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viernes, 20 de mayo de 2022

MASACRE de Katyn 1940. La perversa y reiterada costumbre …

Uno de los crímenes más brutales cometidos durante la Segunda Guerra Mundial por la hoy RUSIA Unión Soviética fue la masacre de #Katyn. Todo el estamento político, militar e intelectual de Polonia fue asesinado en un bosque próximo a la ciudad de Smolensk. Este crimen atroz generaría un tenso debate que dividiría a la opinión pública hasta el final de la Guerra Fría.

 

Uno a uno y a sangre fría, 22.000 personas, incluidos políticos, oficiales del ejército e incluso artistas e intelectuales, fueron ejecutadas con un tiro en la nuca entre los meses de marzo y mayo de 1940. Tras recibir el "tiro de gracia", los cuerpos fueron arrojados en fosas comunes en territorio de lo que entonces era la Unión Soviética. En contra de lo que quiso hacer creer el gobierno de Stalin, aquellas personas fueron víctimas de la policía secreta soviética, la temida y siniestra NKVD. La tristemente conocida como "matanza de Katyn" (un bosque próximo a la ciudad soviética de Smolensk donde fueron hallados los primeros cadáveres), supuso el exterminio, en menos de un año, de toda la élite polaca. Durante medio siglo, el crimen fue censurado por el régimen comunista, que siempre acusó a la Gestapo, la policía secreta del régimen nazi, de esa terrible carnicería.

 

Se calcula que las víctimas fueron al menos 21.768 ciudadanos polacos, ejecutados tanto en el bosque de Katyn —actualmente territorio de RUSIA— como en las prisiones de las ciudades de Kalinin, Járkov y otros lugares próximos. Del total de muertos, cerca de ocho mil eran militares prisioneros de guerra, seis mil eran policías y el resto eran civiles integrantes de la intelectualidad polaca —profesores, artistas, investigadores e historiadores— presos bajo la acusación de ser saboteadores, espías, terratenientes, dueños de fábricas, abogados, funcionarios públicos peligrosos y sacerdotes católicos.

 

El traslado hasta el lugar de ejecución de los condenados se realizaba en camiones con diez presos en cada vehículo. Los prisioneros de guerra del campo de Kozielsk fueron conducidos a Katyn; el resto de prisioneros retenidos en otros campos fueron trasladados a otras ubicaciones donde les esperaba el mismo destino. Uno a uno, fueron colocados frente a su propia tumba, a veces con la cabeza tapada, y maniatados. Durante el tiempo que duraron las ejecuciones, que en algunos casos fueron meses, los prisioneros recibían un tiro en la cabeza y los cuerpos caían directamente en la fosa excavada ante ellos

 

La matanza de Katyn fue negada durante medio siglo por la ex URSS, (RUSIA) que acusó de ella a las tropas nazis, que en su avance hacia el Este descubrieron en 1943 las fosas comunes con los restos de los militares polacos asesinados. Sólo en 1989 el último dirigente RUSO , Mijaíl Gorbachov, reconoció la responsabilidad de la URSS por aquella masacre, y en 1992 el primer presidente ruso, Borís Yeltsin, entregó al entonces jefe de Estado polaco, Lech Walesa, documentos que probaban la matanza de los casi 22.000 militares y civiles polacos.

 

Fuentes:  

https://historia.nationalgeographic.com.es

https://www.youtube.com/watch?v=A-R5cGyvGsc

https://www.infobae.com/sociedad/2021/10/21/la-matanza-de-katyn-el-aberrante-crimen-de-25-mil-polacos-prisioneros-de-los-sovieticos-en-la-segunda-guerra-mundial/

https://historia.nationalgeographic.com.es/a/masacre-bosque-katyn_15327

https://www.elmundo.es/especiales/2009/09/internacional/segunda_guerra_mundial/atrocidades/katyn.html

https://www.abc.es/internacional/abci-rusia-difunde-primera-documentos-secretos-sobre-matanza-katyn-201004280300-140102909177_noticia.html



sábado, 26 de febrero de 2022

HOLODOMOR: el Genocidio en Ucrania

La CRIMINAL obsesión RUSA con Ucrania: gente que comía ratas, perros y hasta a sus hijos en la brutal HAMBRUNA ordenada por el dictador STALIN

