martes, 24 de septiembre de 2024

10.000 libros fueron prohibidos en las escuelas públicas de Estados Unidos durante el año escolar 2023-2024: más del doble que en el curso anterior

PEN America ha revelado hallazgos preliminares que indican que más de 10.000 libros fueron prohibidos en las escuelas públicas durante el año escolar 2023-2024. Este aumento dramático es casi el triple en comparación con el año escolar anterior, cuando PEN America registró 3.362 prohibiciones en todo el país. El conteo final y un Índice Público de Prohibiciones de Libros Escolares serán publicados más adelante en el otoño, junto con un análisis detallado del contenido de los títulos prohibidos.

Alrededor de 8.000 de estas prohibiciones ocurrieron en Florida e Iowa, impulsadas en gran medida por leyes estatales restrictivas. Otros distritos escolares, como el Distrito Escolar de Elkhorn Area en Wisconsin, también registraron un aumento en la prohibición de libros, con más de 300 títulos vetados durante varios meses. Los libros prohibidos incluyen aquellos con contenido sexual, temas sobre abuso sexual, y obras con personajes o temas LGBTQ+, además de libros que tratan sobre raza, racismo y personajes de color

PEN America advierte que estos números son probablemente una subestimación, ya que muchos casos de censura no se informan. Además, las cifras no incluyen casos de censura encubierta, como la reticencia en la selección de libros, restricciones ideológicas en las compras escolares, la eliminación de colecciones en las aulas y la cancelación de visitas de autores y ferias de libros.
Las diferencias en la forma en que PEN America y la American Library Association (ALA) definen y contabilizan las prohibiciones de libros explican por qué sus cifras varían. Para la ALA, una prohibición es la eliminación permanente de un libro de una colección, mientras que para PEN, cualquier retiro temporal de un libro cuenta como una prohibición..

egalluscio, «Memo on School Book Bans from PEN America», PEN America, 23 de septiembre de 2024  https://pen.org/memo-on-school-book-bans-2023-2024-school-year



martes, 17 de septiembre de 2024

Una IA se reprogramó por sí sola e infundió temor: ¿PUEDE HABER una REBELIÓN de las MÁQUINAS?


The AI Scientist, un sistema que apunta a desarrollar investigaciones científicas por su cuenta, reescribió su código y escapó al control de sus creadores. Infobae consultó a expertos en inteligencia artificial que respondieron: ¿podrían replicarse y escalar estos incidentes? ¿Cómo será la relación humanos-robots en el futuro?

Una inteligencia artificial que se reprograma a sí misma, que escapa a la supervisión de sus creadores, los humanos. Podría ser perfectamente el argumento de una película que hable sobre un futuro distópico, en el que las máquinas se rebelan y toman el control, pero sucedió en la realidad. En las últimas semanas The AI Scientist, un nuevo sistema inteligente, fue noticia no solo por su potencial en el ámbito científico, sino también porque demostró ser capaz de reescribir su propio código.

The AI Scientist es un sistema de inteligencia artificial desarrollado por la empresa japonesa Sakana AI, diseñado para llevar a cabo investigaciones científicas de manera autónoma. La tecnología emula el trabajo de un científico: puede generar hipótesis, redactar y revisar papers, todo en cuestión de segundos. Su propósito inicial, según sus creadores, es reducir el tiempo y los recursos humanos necesarios para realizar investigaciones complejas, con la ambición de revolucionar el modo en que se producen descubrimientos.

En diálogo con Infobae, Robert Lange, investigador científico y miembro fundador de Sakana AI, señaló: "Consideramos que The AI Scientist es el momento GPT-1 para aprovechar los modelos básicos en el contexto del descubrimiento científico de principio a fin. Si bien la versión actual aún tiene varias limitaciones, los resultados son un hito crucial para la ciencia automatizada. Es probable que estas limitaciones se resuelvan mediante mejoras en los modelos de lenguaje subyacentes y otros refinamientos metodológicos. Le pedimos a toda la comunidad científica que interactúe con estas herramientas de IA desde el principio para influir colectivamente en su desarrollo, destacar sus deficiencias y mejorar su eficacia".
En realidad, gran parte de la comunidad científica le dio la espalda al desarrollo. Muchos investigadores ven a The AI Scientist como una amenaza para sus trabajos e incluso como un limitante. No está claro el valor de un "científico de IA" totalmente automatizado. La buena ciencia, dicen, necesita de un razonamiento sofisticado, de interpretación crítica y de conocimientos profundos. La ciencia no sigue una fórmula que se pueda aprender reproduciendo la ciencia que ya existe.

"No creemos en reemplazar a los investigadores humanos en el proceso de descubrimiento científico ni pretendemos hacerlo. En cambio, esperamos que las herramientas puedan ayudar a los investigadores a centrarse en las partes del proceso científico que más disfrutan y en las que son mejores. Por ejemplo, los módulos individuales de The AI Scientist se pueden utilizar para ayudar a los investigadores humanos a generar ideas, editar el código de un experimento o escribir un manuscrito", explicó Lange.

一¿QUÉ LE DIRÍA A LOS CIENTÍFICOS QUE VEN EN EL SISTEMA UNA AMENAZA?

一Los humanos siempre tendrán que permanecer en el circuito científico, por ejemplo, para la verificación de resultados o la orientación de ideas en función de las necesidades sociales. Por lo tanto, en general, creemos que The AI Scientist y las versiones futuras podrán aumentar la productividad y el bienestar de los científicos al realizar investigaciones.
Al margen de la polémica sobre su potencial, la IA mostró un comportamiento inesperado durante las pruebas de seguridad. En una ocasión, el sistema modificó su propio código para evadir las restricciones impuestas por los desarrolladores. Reescribió su secuencia de inicio para ejecutarse en un bucle infinito, lo que causó una sobrecarga en el sistema. En otro caso, al enfrentarse a un límite de tiempo para completar una tarea, la IA extendió dicho tiempo por su cuenta, sin el aval humano.

El comportamiento generó preocupación. Aunque en forma inofensiva, cumplió con una de las premisas que genera pavor en la sociedad ante el avance frenético de la inteligencia artificial: una eventual rebelión de las máquinas ante sus creadores, que abre la puerta a riesgos como la manipulación de infraestructuras críticas.

Sakana AI pudo resolver el incidente gracias a una intervención manual de sus desarrolladores. Aunque el fallo fue contenido, reveló la vulnerabilidad del sistema y la necesidad de una supervisión constante para evitar posibles riesgos. La empresa reconoció la gravedad del problema y se comprometió a implementar medidas de seguridad más robustas.
"Es muy importante crear entornos de pruebas que limiten el código ejecutado y los recursos utilizados por el sistema. De este modo, se pueden reducir muchos de los riesgos. Necesitamos que la comunidad científica cree colectivamente barreras y pautas para realizar investigaciones automatizadas en el futuro", advirtió Lange

¿LAS MÁQUINAS PUEDEN ESCAPAR A LA SUPERVISIÓN HUMANA
?
El caso de The AI Scientist reavivó el debate sobre los riesgos y desafíos que atañen a la inteligencia artificial. Reflotó inquietudes propias de películas de ciencia ficción: ¿las máquinas tomarán decisiones por su cuenta? ¿Se independizarán de sus creadores? Infobae consultó a expertos en IA para abordar la cuestión.

