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martes, 30 de julio de 2019

Cómo las bibliotecas públicas pueden ayudarnos a prepararnos para el futuro




Julio Alonso Arévalo publicó:"  How public libraries can help prepare us for the future Matthew Finch, University of Southern Queensland July 19, 2019 5.19am AEST Durante generaciones, las bibliotecas han ayudado a la gente a explorar el conocimiento, la información y la c"

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Cómo las bibliotecas públicas pueden ayudarnos a prepararnos para el futuro

por Julio Alonso Arévalo

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How public libraries can help prepare us for the future
Matthew FinchUniversity of Southern Queensland
July 19, 2019 5.19am AEST
Durante generaciones, las bibliotecas han ayudado a la gente a explorar el conocimiento, la información y la cultura. La invención de la #bibliotecapública significó que cada vez más gente utilizara estas colecciones y servicios.
En la era digital, una biblioteca pública puede conectar incluso a las comunidades más remotas con redes de conocimiento e información. Las bibliotecas públicas de hoy en día trabajan para involucrar a las comunidades marginadas; proyectos pioneros como el Club de Libros Murri de Townsville exploran maneras de hacer que la biblioteca tenga sentido para los pueblos indígenas.
A pesar de todo esto, hay un área en la que las bibliotecas públicas están infrautilizadas. Las bibliotecas también pueden ayudarnos a planificar el futuro. La planificación a largo plazo siempre es un reto. Es simplemente imposible recopilar datos de eventos que aún no han ocurrido.
A veces podemos detectar tendencias, pero éstas pueden desmoronarse bajo lo que algunos expertos en prospectiva llaman "TUNA conditions", cuando nos enfrentamos a la Turbulencia, la Incertidumbre, la Novedad o la Ambigüedad.
Piense en alguien que intenta predecir que los experimentos con la deuda en Wall Street conducirían a la crisis financiera mundial y a las ondas políticas que han seguido. Piense en tratar, hoy, de predecir todas las consecuencias a largo plazo del cambio climático.
Introducir la planificación de escenarios
Eso significa que hemos tenido que encontrar nuevas formas de ver el futuro impredecible. Las grandes empresas han utilizado la planificación de escenarios desde la década de 1960, como lo hizo Pierre Wack fue pionero en el enfoque de Shell.
En la planificación de escenarios, la gente se reúne para imaginar escenarios futuros que desafían nuestra forma de pensar actual. No se juzga el valor de un escenario por la probabilidad de que suceda: su valor radica en ayudarnos a repensar nuestras suposiciones sobre el futuro.
Los escenarios de Shell se hicieron famosos en la década de 1970 cuando la compañía anticipó con éxito la crisis del petróleo que siguió a la Guerra de Yom Kippur. Shell no había previsto el conflicto, pero había imaginado escenarios en los que los productores de petróleo de Oriente Medio trabajaban como un cártel para controlar el suministro mundial. Cuando esos países iniciaron un embargo de petróleo, la planificación de escenarios significó que Shell ya había pensado en esta posibilidad antes que sus competidores.
Hoy en día, los expertos que piensan en el futuro reconocen la necesidad de un compromiso de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo. Por ejemplo, la nueva propuesta de la Unión Europea de "innovación orientada a la misión" pretende que todos nos centremos en resolver los problemas de la sociedad. En tiempos de crisis, es importante que en todos los niveles de la sociedad fortalezcamos nuestra capacidad de imaginar el futuro que nos espera, y nuestras propias elecciones futuras.
¿Cuál es el papel de las bibliotecas en este contexto?
Esto concuerda con los hallazgos de la investigación de la Universidad de Queensland del Sur, en apoyo de una nueva visión para las bibliotecas públicas, de que las bibliotecas públicas son un conector de base de personas, ideas y recursos:
"Los servicios de las bibliotecas públicas se basan en relaciones, no sólo en transacciones; están entrelazados con el contexto específico y profundamente local de la vida cotidiana en las comunidades a las que sirven."
Las sesiones de planificación de escenarios, convocadas por las comunidades en las bibliotecas públicas, aprovecharían la capacidad existente de la biblioteca para conectar a la gente, pero en esta ocasión con el objetivo de ayudarnos a reimaginar el futuro.
Así, los bibliotecarios trabajarían con su consejo local para identificar temas que requieren una perspectiva a largo plazo. ¿Deberíamos invertir en tecnología "inteligente" para nuestras pequeñas ciudades rurales? ¿Cuánto debemos depender del agua reciclada o de la desalinización en las grandes ciudades costeras?
Los bibliotecarios proporcionarían investigación de antecedentes y organizarían talleres comunitarios para desarrollar escenarios locales. La gente empezaría a tener discusiones más profundas y ricas sobre el futuro: hay una razón por la que los escenarios han sido llamados "el arte de la conversación estratégica".
El proceso del escenario depende de reunir a un grupo de individuos en un espacio de confianza, con suficiente información para dar detalles y contenido a los escenarios. En una comunidad local, la biblioteca pública es ese lugar de confianza e información.
Al igual que los bibliotecarios públicos utilizan sus habilidades para ayudar en la búsqueda de empleo o para apoyar la salud y el bienestar de las personas, como planificadores de escenarios aplicarían sus talentos a un nuevo campo.
Conversaciones que podrían transformar la política
Los eventos lúdicos llevados a cabo en colaboración con la Biblioteca Pública Ann Arbor en Michigan, para captar la atención de niños y adultos, han comenzado a involucrar a la población local con la noción del futuro a largo plazo. El siguiente paso es desarrollar una conversación más rigurosa.
Si se apoyara a las bibliotecas públicas para que presten servicios de previsión estratégica a sus comunidades, la política podría transformarse. El electorado estaría mejor informado, reflexionando más a fondo y con mayor antelación sobre las cuestiones políticas. Los consejos pueden tomar decisiones con la confianza de que se ha consultado a la comunidad sobre las consecuencias a largo plazo.
Los escenarios ofrecerían un libro de posibilidades de futuros potenciales, ya imaginados y ensayados. Todo australiano podría tener acceso al tipo de herramientas de previsión que han estado informando las decisiones del gobierno y de las grandes empresas durante el último medio siglo.
Imagínense las conversaciones que nosotros, como país, tendríamos sobre nuestro futuro si democratizáramos esas herramientas a través de la biblioteca local.


