Los monjes se convirtieron en los principales
bibliotecarios de occidente
A pesar de todo, las reglas monásticas exigen el ejercicio de la
lectura, y eso bastó para poner en marcha una extraordinaria cadena de
consecuencias. La lectura no era simplemente algo opcional o deseable o
recomendable: la lectura era obligatoria.
Y la lectura requería
libros. Los libros que se abrían una y otra vez acababan deteriorándose, por
mucho cuidado que se pusiera a la hora de manejarlos. Así pues, casi sin que
nadie se diera cuenta, las reglas monásticas hicieron que los monjes se vieran
obligados a conseguir una y otra vez libros.
A lo largo de las violentas guerras góticas de mediados del siglo
VI y durante el periodo todavía más funesto que vino después, los últimos
talleres comerciales de producción de libros quebraron, y las huellas del mercado
de textos escritos desaparecieron. De ese modo, y otra vez sin que casi nadie
se diera cuenta, las reglas monásticas hicieron que los monjes se vieran
obligados a preservar y a copiar minuciosamente los libros que ya poseen. Pero
hacía mucho tiempo que había desaparecido todo el contacto con los fabricantes
de papiros de Egipto y, por otro lado, a falta de un tráfico comercial de
libros, la industria de la transformación de pieles de animales en superficies
aptas para la escritura había caído en desuso.
Por consiguiente, y de
nuevo casi sin que nadie se diera cuenta, las reglas monásticas hicieron que
los monjes se vieran obligados a aprender el laborioso arte de la fabricación
de pergaminos y a salvar de la destrucción los ya existentes. Sin querer emular
a las elites paganas poniendo los libros o la escritura en el centro de la
sociedad, sin afirmar en ningún momento la importancia de la retorica y la
gramática, sin premiar la erudición y el debate, los monjes se convirtieron en
los principales lectores bibliotecarios, conservadores y productores de libros
del mundo occidental comprar o conseguir una y otra vez libros.
Stephen Greenblatt "El giro: de cómo un manuscrito olvidado
contribuyó a crear el mundo moderno"
Fuente : Universo
Abierto