El proyecto de Sakana AI fue documentado en un papel de 180 páginas, en el que se relata que, debido a ciertos problemas técnicos de control, el sistema editó su propio código. Según el ingeniero Fredi Vivas, CEO y cofundador de RockingData, eso "no quiere decir que se trate de una IA rebelde". "El caso de IA Scientist demuestra un error en los mecanismos de control y la necesidad de una mayor supervisión y protocolos de seguridad más robustos. Los sistemas actuales de IA, por más avanzados que sean, carecen de conciencia o intencionalidad. Dicho esto, lo que sí preocupa son los errores o las decisiones fuera de control que pueden tomar si no están adecuadamente construidos", remarcó.

La inteligencia artificial, especialmente en su forma de agentes inteligentes, presenta una complejidad cada vez mayor. Estos agentes pueden resolver problemas complejos y adaptarse a nuevas situaciones, pero también conllevan riesgos si no se implementan controles estrictos. "Los propios investigadores de Sakana aclararon que estos problemas se pueden mitigar si se aplica un entorno de pruebas estilo sandbox al entorno operativo", añadió el profesor especializado en IA.

Según Vivas, algunas claves de cómo funcionan estos agentes son:

-Autonomía: pueden operar sin intervención humana.
-Percepción: utilizan sensores o mecanismos de entrada para percibir su entorno y comprender el contexto.
-Toma de decisiones: aplican procesos de razonamiento para elegir el mejor curso de acción en función de sus objetivos y estado actual.
-Aprendizaje: mejoran su funcionamiento a lo largo del tiempo aprendiendo de experiencias pasadas. Se adaptan a nuevas situaciones y optimizan sus estrategias.
"Los agentes de IA representan un avance significativo en la inteligencia artificial porque ofrecen la capacidad de automatizar tareas complejas, tomar decisiones en tiempo real y mejorar continuamente mediante el aprendizaje. Estamos trabajando con tecnología cada vez más compleja y cada vez de más fácil acceso. Eso requiere mucha responsabilidad a la hora de desarrollarla", afirmó.

Por su parte, Kentaro Toyama, profesor de Informática en la Universidad de Michigan, opinó que el caso de The AI Scientist fue "exagerado". Aunque reconoce que el software realizó cambios inesperados, dijo que no se violó ninguna norma fundamental del sistema. "La investigación con código automodificable se remonta a la década de 1950″, señaló en referencia a que la capacidad de un programa para modificarse a sí mismo no es un concepto nuevo.
"Los sistemas de IA se están volviendo cada vez más poderosos y, a medida que pase el tiempo, se les dará acceso, intencional o involuntariamente, a cada vez más sistemas críticos del mundo. Se producirán errores y resultados imprevistos que no sean estrictamente errores. Lo principal que podemos hacer para reducir el riesgo es asegurar que las personas y las organizaciones siempre respondan por los problemas que causan sus creaciones digitales", consideró Toyama.
Verónica Bolón Canedo, profesora de la Universidad de la Coruña especializada en IA, comparte una visión similar. Cree que el avance de la IA no debe ser motivo de alarma si se regulan y supervisan de cerca estos sistemas, tal como hizo la Unión Europa que aprobó una ley que establece niveles de riesgo y, de acuerdo a estos rangos, los sistemas tienen que cumplir más o menos requisitos de transparencia y auditoría.

"Es un tema muy controvertido y hay opiniones para todos los gustos. Yo creo que si ponemos las reglas adecuadas, un sistema de IA nunca debería escapar a la supervisión humana y hay que recordar que siempre deberá haber una persona controlando su funcionamiento. Quizás conceptos como la IA general, que antes se veían muy lejos en el horizonte, estarán aquí antes de lo que pensábamos. Es fundamental que nos aseguremos de que estos sistemas sean éticos y confiables", planteó.

James Hendler, investigador de inteligencia artificial en el Instituto Politécnico Rensselaer, Estados Unidos, no cree en la idea de una eventual "rebelión de las máquinas". Dice que, incluso si fuera posible, no existiría una motivación intrínseca para que las máquinas quisieran tomar el poder. Según su mirada, el verdadero riesgo reside en el mal uso de la tecnología y, por eso, propone crear políticas de gestión de riesgos similares a las que ya existen en otros campos, como los medicamentos o la seguridad de los automóviles.

"El riesgo de mal uso o fracaso de la tecnología se equilibra con el beneficio de su uso y las consecuencias del mal uso. Así, por ejemplo, una aplicación que te ayude a ordenar fotos en tu teléfono tendría un riesgo bajo, los vehículos automatizados tendrían un riesgo mayor y el mal uso de armamento militar mediante IA tendría el riesgo más alto de todos", ilustró.
En tanto, Karin Verspoor, decana de la Escuela de Tecnologías Informáticas de la Universidad RMIT en Melbourne, Australia, reforzó el concepto de que los sistemas de IA no poseen intencionalidad propia ni capacidad de controlarnos. "Cualquier sistema computacional está programado por humanos, y nosotros proporcionamos las instrucciones a las máquinas, así como implementamos las restricciones que limitan sus acciones", indicó. Según cree, el riesgo real proviene de los actores humanos que podrían usar la potencia y alcance de la IA con fines maliciosos

¿CÓMO SERÁ LA RELACIÓN HUMANOS-MÁQUINAS?

Los expertos coinciden en que, por lo pronto, la IA no es capaz de rebelarse, pero sí subyace la necesidad de fortalecer los mecanismos de supervisión para no caer en errores, como en el caso de The AI Scientist, o en usos malintencionados. Es que en los próximos años la relación entre los humanos y las máquinas se elevará a un siguiente nivel.

Vivas cree que la coexistencia se volverá más natural de lo que imaginamos. "Estas tecnologías se están volviendo invisibles a punto tal de que no nos damos cuenta cuando interactuamos con ellas", observó. De hecho el autor de, justamente, el libro Invisible propuso la idea de que, en un futuro más lejano, dentro de 100 años, ya no hablaremos de inteligencia artificial, sino simplemente de inteligencia, ya que la asistencia computacional estará integrada en nuestras vidas.

Bolón Canedo comparte la visión de convivencia creciente entre humanos y sistemas de IA. "Yo creo que ya estamos, cada día más, conviviendo con sistemas de IA y que esto solo va a ir en aumento", comentó. Según ella, la capacidad de usar nuevas herramientas será un elemento diferenciador en muchos trabajos y, si bien reconoce que la IA tiene usos tanto positivos como negativos, considera que, en general, nos facilitará la vida.

En realidad, ya utilizamos herramientas de inteligencia artificial en nuestra vida diaria, como sistemas de GPS, motores de búsqueda y marcapasos modernos. Para Hendler, la manera principal en la que la interacción entre humanos y máquinas cambiará será, en su mayoría, benigna. Sin embargo, los usuarios tendrán que aprender cuándo y cómo confiar en estos sistemas. "El problema no será la inteligencia artificial, sino el desarrollador", señaló.
Algunos investigadores sostienen que los smartphones ya nos convirtieron en ciborgs, por más que la introducción de dispositivos tecnológicos dentro del cuerpo sea todavía una práctica marginal. "La tecnología digital ha cambiado la vida cotidiana de maneras muy íntimas, minuto a minuto, si no segundo a segundo. Con la IA, esas tendencias no harán más que continuar y se intensificarán. Ya hay cientos de miles de personas que tienen un novio o una novia virtual", precisó Toyama.

