viernes, 4 de noviembre de 2016

Librerías que resisten la crisis: excepciones a una tendencia en baja

Fondo de Cultura Económica abrió un local con diseño de Clorindo Testa, que se suma al de la prestigiosa Waldhuter; una apuesta para lectores que no creen que el libro sea una variable de ajuste.

 la Capital Mundial del Libro, como se declaró a Buenos Aires en 2011, y en un contexto crítico para el sector editorial, esta semana se abrieron dos importantes librerías con propuestas que van más allá de la venta de ejemplares. La del Fondo de Cultura Económica, en un edificio diseñado por Clorindo Testa, incluye un centro cultural con espacio para muestras y un sector exclusivo para literatura infantil. La Waldhuter, en avenida Santa Fe al 1600, donde funcionó durante décadas Paidós del Fondo, es el primer local a la calle de la prestigiosa distribuidora.

Para lectores, editores y libreros, la apertura de estas librerías es una buena noticia; aún más en este año en el que hubo una caída en las ventas y un fuerte aumento en los costos (alquileres, servicios, impuestos). Este "combo" llevó al cierre de locales tradicionales como El Vitral, de Montevideo al 100, en agosto, y la conversión en cooperativa de la clásica Adán Buenosayres, en Corrientes al 1600, en junio. Estuvo a punto de cerrar, pero finalmente los empleados decidieron continuar con el negocio en forma cooperativa. Un último recurso de resistencia para hacerle frente al tarifazo y la crisis.

Los casos de Waldhuter y de la librería del Fondo son proyectos de largo aliento cuyas inauguraciones coincidieron por estos días. El primero se concretó a partir de la transferencia de la librería Paidós del Fondo, de la familia Bernstein, a Waldhuter. Conserva el equipo de libreros y el catálogo, y suma sus títulos y los de las editoriales nacionales y extranjeras que distribuye en el país.

Más allá de la coincidencia temporal de las aperturas, hay otro dato que cruza las historias de Paidós del Fondo, ahora Waldhuter La Librería, y del Fondo de Cultura Económica: hace más de 25 años que en ese local funciona una librería. Los Bernstein, dueños de la editorial Paidós y de Paidós Central del Libro Psicológico, compraron en 1999 la librería que tenía el FCE en avenida Santa Fe y Rodríguez Peña. La llamaron Paidós del Fondo. En ese mismo espacio abrió Waldhuter el 1° de noviembre. Pocos días antes, el 28 de octubre, había sido la inauguración de Librería del Fondo y Centro Cultural Arnaldo Orfila Reynal (primer director del FCE en la Argentina), en Costa Rica 4568, Palermo. Por su parte, Paidós Central del Libro Psicológico continuará funcionando en el local de Las Heras al 3700.

Otro eje en común entre ambos proyectos es el editor y ensayista Alejandro Katz, quien fue gerente del FCE cuando se abrió la librería de avenida Santa Fe y también participó en el proyecto de la nueva librería. Cuenta Katz: "Curiosamente, mi historia profesional me vincula con ambas librerías. La Waldhuter continúa un proyecto que pusimos en marcha desde el FCE en 1993 o 1994, cuando, para acompañar un nuevo e intenso programa editorial que no encontraba un lugar en las librerías, decidimos abrir un local propio. Años después, cuando el programa editorial estaba consolidado, lo transferimos a librería Paidós, que lo gestionó exitosamente de la mano de su director, Marcelo Bernstein. La librería del FCE, por su parte, se construyó sobre un terreno que fue comprado por la editorial durante mi gestión, en 2002. Definir un perfil de lector en el entrecruzamiento de públicos diversos de la zona será la clave para que el proyecto resulte exitoso".

Gabriel Waldhuter, al frente de la distribuidora junto a su hermano Jorge, explicó a LA NACION la trastienda de la transferencia: "Las conversaciones con Bernstein comenzaron en febrero. La idea era hacer un pase de librería, con alguien que mantuviera el espíritu y el equipo de trabajo. Las dos partes estamos convencidos de que debía seguir siendo una librería de calidad: con el mismo material, más todas las editoriales que Waldhuter distribuye en la Argentina".

