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miércoles, 11 de agosto de 2010

Bibliotecario Técnico & Bibliotecario Cultural [dos caras de una misma profesión...]


Bibliotecario Técnico & Bibliotecario Cultural [dos caras de una misma profesión..] / por Alvaro Perez Guzman

Un comentario sobre el caso del Cardenal Ratzinger, un colega que pudo haber sido...

En el pasado la condición de bibliotecario se adquiría por el simple hecho de trabajar en una biblioteca. En nuestros "tiempos" la otorga una instancia académica. Existen "generalmente" dos acercamientos al asunto. La visión del bibliotecario técnico y una visión del "bibliotecario cultural", siendo el segundo un término un poco amplio. Lo técnico redujo al bibliotecario a esa condición, con las grandes ventajas y limitaciones que esto implica. Esto es el resultado de una bibliotecología heredada y en cierta forma aceptada, a la que nos hemos conformado. En el 2005 señalaba en su libro un colega que se ha reducido el accionar de la profesión o de la bibliotecología a una visión tecnicista. Lo anterior contribuye a la pérdida del sentido de la misión, del papel de la biblioteca en la sociedad y de cuáles serían la formas más eficientes de responder. Agrega él que lo malo es cuando la misma gente que participa en el trabajo bibliotecario se encierra en esa visión reduccionista y no es capaz de renunciar a considerar a la bibliotecología fuera de su espacio de acción y bajo los procesos que tradicionalmente sigue. Tenemos que ser muy críticos con nuestro propio quehacer profesional.
Volviendo al "bibliotecario cultural", es aquella persona con una amplia formación cultural, y que, por lo tanto, según algunos gobiernos u otras instancias deben pertenecer al entorno cultural. Es un tema que puede ser polémico, porque los bibliotecarios nos consideramos alcanzar ese nivel. En este caso, se tiene o no la "madera". ¿Cómo se mide esa madera? Si se establecen los criterios es algo cuantificable. En el pasado tenemos ejemplos de eruditos que se desempeñaron como bibliotecarios, por ejemplo: Friedrich Sylburg, Ludovico Antonio Muratori, David Hume, August Strindberg y Gottfried Wilhelm Leibniz. De estos "colegas" del pasado me llama la atención Jean-Baptiste Cotton Des Houssayes, bibliotecario de la Sorbona. En 1780, en un discursos ante la Asamblea General de la Sorbona bosqueja lo que considera deben ser los deberes y calificaciones de un bibliotecario. Resume este "colega", que el bibliotecario como el representante de la erudición de una institución, debe estar familiarizado con, y al mismo nivel, de las investigaciones del más alto nivel, y con la producción de la literatura más efímera y menos elevada.
El bibliotecario debe contar con un profundo conocimiento en todas las artes y las ciencias. Me parece que le pasó un poco la mano, pero agreguemos eso sí, que debemos disponer de un amplio bagaje cultural. Esto último significa mucha lectura, y un buen porcentaje de ella fuera de nuestra disciplina, encuentros con especialistas de otras áreas, etc.
Habiendo señalado lo anterior, creo que el Cardenal Ratzinger sí hubiera cumplido su cometido como "bibliotecario cultural". El prelado es un erudito, en todo el sentido de la palabra.


Álvaro Pérez Guzman
Bibliotecólogo-Costa Rica

11.08.2010