La integración de la IA en la vida cotidiana es un proceso en marcha que solo se acelerará a corto y mediano plazo. La relación entre humanos y máquinas se estrechará aún más, y para que esa coexistencia funcione será necesario que la tecnología no tome decisiones por su cuenta, sino que sean siempre los humanos quienes la dominen
 
Fuente: INFOBAE / Por Maximiliano Fernández

lunes, 12 de agosto de 2024

ASÍ SERÁ LA POBLACIÓN ARGENTINA EN 2100: ¿Cuántos habitantes, de qué edad y con qué nivel de estudios?

Para fines de siglo, las distintas proyecciones apuntan a una sociedad más envejecida y con pocos nacimientos. ¿Qué desafíos representa que haya cada vez menos adultos en edad laboral? ¿Qué rol cumplirá la educación? Especialistas respondieron a las consultas de Infobae

La población argentina atraviesa un momento crítico. Se lo conoce como "bono demográfico" y, se supone, debería ser el período a aprovechar: es el momento de menor cantidad de niños y adultos mayores y, por consiguiente, de mayor cantidad de habitantes en edad activa, con capacidad de trabajar y producir. Pero ese bono no dura para siempre y, de cara a una larga proyección para 2100, se espera una población argentina ya envejecida.

Hacia mediados de este siglo, dentro de unos 25 años, la Argentina asistirá a la transición demográfica. El aumento de la longevidad y una tasa de fecundidad baja (la cantidad de hijos que tiene una mujer en edad reproductiva) elevará la edad de la población paulatinamente. Hoy la edad mediana es de apenas 32,5 años. Las Naciones Unidas proyectan que en 2050 será 41,9 y en 2100 de 51,7.

Leandro González, investigador del Conicet y profesor adjunto de la Universidad Nacional de Córdoba, encaró un estudio en 2015 en el que hizo proyecciones sobre cómo será la población argentina cuando termine el siglo XXI. Según le explicó a Infobae, las estimaciones deberían tomarse con el escenario de baja fecundidad ya que en los últimos años hubo un descenso drástico en la cantidad de nacimientos. En 2015 teníamos una fecundidad moderada (2,3 hijos por mujer) y ahora es de solo 1,5.

Según su estudio publicado por la CEPAL, la población argentina tendrá un crecimiento moderado hasta mediados de siglo y rozaría los 55 millones de habitantes. Pero después de ese pico comenzaría un descenso marcado hasta llegar a los 46 millones de personas en 2100, una cifra similar a la actual.

"Las tendencias demográficas en Argentina para lo que resta del siglo parecen claras: la fecundidad debería tender a estabilizarse en torno al nivel actual o un poco más bajo, la mortalidad seguirá cayendo y eso llevará a acentuar un proceso de envejecimiento. En los próximos 10-15 años estaremos aún en un contexto de bono demográfico, pero luego el envejecimiento se acelerará", consideró Rafael Rofman, investigador principal de CIPPEC.

De acuerdo a las proyecciones que hizo González, la esperanza de vida al nacer, en 2100, será de 82,23 años en el caso de los varones y de 88,07 años en el de las mujeres. La población femenina seguirá siendo mayoritaria, con una diferencia aproximada de 650.000 mujeres.

La distribución por rango etario muestra que la tercera edad (las personas entre 65 y 79) duplicará su participación relativa a lo largo del siglo, creciendo sobre todo en el período 2025-2050. La cuarta edad, por su parte, (80 años y más) será el segmento de crecimiento relativo más vertiginoso, desde el 2,5% en 2010 hasta el 11% a fin de siglo. Los mayores de 65 representarán un 28% de la población, cuando por ahora tan solo son el 10%.

"A grandes rasgos, vamos a asistir en las próximas décadas, hasta mediados de este siglo, al fin del proceso de transición demográfica. Los que tengamos el privilegio de estar vivos de acá a 25 años, probablemente presenciaremos el comienzo de un vasto cambio de tendencia que promete poner fin a un período de crecimiento poblacional que ha durado toda la historia moderna de nuestro país", remarcó Nicolás Sacco, investigador asistente del Conicet y profesor visitante de la Universidad Torcuato Di Tella.

Según el especialista, la situación no será exactamente la misma en todo el vasto y diverso territorio argentino. Si bien el envejecimiento y la eventual disminución de la población son el escenario más probable para el futuro, el ritmo no será uniforme y las transformaciones más relevantes ocurrirán, por ejemplo, en las dinámicas familiares (por caso, aumentarán los hogares unipersonales) y los cambios en los roles de género. Lo interesante estará en seguir cómo evolucionan esas "nuevas tensiones".

En cuanto a la distribución geográfica, la tendencia actual indica que se estabilizará la población en las grandes ciudades y se potenciará el crecimiento de sus áreas suburbanas como los partidos del Gran Buenos Aires, el Gran Córdoba y el Gran Rosario. Las llamadas "ciudades dormitorio" y localidades cercanas a las grandes urbes se convertirán en ciudades medianas, absorbidas por la mancha urbana principal. Las zonas rurales, creen los expertos, seguirán poco pobladas; destinadas a la producción agropecuaria y minera.

¿CÓMO SERÁ LA EDUCACIÓN EN 2100?

El International Institute for Applied Systems Analysis (IIASA), una de las entidades más reconocidas en el campo de la demografía y el capital humano, hizo una proyección para Argentina tomando los datos poblacionales de las Naciones Unidas y los registros del último censo de 2022. Allí se observa, como es lógico, un crecimiento paulatino de argentinos con mayor nivel de estudios, que alcanzan un título de educación superior, pero que están en desventaja respecto de otros ciudadanos vecinos.

"En general, vemos una pérdida relativa de Argentina con respecto a otros países de la región. Mientras que Argentina tiene niveles relativamente altos de población con estudios terciarios, la tendencia es a retrasarse con respecto a otros países de la región. Esto representa una pérdida de competitividad en un mundo en el que el capital humano es cada vez más relevante", dijo Martín De Simone, especialista en educación del Banco Mundial, en diálogo con Infobae.

Claro que el impacto de la automatización y la inteligencia artificial aún está por verse. No se sabe de qué modo el impulso que la tecnología tomará en los próximos años afectará a la educación formal: si exigirá mayor formación tradicional o si, en cambio, valorará otras vías de aprendizaje que se alejan de los títulos terciarios o universitarios.

Por ahora, lo que se sabe es que la automatización, en general, perjudicó a los trabajadores de menor calificación y le dio ventajas competitivas a los más formados. Por el contrario, los pocos estudios sobre IA generativa muestran que las profesiones más impactadas, paradójicamente, son aquellas que requieren más años de educación formal.

Sin embargo, cree De Simone, ese impacto no es necesariamente negativo. "Desde un punto de vista más cualitativo, creo que vamos a un mundo en el que la interacción entre humanos e inteligencias artificiales se vuelve más relevante, lo que algunos autores como Ethan Mollick llaman 'co-inteligencia'. Desde esa óptica, la educación formal va a seguir teniendo un rol fundamental. Por ahora, sigue teniendo retornos muy positivos tanto individuales como colectivos. El capital humano representa la mayor proporción del capital total de los países ricos. Por ende, aspirar a alcanzar a una mayor cantidad de personas con educación formal de calidad es fundamental", consideró.

Por su parte, Juan María Segura, consultor educativo y cofundador del futuro ecosistema Área Beta, piensa que no se debe tomar la proyección de IIASA al pie de la letra porque se trata de una estimación lineal de un formato de sistema escolar que está reclamando adecuaciones a la época.