Julio Alonso Arévalo | julio 29, 2019 de 10:17 am | Etiquetas: Bibliotecas, Futuro | Categorías: Bibliotecas, Noticias | URL: https://wp.me/p72Cm4-kzw
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martes, 28 de junio de 2011

El 67% de las bibliotecas públicas de EE.UU. ofrecen acceso gratuito a e-books


Según el informe publicado por la Asociación de Bibliotecas Americana. El problema principal sigue siendo la gestión de los derechos digitales que limitan el uso de estos libros electrónicos

La Asociación de Bibliotecas Americana (ALA) ha publicado su informe anual, en el que se asegura que el 67% de las bibliotecas públicas de Estados Unidos ya ofrecen acceso gratuito a e-books a sus usuarios. Este dato supone un aumento del 30% desde 2007. No obstante, hay bastante diferencia entre estados.
En algunos estados como Maryland, Utah, Columbia o Hawaii, el 100% de las bibliotecas permiten a sus usuarios 'retirar' libros electrónicos. Además, en otros estados como Minnesota, Wisconsin, Ohio, Carolina del Norte o Nueva York se supera ampliamente el 80%.

Sin embargo, en otros estados este porcentaje es mucho más bajo. Missisipi es el estado en el que es más complicado encontrar una biblioteca en la que se pueda acceder a un e-book: sólo es posible en una de cada cuatro.
Además, hay otros problemas que afectan a este fenómeno. El principal de ellos son los DRM, las tecnologías que permiten gestionar los derechos digitales y que limitan el uso de los e-books. En febrero, la editorial Harper Collins anunció que no iba a permitir que sus libros electrónicos se retirasen más de 26 veces. Una vez se llega a esta cifra, el e-book se 'autodestruye' y la biblioteca tiene que volver a adquirir el título si quiere volver a prestarlo.

De hecho, sigue chocando que un e-book no pueda prestarse a dos personas a la vez, a pesar de que no hay ninguna restricción física para ello. En este sentido, hay que destacar el paso dado por OverDrive, empresa que proporciona este tipo de libros a las bibliotecas, que anunció que ofrecerá títulos sin DRM. De este modo, gracias al programa Always Available, varios usuarios podrán retirar el mismo libro en formato electrónico.

