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martes, 7 de octubre de 2014

Los LIBROS, claves en el ÉXITO educativo de Finlandia


Los cinco millones y medio de finlandeses sienten como un orgullo nacional el sistema de bibliotecas que ya alcanza los 948 lugares, entre las del sistema escolar, universitario y público. Un equivalente a 17 bibliotecas por cada 100.000 habitantes.

Además de esta gran red de bibliotecas a lo largo de su territorio, la nación europea también sumó en los últimos años otro motivo de orgullo que complementa su éxito educativo: una nueva generación de escritores que seduce cada vez más a buena parte de los lectores del planeta.
Esta avanzada literaria finesa quedará escenificada en la inminente Feria de Frankfurt, que se realizará ente el 8 y 12 de octubre en la ciudad alemana. La delegación de Helsinki concurrirá como invitada de honor, y estará compuesta por 60 autores, 30 bibliotecarios, 37 editores y un variado programa de actividades culturales.

Aunque su creación literaria apenas llega al siglo y medio, su literatura contemporánea es vibrante, y va mucho más allá de la popular Sinuhé, el egipcio, de Mika Waltari. En el evento alemán se recordarán o descubrirán nombres como los del fundador de la literatura de Finlandia, Aleksis Kivi; clásicos como Aino Kallas; maestros contemporáneos como Arto Paasilinna; y hasta los más traducidos y premiados durante los últimos años como por ejemplo Sofi Oksanen, Tuomas Kyrö, Katja Kettu, Riikka Pulkkinen, Leena Parkkinen, Jari Ehrnrooth y Anja Snellman.

En Finlandia si alguien quiere un libro y no está la biblioteca lo pide, y cuando llega le avisa a la persona. Por eso no son tantos los libros que la gente compra como los que se leen gracias a los préstamos bibliotecarios. Y si alguien, por ejemplo, quiere consultar al librero de la centenaria Biblioteca Nacional, puede hacerlo en persona o por Internet.

Leer es el verbo preferido de los finlandeses, y un libro es una de sus compañías favoritas. Escribir es la pasión de muchos de los ciudadanos del país escandinavo, y sonreír, la de otros que ven cómo algunos de sus compatriotas son leídos más allá de sus fronteras.Son esos autores quienes mantienen viva esa tradición de contar la propia historia de la nación en sus diferentes épocas: desde los tiempos en que era un territorio de nadie, de ellos mismos; luego, de Suecia; después, cuando fue anexada por la Rusia imperial hasta 1917 como Gran Ducado, y en el reciente siglo XX, atravesada por tropas soviéticas, nazis, otra vez soviéticas, hasta convertirse en una república democrática y parlamentaria y miembro de la Unión Europea.

Cada habitante del país escandinavo lee un promedio de 47 libros por año, y la nueva generación de escritores fineses seducen cada vez más al resto del mundo

Consecuencia lógica

Finlandia posee un admirable nivel de educación general (ocupa los primeros lugares del informe PISA, el estudio mundial a jóvenes de 15 años en 50 países), apoyado justamente por su excelente sistema de bibliotecas, uno de los más populares de los servicios públicos del país.
"Si los niños son criados con los libros, es en parte porque las bibliotecas ofrecen muchos y variados títulos, lo cual hace que el fomento de la lectura no sea una cuestión financiera de la familia", explica la mencionada Sofi Oksanen según publica el periódico El País.

Eso convierte la lectura en un hábito natural y muy arraigado. "Los padres leen y los niños los observan. Como los niños no aprenden a leer hasta los siete años, la lectura se convierte en una experiencia familiar con un efecto muy positivo en la educación: los pequeños se acostumbran además a hablar con sus padres sobre sus miedos y sueños reflejados en sus libros o de temas que no entienden", asegura Luisa Gutiérrez Ruiz, traductora del idioma finlandés y responsable de comunicación del Instituto Iberoamericano de Finlandia.

Pero a esas edades, los niños no sólo tienen contacto con los libros, sino también con los escritores. Estos acuden con frecuencia a escuelas y bibliotecas a través de talleres o charlas. Además, añade la traductora, "no se distingue entre autor para adultos y autor de literatura infantil y juvenil. Hay renombrados escritores que crean poesía, teatro o novela destinada al público más joven".

El gobierno de Finlandia, como el resto de los países nórdicos, también apoya la traducción y promoción de sus autores. En las últimas décadas, añade Gutiérrez Ruiz, "el lector hispanohablante ha descubierto muchas propuestas procedentes de Finlandia. Este renacer nórdico se debe en gran parte al esfuerzo de promoción que realiza el Centro para la Literatura de Finlandia (FILI), que concede ayudas a la edición de obras, principalmente subvenciones a la traducción, tanto de la obra completa como de páginas de muestra, para que el editor extranjero pueda valorar mejor lo que le interesa. Eso sí, se ha de traducir del idioma original para garantizar que el texto sea fiel y correcto".