En 1932 y 1933, Stalin desató una tremenda hambruna que mató a cinco millones de personas. Así como los judíos tienen su Holocausto, los ucranianos tienen su Holodomor (Holod = hambre, Mor = exterminio). La historia muestra que los rusos siempre tuvieron temor del independentismo ucraniano, porque la región es el granero de Rusia, lo fue de los zares, de la URSS y lo es ahora de Vladimir Putin

Dos palabras que encierran un drama: UCRANIA significa "frontera" en ruso y en polaco; Holodomor, menos conocida, designa el genocidio desatado en los años 30 del pasado siglo por José Stalin, que condenó a la muerte por hambre a más de cinco millones de personas, una masacre que el comunismo siempre calló. Holodomor es la unión de dos palabras ucranianas: hólod (hambre) y mor (exterminio).

El hambre que Stalin desató sobre Ucrania fue tan enorme, que un solo testimonio resume aquel drama: "Los niños morían de hambre. Y los padres, muy próximos también a la muerte por inanición, cocinaban los cadáveres de sus hijos y se los comían. La debilidad los sumía en un profundo embotamiento. Luego, cuando se daban cuenta de lo que habían hecho, enloquecían". Esto contó una reclusa polaca, prisionera de los soviéticos, según le contaron los sobrevivientes del Holodomor. Es uno más de los testimonios recogidos por la escritora y periodista americana Anne Applebaum en su libro Hambruna roja, esencial para entender, o intentar entender, aquel desastre.

Ucrania siempre fue el granero de Rusia. Esa fue su fortuna. Y su desgracia. Y hoy vuelve a verse cercada, por las armas como hace noventa años, por un remedo del estalinismo encarnado por Vladimir Putin. No es la cosecha la razón de la intromisión rusa en Ucrania. O lo es, pero en menor medida que hace casi un siglo; tampoco es, o no lo es de manera determinante, el poderío militar; Ucrania era dueña hasta 2014 de la península de Crimea, con su importante puerto de Sebastopol, cuna y sede de la flota de guerra rusa. Ese año, Putin la integró al territorio ruso. Es el deseo de independencia de Ucrania el que alborota los sentidos rusos y mueve a sus ejércitos hacia ese territorio en conflicto histórico, para sofocar cualquier intento de soberanía política ucraniana, en especial si busca vincular su destino con Occidente.

Remontarse al origen del drama es viajar al siglo XIV, cuando ya existía un idioma ucraniano, de raíces eslavas, vinculado al polaco y al ruso: vinculado, pero diferente. Los ucranianos tenían su propia comida, sus tradiciones, sus costumbres, sus héroes, sus villanos y sus leyendas. Su identidad se fortaleció durante los siglos XVIII y XIX, pero siempre formó parte, a manera de colonia, de otros imperios europeos. Rusos y polacos buscaron siempre negar la existencia de una nación ucraniana, en especial la Rusia de los zares, que atacó y dinamitó el uso del idioma y la educación ucraniana. Cuando la Revolución Rusa de 1917, Ucrania aprovechó aquellos vientos y declaró la República Popular Ucraniana. Reverdeció el uso del idioma, que se convirtió en un símbolo de libertad económica y política, y tuvo un especial empuje el descubrimiento de carbón y el desarrollo de cierta industria pesada en la región del Donbás, que es la que Putin acaba de declarar independiente y es escenario de una guerra todavía larvada.

Con esas ansias terminó Lenin, que en enero de 1918 ordenó un ataque militar, como ahora Putin, y estableció un régimen anti ucraniano en Kiev. Según los dictados de Carlos Marx, seguidos por Lenin y Stalin, los campesinos eran despreciados en la nueva URSS, que ponía sus esperanzas en el nuevo proletariado industrial del que los bolcheviques se decían "la vanguardia". Stalin decidió industrializar a la URSS como una de las bases del desarrollo de la URSS. ¿Quién iba a financiar el enorme costo de esa inversión? El cereal. El cereal ucraniano.

El suelo de Ucrania, el que no está muerto como el de Chernóbil, es un milagro. Permitía entonces dos cosechas anuales. El "trigo de invierno" se siembra en otoño y se cosecha en julio y agosto, pleno verano; el cereal de primavera se siembra en abril y mayo y se cosecha en octubre y noviembre. Stalin diseñó un plan ambicioso para que la URSS tuviese una moneda fuerte: explotar la riqueza agrícola. En 1929 puso en marcha su primer plan quinquenal, como respuesta a la crisis financiera mundial, un plan que ocultaba una idea disparatada: convertir al campesinado de la URSS en un nuevo proletariado. El plan incluía la "colectivización" de la producción agrícola: el Estado era dueño de todo.