A pesar de que esto se limitará a un número concreto de obras, es un movimiento muy importante de cara al futuro de los e-books en las bibliotecas. Otra empresa que puede ayudar es Amazon, que permitirá retirar libros de las bibliotecas con su Kindle, ya sea mediante un lector o mediante su aplicación para dispositivos móviles. Además, se podrán realizar anotaciones, que serán invisibles para el resto de usuarios de la biblioteca. Sin embargo, si una misma persona vuelve a retirar el libro (o lo compra), podrá ver las anotaciones. En cualquier caso, siempre se podrá acudir a un club para prestar e-books de Kindle.

Pero eso no es todo. En la Conferencia Anual de la ALA también se anunció, por ejemplo que Barnes & Noble, responsable del Nook, y Baker & Taylor han formado una alianzapara fomentar la distribución de e-books en bibliotecas.
Asimismo, el Internet Archive dio a los presentes la noticia de que su programa OpenLibrary ya funciona en 1.000 bibliotecas de seis países. Este programa permite a estas bibliotecas prestar a sus usuarios más de 100.000 títulos.
Todos estos movimientos hacen que, a pesar de las complicaciones, pueda ser posible que en unos años todas las bibliotecas puedan prestar libros electrónicos a sus usuarios.

Puedes consultar el informe de ALA en este enlace.




Publicado en:



 

 

 

Daniel Díaz /Bibliotecario Argentino
               http://www.facebook.com/danieldiaz.a


viernes, 29 de abril de 2011

Bibliotecas públicas y Pornografía (bibliotecas públicas de Nueva York)

Consultar una obra de referencia, rematar un trabajo de investigación... o navegar por la red en busca de contenido pornográfico. Cualquiera de estas opciones es válida para acudir a una de las más de 200 bibliotecas públicas de la ciudad de Nueva York. Y es que, en virtud de la Primera Enmienda de la Constitución Estadounidense y la Libertad de Expresión, los responsables de esos centros no pueden hacer nada para impedir que los adultos usen los ordenadores para visualizar páginas de alto contenido sexual, informa este lunes el New York Post.
«Los usuarios pueden ver lo que quieran en los ordenadores», explicó la portavoz de la Biblioteca Pública de Brooklyn, Malika Granville, al citado periódico. La legislación sólo obliga a instalar en los equipos de uso público filtros que bloqueen contenidos obscenos considerados ilegales, así como la pornografía infantil.
Sin embargo, cualquier persona de más de 17 años puede desactivar los citados filtros o pedir que no se apliquen, por lo que su efectividad queda en entredicho, pudiendo consultarse desde el equipo público cualquier tipo de contenido de carácter pornográfico. «La biblioteca no puede y no garantiza que el software de filtrado bloquee contenidos obscenos, pornografía infantil o materiales que puedan resultar ofensivos a menores de edad», indica la normativa en vigor.
A pesar de las críticas que esa regulación ha suscitado, incluidas las de grupos religiosos y numerosos usuarios de las bibliotecas públicas, muchos piensan que se trata de una cuestión que tiene que ver con la libertad de expresión y que, por tanto, poco se puede hacer. «La Primera Enmienda protege la libertad de expresión. No se puede impedir que usuarios adultos accedan a contenidos pornográficos considerados legales», indica Angela Montefinise, portavoz de la Biblioteca Pública de Nueva York.


lunes, 15 de noviembre de 2010

Pobreza y lectura: el aporte de las Bibliotecas Públicas en Chile

Termina la Feria Internacional del Libro de Santiago y con ella por un buen tiempo la preocupación de los medios por los índices de lectura en nuestro país. Aprovechando la resaca, me doy un tiempo y profundizo en esta entrada –como comprometí en la anterior- el análisis de una de las variables medidas en la versión 2010 de Chile y los libros, presentada por Fundación La Fuente y Adimark hace unos días: el posicionamiento de las bibliotecas públicas y su rol en el fomento de la lectura.

El dato duro: el 6,8% de la población sería socia de alguna biblioteca, cifra que se ha mantenido estable desde el 2006, año en que marcó un 6,5%. Dentro de ese porcentaje hay de todo: socios de bibliotecas municipales (las públicas), universitarias, comunitarias, del Metro (Bibliometros), escolares, de los malls y móviles. A menor nivel socio-económico y menor nivel educacional, menor relación con las bibliotecas, concluye el reporte. De todas, las únicas que crecen en forma sostenida desde la medición de 2006, son las públicas, pasando del 36,7% al 45,4% de aquellos que señalan ser socios de una biblioteca.