A la pregunta obligada (¿por qué abrir una librería en este contexto económico?), el editor responde: "Es cierto que este año han cerrado varias librerías y también han abierto otras. La situación no es la ideal; las bajas en el rubro libros del 15%, más los altos costos de los servicios, hacen cada vez más difícil la situación. Tenemos en claro el panorama, pero nos gustan los desafíos. Además del entusiasmo de tener una librería, creemos que el público que nos visita en la Feria del Libro nos pide vernos más de una vez al año. Y salió esta oportunidad".

Para Bernstein, que estuvo a cargo de Paidós del Fondo y ahora continuará en Paidós Central del Libro Psicológico, "es una muy buena noticia que en esta época se abran librerías. Con una mirada en lo general, creo que si se tienen recursos es un buen momento para hacer apuestas. Instalar una librería es muy complejo y aprovechar situaciones oportunas puede facilitar la puesta en marcha de un proyecto. En el caso de Waldhuter se les presentó la oportunidad de tener una librería en un lugar destacado, con una rica historia librera que lleva casi 25 años".

Con los estantes repletos de títulos de géneros variados (con peso en ciencias sociales y psicología), la librería Waldhuter tiene un espacio para presentaciones y actos, donde planean organizar narraciones de cuentos para los chicos. "Queremos que sea un lugar de encuentro, de lecturas", completó el librero.

El mismo espíritu persigue el proyecto del FCE, que comenzó hace años. Alejandro Archain, gerente general del sello mexicano, cuenta: "El trabajo de diseño de Clorindo Testa data de 2008. Las obras se iniciaron en 2015. El momento influye en lo que será el desarrollo en lo inmediato, pero confiamos en su prolongación en el tiempo. Una editorial como el Fondo de Cultura Económica, con más de ochenta años, ha atravesado diversos momentos, con mayores o menores dificultades, pero siempre con una proyección que va más allá de lo coyuntural".

Archain define el proyecto: "Será una librería general, con material del FCE y de las principales editoriales. Estarán las joyas del catálogo propio y también las de otros sellos, las novedades y un amplio sector de literatura infantil y juvenil. Queremos que además de librería sea un espacio de encuentro y de actividades culturales. Será un complejo donde la venta de libros estará integrada al conjunto".

¿Cómo se sostiene una librería de las características de las dos nuevas en estas circunstancias? Responde Katz, desde su experiencia en el rubro: "Librerías de grandes dimensiones no pueden prescindir de los best sellers, pero tampoco pueden nutrirse exclusivamente de ellos. Definir un perfil es imperioso para diferenciarse en un mercado que, como el de Buenos Aires, tiene una gran oferta de librerías. Ese perfil puede incluir la programación de actividades culturales, pero la clave del éxito radica en el saber de quienes ejercen el oficio de librero. Debe articular el conocimiento y comprensión de las necesidades y deseos de un público diverso y exigente con una oferta editorial desmesurada. Sin ese saber, el riesgo de no tener el libro que puede satisfacer a un cliente es inmenso; con ese saber, la posibilidad de producir un encuentro entre el libro y su lector es sin duda más elevada".

Fondo de Cultura Económica abrió un local con diseño de Clorindo Testa, que se suma al de la prestigiosa Waldhuter; una apuesta para lectores que no creen que el libro sea una variable de ajuste

El edificio del FCE proyectado por Testa cuenta con una librería de dos pisos, una sala para eventos culturales y un espacio para exhibición de obras de arte. Actualmente, en el segundo piso, se exponen los planos del arquitecto y artista visual, fotos de la obra en marcha y dibujos originales realizados a mano. La muestra está abierta al público. La programación de noviembre incluye actividades para chicos (domingos a las 16), talleres y charlas.

http://www.lanacion.com.ar/1953279-librerias-que-resisten-la-crisis-excepciones-a-una-tendencia-en-baja

miércoles, 26 de octubre de 2016

APLICACIONES para saber QUIÉN LLAMA desde un número desconocido

Diferentes herramientas para poder conocer el origen de comunicaciones que realizan usuarios que no están agendados  o con ID oculto

 

s habitual recibir llamadas de números ocultos, es decir, que no se pueden identificar. Por lo general se trata de empresas que buscan vender servicios de distinta índole. Aunque también podría ser un llamado desde alguna entidad pública por algún motivo de urgencia. ¿Cómo saberlo?

