la última década del siglo
esos progresos retrocedieron bajo la influencia del neoliberalismo.
En la actualidad, casi todos los países democráticos rememoran el 1º
de mayo como el origen del movimiento obrero moderno. Estados Unidos,
Reino Unido y el Principado de Andorra son los únicos países, del
mundo occidental, que no lo recuerdan.
En 1954 el papa católico Pío XII apoyó tácitamente esta jornada de
memoria colectiva al declararla como festividad de San José Obrero.
Últimamente se viene denominando a esta día como Día Internacional del
Trabajo.
Fuente:http://www.caracol.com.co/nota.aspx?id=420036

lunes, 27 de diciembre de 2010

GALIMBERTI, Crónica negra de la historia reciente de la Argentina

GALIMBERTI,  Crónica negra de la historia reciente de la  Argentina / Marcelo Larraquy y Roberto Caballero

«Yo soy mucho mejor de lo que ustedes piensan y mucho peor de lo que imaginan». Rodolfo Galimberti
 

Galimberti es el resultado de la tarea de investigación más audaz y exhaustiva del periodismo argentino de los últimos años: la reconstrucción de cuarenta años de historia a través de la biografía no autorizada del personaje más irritante, provocativo y polémico del peronismo.

Galimberti es una historia pública y privada de la Argentina leída desde la trayectoria del ex delegado de Perón que se convirtió en guerrillero montonero, secuestró a los hermanos Born en la era del capitalismo industrial, vivió dieciséis años en la clandestinidad, combatió como mercenario al servicio de la OLP, se recicló como socio de su ex secuestrado, vendió armas, se hizo amigo de los torturadores de sus antiguos compañeros y llegó a trabajar para los servicios de inteligencia de Estados Unidos.


Disponible en
 
http://ar.groups.yahoo.com/group/richardebury/files/Los%2070/

lunes, 16 de agosto de 2010

La vida de San Martin [Lección de historia 17 de agosto de 1948**]

Jóvenes argentinos:
Llegamos, una vez más, a esta histórica plaza para glorificar en el bronce al arquetipo de nuestra nacionalidad, al más grande de los argentinos, al Padre de la Patria, al General D. José de San Martín.
Me han pedido que yo haga una alocución, probablemente con la intención de que encienda vuestro corazón de patriótico reconocimiento al General San martín. 
. La vida de San Martín no es para ser solamente mentada: es para ser imitada, para que sirva de ejemplo a los argentinos y para que desde la muerte siga acaudillando a muchos millones de argentinos.
La vida de San Martín, constituye la más gloriosa de las de todos los argentinos de nuestra historia

San Martín fue el hombre de una causa, de ahí su extraordinaria grandeza. A esa causa ofrendó su vida; a esa causa rindió su espada; para esa causa fue genio, y por esa causa fue proscripto.

Corría el tiempo de los años 1815-1816; en ellos parecía que la causa de la patria estaba perdida, como si el sol de la libertad hubiera sido eclipsado por la desgracia. El orden interno empezaba a entrar en la anarquía. Los caudillos comenzaban a asomarse. La capitanía general de Chile, en poder del enemigo, sólo obedecía a las órdenes de Marcó del Pont. El Alto Perú, dirigido desde Lima, estaba totalmente en poder de los realistas. Paraguay se había segregado del Virreynato. Uruguay, en manos de los patriotas, soportaba la amenaza de una invasión portuguesa. En Cádiz se preparaba la más grande expedición que habría arribado hasta entonces al río de la Plata. Solamente Buenos Aires era el refugio de la independencia de estas tierras; el resto de América, donde no gemían bajo el mando de la opresión, no creían ya en el milagro de nuestra libertad.
mandaron a un embajador para que se entrevistase con Lord Strangford, embajador de S.M. Británica en río, a efectos de ofrecerle que tomase el gobierno y asumiese la protección de estas tierras.
Como siempre ocurre en los tiempos difíciles, surgieron entonces en nuestra tierra grupos de hombres flojos y grupos de hombres fuertes.

