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El alma de las bibliotecas y Centros de documentación es el bibliotecario/a. El ha sido y es, el nexo entre el saber aquilatado, conservado y organizado en las nobles arquitecturas y la comunidad. Tiene responsabilidades, objetivos y obligaciones…pero esa alma corpórea es merecedora de los derechos que como Trabajador de la Información le corresponden; Este es nuestro desafió profesional: Construír a partir de nuestra propia identidad una organización genuina para los Bibliotecarios
jueves, 11 de agosto de 2011
20 días por libro...
lunes, 18 de abril de 2011
La biblioteca sin papel
En el mundo se habla de los libros electrónicos desde hace al menos una década, pero recién en los últimos tres años y medio cambió este mercado con la aparición, a fines de 2007, del icónico Kindle de Amazon. Un dispositivo especializado para esta tarea no es, sin embargo, la única alternativa que tiene quien busca leer en formato digital; también hay software para transformar una PC en un e-reader.
Los lectores electrónicos especializados tienen como función principal mostrar los textos e intentan ser fieles al original de papel, apelando incluso a las pantallas de tinta electrónica, distintas del LCD convencional.
Fue la tinta electrónica la que estableció el concepto del lector como dispositivo, con una pantalla en la que las letras se forman con bolitas blancas o negras magnetizadas, y que sólo consumen energía cuando se pasa la página, a diferencia de una pantalla de computadora, que se refresca decenas de veces por segundo. La tinta electrónica, además, tiene excelente visibilidad: al aprovechar la luz ambiente no cansa la vista, se ve como un libro de papel al sol directo, y desde cualquier ángulo. Estos lectores tienen pantallas de 5 o 6 pulgadas y botones para elegir un título de su biblioteca interna o pasar las páginas.
Una interfaz gráfica sencilla permite acceder a los títulos almacenados en el dispositivo y, dependiendo del modelo, saltar a los diferentes capítulos, marcar páginas interesantes o dejar anotaciones al margen.
Sony fue una de las compañías pioneras en el área, con su línea eReader, que ya no vende en el país, aunque sí lo hace en el resto del mundo ( http://e-bookstore.sony.com/reader/ ). Pero el dispositivo que llevó el concepto del libro electrónico a una gran masa de usuarios fue el Kindle de Amazon, que ya va por la tercera versión.
El Kindle básico ( www.amazon.com/kindle ) tiene una pantalla de 6", espacio para almacenar 3500 libros, conexión Wi-Fi o 3G para adquirir nuevos títulos directamente desde el equipo, un teclado Qwerty para hacer búsquedas en la tienda o navegar por la Web , y una batería que, según su fabricante, dura más de un mes si no se usa la conexión inalámbrica. Ofrece 900 mil títulos comerciales y 1,8 millones de libros de dominio público. También puede desplegar archivos PDF.
En Estados Unidos tiene un precio de 139 dólares (sin 3G) o 189 dólares (con Wi-Fi y 3G, que funciona en la Argentina , no requiere abono mensual). Amazon lo envía al país, pero al precio original hay que sumarle 21 dólares de envío, más un 45% de impuestos locales, más los honorarios del correo privado que lo recibe (por lo general DHL), que rondan los 240 pesos. En el buen blog local www.clubdelebook.com hay más información sobre el tema.
Otro libro electrónico popular en Estados Unidos es el Nook de Barnes & Noble ( www.barnesandnoble.com/nook/ ). Una versión funciona como una tablet con Android y pantalla color de 7" (US$ 249 en Estados Unidos), y en la otra combina una pantalla de tinta electrónica de 6" con una pantalla secundaria convencional de 3,5"; el equipo corre Android, tiene versiones sólo con Wi-Fi o con Wi-Fi y 3G (149 y 199 dólares, respectivamente) y funciona como el Kindle. No tiene envío directo a la Argentina.