Sin embargo, este dato, positivo en un contexto de baja membresía en general, merece ser precisado. Según los datos técnicos de la muestra 2010, las 1.001 personas entrevistadas fueron mayores de edad pertenecientes a grupos socioeconómicos ABC1, C2, C3 y D (ver este enlace para conocer en detalle cómo se conforman los grupos según esta segmentación). Desconozco las razones para no considerar el grupo E, que reúne a las personas con los menores ingresos familiares (y tradicionalmente marginados de los estudios de mercado, que son los que utilizan este tipo de segmentación), pero al analizar el perfil de los socios de bibliotecas, influye de manera fundamental en los resultados del estudio.

Según un estudio encargado por el programa BiblioRedes, en el año 2008 el 46,5% de los usuarios de las bibliotecas públicas provenía de grupos familiares con ingresos inferiores a $200.000, lo que los hacía de manera clara integrantes del grupo E (cuyo ingreso familiar es variable y está en torno a las UF 10). Un 21,2% pertenecía a familias con ingresos mensuales inferiores a $ 120.000. Extrapolando estas cifras, se puede afirmar que de los 9 millones de prestaciones (préstamos de libros a domicilio y lectura en sala) realizados por las bibliotecas durante ese año a sus usuarios, aproximadamente 4,5 millones tuvieron como beneficiarios personas de escasos recursos. 1 de cada 2 usuarios de bibliotecas provienen de familias con pobres o indigentes, grupo no considerado en la muestra del estudio de la Fundación La Fuente.

Adicionalmente, llama la atención en la muestra de Chile y los libros 2010, una sobrerrepresentación del grupo ABC1, que pesa un 32,7%, tres veces más que en el conjunto de la sociedad chilena. Quizá por ello, las bibliotecas universitarias aparecen en lugar destacado –si bien menor que en mediciones anteriores- en membresía, toda vez que en ese segmento el acceso a la universidad es más alto.
No puedo dejar de referirme a otro dato que requiere a mi juicio cierta revisión, al igual que el bajo porcentaje de usuarios de Internet que mencioné en la entrada anterior (cifra quizá influida por la sobrerrepresentación en la muestra de la población mayor de 56 años): el relativo a los usuarios del Bibliometro, que si bien se recupera respecto del año 2008, sigue estando por debajo de la medición 2006 (un 9,5% frente al 13,0% de hace cuatro años). El año 2009, aumentaron tanto las horas de atención en sus módulos, así como se agregaron cinco nuevos puntos de atención, pasando de 11 a 16 las estaciones con presencia del Bibliometro. El resultado: un 25,6% de aumento en los préstamos respecto al año 2008 (ver página 77 del Balance Gestión Integral de la Dibam 2009). Me atrevo a afirmar que puede estar influido este dato por el mismo sesgo que afecta a la membresía de bibliotecas públicas, si bien no tengo para el Bibliometro datos de perfil socioeconómico de sus usuarios.

Más allá de esta ausencias, que creo impiden rescatar a cabalidad el trabajo realizado por las bibliotecas públicas de la red coordinada por la Dibam, hay otras cifras del estudio de la Fundación La Fuente que ameritan ser atendidas. El 48,7% de los encuestados dijeron desconocer que en sus comunas existían bibliotecas públicas. Hay en esto un tremendo potencial de crecimiento, toda vez que con el Programa de Construcción de Bibliotecas Públicas llevado adelante durante el gobierno de la Presidenta Bachelet, se alcanzó el 100% de cobertura en el país: en todas las comunas del país hay a lo menos una bibliotecas pública.

