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sábado, 1 de agosto de 2020

E. J. Josey: la lucha de un bibliotecario por la igualdad de derechos civiles





E. J. Josey: la lucha de un bibliotecario por la igualdad de derechos civiles

por Julio Alonso Arévalo

E. J. Josey alcanzó la prominencia en la profesión bibliotecaria al desafiar a la Asociación Americana de Bibliotecas (ALA) a cumplir con su credo de igualdad para todos. Esto no fue fácil durante los años 50 y 60, durante la segregación. A través de entrevistas con Josey y sus contemporáneos, así como de varias fuentes archivísticas, particularmente dentro de las corrientes raciales de hoy en día. Durante su carrera profesional, que abarca más de cincuenta años (1952-2002), Josey trabajó como #bibliotecario (1953-1966), administrador de servicios bibliotecarios (1966-1986) y profesor de biblioteconomía (1986-1995). También fue Presidente de la Asociación Americana de Bibliotecas y, tal vez su logro más notable, elaboró con éxito una resolución que impedía a las asociaciones estatales de bibliotecas discriminar a los bibliotecarios afroamericanos. Esto puso fin esencialmente a la segregación en la ALA. El liderazgo transformador de Josey proporciona un modelo para abordar los desafíos actuales en materia de derechos civiles tanto dentro como fuera de la profesión bibliotecaria.
Josey fue el Presidente de ALA en 1984-85. En su discurso inaugural en 1984, Josey hizo este comentario progresista que aún se aplica a las bibliotecas hoy en día:
"La industria de la información tiene la tecnología para controlar la información, pero su precio en la distribución de la información y su objetivo de beneficio crean un sesgo en qué información se hace disponible y cómo se dispensa. Sólo la organización sin fines de lucro, la biblioteca, dedicada a un objetivo de servicio comunitario total con expertos capacitados, los bibliotecarios, que dirigen la operación pueden proporcionar todo el alcance de la información para toda la población de manera justa y objetiva".
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viernes, 27 de diciembre de 2013

La PRIVATIZACIÓN de las BIBLIOTECAS PÚBLICAS



La primera impresión puede que sea un oxímoron, algo que por su propia naturaleza es incompatible con el término que le acompaña, sin embargo la corriente de la privatización de bibliotecas públicas está produciéndose con un paso decidido dentro del mundo anglosajón. Tanto es así que la ALA (American Library Association) posee una sección dentro de su web para tratar de explicar el fenómeno de las privatizaciones de las bibliotecas públicas. En ella, se discrimina lo que sería el outsourcing (Externalización de actividades de soporte como la limpieza y el mantenimiento que no son propiamente actividades bibliotecarias) y la privatización propiamente dicha (Abarcando ya tanto la gestión técnica como administrativa de los centros).

 La privatización de las bibliotecas públicas comienza durante la década de los años 90 en Estados Unidos y se afianza durante la siguiente década. Su salto a Europa se produce gracias a las políticas de austeridad y de recortes en las administraciones públicas en las que tras la restricción presupuestaria en servicios y en colecciones comienza a apuntar ya al personal de la biblioteca. El debate sobre las privatizaciones y el prestigio de las empresas que se hacen con las licitaciones es muy vivo en Reino Unido. En este país, las privatizaciones comienzan en 2008 en el municipio de Hounslow con cierta polémica. La resistencia de los trabajadores y de los usuarios ha sido intensa en todos los municipios que han abordado esta nueva política de gestión, sin embargo lentamente nuevos municipios se han ido uniendo a esta corriente.

La empresa John Laing Integrated Services es una de las principales adjudicatarias de estas externalizaciones con contratas con una duración de hasta quince años, pero la adquisición de esta empresa por la empresa de servicios Carillion indica que nos encontramos con una tendencia que se está consolidando y que provoca encendidos debates. Así, el conservador Daniel Hannah se preguntaba: “¿Por qué las bibliotecas deben estar gestionadas por el Estado? ¿No reside nuestra civilización en las estanterías de nuestras casas?” Lo que es evidente es que el cambio de gestión de pública a privada cambia la relación de estas bibliotecas dentro de la sociedad.

En Estados Unidos, se ha tratado de comprobar los cambios que han producido en estas nuevas políticas hasta ahora desconocidas. Sin embargo, los efectos reales no son tan evidentes y todavía se encuentran en discusión lo que excede las pretensiones de esta nota. Sin embargo, si bien algunos usuarios se extrañan de que el personal rote de forma intensa y a pesar de la oposición inicial y los temores incluso de descenso de la calidad del servicio, ésta aparentemente se mantiene y las conclusiones son que las bibliotecas privatizadas funcionan un poco peor que la media, pero simplemente es porque se encuentran en distritos más deprimidos.