En nuestro país está Papyre ( www.grammataargentina.com.ar ), una línea de libros electrónicos de la compañía Grammata, que tiene cuatro modelos con tinta electrónica. El más económico, el Papyre 5.1, tiene un precio de $ 1199 y pantalla de 5"; el tope de línea es el 6.S Alex, que a una pantalla de 6" suma una segunda pantalla LCD, que funciona como una mini tablet con Android y Wi-Fi. Su precio es de $ 2499. Dependiendo del modelo, también reproduce MP3 o permite acceder a sitios Web. LA NACION publicó una videorreseña en noviembre último: http://videos.lanacion.com.ar/video17782-llegan-a-la-argentina-los-libros-electronicos-de-papyre . Grammata firmó un acuerdo con Libranda, una plataforma de distribución de libros electrónicos respaldada por editoriales como Planeta, Random House Mondadori o Santillana, y Publidisa (un servicio de publicación de e-books que en la Argentina está representado por Bibliografika), para ofrecer títulos en español, una de las mayores limitaciones que tiene hoy el mercado del libro electrónico hispano.
Movistar, por su parte, inaugurará el miércoles su tienda de e-books en www.movistar.com.ar/ebooks ; contará con 15.000 títulos en formato PDF con DRM al momento de su lanzamiento, y no será necesario ser cliente de la empresa para acceder a ella.
Los otros lectores
Amazon ofrece una versión del Kindle por software que permite acceder a su tienda de libros, sincronizar su contenido entre diferentes dispositivos y demás. Está disponible para Windows, OS X, dispositivos iOS (iPhone, iPod Touch, iPad), Android (móviles y tabletas), teléfonos BlackBerry y Windows Phone 7. Barnes & Noble también ofrece el software Nook, es compatible con Windows, OS X, iOS, Android y BlackBerry.
No son los únicos. Google, por ejemplo, tiene Books ( books.google.com.ar ), con una biblioteca de textos de dominio público digitalizados y libros comerciales, aunque estos últimos no pueden adquirirse desde la Argentina. Además de ser accesible a través de cualquier navegador convencional tiene una aplicación para Android, iOS, el Nook y dispositivos de Sony.
Apple cuenta con su propia librería electrónica, llamada iBookstore, a la que se accede a través de la aplicación iBooks. No es la única alternativa para los dispositivos de esta compañía; también son muy populares Stanza y Kobo, ambos disponibles en la App Store. Los lectores son gratis.
Kobo es el lector oficial de la tableta PlayBook, de RIM, que saldrá a la venta en Estados Unidos el martes próximo, y también está disponible para móviles BlackBerry y Android; se descarga de sus tiendas de aplicaciones respectivas.
Los equipos Android de Samsung (tanto los smartphones como las tablets) incluyen la aplicación Aldiko; en este sistema operativo son muy populares los lectores FBReader y Laputa (nombre que alude a la isla que visita Gulliver en sus viajes).
Para móviles Symbian y equipos que usen aplicaciones Java está el freeware Foliant ( http://foliant-reader.com , la página está en ruso, pero la aplicación funciona en inglés).
La respuesta depende del equipo. Los Kindle de Amazon usan un formato propietario AZW, protegido contra copia. Lo mismo sucede con Apple. Pero la mayoría de la industria adoptó el formato abierto ePub para codificar los libros. El tema es que el esquema de DRM para controla copia no autorizada del libro queda a criterio de cada vendedor; aunque en teoría al comprar un libro en formato ePub en una tienda debería ser legible en cualquier dispositivo, en la práctica no es así. La mayoría de los textos en ePub gratis (como libros de dominio público) sí pueden verse en los diversos lectores sin problemas de compatibilidad, lo mismo que los que usan la protección de copia de Adobe para ePub.