Una gran desconfianza mutua envenenaba a los campesinos ucranianos y a los funcionarios soviéticos. Stalin, que buscaba pagar la modernización industrial con las exportaciones de trigo y temía además una intentona independentista como la de 1917, no sabía cuánto grano acumulaba Ucrania y sospechaba que los campesinos escondían buena parte de ella. Sospechaba bien. Los campesinos, que habían sido siervos del zar, no querían ser ahora siervos del nuevo régimen comunista.

Los soviéticos entonces desataron una campaña contra los kulaks, los campesinos más prósperos, que no querían renunciar a sus tierras y unirse a las granjas colectivas. Esa negativa fue juzgada como sabotaje por el Kremlin, se expropiaron tierras y unos ciento veinticinco mil kulaks fueron enviados a los campos, gulags, siberianos. En 1931, el cuarenta y dos por ciento de la excelente cosecha ucraniana fue a parar a manos del Estado. Al año siguiente, 1932, la cosecha fue un desastre, en buena medida porque los campesinos se negaron a sembrar: ¿para qué, si todo se lo llevaba el Estado? Sembraron lo elemental para su manutención, y escondieron el grano. "A fines de 1932, las estaciones de tren de Ucrania ya estaban abarrotadas de gente raquítica que mendigaba", reveló Applebaum.

Todo fue a peor cuando el Kremlin sancionó la "Ley de las tres espigas", que sancionaba con diez años de trabajos forzados a quien robara cualquier propiedad estatal. Y la comida era del Estado soviético. Tropas del Ejército Rojo y activistas del Partico Comunista viajaron a Ucrania para requisar los alimentos que el campesinado atesoraba para sobrevivir. La requisa fue enorme, Ucrania quedó vacía y aislada: Stalin creó un cordón alrededor de muchos pueblos, rodeados por la policía que vigilaba desde altas torres, para evitar que alguien pudiese escapar.

La gente empezó a comer todo lo que estaba vivo. Y luego, lo que pudiera ser comido. Revela Applebaum en Hambruna roja: "La gente comía cualquier cosa para no morir. Comían alimentos podridos o sobras de comida que las brigadas hubiesen pasado por alto. Comían caballos, perros, gatos, ratas, hormigas, tortugas. Hervían ranas y sapos. Comían ardillas. Cocinaban erizos en hogueras y freían huevos de pájaros. Comían la corteza de los robles, musgo, bellotas. Comían hojas y dientes de león, caléndulas y un tipo de espinaca silvestre. Mataban cuervos, palomas y gorriones. Nadía Lutsíshina recordaba que las ranas no duraron muchos: las cazaron a todas (…). Ser propietario de una vaca separaba a la vida de la muerte. ¿Qué podían comer las vacas? La paja de los techos de las cabañas campesinas".

Entre el 15 de diciembre de 1932 y el 2 de febrero de 1933, noventa y cinco mil campesinos habían dejado sus hogares para no morir de hambre. La versión oficial decía, con enorme hipocresía, que el éxodo se debía a que "no han conseguido satisfacer sus obligaciones en materia de acopio de cereal", es decir, que no habían cumplido con la cuota de cereal que debían entregar a Stalin y temían la represión. Sólo un organismo admitió, en lenguaje alambicado, que la huida era porque "se ven afectados por problemas relacionados con el abastecimiento de alimentos".

La hambruna fue bestial. Una chica de diez años, cita Applebaum en su libro, escribió una carta a su tío que vivía en Járkov, la segunda mayor ciudad de Ucrania: "¡Querido tío! No tenemos pan ni nada para comer. Mis padres están exhaustos por el hambre, se han tumbado y ya no se levantan. A mi madre, el hambre la ha dejado ciega y no puede ver. La he sacado a la calle. Tengo muchas ganas de comer pan, Tío, llévame a Járkov contigo porque voy a morir de hambre. Lévame contigo, soy pequeña y quiero vivir, y aquí me moriré, porque todo el mundo se muere (…)".