Los hombres flojos
La Historia –es verdad y es justicia o no es historia- ha debido reconocer el extraordinario valor de san Martín frente a la confabulación de los otros.
. Pero los hombres flojos intentaron deponerlo de su gobierno de Cuyo, para que no pudiese llevar a cabo la expedición proyectada. El pueblo de Cuyo, tantas veces glorioso, se levantó entonces e impuso por la fuerza a San Martín en el gobierno. Él, allí con los fuertes, con los hombres a quienes la Patria todo les debe, levantó un ejército; con esos pobres paisanos a los que hoy recordamos en el Soldado Desconocido de la Independencia; con ese pueblo que dio todo a la Patria; con ese pueblo jalonó los caminos de América con los signos de las cruces de sus sepulturas, mientras cuatro politicastros seguían difamando y calumniando al Gran Capitán de los Andes.
San Martín realizaba en Mendoza el trabajo que solamente realizan los grandes de corazón y los grandes de ingenio

Mediante ese corazón bien templado se paró al enemigo en el Norte, se transpuso los Andes, se cubrieron de gloria en Chacabuco, glorificaron hasta el numen de esos hombres extraordinarios en Cancha rayada y Maipo. Después el Perú; después el ostracismo. Esa es la historia de ese hombre que al volver varios años más tarde al Río de la Plata, rehusó el gobierno diciendo que quería dar a los hombres que tanto mal habían hecho a la república, el ejemplo de demostrarles la diferencia que hay entre un hombre de bien un malvado, según textuales palabras.
. No lo entristecieron ni la calumnia ni la intriga, porque el corazón granítico de los hombres templados en la lucha no cede ni ante la acción destructora del tiempo, ni ante la calumnia o la intriga de los hombres.
Él sólo fue el hombre de una causa: la causa de la Patria

Por eso San Martín es dos veces grande: venció al enemigo y se venció a sí mismo con un renunciamiento que lo hizo más grande entre los grandes.

Esa es la lección que en los tiempos perdurará mientras haya un argentino de corazón bien templado.
, cuando tenemos en nuestra historia la página más pura que la humanidad ha producido hasta nuestros tiempos. No debemos buscar inspiraciones extrañas cuando el General San Martín, allá en los Andes, hace más de cien años, dejó escrita para todas las generaciones la gloria y la forma de alcanzarla.
El mundo está formado por hombres fuertes y por hombres flojos. Nuestra generación es la generación de una causa. Hemos de luchar por ella si somos fuertes o iremos a pedir la ayuda a terceros si somos flojos.

No debemos ir a buscar ejemplos ni imitaciones en ninguna parte

** Palabras pronunciadas por el Presidente de la Nación General Juan Domingo Perón , el 17 de agosto de 1948
  25-02-1778- José Francisco de San Martín  - 17-08-1850