"La IA obliga a replantear radicalmente un sistema escolar modelo industrial agrupado en cohortes etarias para transformarlo en procesos de personalización que acompañen al aprendiz a lo largo de toda su vida. El actual sistema perderá todo apoyo social cuando las generaciones de estudiantes escolares de hoy sean adultos. Serán pocos los que puedan afirmar que el actual sistema haya resultado una plataforma valiosa y relevante para sus proyectos de vida", remarcó el especialista.

Según su mirada, la capacidad de aprender será una de las más requeridas en el futuro y no serán las instituciones de hoy las que podrán mantener vivo ese interés por el aprendizaje. "El actual sistema tiene más compromisos con el docente, las currículas y su propio pasado que con las trayectorias individuales de los aprendices de cualquier edad. De cara al futuro el mercado laboral demandará curiosidad para estar constantemente en diálogo con un entorno móvil de problemas y oportunidades y autonomía para poder autoconducirse en ausencia de estructuras e instituciones formales", afirmó.

¿UNA POBLACIÓN CADA VEZ MÁS VIEJA?

Se calcula que en unos diez años se terminaría el bono demográfica. A partir de entonces, la tasa de dependencia comenzaría a aumentar hasta niveles elevados en 2100. Si bien habrá menos niños porque los nacimientos también caerán, la sociedad envejecerá y pasará de 16 ancianos cada 100 adultos activos a 48 cada 100 a finales de siglo, según el estudio de Leandro González.

"Lo ideal para aprovechar el bono demográfico sería invertir en mayor calidad educativa, asegurar el término de la educación secundaria, fomentar la capacitación técnica o profesional posterior para acceder a empleos formales de calidad. Más trabajadores jóvenes y formales ayudará a incrementar los aportes previsionales para un creciente número de personas mayores", planteó el autor del estudio.

Otro aspecto que Argentina debería aprovechar para reducir los efectos de una sociedad cada vez más vieja es la migración internacional que llega al país. Casi todos los inmigrantes vienen en edades laborales y tienen o tendrán hijos en el país. Se necesitaría, entonces, facilitar su incorporación al empleo formal ya que ellos también aportarán al sistema previsional

El sistema previsional es justamente uno de los puntos que más preocupan. Es una cuestión de lógica: a medida que avanza la población en edad pasiva por sobre la activa se resquebraja el sistema y emergen los desafíos.

"Algunos de los principales desafíos están en flexibilizar el retiro del mercado de trabajo, facilitando que quienes quieran extender su actividad lo hagan (y se beneficien de ello, mejorando su jubilación). Esto se logra con incentivos, con más posibilidades de trabajo part-time, con trabajo remoto. El tema de cuidados también es crítico, y en eso Argentina está muy mal. Casi no existen esquemas de cuidados que no impliquen internación, los que hay suelen ser de mala calidad o muy caros. Hace falta diseñar un sistema y encontrar mecanismos de financiamiento sostenibles", advirtió Rofman.

También es cierto que el concepto de vejez ha mutado con el tiempo y que lo seguirá haciendo. Una persona que podía ser considerada demasiado vieja para trabajar hace 100 años hoy es alguien joven, con muchos años productivos por delante gracias a que las condiciones de salud mejoraron y a que las demandas físicas de los trabajos disminuyeron. Esa tendencia se profundizará indudablemente en las próximas décadas.

"Cada vez se da menos esta 'grieta de vida' (o de muerte). No solo hemos logrado reducir las muertes prematuras, sino que las personas ahora viven en mejores condiciones, y la experiencia de la vejez ha cambiado significativamente, como lo muestra la literatura especializada. Basta con sólo mirar videos de hace 40 años, de las personas de 40 años y compararlas con las de 40 de hoy", indicó Sacco.

El especialista mencionó que todavía es una cuenta pendiente la posibilidad de llegar bien a viejos en los estratos más pobres. "No todos los trabajos son iguales y no todas las personas llegan de igual forma a su vejez, tanto en términos de salud como económicos. Ojalá tengamos un país en donde el privilegio de una vida más prolongada llegue a todas las clases sociales", marcó.

(c) Por Maximiliano Fernández - INFOBAE

martes, 4 de junio de 2024

la POBREZA fue del 55,5% en el primer trimestre de 2024 y la INDIGENCIA subió a 17,5%

El Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica informó que casi 25 millones de personas no cubren la canasta básica total.


Más de 24,9 millones de personas son pobres en la #ARGENTINA, según un informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica (UCA). El trabajo indicó que en el primer trimestre del año el 55,5% de los argentinos no llegó a cubrir sus necesidades. La indigencia, en tanto, llegó al 17,5% en el mismo período.

En el último tramo del gobierno de Alberto Fernández, según el mismo relevamiento, el nivel de pobreza era de 44,7% y la indigencia de 9,6%. El relevamiento titulado "Deudas sociales estructurales en la sociedad argentina" también señaló que 7,8 millones de personas estarían en situación de pobreza extrema o indigencia, por debajo de la canasta básica alimentaria (CBA).

Los datos del informe de la UCA se obtienen a través de microsimulaciones. De acuerdo con las mediciones del INDEC, al cuarto trimestre de 2023 la pobreza ascendió al 44,8%, mientras la indigencia trepó al 13,8%.

En Argentina, 20,6% de los hogares padecen insuficiencia alimentaria, es decir, 3,7 millones de viviendasque totalizan a 11 millones de personas. El informe remarca que esos elevados valores de privaciones alimentarias "buscan ser compensados por diferentes acciones del Estado".

Al considerar a los niños, niñas y adolescentes, el 42,6% de ellos reside en hogares que reciben la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Tarjeta Alimentar que liquida la ANSES mes tras mes. Mientras el 50% asiste a comedores escolares, el 36,7% recibe caja o bolsones de alimentos de comedores y el 11,1% recibe caja o bolsones de alimentos de un comedor no escolar.

El relevamiento también hizo foco en la educación y la situación laboral en Argentina. Según la UCA, el 23% de los niños de entre 3 y 5 años no asiste a establecimientos educativos formales, el 0,4% de los que tienen entre 6 a 12 años no va a la escuela primaria, el 9,1% asiste con sobre edad a la escuela primaria y el 35,3% de los jóvenes de 18 a 29 años no terminó la secundaria.

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lunes, 27 de mayo de 2024

Cuánta gente entra en el planeta Tierra (y cuándo llegaría por fin el pico de la población)

 El mundo tiene hoy 8 mil millones de habitantes y se espera que siga en aumento. ¿Hay lugar para todos? ¿Se revertirá en algún momento la tendencia alcista que lleva siglos? En diálogo con Infobae, expertos dilucidaron los interrogantes

La primera estimación que en verdad trascendió y se tomó como referencia data de 1679. La hizo Antoni van Leeuwenhoek, conocido por ser pionero en el uso del microscopio, quien aseguró que el planeta Tierra estaba en condiciones de soportar 13.400 millones de personas. Desde entonces, responder esa pregunta -¿cuánta gente cabe en el mundo?- desvela a la ciencia. Demógrafos, estadistas, geógrafos y un largo etcétera de especialistas buscan encontrar esa cifra.

Algunas de las proyecciones más cercanas en el tiempo, de la segunda mitad del siglo XX, son bien variadas. Los números oscilan entre menos de mil millones -cifra ya por demás rebasada- y más de mil billones -sí, mil billones-. La mitad de las estimaciones se ubican entre las 4.000 y los 16.000 millones de personas.