 


martes, 9 de octubre de 2012

En FINLANDIA el 80% de las familias van a las BIBLIOTECAS los fines de semana

FINLANDIA es el país número 1*  en  EDUCACION en EUROPA. El país nórdico lidera el informe PISA con una enseñanza gratuita que pone en Primaria a los profesores más preparados

 

Los niños finlandeses de hoy estarán el día de mañana entre los profesionales más preparados del mundo. No lo predice ninguna bola de cristal, lo auguran datos objetivos. Desde que la OCDE comenzara en el año 2000 a elaborar su informe PISA, Finlandia ha acaparado los primeros puestos del podio en Europa por su excelente nivel educativo.
Apenas un 8% de los alumnos finlandeses no terminan sus estudios obligatorios, frente a un 30% de españoles que no acaban el Bachillerato. Dispuesto a dar con la clave del éxito finlandés, el psicólogo escolar y entonces director del colegio Claret de Barcelona, Javier Melgarejo, comenzó a estudiar su sistema educativo hace más de una década. Su primera sorpresa fue constatar que a los 4 y 5 años menos de la mitad de los niños finlandeses acuden a guarderías y no empiezan el colegio hasta los 7 años. Dos años después, sus puntuaciones son mejores que el resto de los países estudiados por la OCDE.
Durante los primeros seis años de la primaria los niños tienen en todas o en la mayoría de las asignaturas el mismo maestro, que vela por que ningún alumno quede excluido. Es una manera de fortalecer su estabilidad emocional y su seguridad. Hasta 5º no hay calificaciones numéricas. No se busca fomentar la competencia entre alumnos ni las comparaciones.
La educación gratuita desde preescolar hasta la universidad incluye las clases, el comedor, los libros y hasta el material escolar aunque si alguien lo pierde está obligado a pagárselo. La jornada escolar suele comenzar sobre las 8,30-9 de la mañana hasta las 3 de la tarde, con el paréntesis del almuerzo a las 12-12,30 horas. En total, suman 608 horas lectivas en primaria, frente a las 875 horas de España, con deberes en casa que no son excesivos. ¿Cómo consiguen mejores resultados en menos tiempo?
«El éxito finlandés se debe a que encajan tres estructuras: la familia, la escuela y los recursos socioculturales (bibliotecas, ludotecas, cines...)», explica Melgarejo. Los tres engranajes están ligados y funcionan de forma coordinada. «Los padres tienen la convicción de que son los primeros responsables de la educación de sus hijos, por delante de la escuela» y complementan el esfuerzo que se hace en el colegio.
«En Finlandia el 80% de las familias van a la biblioteca el fin de semana», añade el psicólogo escolar catalán, para quien este estímulo de la lectura en casa resulta fundamental. El sistema social finlandés contribuye con numerosas ayudas oficiales a las familias, que pueden conciliar su trabajo y la atención a sus hijos.
Existe una herencia cultural luterana basada en la responsabilidad que fomenta la disciplina y el esfuerzo, a la que también acompaña una climatología que empuja a encerrarse en casa, pero estos factores también están presentes en otros países vecinos, como Suecia o Dinamarca, que disfrutan de mayor nivel económico y sin embargo figuran varios puestos por debajo en PISA. «No son las variables socioeconómicas las determinantes», subraya Melgarejo.
De maestros, los mejores
La diferencia radica en la elevada calificación académica del profesorado en Finlandia, principalmente en educación primaria. «Los finlandeses consideran que el tesoro de la nación son sus niños y los ponen en manos de los mejores profesionales del país», destaca el exdirector del colegio Claret de Barcelona.
Los mejores docentes se sitúan en los primeros años de enseñanza, donde se aprenden los fundamentos de todos los posteriores aprendizajes. Se considera que hacia los 7 años el alumno se encuentra en la fase más manejable y es cuando realiza algunas de las conexiones mentales fundamentales que le estructurarán toda la vida. Por eso, se considera esencial seleccionar a quien ayudará en este proceso.
Para ser maestro se necesita una calificación de más de un 9 sobre 10 en sus promedios de bachillerato y de reválida y se requiere además una gran dosis de sensibilidad social (se valora su participación en actividades sociales, voluntariado...). Cada universidad escoge después a sus aspirantes a profesores con una entrevista para valorar su capacidad de comunicación y de empatía, un resumen de la lectura de un libro, una explicación de un tema ante una clase, una demostración de aptitudes artísticas, una prueba de matemáticas y otra de aptitudes tecnológicas. «Son las pruebas más duras de todo el país», asegura Melgarejo. Al proceso de selección le sigue una exigente licenciatura y periodos de prácticas.
No es de extrañar que los profesores estén muy bien considerados socialmente en Finlandia. «Es un honor nacional ser maestro de Primaria», aseguró el pasado 25 de septiembre en Madrid Jari Lavonen, director del Departamento de Formación al Profesorado de la Universidad de Helsinki.
Harri Skog, secretario de Estado de Educación de Finlandia desde 2006, resumía en una frase la importancia de este proceso: «La educación es la llave para el desarrollo de un país». Por eso el país nórdico dedica del 11 al 12% de los presupuestos del estado y los ayuntamientos a financiar este modelo de educación. «Es una política inteligente que les está dando fruto», considera Melgarejo, sin las presiones de Corea o Japón, otros países destacados en PISA.