Los ucranianos empezaron a morir en las calles. Por hambre. Con las proteínas devoradas por el propio cuerpo que busca alimentarse y canibaliza los tejidos y los músculos. Al final, la piel se hace más fina, los ojos se dilatan, las piernas y el estómago se hinchan porque el cuerpo retiene agua a como dé lugar. El más mínimo esfuerzo causa agotamiento. Estallas las enfermedades que llevan a la muerte: neumonía, tifus, difteria, escorbuto.

Un párrafo de Hambruna roja revela: "La hermana de Volodímir Slípchenko trabajaba en una escuela en la que vio morir de hambre a chicos durante las clases. Un chico está sentado en su pupitre, se desmaya, o cae, o mientras jugaba fuera, en el patio. Muchas personas fallecieron mientras intentaban huir a pie. Otro superviviente recordaba que los caminos que llevaban al Donbás estaban cubiertos de cadáveres. Había aldeanos muertos en las carreteras, en las cunetas y en los caminos. Había más cadáveres que personas para moverlos (...)".

Padres que salvaron sus vidas a costa de las de sus hijos, se comían sus raciones de pan y los dejaban morir: aquel chico que buscaba algo de granos en las huellas que dejaban los carros y camiones de las brigadas de recolección, al que le avisan que su padre ha muerto y responde: "Que se vaya al infierno. Yo quiero comer"; las calles llenas de cadáveres, como si se tratara de gente muy cansada que echa un sueño al aire libre; campesinos fusilados por haber intentado robar un pedazo de pan: todo está documentado en fotografías espeluznantes que el poder soviético ocultó durante años. El eslogan oficial, de nuevo la hipocresía de los "relatos", decía: "Los rusos tienen hambre, sí. Pero nadie se muere".

No era verdad: cinco millones de víctimas gritan todavía lo contrario aún hoy, cuando la sombra del pasado vuelve a oscurecer el cielo de Ucrania.

(C) Por Alberto Amato

Véase además : https://baxcolectividades.buenosaires.gob.ar/descargas/Holodomor.pdf

https://www.elcorreo.com/xlsemanal/historia/stalin-matanza-genocidio-ninos-hambre-holodomor-de-ucrania.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.google.com%2F

https://larepublica.pe/mundo/2022/02/25/holodomor-cual-es-su-origen-y-como-fue-la-gran-hambruna-ucraniana-provocada-por-stalin-atmp/

viernes, 24 de mayo de 2013

EPIGRAMA Contra STALIN / Osip Mandelstam

(Stalin puede ser cualquier Criminal-Dictadorzuelo-Gobernante..Contemporáneo…)
Vivimos sin sentir el país a nuestros pies,
nuestras palabras no se escuchan a diez pasos.
La más breve de las pláticas
gravita, quejosa, al montañés del Kremlin.
Sus dedos gruesos como gusanos, grasientos,
y sus palabras como pesados martillos, certeras.
Sus bigotes de cucaracha parecen reír
y relumbran las cañas de sus botas.

Entre una chusma de caciques de cuello extrafino
Él juega con los favores de estas cuasipersonas.
Uno silba, otro maúlla, aquel gime, el otro llora;
sólo él campea tonante y los tutea.
Como herraduras forja un decreto tras otro:
A uno al bajo vientre, al otro en la frente, al tercero en la ceja,
al cuarto en el ojo.
Toda ejecución es para él un festejo
Que alegra su amplio pecho de oseta.


Noviembre de 1933 

A Osip Mandelstam le costó la vida un epigrama contra Stalin. José Manuel Prieto reconstruye ese terrible capítulo del totalitarismo al presentar esta traducción, comentada verso por verso, de la célebre sátira.