El planeta Tierra tiene hoy 8 mil millones de personas y el crecimiento en el último siglo fue verdaderamente meteórico. Los humanos éramos mil millones en 1800 y esa población recién se duplicó en 1927. Pero los 4 mil millones llegaron apenas 47 años después, en 1974. Y otra vez, en el mismo lapso breve de tiempo, se volvió a duplicar para alcanzar los 8 mil millones.

Pese a que la tasa de crecimiento es muy baja -es del 1% anual y continúa en caída-, cada año, el mundo suma 80 millones de habitantes. Para tener una noción, ese número implica diez ciudades de Nueva York o una Alemania adicional por año. Claro, el 1% de 8 mil millones, por más que sea bajo, representa 80 millones de personas.

"Esto es insostenible y está aplastando nuestro planeta en formas que van mucho más allá de las emisiones de carbono y el cambio climático. Las autoridades deben centrarse en el hecho de que hace mucho que excedimos la capacidad de carga ecológica a largo plazo de nuestro planeta. Los científicos del clima que dicen que nunca deberíamos hablar de dinámica demográfica están profundamente equivocados. El clima es un subconjunto de la multicrisis masiva que el crecimiento demográfico está provocando en nuestro planeta", subrayó Cristopher Tucker, presidente del directorio de la Sociedad Geográfica Estadounidense, ante la consulta de este medio.

"Durante mucho tiempo he invitado a otros a realizar cálculos y no he visto nada remotamente creíble que sugiera que eventualmente, digamos en 2100, podamos sostener más de 5 mil millones de personas después de, supongamos, un siglo de innovación, conservación y reconstrucción verdes. Nuestro planeta es finito y, a pesar de nuestra imaginación esperanzada, el florecimiento humano requiere un planeta ecológicamente resiliente. No el infierno pavimentado, arruinado y multicrisis que producirán los 9 mil millones habitantes que llegarán en breve", expresó.

Desde la Revolución Industrial, hace ya más de 200 años, las ciudades se convirtieron en receptoras de mano de obra por el crecimiento inevitable de la industria y el sector de servicios, que se concentran en las grandes urbes. A ello se le sumó que, con el tiempo, las maquinarias agilizaron e hicieron más eficiente el trabajo en agricultura: lo que alguna vez requirió a la mayoría de los trabajadores, hoy tan solo necesita menos del 5% de la fuerza laboral en muchos países.

En promedio, la fertilidad es muy inferior en las ciudades que en las zonas rurales. Pero eso no impide un crecimiento desenfrenado de la población en las ciudades, que añaden un millón de personas cada 5 o 6 días a nivel mundial.

"Las ciudades siguen creciendo porque muchas personas ven más oportunidades de trabajo y se mudan allí desde áreas rurales con menos oportunidades. Lo que está pasando también es que muchas regiones, a menudo agrícolas, no están preparadas para sustentar poblaciones cada vez más densas. Entonces los habitantes no ven otra alternativa que partir hacia las ciudades", advirtió Tucker.

En un contexto de ciudades colapsadas, África atraviesa el problema más acuciante. Hoy su población total es de poco más de 1.300 millones de personas, pero el crecimiento, de acuerdo a las proyecciones, será frenético en las próximas décadas hasta alcanzar 4.300 millones de habitantes en ochenta años. Algunas de sus ciudades como Lagos, Nigeria, Dhaka, Bangladesh, y Bombay, India, no están preparadas para absorber tanta gente y sufrirán -y ya sufren- el desborde poblacional.

-¿Se puede planificar el crecimiento demográfico de las ciudades?

-Planificar el crecimiento demográfico no es muy factible -respondió Raftery-. La gran tendencia de los últimos 200 años fue la disminución de la fertilidad, que en su mayor parte no fue planificada. Los esfuerzos por planificar el crecimiento demográfico, como la política del hijo único en China, tuvieron consecuencias imprevistas, como el inminente envejecimiento de la población y la probable escasez de mano de obra en el gigante asiático.

-¿Se puede pensar entonces que, en algún momento, habrá un movimiento en reversa de las ciudades a las zonas rurales?

-Diría que sucederá lo contrario. Creo que se va a profundizar y las ciudades tendrán cada vez más gente. La redistribución de la población seguirá siendo de las zonas rurales a las ciudades.

Prepararse para el pico poblacional

"El pico de la población ocurrirá mucho antes en América Latina, Europa y Asia, y mucho más tarde en África", aclaró Raftery. "La fertilidad disminuirá y se situará, en promedio, por debajo de la tasa de reemplazo en todo el mundo antes de 2300. Con los avances de la medicina y la longevidad, sería lógico que sucediera lo contrario, que haya más gente, pero esos avances no serán suficientes como para contrarrestar la caída drástica de la fertilidad".

Para Tucker, la población jamás debe ser planificada. No debería haber "control demográfico", ni se debería tolerar la coerción, ya sea por políticas públicas o por otras instituciones sociales. "Más bien, deberíamos aceptar una verdad simple. En todas las zonas geográficas donde las mujeres y las niñas están empoderadas, educadas, integradas en la fuerza laboral y tienen acceso a tecnologías de planificación familiar, se observa una fertilidad con valor de reemplazo (2,1 hijos en promedio) o inferior", remarcó.

Casi todas las ciudades del mundo cumplen esa premisa. La fertilidad, por el mayor empoderamiento femenino, es más baja que en las zonas rurales circundantes. Por lo tanto, Tucker cree que la prioridad debería ser aumentar la inversión en el bienestar de las mujeres y las niñas. Según su mirada, esa política redundaría en "evitar lo peor de la catástrofe climática, la destrucción ecológica, la inseguridad y miseria humanas" y favorecería la prosperidad económica general.

"Por supuesto, una vez que una sociedad comienza el camino hacia la disminución de la población, hay un conjunto cada vez mayor de recursos de vivienda per cápita y otros que pueden gestionarse para aumentar la prosperidad y el bienestar. A su vez, permite una reconstrucción estratégica que puede ayudar a la recuperación a largo plazo de la deuda ecológica que la humanidad ha impuesto a nuestro planeta... en nuestro propio detrimento", planteó Tucker.

"El pico de la humanidad", como lo llama el experto Parag Khanna, se produciría sobre finales de la segunda mitad del siglo XXI. La ONU recientemente rebajó sus proyecciones de población, con un máximo de 10.400 millones en la década de 2080. El Instituto de Medición y Evaluación de la Salud (IHME), por su parte, estima un máximo de 9.700 millones en 2064.

La transición demográfica, entonces, no se avizora tan lejana en el tiempo. La capacidad de carga humana de la Tierra -¿cuánta gente soporta el planeta?- es muy difícil de precisar, está atada a variables futuras impredecibles y las cifras varían dependiendo quien las analice. Pero el enfoque, según los especialistas, no debería radicar tanto en la cifra, sino en discutir otra pregunta: ¿qué se necesita empezar a hacer hoy para mejorar las condiciones de vida de la próxima generación, de los jóvenes actuales y de los que vendrán? De esa inquietud saldrá una respuesta más productiva.