Que prácticamente la mitad de la población desconozca su existencia habla de la necesidad de redoblar los esfuerzos en difusión y marketing, en especial entre los segmentos poblacionales que menor relación tienen con la lectura. Las bibliotecas públicas podrán, de esa manera, sumar aún más al desafío de aumentar el índice de lectura en nuestro país, contribuyendo desde su experiencia y formación como intermediarias entre lectores y lecturas.
Pero es fundamental, como bien han apuntado Lavinia Reyes y Teolinda Higueras en sendas entradas en elquintopoder.cl, que se legisle a favor de las bibliotecas públicas. De nada sirve atraer más público a las bibliotecas si éstas no se encuentran entre las prioridades de los gobiernos locales, si no cuentan con el personal en cantidad suficiente y con niveles adecuados de remuneración, si la infraestructura no es mejorada. Mucho se ha hecho en los últimos veinte años, pero sobre la base de voluntades. Seguir creciendo en base a apretones de mano y declaraciones de buenas intenciones es riesgoso.
Todo indica que hay potencial para que el sistema de bibliotecas públicas siga creciendo y desarrollando la lectura en Chile desde su arena –un complemento a lo que necesariamente debe realizar el sistema escolar. Aumentar los niveles de lectura en nuestro país es una de las claves para la superación de la pobreza, y cuando de pobreza y lectura hablamos, las cifras confirman que la biblioteca pública es un actor importante. La ley de biblioteca pública debe entenderse, por tanto, como parte de una política social.

martes, 19 de octubre de 2010

De la Creación a la Participación: Biblioteca Pública, Fomento Lector y Web Social

El evento en que participará personal de las mejores Bibliotecas Públicas del país y destacados exponentes del extranjero, tiene como objetivo fomentar un camino de creación y participación de estas entidades en la Red. Toda la información del VII Encuentro y su transmisión en vivo vía on-line la encontrarás en http://encuentro.biblioredes.cl/


La Biblioteca Pública es un espacio de encuentro comunitario cuyas fronteras se han ido expandiendo a través de la Web 2.0, generando un contexto que implica el desafío de adaptarse a las nuevas necesidades de una comunidad que utiliza masivamente las Redes Sociales. Subir a este carro a nuestras Bibliotecas Públicas, y fomentar con ellas un camino de expresión y creación en la Red, es el objetivo VII Encuentro Nacional del Programa BiblioRedes, "De la Creación a la Participación: Biblioteca Pública, Fomento Lector y Web Social".

El evento se realizará en el Centro de Eventos Rosa Agustina ubicado en la comuna de Olmué, Región de Valparaíso. Comenzará el martes 19 de octubre y contará con la presencia de la Directora de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM), Magdalena Krebs; el Subdirector de Bibliotecas Públicas, Gonzalo Oyarzún y la Coordinadora Nacional de BiblioRedes, Paola Gallegos.

"Este año vienen 109 Bibliotecas Públicas de todas partes de Chile, y como siempre contamos con invitados tanto nacionales, como internacionales. El objetivo es aprender de otras miradas que existen respecto del Fomento a la Lectura, del trabajo que se realiza desde las Bibliotecas Públicas en Chile y del desarrollo y evolución que han ido teniendo los Contenidos Locales con proyectos tan exitosos como Memorias del Siglo XX y la Comunidad de Contenidos Locales", explica la Coordinadora Nacional de BiblioRedes, Paola Gallegos.

Desde el año 2004, las Bibliotecas Públicas y Laboratorios de Capacitación han trabajado mediante el Programa BiblioRedes, en la creación de Contenidos Locales Digitales acerca de la identidad, cultura y/o quehacer de las más diversas comunidades chilenas. Dicho trabajo desde las Bibliotecas e Internet, ha implicado un esfuerzo que tiene diferentes aristas, entre ellas un trabajo participativo con la comunidad, en donde la Biblioteca ha asumido un rol de gestión cultural.

La creación de dichos contenidos fue el primer paso. El siguiente ha sido motivar la participación de la comunidad en la conversación sobre los contenidos creados y los futuros contenidos que se registren en la Comunidad de Contenidos Locales, con el objetivo de entablar un diálogo abierto sobre lo más propio de Chile con toda la diversidad cultural que esto implica.

Además, fomentar la lectura es uno de los servicios propios de una Biblioteca, pero en el mundo actual, se escribe y se lee en diversos soportes: en blogs, en comunidades virtuales; se narra mediante los podcast, y se intercambia información en las redes sociales. Y todas estas nuevas prácticas pueden contribuir a la promoción de la lectura desde el fomento a la conversación de los lectores.

El VII Encuentro Nacional es la ocasión para reflexionar e intercambiar opiniones y puntos de vista sobre todos estos temas, orientando la conversación a la relación entre la Biblioteca Pública, su experiencia de aprender en red y el Fomento a la Lectura y la Web Social, fomentando la Participación Comunitaria en la Red.