Los e-readers suelen admitir textos en PDF (con o sin DRM), Microsoft Word, PDB (el viejo formato de las Palm), HTML y TXT, entre otros. Una ventaja del ePub es que es muy flexible a la hora de adaptar su contenido a pantallas de diferente tamaño. En en.wikipedia.org/wiki/Comparison_of_e-book_formats se lista la compatibilidad de los dispositivos más populares.
Quienes busquen contenido gratis o comercial pueden usar, además de lo provisto en las tiendas comerciales, los textos almacenados en sitios como el del Proyecto Gutenberg ( www.gutenberg.org ), Wattpad ( www.wattpad.com , también tiene su lector multiplataforma), Wikilibros ( es.wikibooks.org ), El Aleph ( www.elaleph.com ), la Biblioteca Clarín ( www.biblioteca.clarin.com/pbda/index.html ), Bubok (una editorial digital que publica con licencia Creative Commons, www.bubok.es ), Libros en Red ( www.librosenred.com ) o Librodot ( www.librodot.com ), entre otros.
A la vez, quienes quieran crear sus propios libros electrónicos en formato PDF pueden apelar al Open Office ( es.openoffice.org , gratis); también está Calibre ( http://calibre-e-book.com , gratis, corre sobre Windows, OS X y Linux), para generar un e-book en formato ePub con un texto propio.
sábado, 31 de julio de 2010
No es el cacharro, chicos: son los libros
No es el cacharro, chicos: son los libros
Amazon se lanza a la guerra abierta para el control del libro electrónico y lo hace con ganas: el Kindle 3 se va a poner a la venta rozando el límite psicológico de los 100 euros. Si, 100, da igual que ayer fuerais a la tienda electrónica más de moda o a las rebajas del Cortinglés y os encontrarais con unos lectores del año pasado por 250 €: la última novedad del gigante de los e-books se queda en 139$.
Estamos hablando del Kindle 3 Wifi que, a semejanza del movimiento de Barnes & Noble con su Nook Wifi, abarata un poco más el precio con la eliminación del 3G (el dispositivo valdrá 189 $para los amantes de la movilidad absoluta) y viene cargado de un montón de novedades interesantes, como son su mejor contraste, definición, duración de la batería y la capacidad de poder tomar notas sobre documentos PDF, entre otras pequeñas mejoras.
Amazon golpea la mesa con su Kindle -es mejor que nosotros no lo hagamos, sus pantallas no son exactamente de acero- y exclama un «Pa chulo yo» que deja al resto de fabricantes temblando en el mercado americano, hoy por hoy el más importante. En el resto del mundo se espera expectante la fecha de envío internacional y la posibilidad, lejana todavía, de que Amazon pueda ofrecer los libros que hoy por hoy sólo Libranda pone para mayoristas.
¿Cuál es el truco? Pues que el Kindle es un dispositivo cerrado: su DRM es propio y excluyente -al menos por ahora-, así que el argumento se complica a un estás conmigo (barato) o contra mí (oferta más amplia y libre, al menos en Europa). Amazon quiere hacerse con la mayoría del mercado y parece que si sigue con esta guerra de precios será inevitable que lo consiga si nadie hace nada por evitarlo.
La verdad es que con la salida del Kindle3 queda claro que lo importante es crear una gran comunidad de lectores atados a un lector que pasa por una única tienda. Un lector para atarlos a todos en las tinieblas, vaya, aunque Amazon pierda ahora dinero por cada Kindle que venda, es una inversión a largo plazo que puede significar un cambio radical en el panorama editorial tal y como lo conocemos.
Hoy por hoy, claro, es la única opción barata y de calidad pero, por desgracia, todavía no lee los Adobe DRM de Libranda, algo que sí que hace su competencia directa -Nook- que, vaya hombre, no se puede pedir a los Estados Unidos. Sí que hay una vaga promesa de que en un futuro se podrá leer ese DRM, pero pueden pasar meses antes de que haya un movimiento en firme, que dependerá, seguro, de las posiciones alcanzadas por las grandes empresas del sector.