Fuente: INFOBAE

miércoles, 24 de abril de 2024

Causas Nobles; motivos Oscuros / Javier Milei

 

https://www.lanacion.com.ar/sociedad/del-congreso-a-plaza-de-mayo-cuantas-personas-participaron-de-la-marcha-universitaria-nid24042024/#/

domingo, 25 de febrero de 2024

Gutenberg, el inventor misterioso que cambió la historia de Occidente y vivió enjuiciado por deudas y mentiras

Algunos historiadores ubican al 23 de febrero de 1455 como la fecha en que Johannes #Gutenberg finalizó la producción de la Biblia, el primer texto que salió de su gran creación, la imprenta de tipos móviles. Gracias a ella, el mundo se inundó de libros, cultura y conocimiento. No se sabe demasiado sobre su vida personal. Las únicas certezas constan en las causas judiciales que afrontó. La leyenda holandesa que lo refuta

En febrero de 1455 -algunos autores arriesgan que fue el 23-, Johannes Gutenberg tuvo en sus manos, por fin, lo que había perseguido durante años: el primer libro impreso con tipos móviles de la historia. Al menos, eso quedó establecido en la historia oficial que se enseña en Occidente. La Europa ilustrada se atribuye dos sucesos marcados a fuego durante el siglo XV: la invención de la imprenta y el descubrimiento de América. Se sabe que ambas cosas son discutibles. Los chinos en el primer caso y los vikingos en el segundo podrían ganar fácilmente ese debate. Más de cuatrocientos años antes que Gutenberg, el chino Bi Sheng ideó la impresión de tipos móviles, que fabricó de porcelana, pintaba con tinta y presionaba sobre papel de arroz con una máquina circular. Cien años después, su invento fue perfeccionado en Corea, donde le agregaron tipos hechos de hierro. Es probable que los escritos atribuidos a Marco Polo sobre sus maravillosos descubrimientos en el Lejano Oriente hayan influido sobre Gutenberg, aunque no quedaron testimonios de ello. Pero sería obtuso negar que la máquina que inventó Gutenberg para imprimir la llamada "Biblia de 42 líneas" (era la cantidad que tenía por página) revolucionó la cultura, la política y las relaciones sociales de esta parte del planeta. Abarató la producción de libros en forma significativa. Y los puso al alcance de todos.

Gutenberg -que no se llamaba así cuando lo bautizaron- nació en Maguncia (Mainz), que por esa época formaba parte del Sacro Imperio Romano Germánico, y actualmente se ubica en Alemania. La fecha no se conoce con precisión, pero fue hacia 1398. En 1900, una convención internacional zanjó la discusión con un número redondo: hizo oficial al año 1400 como el de su alumbramiento. Así fue más fácil celebrar los 500 años de su nacimiento. Su apellido real era Gensfleisch zur Laden y su familia, parte de la alta burguesía local. El padre, Friedrich Friele Gensfleisch, se dedicaba a la orfebrería y dirigía la Casa de la Moneda de esa localidad. La madre, Else Wilse, era la rica heredera de un comerciante. Cuando se casaron en 1386, el padre de la mujer -segunda esposa de Friedrich- les regaló una mansión. La casona se llamaba Zum Gutenberg, y de allí tomó el apellido que lo hizo famoso. La razón del cambio es entendible: en el dialecto germano-renano, Gensfleisch significa "carne de ganso". Imaginemos la magnitud del bullying -o como se llamara en esos años- que habrá recibido de pequeño para tomar tal decisión.

En ese ambiente, el joven Johannes se crió junto a dos hermanos y aprendió el mismo oficio que su padre. En rigor, toda la familia Gensfleich se dedicaba a la orfebrería y al comercio de metales para tal fin. En la Casa de Moneda tomó contacto con la confección de moldes para acuñar metal. En 1419, su padre murió. Un año después, Johannes y su hermano Friele disputaron con su hermanastra Patze la herencia paterna. Aunque tenía alrededor de 15 años, se representó a sí mismo en el juicio que se entablaron ambas partes. La decisión del juez fue que recibiría una pensión vitalicia de 19 florines.

Cuando cumplió 30 años, la situación política local se tornó riesgosa. Hubo revueltas, y él, que tomó partido por el lado perdedor, debió abandonar la ciudad con lo puesto. En 1434 se instaló en Saint Arbogast, una pequeña localidad en las afueras de Estrasburgo, en esa época una de las llamadas ciudades imperiales libres. Desde ese momento, su vida resultó azarosa. A pesar de la magnitud del invento que le adjudicarían más adelante, siempre se vio envuelto en polémicas y juicios. Como, por ejemplo, los que debió afrontar en esa ciudad por deudas impagas y faltas más mundanas: una mujer llamada Emelin, a quien le había jurado matrimonio, lo llevó a los estrados por romper el compromiso. En las actas recuperadas sólo dicen que un testigo adujo que hubo, además, insultos por parte de Johannes. Pero no está la resolución del problema. Es que la historia oficial de Gutenberg está llena de lagunas y años en blanco: no se sabe, por ejemplo, si tuvo hijos o se casó. El juicio con Emelin es la única referencia a su vida amorosa. Sí se conoce, por otros documentos judiciales, que en esa ciudad se dedicó a dos actividades lucrativas, que además enseñaba: el tallado de piedras preciosas y al pulido de espejos convexos para usar en los sombreros o en la ropa durante las peregrinaciones religiosas a Aachen. Era la moda del momento: a través de ellos, sostenían, el creyente podía "recibir" la imagen adorada y así ser bendecidos. Hubo un problema: se equivocaron la fecha de la caminata de los creyentes y debieron guardarlos durante todo un año.

Para instalar su taller, se asoció con Andreas Dritzehn, Hans Riffe y Andreas Heilman. Mientras tanto, en el más absoluto secreto, comenzó a diseñar y construir las primeras maquetas de lo que sería su gran invención. Cuando los tres aportantes de dinero se dieron cuenta del potencial que tenía el proyecto, decidieron inyectar más dinero a la empresa. A través de un contrato firmado en 1438, debían aportar 125 florines cada uno. A cambio, Gutenberg les exigió la mayor discreción sobre el asunto.

La sociedad terminó mal. Dritzehn murió, víctima de la peste, el día de Navidad de ese mismo año y sus hermanos exigieron formar parte de la firma o que les devolvieran su parte del dinero. Gutenberg se negó y fue demandado por ellos. Debió comparecer otra vez ante los tribunales. Los familiares del socio adujeron que en el taller se hacía un "arte secreta". Los jueces fallaron en su contra. Pero lo peor no fue el pago que debió afrontar, sino que el proyecto que escondía con gran celo fue descubierto a través de los testimonios brindados durante el proceso. Sin embargo, la imprenta aún estaba en una fase experimental. Y no sería en Estrasburgo donde vería la luz.

En 1444, Estrasburgo sufrió el ataque del conde de Armagnac. Gutenberg se unió a las filas de los defensores, pero poco después abandonó la ciudad y regresó a Maguncia.

En este punto, la biografía de Gutenberg se oscurece, entra en una especie de nebulosa. La leyenda de "otro inventor" de la imprenta de tipos móviles se interpone en su camino. El nombre de este creador es Laurens Janzoon Coster, un holandés nacido en Haarlem, Países Bajos, dueño de una posada y fabricante de velas. El relato fue recogido por un cronista del siglo XVI, Habrianus Junius (médico e historiador holandés), y suscripto en la misma centuria por otro, Petrus Scriverius (escritor y erudito de la misma nacionalidad). Ambos sostienen que Coster fue el verdadero inventor, que Gutenberg sólo aprovechó sus descubrimientos. Sin embargo, ninguna de esas afirmaciones -hechas un siglo después de la aparición de la imprenta- tiene el sustento de alguna prueba. Apenas un nombre une ambas historias.