Además, en la ocasión se premiará a las mejores Bibliotecas Públicas del 2009, se realizarán mesas redondas con destacados exponentes nacionales y se llevaran a cabo dos Conferencias Internacionales. La primera será "Fomento Lector y Web Social", por la Licenciada en Documentación por la Universidad Carlos III de Madrid, España, Catuxa Seoane.

En tanto, la segunda exposición titulada "Participación Comunitaria en la Web", estará a cargo de la Licenciada en Bibliotecología por el Colegio de Bibliotecología de la UNAM, México, Verónica Juárez.

Toda la información del VII Encuentro Nacional de BiblioRedes y su transmisión en vivo vía on-line, la encontrarás en: http://encuentro.biblioredes.cl/


 
Paola Gallegos / Coordinadora Nacional del Programa BiblioRedes de la DIBAM

viernes, 2 de julio de 2010

Las bibliotecas públicas a debate en el Reino Unido




En Reino Unido, el debate está siendo de enorme calado y muy preocupante.
Ahora, hay quienes piensan que las bibliotecas son algo prescindible. Esto es lo que viene a decir el informe realizado por la empresa de consultoría KPMG.


Dicha consultora sostiene que los servicios públicos están basados en profesiones establecidas en tiempos georgianos (reinados de Jorge I, II y III, durante el siglo XVIII), oficios como guardia de policía, profesor, cirujano, enfermero, trabajador social, etc.) que fueron organizadas dentro de las instituciones victorianas (
la biblioteca, la policía, el ayuntamiento, la ciudad universitaria, el colegio gratuito, el hospital, etc.) y que fueron financiadas y gobernadas por el Estado del Bienestar durante la década de los años 1940. Dice que esta estructura tiene muchas fortalezas, en la medida en que aporta estabilidad a la estructura.

Sin embargo, cree que también es una fuente de inflexibilidad y resistencia al cambio, llegando a quedarse desconectada de la transformación mundial existente. Afirma que en las dos últimas décadas, se ha visto un cambio hacia la gestión mixta, con el uso de las tecnologías de la información, y la privatización de algunos servicios. En cambio, dice que la estructura de servicios públicos ha permanecido intacta.


El informe hace una apuesta firme por la gestión de las bibliotecas públicas por parte de las comunidades locales, en vez de por las autoridades. Sostiene esto, por ejemplo, en que las bibliotecas están teniendo graves problemas de financiación al ser más discrecionales que otros servicios públicos, haciendo alusión a que el uso ha disminuido, con lo que el coste unitario del préstamo por libro se ha hecho más caro que el precio por venta al por mayor de un libro.


Además,
afirma que el nivel de resistencia de la comunidad al cierre de las bibliotecas es desproporcionado en relación con su uso. Siguen diciendo que la mayor parte de los espacios de las bibliotecas están mal utilizados, dedicados al almacenamiento de libros poco usados. A pesar de que la e-gobierno ha hecho bibliotecas electrónicas, todavía las bibliotecas concentran sus servicios en varios edificios.


Habla sobre la oportunidad de que las bibliotecas públicas sean gestionadas por las comunidades locales, con lo que se implicarían más en su devenir y les aportarían un gran valor social. Además, se ahorraría mucho dinero en el pago de un personal sobrecualificado, en un espacio mal utilizado y en acciones innecesarias.

Ante este osado estudio, el célebre poeta Andrew Motion,
presidente del Consejo de Archivos, Bibliotecas y Museos, ha declarado en The Guardian que el Gobierno tomaría una decisión errónea si hiciera caso al informe de KPMG. Ha dicho que el sector de las bibliotecas públicas ahorrará dinero, como el resto de sectores públicos. Pero toda buena biblioteca necesita de un personal experto para que funcionen adecuadamente. Cree que, aunque algunos aspectos pueden ser llevados por voluntariado, las tareas centrales han de ser realizadas por personal bibliotecario. Hacer lo contrario sería una catástrofe.


Andrew Motion considera que se trate de bibliotecas tradicionales o modernas, son piezas muy importantes para dar a las personas todo lo que una biblioteca puede ofrecerles, información, placer, instrucción, una nueva dirección en sus vidas. Además ayudan a las personas con dificultades para leer y a quienes están aprendiendo inglés. Poner en riesgo todo esto sería un error absoluto.