Fuente: http://www.lecturalia.com/blog/
sábado, 22 de mayo de 2010
Una biblioteca sin libros impresos
Según lo visto en el video, en dicha biblioteca no hay lugar para estantes llenos de libros impresos, pues toda información se encuentra almacenada de manera virtual.
Particularmente pienso que ambos formatos van a convivir de manera conjunta pero que el formato digital ganará más adeptos debido a la existencia de los e-reader’s, dispositivos diseñados para la lectura de libros electrónicos. Y a todo esto ustedes que piensan ¿desaparecerá el libro impreso?
Fuente: http://ciudadanogeek.com/
lunes, 17 de mayo de 2010
El lado oscuro de los libros electrónicos
Mucho se debate sobre el surgimiento del "libro electrónico": las características de los dispositivos, la competencia por liderazgos en el negocio, el posible "fin" del libro de papel1 … sin embargo poco se habla sobre cómo muchas de las prácticas que habitualmente realizamos con los libros "analógicos" se perderán en el modelo propuesto por la industria para el mundo digital.
Cuando el objetivo es promover un mercado de libros activo y vigoroso, son esos hábitos y prácticas que rodean a los libros, motivo de fomento: las "librerías de viejo", las bibliotecas de barrios, clubes o escuelas, los lectores generosos en intercambios, préstamos y recomendaciones. Son estos circuitos los que mantienen animado el interés por los libros y ponen de manifiesto la presencia de un público ávido por la lectura, que en definitiva, es quien estimula el mercado comercial: cerca de las bibliotecas y las librerías de usados, no faltarán los shoppings con sus vidrieras bien iluminadas, llenas de best-sellers y libros nuevos, un consumo quizás menos bohemio… pero mas redituable para el negocio. Desde siempre, ambos circuitos han convivido sin conflictos.
¿Cómo volver valiosa la copia, cuando la copia es lo único que no vale nada?, esa es la clase de preguntas que se formulan quiénes no hicieron otra cosa ¡que vender copias toda su vida!¿Y en que pensaron? no mucho ingenio, disponer de medidas que impidan y dificulten la copia… de esta forma la copia se vuelve nuevamente escasa y recupera su valor. Y la industria editorial satisfecha: se libran del problema de pensar en un nuevo modelo comercial y pueden seguir en lo suyo: vendiendo copias…
Impedir a los lectores copiar sus archivos tiene consecuencias profundas. La primera es bastante evidente, los libros ya no se podrán prestar. No se le podrá pasar a un amigo un ejemplar de un libro electrónico que hayamos comprado, porque habría que copiarlo de un dispositivo a otro, y los responsables del hardware y del software, por lo explicado en el párrafo anterior, se han esforzado para que esto sea completamente imposible. El préstamo de libros no es una práctica intrascendente: es la forma más sencilla de permitir el acceso a libros, de hacer de la lectura una actividad compartida, además de una muy efectiva forma de promoción boca a boca.
Otro aspecto, es que nada garantiza que el sistema anti-copia en el futuro, siga funcionando como se espera. Quizás el candado digital no pueda volver a abrirse. Cuando el dispositivo se vuelva obsoleto, si se necesita acceder al material guardado –como quien consulta un libro leído hace 30 años– no sólo se tendrá que lidiar con tecnologías anticuadas, sino también con un sistema de restricciones anti-copia anticuado3.
Hasta el momento, los sistemas que comercializan los libros electrónicos, son tiendas virtuales (como el caso de Amazon para Kindle), lo cual dificulta –sino impide completamente la posibilidad de efectuar compras anónimas. Queda entonces un registro de cada venta efectuada, conformando un listado de todos los libros que lee cada consumidor. Sumemos lo centralizado del sistema, y la información acumulada se vuelve sumamente sensible. En épocas y países donde predomina la sensatez, esto no parece una amenaza, incluso se pueden aprovechar los beneficios de recibir una ajustada y precisa lista de recomendaciones, a partir de los hábitos de lectura propios.