En ocasiones, es posible ver el número pero, si no se encuentra agendado, es poco probable que signifique algo para el usuario que lo recibe. ¿Y si fuera algo importante?

Para todos estos casos, existen diferentes aplicaciones que permiten identificar de dónde provienen los llamados desconocidos. Algo que resulta más que útil para poder decidir atender o no sin quedarse con la duda.

Se trata de una de las aplicaciones más populares. Sirve para identificar el origen de llamadas y mensajes. Además, permite bloquear a los usuarios. Está disponible para iOS, Windows Phone y Android.

Tal como todas las app permite identificar quién está detrás de los números ocultos. Lo interesante es que no sólo sirve para las llamadas, sino que también es compatible con Facebook Messenger, SMS y WhatsApp. Disponible para iOS, Windows Phone y Android

Permite identificar hasta más de 600 millones de números. Básicamente rastrea y recopila los datos que encuentra en diferentes bases de datos y redes sociales. Disponible para Android

Al igual que Contactive, busca información en varias bases de datos, y una vez que identifica el número ofrece la posibilidad de bloquearlo para no recibir más llamadas de ese usuario. Disponible para iOS, Windows Phone y Android.

 

http://www.infobae.com/tecno/2016/10/25/aplicaciones-para-saber-quien-llama-desde-un-numero-desconocido/

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Posted: 24 Oct 2016 06:37 PM PDT

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domingo, 23 de octubre de 2016

A 130 años de la muerte de José Hernández, el gaucho Martín Fierro sigue conmoviendo con su vida, su felicidad y su desdicha