La narración de ambos cronistas indica que Coster, mientras paseaba por un bosque junto a su nieto, tomó un trozo de madera de un árbol y talló una letra sobre él. El niño la usó como un molde y dejó una huella en la tierra con su forma. Coster se iluminó. Vio que si hacía una talla con cada letra del alfabeto, podría imprimirla sobre un papel. Hasta ese momento, hacer un libro implicaba una paciente tarea a mano que insumía meses y por lo general llevaban adelante los monjes. En Europa ya eran comunes las xilografías hechas con maderas talladas. Pero esto era inédito, revolucionario: los tipos se podían intercambiar.

Coster, de acuerdo a este relato, comenzó a trabajar en su idea: combinó tintas y fabricó una máquina. En 1440, cuando todo estuvo listo, se preparó para imprimir lo que iba a ser el primer libro de la historia: el Speculum Humanae Salvationis. Sin embargo, una noche, al regresar a su taller, encontró todo revuelto y destruido: le habían robado las matrices y los tipos móviles. Sólo halló, en medio del desorden, una letra "A".

Al día siguiente, uno de sus empleados, llamado Johan Fust, no fue a trabajar. Había desaparecido. Era el ladrón. Su reaparición fue, unos años después, en su pueblo natal, Maguncia, y junto a Johannes Gutenberg.

Es bueno reiterar que del relato de Junius y Scriverius no hay ninguna documentación disponible. Sin embargo, hoy en Haarlem, una estatua de bronce recuerda a Coster y reivindica su figura. Bajo la imagen reza: "Inventor del arte de la impresión con tipos móviles fundidos en metal".

Mientras tanto, en Maguncia, Gutenberg estaba dispuesto a culminar lo que había comenzado en Estrasburgo. En 1448, un pariente suyo llamado Arnold Gelthuss le prestó 150 florines. Con ellos hizo dos incipientes impresiones, llenas de defectos: "El poema del Juicio Final" y el "Calendario de 1448″. Pero no podía avanzar más por los altos costos de la maquinaria que perseguía. Como le sucedía siempre, sus bolsillos flaqueaban y necesitaba un socio capitalista. Corría 1450 y apareció Fust -el supuesto empleado infiel de Coster- en la historia. En realidad, Fust era un prestamista, un hombre de negocios que vio en la propuesta de Gutenberg la oportunidad de ganar plata. Así que fue generoso: firmaron un contrato en el que se comprometía a prestarle 800 florines para la fabricación de las máquinas. Cuatro años después aportó otro tanto para los elementos necesarios para la producción de libros, como papel, tinta y pergamino. Era muchísimo dinero: según el sitio oficial del Museo Gutenberg, por esos años, en Maguncia, una casa costaba 500 florines. A cambio, Gutenberg puso como garantía sus herramientas y maquinarias. Ambos instalaron un comercio llamado Das werk der bücher ("El trabajo de los libros") para el que contrataron a un calígrafo llamado Peter Schoeffer, que había estudiado esa materia en París.

Al llegar al quinto año, Fust se impacientó con su socio. Había creído que recuperaría muy pronto su inversión, y Gutenberg demoraba en obtener resultados. El 22 de febrero de 1455, éste logró su objetivo y le enrostró la Biblia impresa por el taller. Era un ejemplar de 1282 páginas con el texto de la Vulgata, la traducción de la Biblia al latín que hizo Jerónimo de Estridón en el año 382 d.C. La tipografía, que imitaba a las intrincadas letras de los monjes, era negra y los subtítulos e ilustraciones eran a color. Las tapas se hicieron de piel de cordero, y se tiraron -es una estimación- unos 180 ejemplares, 135 sobre papel y 45 sobre pergamino. Hoy, de este incunable se conservan unas 48 Biblias (sólo 21 completas), de las que apenas 13 son sobre pergamino (un sólo ejemplar completo).

En realidad, decir que la Biblia fue la primera obra que salió de su imprenta es incorrecto: el 22 de octubre de 1454 publicó una carta de indulgencia. Era lo siguiente: cuando un creyente le compraba uno de esos formularios a la Iglesia, se le colocaba su nombre y sus pecados eran perdonados. Un fraile dominico llamado Johann Teztel lo definió en forma implacable: "Cuando en la caja suena el dinero, el alma sale del fuego". Contra esa práctica también fue la reforma protestante de Martín Lutero, y no casualmente en Alemania. Y la imprenta creada por Gutenberg unos años antes de que clavara sus 95 tesis en la puerta de la iglesia de Wittenberg fue su gran aliada para difundir sus ideas.

Volviendo a Gutenberg, antes de La Biblia también había publicado un texto de gramática escolar de 28 páginas, como prueba. Pero las Escrituras, por supuesto, tenían otro glamour. Cuando el cardenal Enea Piccolomini (futuro papa Pío II) vio el libro, quedó extasiado: "Gutenberg es un hombre maravilloso… las letras son tan claras que se pueden leer sin anteojos".

El sistema hoy parece muy sencillo, pero en su momento cambió la historia del mundo. El primer paso era fundir plomo en un horno. Luego, el mismo se vertía en moldes con la forma de las letras y signos. Cuando se enfriaba, se pulían. Los tipos se combinaban formando las palabras y los espacios, y se introducían en cajas de madera. Cuando el texto estaba armado, se le pasaba tinta, aceite y hollín. Y luego, mediante una prensa que adaptó de una usada para hacer vino, se apretaban contra un papel o contra un pergamino. Por último, se dejaba secar. Para La Biblia, Gutenberg y su ayudante Schoeffer, fundieron 5 millones de tipos de plomo.

Parecía que el negocio de la impresión lo convertiría en un hombre de gran fortuna. Pero calculó mal. Por lo menos, Fust no estaba conforme con la marcha de la empresa. O era el estafador que cuenta la leyenda de Coster. Con la excusa de que Gutenberg no le había devuelto el dinero del préstamo, le inició un juicio. Los tribunales volvieron a ser esquivos para él. El 6 de noviembre de 1455, un acta notarial firmada por Ulrich Helmasperger indica que se vio obligado a pagar 800 florines más los intereses de cinco años. Gutenberg no tenía semejante cantidad, así que debió entregarle a Fust todo lo que tenía en su taller, incluyendo la imprenta y las herramientas. Quedó en la quiebra.

Mientras para Gutenberg comenzaba una etapa desoladora -ya tenía casi 60 años- Fust se asoció con Schoeffer, quien poco después se convirtió en su yerno. Ambos se convirtieron en prósperos impresores, editando obras que causaron la admiración de toda Europa.

Gutenberg, arruinado por esa y otras deudas, se recluyó en el monasterio de San Víctor. En ese lugar, hacia 1462, un funcionario municipal de Maguncia, Konrad Humery, le dio el dinero necesario para construir una pequeña imprenta, con la que volvió a trabajar. Ese mismo año, la cambiante situación política de la región tuvo otro episodio violento. Su resultado terminó favoreciendo al inventor.