Pero de llevarse a cabo semejante recomendación, según las leyes de casi todo el mundo, las bibliotecas estarían entrando en la ilegalidad, al ofrecer por internet libros con derechos de autor, que tienen restricciones a la copia o difusión, o digitalizar material sin permiso. En este caso, el marco legal se adecua claramente a las demandas de la industria editorial, pero no hace nada por definir una función licita para las bibliotecas en el contexto digital. De seguir así, en un mundo donde los libros electrónicos reemplacen completamente a los de papel, no quedaría lugar para las bibliotecas, excepto para las obras en dominio público. Eso, si el dominio público sigue existiendo…
1. "Hasta ahora, los libros siguen encarnando el medio más económico, flexible y fácil de usar para el transporte de información a bajo costo. La comunicación que provee la computadora corre delante de nosotros; los libros van a la par de nosotros, a nuestra misma velocidad. Si naufragamos en una isla desierta, donde no hay posibilidad de conectar una computadora, el libro sigue siendo un instrumento valioso. Aun si tuviéramos una computadora con batería solar, no nos sería fácil leer en la pantalla mientras descansamos en una hamaca. Los libros siguen siendo los mejores compañeros de naufragio. Los libros son de esa clase de instrumentos que, una vez inventados, no pudieron ser mejorados, simplemente porque son buenos. Como el martillo, el cuchillo, la cuchara o la tijera" Así es como Umberto Eco despejaba los apocalípticos temores sobre la "muerte" del libro en una conferencia ofrecida en Alejandría en 2003, con motivo de la reapertura de la milenaria Bibliotheca Alexandrina. (publicada por el semanario Al-Ahram. Traducción de Sergio Di Nucci en Página/12.) [↩]
2. DRM son sistemas diseñados para impedir la copia. Según lo advertido por la campañas anti-DRM difundida por la "Free Software Fundation", cuya consigna "defective by design", indica el aspecto más controvertido de estas tecnologías, la inclusión deliberada de una "falla" en el sistema, para que no funcione tan eficientemente como debería. Para hacer una analogía, es como si volviésemos a los autos menos eficientes en el consumo de combustible, para que las empresas que lo venden puedan ganar más. En este caso volvemos a la tecnología digital menos eficaz para copiar, de lo que es capaz. [↩]
3. Un ejemplo paradigmático del precario desempeño de los medios electrónicos para preservar la información es el caso de las sondas espaciales Viking. A mediados de los 70, estas sondas transmitieron valiosa información desde Marte. Lo datos quedaron almacenados en cintas magnéticas. En 2001 fue necesario comprobar algunos datos de dichas cintas originales, pero el sistema era tan obsoleto que la NASA ya no tenía forma de acceder debido al formato. Los programadores de aquel momento ya habían muerto. Entonces, si se complica acceder a información –almacenada con la intención de ser recuperable– de hace tan sólo 25 años, ¿qué pasará con los libros electrónicos almacenados en dispositivos plagados de DRM de hace 50? ¿Qué tan difícil será eliminar el DRM obsoleto? [↩]
4. Un ejemplo reciente: como consecuencia del atentado del 9/11, el congreso de EE.UU. aprobó una "ley patriótica" que incluía la vigilancia en bibliotecas. Los bibliotecarios debían registrar el destino de determinados libros y identificar a quien los pedía. Esta disposición elevó las quejas de muchas organizaciones de derechos civiles, finalmente la ley dejó de estar vigente. Con el sistema electrónico, la ley no sería necesaria… solo habría que pedirle las bases de datos a las tiendas virtuales. [↩]
5. "Documento sobre la postura de la IFLA sobre los Derechos de Autor en el entorno digital", aprobado por el Comité Ejecutivo de la IFLA en agosto 2000. Publicado en Correo Bibliotecario N°48. [↩]
Fuente: http://www.vialibre.org.ar/