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miércoles, 27 de julio de 2011

Un límite a la soberbia del poder / por Julio Bárbaro ** [Opinión]


Un límite a la soberbia del poder: fragmentos escritos por el ex diputado del PJ. Julio Bárbaro,donde describe con sapiencia las manifestaciones desopilandes, discriminatorias, y elitistas del OraKulo intelectualoide oficialista.

De nuevo en Santa Fe, los resultados de una elección son devaluados por los representantes de la oligarquía intelectual del kirchnerismo, que no por ser, a veces, culta es menos soberbia. El Gobierno salió tercero y tendrá que asumir que el mal trato y el peor humor no le están sumando simpatías.

El pueblo tuvo un tiempo donde pegó un alarido ("alpargatas si, libros no") , que no era, como se hizo creer, una diatriba contra el papel escrito, sino apenas un recurso para expulsar a quienes la lectura los hacia creer superiores.
A veces la vida nos vuelve mucho más sabios que los libros. Ni Lula ni Pepe Mujica salieron de los claustros, y ellos pensaron en su pueblo en serio. Ni Evita, que lastimaba el paradigma de las cultas de buena familia, y hoy la alaban sin siquiera recordar lo importante de su mensaje y de su vida.

Es un lugar común decir que la universidad aporta talento y profundidad, en tanto el espectáculo sólo muestra cierta decadencia social. O sea que unos nos educan y otros nos degradan.
El inventor del término "tinellizacion" debe ser un filósofo griego que retornó del pasado. La concepción es simple: los señores de la UBA o de FLACSO son los únicos que tienen un proyecto, y el resto de los mortales nada que decir.
Me recuerda cuando nos importaban doctores de Harvard o de Oxford, que la tenían tan clara que nos llevaron a la quiebra. Claro que ahora los leídos son progresistas, de esos que no fallan.

Quisiera que me explicaran qué milagro lleva a que los supuestos intelectuales entiendan al pueblo más que los actores y los humoristas, o quién diablos nos dijo que la justicia está toda a la izquierda de la pantalla, y la mentira a la derecha del televisor. Que los que defendieron a Stalin y devaluaron al peronismo, tengan algo para aportar en esta etapa donde se disfrazan todos de peronistas, pero ni se atreven a nombrar al General. Que entre los que nunca nos quisieron y los expulsados de la Plaza se encuentran la superación de nuestra historia. ¿No sería mejor olvidarla que utilizarla de esta manera? Esta noción de que los cultos universitarios son superiores al resto de la sociedad y que ellos son derrotados por el mal expresado en la cultura del espectáculo termina poniendo las cosas en su lugar, mostrando que se llenaron de soberbia para cubrir la escasez de talento.

El peronismo fue la expresión popular y los que no entendieron al General tampoco pudieron entender a su pueblo.
Ni el odio ni el resentimiento fueron partes de nuestra historia, ni mucho menos la soberbia y la critica a los votantes. Tampoco fuimos una fuerza que escuchaba al General y no le discutía nada. El diálogo era desde el balcón y los que interactuaban eran trabajadores, no funcionarios, y concurrían allí por ellos mismos, no necesitaban colectivos que los acercaran.

Finalmente, si los humoristas sacan muchos votos será porque los políticos tienen pocas ideas y peor humor. Demasiados rencores para tanta pobreza de proyecto, y demasiado enojo para el resultado que supieron gestar. Hoy esos votos significan sólo un límite al poder del Gobierno. Si no aprenden, puede terminar en fin de ciclo.


** EX DIPUTADO NACIONAL DEL JUSTICIALISMO


Buenos Aires; 26 de julio de 2011