Motion acepta totalmente que nos encontramos en un momento en el que hemos de ser capaces de mantener un debate adulto sobre cómo hacer las cosas de otra manera,
pero no aceptar la enorme importancia de las bibliotecas y su potencial, como parece mostrar el informe de KPMG, es frustrante a la vista de la labor que han realizado las bibliotecas.


Motion espera que el Gobierno no pierda el tiempo debatiendo sugerencias tan extravagantes.
Cree que no se hace daño alguno a la sociedad preguntándose qué servicios deben ser financiados con fondos públicos y como se deben realizar. Pero sería temerario que una economía moderna abandonara sin motivo los recursos que ayudan al aprendizaje y a construir nuestro potencial como seres humanos. "Estamos en un momento crítico. Es un tiempo para pensar en grande, no para cometer grandes errores que hagan retroceder al país
y perjudicar a los más desfavorecidos que necesitan las mejores bibliotecas posibles y el libre acceso a los libros".


Más allá de este interesante debate, en mi opinión resulta chocante la osadía y el descaro con que las empresas privadas opinan sobre la función pública. Muchos me dirán "¡faltaría más!". Desde luego que la cosa pública nos afecta a todos y, por ello, es completamente lícito y saludable que esté en boca de todos y sea objeto de una constante reflexión. Pero me provoca perplejidad la reacción agresiva de las empresas privadas muestran cuando desde los poderes públicos se habla de regular sus actividades. "¿Quién es el Estado para decirme cómo he de llevar mi negocio?" Sin embargo, todas las empresas privadas están completamente de acuerdo con que el Estado rescate a ésta o aquella empresa (ya sea un banco, una automovilística, una red internacional de distribución, etc.), amparándose en el perjuicio que puede suponer para el conjunto de la sociedad. ¿En qué quedamos? Si se quiere que el Estado ayude al sector privado, no es una cuestión de solidaridad sino de justicia social que la sociedad en su conjunto reciba una compensación por esa ayuda.
Sin embargo, desde la empresa privada, especialmente desde los grandes grupos empresariales, se defiende implícitamente que cuando las cosas van mal "Café para todos", y cuando las cosas van bien, el sector privado se queda con el café y con la cafetera.Este posicionamiento me hace ver con indignación estos informes de consultoras privadas que queriendo aparentar una visión "en aras del bien público", proponen desmantelar los servicios públicos.


No cabe duda de que nos encontramos en un momento crítico, en el que todo es debatible. Todo menos unos servicios públicos mínimos que garanticen la igualdad de oportunidades y la integración de todos las capas sociales. Porque, en caso contrario, ¿qué será lo siguiente, la Sanidad, la Educación, los Servicios sociales? Creo que es el momento de estar muy vigilantes a los movimientos del sector privado y empresarial, porque no podemos renunciar a los derechos de todos en beneficio de unos pocos. Y el Reino Unido, aunque pertenezca al ámbito anglosajón y a un modo diferente de hacer las cosas en todos los ámbitos, también en el bibliotecario, está aquí al lado. Hay que plantarse. Que se gaste el dinero, que se gaste bien y que no se derroche, pero que no se pongan en peligro los servicios públicos. Creo que no es pedir demasiado. Sólo es pedir lo que nos pertenece, lo Nuestro.

Me temo que este artículo ha salido con aspecto de editorial, con carácter muy reivindicativo. Pero no podía ser de otra manera. Un saludo cordial.



Nota: enlace a la noticia publicada en The Guardian por Alison Flood, con fecha de 11 de junio.




viernes, 28 de mayo de 2010

Biblioteca Pública de Nueva York. Duro impacto por ajuste presupuestario

Residentes del Bronx necesitan sus bibliotecas...

La Ciudad de Nueva York ha experimentado durante el pasado año la tasa de desempleo más alta de esta década. Mientras las grandes corporaciones fracasaban y los cheques de pago se transformaban en pequeños pagos por desempleo, los neoyorquinos buscaron refugio en las bibliotecas.

Todos marchaban a las bibliotecas donde podían tener acceso gratuito a computadoras, asistencia para prepararse a buscar trabajo, libros, clases de inglés, clases de computadoras y programas culturales.

