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viernes, 25 de febrero de 2011

Taras Bulba / Nikolái Gógol


Taras Bulba, de Nikolái Gógol, la epopeya de los cosacos rusos

Biografía novelada de un cabecilla popular. Luis Martínez González


La literatura rusa nace, prácticamente, con el Romanticismo. Lo habido hasta entonces carece de relevancia pero, en un solo siglo, alcanza dimensiones excepcionales brindando figuras de la talla de León Tolstoi y Fiodor Dostoievski.


Sin embargo, sus verdaderos iniciadores son Alexander Pushkin para la poesía y el ucraniano Nikolái Gógol para la prosa, que constituyen las primeras personalidades de verdadera relevancia dentro de ella y que son los que siembran las bases para que aquéllos alcancen su extraordinaria calidad literaria.


Y es que Nikolái Vasílevich Gógol (Bolshie Sorochintsy, Poltava, 1809-1852) recorrió un verdadero aprendizaje literario desde sus primeros relatos breves que muestran la cara más amable de su Ucrania natal hasta sus obras mayores. Entre éstas, destaca sobremanera el cuento titulado El capote, tragedia vital de un oscuro funcionario que halla la esperanza en comprarse un capote nuevo y que constituye una alegoría de la vida rusa de la época.


De hecho, sus relatos breves son magistrales pero su obra más importante es Almas muertas, obra inacabada que podría calificarse como el retrato de la degradación de la aristocracia rusa o, dicho de otro modo, una imagen de la Rusia feudal. Sus personajes son criaturas esperpénticas a las que el autor trata con brutal sarcasmo.


Tras esta novela, destaca igualmente Taras Bulba, publicada en 1835 y que constituye una perfecta muestra de la evasión hacia el pasado de la literatura romántica, en el que buscan las verdaderas esencias de una patria la que ven degenerada en el presente.


Tarás Bulba, que existió realmente, es un cosaco que encarna todos los ideales de su pueblo –la libertad y el patriotismo- y, por ello es profundamente popular. Para defender a los cristianos ortodoxos que se hallan bajo dominación polaca, anima a su pueblo a ir a la guerra y ahí comenzará su tragedia.


La obra posee una fuerte carga romántica pero lo verdaderamente valioso de ella es el retrato de los indómitos cosacos, hombres de frontera, que no dudan en entregar la vida para defender su mundo. Gógol encuentra el verdadero carácter del pueblo ruso. Para él, En ellos que tanto arremetió contra la decadencia de su país, el ejemplo de aquel grupo humano constituía un modelo a seguir para lograr su regeneración y así nos lo presenta.


Se trata, en suma, de una excelente novela de carácter histórico -aunque con fuertes dosis de idealización-, que, como buena obra romántica, se halla plagada de aventura, acción y peripecias. http://goo.gl/U54sO





Fuente: 7mares - Grupo AZ