martes, 10 de abril de 2012

La vuelta al cole de Iósif Stalin


La publicación de cuadernos escolares con el retrato del dictador provoca la indignación de políticos e historiadores rusos, que exigen al Gobierno su retirada.
La publicación de cuadernos escolares con el retrato de Iósif Stalin ha provocado la indignación de políticos e historiadores rusos, que exigen que el Gobierno los retire de las librerías, donde han alcanzado un récord de ventas. "¿Stalin en los cuadernos escolares? Absurdo, torpe e inepto. Que el que tuvo esa idea se los compre a sus hijos", aseguró el veterano cantante y actor Mijaíl Boyarski, quien nació en 1949, cuando el dictador aún dirigía con mano de hierro la Unión Soviética
Los cuadernos, que llegaron a las estanterías el mes pasado, pertenecen a una serie dedicada a personajes ilustres de la historia de Rusia como Catalina la Grande, el compositor Serguéi Rajmáninov o el padre del programa espacial soviético, Serguéi Koroliov. "¿Cómo podemos excluir a Stalin de una lista de personajes históricos? Guste o no, tuvo un papel muy significativo en el siglo XX", aseguró a Efe Artiom Bilán, director artístico de la editorial "Alt" que publicó los cuadernos. No obstante, lo que más ha indignado a sus detractores es que en la portada se presente al tirano comunista en un marco dorado como el "Generalísimo", con una casaca militar repleta de condecoraciones como la de Héroe de la URSS o la Orden de Lenin.
"Cuando los niños ven esa imagen, con él tan apuesto, con el bigote, las medallas, todo rodeado de oro, lo ven como un héroe. Esto es un claro ejemplo de amoralidad", denunció el periodista e historiador Nikolái Svanidze.
A decir verdad, el cuaderno de 48 páginas dedicado a Iósif Dzhugashvili (Stalin) incluye en la contraportada una pequeña biografía y varias fotos de su etapa de revolucionario clandestino y de mandatario comunista. "Los niños e incluso los universitarios rusos no saben quién es Stalin. Por eso, nosotros no sólo tratamos de vender el mayor número de ejemplares, sino también de contribuir al conocimiento de la historia", adujo Bilán.
El texto reconoce que Stalin "es una de las figuras más controvertidas de la historia rusa y mundial": "Para unos es casi el mismo Demonio y para otros es el mayor líder de todos los tiempos". "En total, durante los años de mandato de Stalin fueron fusiladas (...) más de 640.000 personas, 2,4 millones fueron enviados al GULAG y 760.000 deportados", reza.
Las fotos también exponen las dos caras del personaje: una foto de Stalin con su hija, imágenes de las penurias sufridas por el pueblo durante la industrialización estalinista y de los tristemente célebres campos de trabajo. "No es una apología o un panegírico. Los métodos de Stalin fueron demenciales, pero no se le puede comparar con Hitler. Esperábamos alguna crítica, pero no una polémica tan grande. Los cuadernos no son para primaria, sino para secundaria", apuntó Bilán.
El ministro de Educación ruso, Andréi Fursenko, describió los cuadernos como "un fenómeno negativo", pero agregó que carece de facultades para ordenar su requisación de las librerías. "¿Qué puedo hacer? ¿Quién puede hacer algo? Los cuadernos no son ni siquiera un manual. Si no contradice la ley, cualquiera puede publicar lo que le venga en gana. La legislación prohíbe la pornografía y la simbología nazi", dijo.
En cambio, algunos políticos y escritores creen que el ministerio sí puede adoptar una norma que impida la publicación en un contexto positivo y heroico de retratos de un personaje histórico que sea considerado "un verdugo" de millones de inocentes. Entre los que más han criticado los cuadernos se encuentran varios miembros de la Cámara Pública, órgano consultivo del Kremlin, y organizaciones de derechos humanos como Memorial, que defiende la rehabilitación de los represaliados soviéticos.
"Esto es, por supuesto, propaganda estalinista. Stalin jugó un papel terrible en nuestra historia. Un estudiante hace un problema de matemáticas o estudia geografía, mientras delante tiene a Stalin. Esto tiene una enorme influencia en su subconsciente", advirtió Arseni Roguinski, historiador de Memorial. Al respecto, Bilán asegura que la editorial no tiene intención de suspender la comercialización de los cuadernos, cuanto más que la polémica ha multiplicado las ventas.
"Ni la Cámara Pública ni Memorial son órganos legislativos para exigirnos que retiremos nuestro producto del mercado. Si lo decidiera la Duma (Cámara de diputados), sería el fin de la libertad de expresión en Rusia", dijo. La venta de los cuadernos se ha disparado desde el estallido de la controversia, por lo que las librerías moscovitas se han visto obligadas a aumentar el número de pedidos.
"Cuando vi el reportaje en televisión me indigné, pero al ver el ritmo de ventas, se me pasó el enfado", dijo a Efe una de las empleadas de la cadena de librerías "Moskovskiy Dom Knigui", donde el célebre cuaderno se ha convertido en "líder ventas" gracias al interés despertado en los adultos, que no en los niños.
Fuente: http://www.publico.es/internacional/428459/la-vuelta-al-cole-de-iosif-stalin