Su autor, proscripto y encerrado en un hotel de la Plaza de Mayo, y luego de intentar matar el tedio escribiendo poemas de amor, creó un libro inmortal y conocido en todo el planeta
El hombre que ese ardiente día de verano se refugió en la soledad de un cuarto del Gran Hotel Argentino, en la Plaza de Mayo, casi frente a la Casa de Gobierno, no tenía otro destino.
Proscripto por el presidente Domingo Faustino Sarmiento por su pluma y su espada de inclaudicable federalismo y odio hacia el poder de Buenos Aires, no es poca cosa.
Se llama José Rafael Hernández y Pueyrredón: prosapia de sangre. Se ha batido bravamente en combates y ha destilado su fanatismo político en decenas de diarios y centenares de artículos.
Pero ese día está solo en la penumbra de ese cuarto, y empieza a matar el tiempo –que a él lo matará el 21 de octubre de 1886, hace en estos días 130 años, de un ataque al corazón y apenas a sus 52 años­– intentando unos poemas de amor.
Pero de pronto pega un brusco golpe de timón, y con un lápiz sobre papel de estraza de una libreta de pulpería (el más ordinario, color sepia y de envolver), urde casi de un tirón los siete primeros cantos y medio deEl Gaucho Martín Fierro.
En ese momento ignora que ha empezado el Libro de los Libros de la Historia Argentina. Nuestro Quijote. Nuestra Odisea. Nuestro Ulises. Y por qué no, algo de nuestro Shakespeare, ya que su monumental obra fue escrita en verso…
Pero no ignora quién es su héroe. El gaucho que en un tiempo vivía feliz en su rancho, con su mujer y sus hijos, y al que una leva arroja primero a un fortín de línea contra el indio, después lo convierte en desertor, convive con el enemigo, y al retornar a su hogar, "Mas que iba a hallar al volver | tan solo hallé la tapera".
La tragedia de un hombre bueno que, evocando los horrores y las injusticias del fortín, infierno donde lo han despojado hasta de su caballo y ni siquiera le han pagado su sueldo ("Siempre has de ser animal | la paga ya se acabó", decreta un sargento corrupto, acaso simiente de las mil y una corrupciones que llegarían al siglo XXI…, jura "ser más malo que una fiera".
Iluminado, escribe sin cesar la que sería la Ida, la primera parte del mayor poema argentino (gauchesco o no: supera todo género), y el 28 de noviembre de 1872, el diario La República empieza a publicar, por entregas, como los colosos de Víctor Hugo y Dumas padre e hijo, esos versos que alcanzarían la inmortalidad, hasta que la imprenta La Pampadecide convertirla en libro…
La modesta edición inaugural rompe el fuego. Muy pronto se vende en el campo, en la geografía rural que –entre otras cosas– la inspiró. Se lee en grupo, en fogones y pulperías, y a pesar de que la mayor parte del público es analfabeto, pega fuerte en su carne y sus huesos, marcados por el desprecio y la injusticia.
Es posible, y acaso hasta probable, que al escribir la primera estrofa ("Aquí me pongo a cantar | al compás de la vigüela | que al hombre que lo desvela | una pena estrodinaria | como la ave solitaria | con el cantar se consuela"), Hernández no comprendiera el alcance y mucho menos la eternidad de esa historia.
Pero sus insoslayables ecos lo impulsaron (lo obligaron, seguramente),siete años más tarde, en 1879, a parir La vuelta de Martín Fierro, y completar así la que sería no sólo su obra maestra, sino también el más largo y mítico poema nativo, "que logra la interpretación sociológica de una época y una sociedad, aúna lo lírico, lo descriptivo, lo satírico y lo épico, alcanzando los caracteres de una epopeya": una de sus indiscutibles síntesis críticas.
Porque, quién es Martín Fierro, sino un feliz primero, un sufriente después, pero hombre independiente, solitario, fatalista, que de algún modo sintetiza el carácter del nacido en estas pampas o estas playas…
Y ante ese fenómeno editorial prolongado hasta nuestros días, y hacia el futuro, no podía faltar Jorge Luis Borges, que aun sin admirar a Fierro, le dedicó un largo ensayo, conferencias, entrevistas, y polémicas…
Ante todo, ese genio que jamás fue ornado con el Nobel, decretó que "si el gran libro argentino fuera el Facundo de Sarmiento y no el Martín Fierro de Hernández, este país sería mejor".
Extraña dicotomía. Borges condenaba a Fierro por haber matado, ciego por el alcohol, a un negro en una pulpería, llamándolo "asesino", pero exalta al cuchillero Juan Muraña, un matón de los arrabales porteños, con esta maravilla poética: "No sé porqué en las tardes me acompaña | este asesino que no he visto nunca | Que el tiempo, que los mármoles empaña | salve este firme nombre: Juan Muraña"
Sin embargo, admite que el largo, célebre y traducido a cuarenta idiomas poema de Hernández encierra un instante épico insuperable.
Rodeado Fierro por la partida de soldados que habrá de apresarlo y devolverlo al castigo del fortín, uno de ellos, un sargento, grita: "Cruz no consiente | que se mate así a un valiente", y sigue Borges: "Y se pone a pelear junto al desertor Martín Fierro".
Instante luminoso: uno de los más bellos y más exaltados de ese Borges ambiguo que nunca se decidió a definir si nuestro gaucho esencial era un desertor y un asesino, o una víctima y un justo vengador…