Sin embargo, muy pronto 511.000 de esas personas tendrán que irse a la calle cuando la Biblioteca Pública de Nueva York tenga que cerrar las puertas de 21 sucursales y reduzca los servicios en el resto de las bibliotecas a 4 días por semana. Esta reducción en servicios es el resultado de un corte de $37 millones en el presupuesto de la ciudad.


En El Bronx el impacto es mucho más pronunciado, ya que el 82% de las familias ganan menos de $50,000 al año, 50% no tienen diploma de escuela superior, y solo 33% tienen el inglés como su lengua materna. Hace mucho tiempo que las bibliotecas dejaron de ser un lugar donde se prestaban libros o se les contestaba una pregunta de referencia.

Las bibliotecas del Bronx juegan un papel indispensable en el fortalecimiento de las comunidades promoviendo el conocimiento e inspirando el aprendizaje para toda la vida. Las bibliotecas del Bronx sirvieron a más de 5.5 millones de personas; un aumento de más de 127,000 sobre el año anterior. La asistencia a los programas llegó a 313,642, un aumento de 13,000 sobre el año anterior.


Fuente: http://www.impre.com/eldiariony/home.php

lunes, 22 de febrero de 2010

Acción social y educativa de las Bibliotecas Públicas en tiempo de crisis [Declaración]



Los participantes en las Jornadas “La acción social y educativa de las bibliotecas públicas en tiempo de crisis”, realizadas los días 18 y 19 de febrero de 2010 en la Biblioteca Regional de Murcia, acuerdan difundir la siguiente Declaración:


1. Las bibliotecas realizan una función social y educativa, de apoyo a las personas y comunidades en todo momento. Pero, particularmente, pueden ser un recurso fundamental de inclusión y promoción social cuando la crisis económica incrementa el número de personas en paro, precariedad laboral, vulnerabilidad o exclusión social.

2. Hay numerosos proyectos, experiencias y buenas prácticas de servicios bibliotecarios orientados a la formación de competencias básicas, capacitación laboral y apoyo al aprendizaje permanente. Con ello las bibliotecas demuestran su poder de promoción y generación de oportunidades para las personas.

3. La realización de servicios y proyectos de formación laboral por parte de las bibliotecas se debe llevar a cabo en colaboración y alianza con todo tipo de organismos de promoción laboral e integración social, así como con todas las organizaciones de la sociedad civil preocupadas por la inclusión social.

4. En tiempos de crisis las bibliotecas deben reivindicar tanto el mantenimiento de sus presupuestos públicos como buscar fuentes y oportunidades alternativas de financiación (fundraising), manteniendo su independencia y principios.

5. Es imprescindible la formación del personal de las bibliotecas como mediador de los procesos del aprendizaje. Esta formación debe estar presente tanto en la formación inicial universitaria de los titulados en Biblioteconomía, como en los planes de formación permanente de los bibliotecarios en ejercicio.

6. Los profesionales de las bibliotecas tiene el compromiso ético y deontológico de contribuir al acceso, uso y comunicación de la información por parte de todos, de acuerdo con las declaraciones de los derechos humanos, y su labor informativa y educativa contribuye a posibilitar y extender el ejercicio real de estos derechos.

7. Hay que transmitir y hacer que la sociedad conozca la función de la biblioteca como institución de formación permanente, inclusión social y puerta de acceso a la sociedad de la información para todos.

8. Consideramos que el aprendizaje a lo largo de la vida es una necesidad para todos los ciudadanos, y que por ello debe considerarse un servicio fundamental de las bibliotecas públicas.

9. La biblioteca debe atender especialmente las necesidades inclusivas y educativas de las personas y colectivos más vulnerables en el contexto en que su ubiquen: infancia, personas sin estudios, minorías inmigrantes, personas con discapacidad, personas sin recursos, en paro, mayores, etcétera. Con ello contribuye a compensar las desigualdades sociales existentes para acceder al conocimiento y la información.

10. La planificación estratégica y la anticipación de las necesidades y problemas sociales deben ser prácticas de los profesionales de las bibliotecas para responder y hacer frente a las dificultades económicas. Con ello podrán convertir la crisis económica en una oportunidad de incrementar su utilidad y lograr el máximo reconocimiento de su labor informativa, educativa, cultual y social

Fuente: http://brmu.blogspot.com/