Comienza la octava temporada de esta columna dominical
a los 6 días del mes de marzo del año 2016.
Más precisamente en el
momento en que, años atrás, se suponía que Ex Ella ya habría iniciado su tercer
mandato habilitada por la nueva Constitución de la flamante República
Argentina Bolivariana Kirchnerista. Su lucha contra Occidente estaría a
pasitos de ganarse, Moreno y Kicillof ya habrían sacado de la pobreza a los
últimos rezagados que se resistían a la inclusión, Zannini estaría presidiendo
la Corte Suprema, Sabbatella estaría conduciendo Telenoche y Timerman estaría
veraneando en las costas iraníes del Mar Caspio. Evidentemente, algo falló.
La realidad es
muy distinta. Ex Ella espera con el
bolsito la llegada del patrullero, la Constitución sobrevivió, Moreno está
abriendo una panchería, KICILLOF ANDA
POR LAS PLAZAS HACIENDO KIRCHNERISMO A LA GORRA,
Zannini acompaña el ajuste que
hacen los Kirchner en Santa Cruz por culpa de la pesada herencia que dejaron
los Kirchner en Santa Cruz, y a Sabbatella
lo limpiaron de la AFSCA con un escobillón y una palita. El único que logró su
objetivo es Timerman que ya alquiló carpa y reposeras para él y D’Elía en
Ahmadineyad Beach.
Desde que volvió la
dictadura hay una nueva mayoría que acompaña adormecida y manipulada por
sectores hegemónicos como, por ejemplo, el Majulismo.
Sólo
resiste un pequeño grupo de demócratas liderados por el Compañero Máximo, y
alentados por el tipo ese de barba candado que anunció por C5N el triunfo de
Aníbal Fernández la noche del patapúfete.
¿Tiene alguna chance este
intento de resistencia nacional contra el nuevo entreguismo? Muchísimas. Pero
no por ahora.
Al momento, la Resistencia
enfrenta varios problemas. El primero es que, dado que ya no cuenta ni con
caja, ni con cargos, ni con oficinas, ni con choferes, ni con celulares, ni con
nada, no tienen más remedio que autoconvocarse por radiollamada y juntarse en
plazas, veredas o banquinas. Por lo tanto, sus jornadas de concientización y resistencia,
se realizan siempre y cuando no llueva mucho.
Este nuevo kirchnerismo
se ha transformado en el primer movimiento emancipador popular y
latinoamericano que antes de hacer la revolución tiene que consultar al
servicio meteorológico.
El segundo problema es
más complicado aún: deben enfrentar al Presidente Macri que está devaluando,
ajustando tarifas, bajando la emisión, cerrando el problema con los Buitres y
reconciliando a la Argentina con los gobiernos occidentales. O sea, lo mismo
que hubiera intentado hacer el candidato Scioli que perdió, y que ellos mismos
votaron hace 5 minutos. De hecho, las primeras medidas económicas fueron
mayormente apoyadas por Bein, Blejer, Marangoni y otros asesores del Compañero
Lancha.
Quiere decir que, en el
fondo, los valientes militantes de la Resistencia se han salvado de tener que
combatirse a sí mismos y resistir a su propia dictadura.
Un tercer problema, no
menor, es tener que explicar que las medidas oligárquicas que está tomando este
gobierno de derecha no tienen nada que ver con las medidas revolucionarias que
venía tomando el progresismo K.
Por ejemplo, la
devaluación del 35% (6 a
8) que hizo Kicillof después de asumir es muy
distinta a la devaluación del 35% (9,8 a 13) que hizo Prat-Gay después de asumir.
O que la inflación del 30% que provocó la devaluación de 2014 fue por el bien
del pueblo mientras que la del 30% de ahora es para perjudicarlo.
O que arreglar con el Club de París fue para la
liberación y arreglar con los Buitres es para la dependencia. Mejor no recordar que la deuda original con el Club
de París defaulteada en 2001 era de 1.879 palos verdes. En setiembre de 2008,
Ex Ella firmó un decreto para cancelarla por 6.450 palos verdes. Pero a último
minuto se arrepintió y recién en 2014 lo mandaron a Kicillof a arreglar. El tipo se puso duro y, de puro macho nomás, les tiró 9.700
millones de dólares en la cara. Un león negociando.
Es obvio que el nuevo
protocolo antipiquetes para moler a palos a los que cortan las calles no tiene
nada que ver con la ley antiterrorista votada por todo el kirchnerismo sin
chistar para moler a palos a los que cortan las calles. Pero ¿cómo explicarlo?
Es tan difícil como
protestar por los despidos de los comisarios políticos que el kirchnerismo metió
en el Estado justamente para perseguir y despedir a los que no eran
kirchneristas. Ni hablar de este nuevo Stiuso que no tiene nada que ver con
aquel Stiuso que durante diez años, al caer la noche, llevaba
a Olivos las escuchas fresquitas del día.
Difícil quejarse por la
quita de retenciones a la minería cuando se vetó la ley de glaciares para
favorecerla, se permitió la minería a cielo abierto y hasta Ex Ella se sacó
fotos sonriendo con los capos de la Barrick Gold, cuyos gerentes están tan
contaminados que ahora vienen con tres ojos y seis dedos.
Estas cosas y muchas más,
han provocado confusión en las filas de la Resistencia como pudo verse durante
el discurso del Compañero Mauri en el Congreso. Por ejemplo, la diputada Mazure
y el diputado Larroque mostraron un cartelito que decía: “No a los despidos en CN23”. O sea, DIPUTADOS KIRCHNERISTAS PROTESTANDO POR
DESPIDOS EN UN MEDIO KIRCHNERISTA, comprado por un empresario kirchnerista a otro empresario kirchnerista
que recibió cientos de millones del gobierno kirchnerista para hacer propaganda
a favor del kirchnerismo. Literalmente así.
Larroque y Mazure
deberían pegarse el cartelito en el espejo del baño para mirarlo cada mañana, en lugar de tomarles el pelo a los
trabajadores despedidos.
Para colmo, en la misma
semana Ex Ella fue acusada por Menem de matar a su marido y por Stiuso de matar
al fiscal Nisman. En realidad, esto último no sorprendió a nadie. Todos sabemos
que en el caso Nisman el gobierno es el mayordomo.
Ahora la Resistencia debe
apretar los dientes, bancársela, esperar que a la dictadura le salga todo mal y
rezar para que el famoso dicho de Zaninni no se cumpla: “Si Macri hace en el
país el 50% de lo que hizo en Boca no volvemos más”. Es momento de ser
paciente. Todavía no pasaron los cien días. Y si miramos bien al nuevo
gobierno, algún inútil ya va apareciendo.
Piensen que cuando
arrancó el kirchnerismo, allá por 2003, aquel gobierno sólo tenía cuatro o
cinco inútiles a la vista. Y terminaron en 2015 con una verdadera epidemia.
Por eso muchachos de la
Resistencia, por ahora violín en bolsa y muzzarella. Calavera no chilla.
Es
un placer estar de vuelta. Comenzó la temporada