En la noche del sábado 9 de junio de 1956, a nueve meses del derrocamiento del presidente constitucional Argentino J.D. Perón por la autodenominada "Revolución Libertadora"; militares y civiles peronistas intentan recuperar el poder por las armas. Los generales J.J.Valle y R.Tanco, junto con el teniente coronel Cogorno, encabezan una dispersa rebelión cívico-militar que tiene sus focos aislados en Buenos Aires, La Plata y Santa Rosa. El intento es abortado en unas cuantas horas y concluye en un baño de sangre.
No se conoce el número exacto de rebeldes que participan del levantamiento. Es posible que no llegaran a los 200. Sí se sabe que les faltaba coordinación, actuando en forma dividida en las tres ciudades y carecían de armas pesadas. No tenían ninguna posibilidad de triunfar. El régimen, los deja actuar para poder aplicarles una medida "ejemplificadora".
El domingo 10 de junio, a menos de veinticuatro horas del levantamiento y cuando ya no existen focos de resistencia, el gobierno de facto encabezado por el general Pedro Eugenio Aramburu y el almirante Rojas lanza el decreto Nº 10.364, imponiendo la ley marcial. La pena de muerte debía hacerse efectiva a partir de entonces. Sin embargo, se aplica reatroactivamente a quienes se habían sublevado el sábado 9 y ya se han rendido y están prisioneros.
El art. 18 de la Constitución señala: "Queda abolida para siempre la pena de muerte por motivos políticos". No obstante, con una velocidad sorprendente el régimen de la Rev.Libertadora ordena que en menos de 72 horas se efectúen 28 fusilamientos de militares y civiles en seis lugares distintos. Los pelotones de ejecución gastan más cartuchos que los que alcanzaron a disparar los rebeldes condenados.
El General Valle se hallaba oculto en el barrio de San Telmo. El general podría haberse asilado en una embajada pero al atardecer del 12 de junio decide entregarse para poner fin a la matanza. A pesar de que ha encabezado el levantamiento antes de la instauración de la pena de muerte, lo fusilan a las diez de la noche.
La semilla del odio y la revancha no tardará en germinar, pero esa, esa es otra historia…
Fuente: http://www.lafogata.org/06arg/arg6/arg_15-5.htm / y agregados de Daniel A. Diaz
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