martes, 10 de agosto de 2010

La Bibliofilia

La historia de la bibliofilia se remonta a la fundación de la Biblioteca de Nínive por el rey asirio Assurbanipal (669-627 a.C.), aunque el filósofo Aristóteles (384-322 a.C.) ya poseía una colección privada que, al parecer, sirvió de modelo para la gran Biblioteca de Alejandría, fundada por el rey egipcio Tolomeo I Sóter y ampliada por su hijo, Tolomeo II Filadelfo, que llegó a contener hasta 700.000 volúmenes de papiro. En Pérgamo, Eumenes II reunió otra importante colección de libros formada por unos 200.000 pergaminos. Durante la edad media, gracias a los esfuerzos individuales y colectivos, se fundaron importantes bibliotecas en iglesias, monasterios y catedrales.
Las universidades lo hicieron a partir del siglo XII. El interés por el coleccionismo de libros se relata ya en el "Philobiblon" (1473), obra de Richard de Bury, obispo de Durham. Animados por el espíritu del humanismo, la aparición de la imprenta y el aumento general del nivel de vida, los grandes comerciantes y gobernantes de los siglos XV y XVI reunieron importantes colecciones de manuscritos y de los primeros libros impresos; así nacieron, entre otras, la Biblioteca Vaticana y la española del monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
Durante los siglos XVII y XVIII la bibliofilia causó auténtico furor en Europa, especialmente en Francia. Personajes como el cardenal de Richelieu, Giulio Mazarino y Jean-Baptiste Colbert figuran entre los coleccionistas más destacados. Durante esta época se crearon también importantes bibliotecas de corte, que más tarde se convertirían en bibliotecas nacionales. Hacia finales del siglo XIX el centro de la actividad bibliófila internacional se desplazó de Europa a Estados Unidos y, ya en el siglo XX, nació en Moscú la Biblioteca Lenin, la más grande del mundo en cuanto a número de ejemplares.
Los libros raros alcanzan precios muy elevados en las subastas y las transacciones privadas. En 1812 se vendió en Londres una copia de la primera edición de El Decamerón, de Giovanni Boccaccio, por 2.260 libras; fue probablemente el precio más alto pagado por un solo ejemplar desde que comenzaran las subastas de libros en el siglo XVII. En el siglo XIX Londres se convirtió en el centro internacional del mercado de libros raros (aquellos que por diferentes causas se convierten en una excepción). Algunos de ellos llegaron a adquirir una especial relevancia histórica, entre los que figuran la Biblia de Gutenberg (impresa en Maguncia entre 1450 y 1456), la primera edición de las obras completas de William Shakespeare (1623), de La Celestina (de origen bibliográfico desconocido), El septenario de los dolores de María Santísima de José Antonio de San Alberto (1781, considerado el primer libro impreso en Buenos Aires y del que sólo se conservan dos ejemplares) o la edición impresa en hojas de corcho de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes.

miércoles, 9 de junio de 2010

Efemérides;9 de junio de 1956.Los Crímenes de la Revolución Libertadora

En la noche del sábado 9 de junio de 1956, a nueve meses del derrocamiento del presidente constitucional Argentino J.D. Perón por la autodenominada "Revolución Libertadora"; militares y civiles peronistas intentan recuperar el poder por las armas. Los generales J.J.Valle y R.Tanco, junto con el teniente coronel Cogorno, encabezan una dispersa rebelión cívico-militar que tiene sus focos aislados en Buenos Aires, La Plata y Santa Rosa. El intento es abortado en unas cuantas horas y concluye en un baño de sangre.

No se conoce el número exacto de rebeldes que participan del levantamiento. Es posible que no llegaran a los 200. Sí se sabe que les faltaba coordinación, actuando en forma dividida en las tres ciudades y carecían de armas pesadas. No tenían ninguna posibilidad de triunfar. El régimen, los deja actuar para poder aplicarles una medida "ejemplificadora".

El domingo 10 de junio, a menos de veinticuatro horas del levantamiento y cuando ya no existen focos de resistencia, el gobierno de facto encabezado por el general Pedro Eugenio Aramburu y el almirante Rojas lanza el decreto Nº 10.364, imponiendo la ley marcial. La pena de muerte debía hacerse efectiva a partir de entonces. Sin embargo, se aplica reatroactivamente a quienes se habían sublevado el sábado 9 y ya se han rendido y están prisioneros.

El art. 18 de la Constitución señala: "Queda abolida para siempre la pena de muerte por motivos políticos". No obstante, con una velocidad sorprendente el régimen de la Rev.Libertadora ordena que en menos de 72 horas se efectúen 28 fusilamientos de militares y civiles en seis lugares distintos. Los pelotones de ejecución gastan más cartuchos que los que alcanzaron a disparar los rebeldes condenados.

El General Valle se hallaba oculto en el barrio de San Telmo. El general podría haberse asilado en una embajada pero al atardecer del 12 de junio decide entregarse para poner fin a la matanza. A pesar de que ha encabezado el levantamiento antes de la instauración de la pena de muerte, lo fusilan a las diez de la noche.

La semilla del odio y la revancha no tardará en germinar, pero esa, esa es otra historia…




Fuente: http://www.lafogata.org/06arg/arg6/arg_15-5.htm / y agregados de Daniel A. Diaz