- Reconoceré que el universo de la cultura informacional está cambiando muy rápidamente y que las bibliotecas tienen que responder positivamente a esos cambios para reforzar los servicios que los usuarios necesitan y quieren.
- Me educaré sobre la cultura informacional de mis usuarios y buscaré formas de incorporar lo que aprendo a los servicios de la biblioteca.
- No seré paternalista en relación a mi biblioteca, sino que observaré claramente su situación y haré una evaluación honesta lo que puede ser mejorado.
- Seré un participante activo para mejorar mi biblioteca.
- Reconoceré que las bibliotecas evolucionan muy lentamente y trabajaré con mis colegas para fomentar nuestra sensibilidad a que ésto cambie.
- Seré valiente para enfrentarme a la propuesta de nuevos servicios y nuevos modos de mejorarlos, aunque algunos de mis colegas sean reacios.
- Mostraré ilusión por los cambios positivos y transmitiré ésto a mis colegas y usuarios.
- Dejaré de lado las prácticas de antaño si hay un modo mejor de hacerlas ahora incluso si éstas me parecen muy importantes.
- Tendré una actitud práctica y experimental con respecto a los cambios, estando dispuesto a cometer errores.
- No esperaré hasta que algo sea perfecto para lanzarlo al público, sino que lo mejoraré continuamente basándome en el feedback del usuario.
Que diferente de aquel Decálogo del buen bibliotecario de Eco. Y a la vista de los puntos tratados, no dudo en afirmar que puede ser adaptado a cualquier profesión que quiera mantenerse al día y ser competente en su profesión.