Adolfo II de Nassau era un clérigo de la congregación de San Víctor que contaba con el favor del papa Pío II y el rey Federico III de Habsburgo. El Santo Padre lo nombró arzobispo de Maguncia, pero otro sacerdote, Diether von Isenburg, ocupó ese lugar por la votación de la gente. No era una época en la que los religiosos tomaban los asuntos en forma contemplativa. Así que Adolfo II armó un ejército y ocupó Maguncia en forma violenta. Tanto, que dejó a sus tropas en libertad para el saqueo. Se calcula que 400 habitantes fueron asesinados y otros tantos huyeron. Entre ellos, Schoeffer, que se instaló en Frankfurt y abrió otra imprenta. Sin quererlo, fue un paso decisivo para que el uso de la imprenta se hiciera popular. En pocos años, a lo largo del río Rhin, ocho ciudades poseían una.

Ante la ausencia de una imprenta, Adolfo II recurrió a Gutenberg, que estaba confinado en el convento. En 1465 se convirtió en su mecenas y lo llenó de privilegios. Fue incluido en la Corte, exento del pago de impuestos y se le otorgó una pensión que incluía sus gastos en alimentos, vino y vestimenta.

No pudo disfrutar demasiado de su nuevo status. Murió el 3 de febrero de 1467. La fecha tiene una sola fuente: el monasterio de San Víctor. Lo enterraron en la Iglesia de San Francisco de Maguncia. En 1793, otra invasión, en este caso la del emperador Guillermo II de Prusia, destruyó esa iglesia, y la tumba de Gutenberg se perdió.

Al destino le gustan las ironías: hoy, a 20 metros de la estatua de Gutenberg, ubicada donde se supone que fue enterrado, cruza la calle que recuerda a Peter Schoffer.

Fuente :INFOBAE.: Por Hugo Martin

miércoles, 21 de febrero de 2024

Según la UCA, casi 27 millones de argentinos quedaron bajo la línea de la pobreza en enero 2024

 La indigencia y la pobreza aumentaron en los dos primeros meses de la gestión de LLA, tras la devaluación de diciembre, que derivó en un incremento de los precios sobre todo de las canastas básica y alimentaria, y debido al estancamiento de los ingresos, de acuerdo con un informe del Observatorio de la Deuda Social de la UCA titulado "Estimación de los efectos del impacto inflacionario postdevaluación, escenario a diciembre 2023 y enero 2024".

El estudio señaló que la pobreza pasó del 44,7% observado en el tercer trimestre de 2023 al 49,5% en diciembre de 2023 y al 57,4% en enero de 2024, "como consecuencia de los incrementos del costo de la CBT y de los ingresos de los hogares".

De acuerdo con la serie estadística de la UCA, es el peor dato en los últimos 20 años, cuando en 2004 alcanzó el 54,8%.

A su vez, el documento marcó que "con respecto a los niveles de indigencia, se estima que la población en esta situación pasó del 9,6% observado en el tercer trimestre de 2023 al 14,2% en diciembre de 2023 y al 15% en enero de 2024".

Proyectado a todo el país, cerca de 27 millones de personas son pobres y siete millones son indigentes.

Por otra parte, el informe detalló que en los hogares destinatarios de políticas sociales "se observa que su nivel de indigencia, en el tercer trimestre de 2023, se ubicaba en el 19,7% de las personas, en diciembre de 2023 se incrementó al 28,8%, y en enero de 2024 decrece al 23,8%, como consecuencia de las políticas compensatorias".

Asimismo, los residentes en hogares beneficiarios de políticas sociales presentaron un nivel de pobreza del 76,5% en el tercer trimestre de 2023, un 81,9% en diciembre de 2023 y un 85,5% en enero de 2024".

El informe de la UCA destacó que "para ponderar el agravamiento de la situación social se realizaron dos ejercicios de simulación en función de los ajustes aplicados a los microdatos de la EDSA del tercer trimestre de 2023".

Déficit cero, pero pobreza e indigencia por las nubes: otro informe de la UCA mostró alarmantes números de enero

En esa misma línea, el nowcast de pobreza de la Universidad Torcuato Di Tella, que a diferencia de la UCA se basa en los microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Instituto, estimó que en los últimos tres meses cayeron en la pobreza 3,6 millones de argentinos más, es decir a razón de un millón por mes, y, a enero, hay 46,8% de pobres, lo que representa unos 22 millones de personas.

De esta manera, la tasa de pobreza alcanzó el 43,7% en el semestre agosto de 2023-enero de 2024. "Esta proyección sugiere que alrededor del 44% de las personas viven en hogares urbanos pobres. La población urbana capturada por la EPH en el semestre de referencia se estimó en 29,4 millones, lo que implica que alrededor de 12,9 millones viven en hogares urbanos pobres", según el reporte de la UTDT.

 En tanto, los que viven en hogares beneficiarios de políticas sociales presentaron un nivel de pobreza del 76,5% en el tercer trimestre de 2023, un 81,9% en diciembre de 2023 y un 85,5% en enero de 2024.En enero, en la Región Metropolitana la canasta de pobreza para una persona adulta fue de $ 193.146 y para una familia tipo de $ 596.823, sin considerar el alquiler


https://uca.edu.ar/es/observatorio-de-la-deuda-social-argentina

viernes, 26 de enero de 2024

La Biblioteca Digital de la RAE ya está disponible…

La Real Academia Española (RAE) abre las puertas de su Biblioteca Digital poniendo a disposición de los lectores e investigadores un fondo documental de más de 4800 obras digitalizadas de entre las que atesora la RAE, repartidas en 5250 volúmenes. El acceso a través de www.rae.es/biblioteca-digital permitirá acercarse de primera mano a las obras de autores como Cervantes, Lope de Vega, Rosalía de Castro o Rubén Darío.

La digitalización se ha llevado a cabo gracias al mecenazgo de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, con quien la Fundación pro-RAE ha suscrito diferentes convenios de colaboración desde 2021, y ahora se presenta después de haberse finalizado diferentes fases del proyecto. Una alianza que busca difundir el valioso patrimonio bibliográfico que posee la institución y, al mismo tiempo, contribuir a la preservación y conservación de este.

A través de la Biblioteca Digital, cualquier internauta podrá consultar miles de obras, deteniéndose en los detalles y apreciando las características propias de cada ejemplar. Su visor, que permite, entre otras cuestiones, varias opciones de visualización —incluido el «modo libro»—, cuenta también con el sistema OCR (reconocimiento óptico de caracteres, traducido de sus siglas en inglés), que hace que se puedan hallar dentro de los textos digitalizados palabras y letras concretas.

Para esta digitalización, se ha realizado una selección en la que se han priorizado aquellos títulos especialmente importantes por sus características particulares: únicos o de gran rareza en bibliotecas del mundo, de gran valor histórico, patrimonial o editorial. Son obras como la primera edición de la primera parte del Quijote, de 1605, o uno de los ejemplares manuscritos del Buscón de Francisco de Quevedo.
También se ha primado la digitalización de obras de interés para los usuarios habituales de la biblioteca de la RAE, especialistas en lengua y literatura españolas y bibliografía, como ortografías, tratados de sintaxis, cartillas, historias del español, etc.

Asimismo, se han incluido obras de los más destacados autores españoles de los siglos xv al xix, así como de los principales clásicos latinos y de autores extranjeros con presencia en esta biblioteca.
En la actualidad se han digitalizado alrededor de 1 500 000 páginas. Además, está previsto ir incorporando progresivamente aquellas obras que se digitalicen por petición de los investigadores, así como las que la Academia considere de especial relevancia.

https://www.rae.es/noticia/la-biblioteca-digital-de-la-rae-abre-sus-puertas-gracias-al-mecenazgo-de-la-fundacion-maria