Desde luego, la vida de José Hernández anterior a la construcción de su gaucho feliz, perseguido, desdichado, solitario y estéril no fue muy diferente.
Más allá de que su sepulcro en el cementerio de la Recoleta fue declarado monumento nacional, y que la fecha de su muerte (10 de noviembre) es el Día de la Tradición, lo fue todo, o casi todo: militar, periodista, poeta, político.
Federal por convicción, ideología y pasión, enfrentó con todas sus fuerzas (prosa y acero) el dominio de Buenos Aires ciudad en la organización política y económica del país.
Su lema ("Las provincias no deben permanecer al gobierno central": el gran conflicto nacional hasta hoy…), lo llevó a combatir en una de las últimas rebeliones federales encabezada por Ricardo López Jordán,cuya batalla acabó en 1871 con la derrota de los gauchos, y su exilio en el Brasil…
Más tarde, a su regreso, su combate se libró en papel y tinta: en el periodismo. Escribió en no menos de una decena de periódicos, se enfrentó al radical Leandro N. Alem en un memorable discurso, y también a parte de la gente de su sangre: los Hernández de filiación y convicción unitaria, enfrentados a los otros Hernández furiosamente federales. Uno de sus tíos murió en la batalla de Caseros, derrota de Juan Manuel de Rosas y de su poder omnímodo, defendiendo al hombre que hacía clavar la cabeza de sus enemigos en la punta de una pica, y que extrañamente murió en Inglaterra, el país que presuntamente odiaba…
Hernández, en un tiempo de iletrados, era todo contrario: tomó clases de lectura y escritura ("Elemental, Watson", diría Sherlock Olmes), historia antigua, aritmética, gramática, dibujo,  castellano, francés, geometría y  geografía.
Su padre, mayordomo de las estancias de Rosas, le enseñó a cabalgar y lo acercó a los gauchos y sus tareas: una educación sentimental que le abrió la oculta puerta de la dura vida de los paisanos, génesis evidente e inevitable de su gaucho tótem: Martín Fierro.
Hernández se casó en Paraná con Carolina González del Solar, que le dio ocho hijos, a los que mantuvo comprando y vendiendo campos.
Pero era tiempo de pólvora, acero y compromiso, de modo que, a espaldas de tan enorme familia, y después de la caída de Rosas en Caseros,  combatió en pro de las fuerzas federales hasta que, acorralado políticamente, se entregó a la otra forma de la guerra: el periodismo, escribiendo casi siempre con el seudónimo de "Vincha".
Enemigo acérrimo de Bartolomé Mitre, de quien se burló en muchas cuartetas, fue acusado de "villano, mazorquero y cobarde".
Es curioso, o no tanto… Su vida periodística fue larga, vasta, casi inagotable. Escribió en diarios, fundó diarios, hizo de la diatriba su forma de vida, cultivó desde el insulto sin filtro hasta la fina sátira…
Sin embargo, como dándole la razón a Borges ("Un solo acto define toda una vida"), José Hernández, cuyos restos yacen en la Recoleta, se acota apenas en dos escenas y siete años: lo que tardó en urdir la ida y la vuelta del gaucho Martín Fierro, a quien no por casualidad narró en primera persona: fue su carne, sangre, alma y religión.
Y por si poco fuera, imaginó una contrafigura que (¡ay!), por desdicha, se parece a lo peor de los argentinos peores (no es redundancia): el viejo Vizcacha.
Amoral, ladrón, ventajero, obsecuente ("Hacete amigo del juez | no le des de qué quejarse | que siempre es bueno tener | palenque  ande ir a rascarse"), cruel: un canalla de tomo y lomo.
Y por fin, para asombro y por si algo le faltara a ese libro que, de alguna manera, somos todos nosotros y nuestro país, esa payada final en la que, lejos de la contingencia (dolor, injusticia, penuria), Hernández vuela hacia los cielos y se arriesga a tocar profundos temas filosóficos: el tiempo, la eternidad, y otras abstracciones que le cortan el aliento al lector que imaginaba un final realista…
Ya no hay balance ni recuento posible de cuantas ediciones ni millones de ejemplares agotó el Martín Fierro, que periódicamente sigue generando presencias rústicas, pocket, de lujo…
Estas últimas, según Borges, "encuadernadas en cuero de vaca o cuero de Rusia, y destinada a las embajadas argentinas en el vasto mundo, donde ningún empleado las lee, y las regala a dignatarios extranjeros que las abandonan en algún rincón".
Sin embargo, desde su publicación, fue traducida a más de treinta idiomas, y sus reediciones, aunque ya no tan masivas, suelen aparecer como estrellas fugaces que alguien atrapa con la cámara: sus ojos, avanzando desde la felicidad hasta la desdicha del protagonista, en un largo poema que "No es para mal de ninguno | sino para el bien de todos".
Fuente: http://www.infobae.com/cultura/2016/10/23/a-130-anos-de-la-muerte-de-jose-hernandez-el-gaucho-martin-fierro-sigue-conmoviendo-con-su-vida-su-felicidad-y-su-desdicha/

jueves, 20 de octubre de 2016

La Biblioteca de Nueva York grabó un maravilloso time-lapse.

Su sala más famosa llevaba tiempo vacía y cerrada.

Una de las bibliotecas más famosas del mundo es la de la ciudad de Nueva York, no sólo por su catálogo y tamaño, sino también por haber aparecido en cientos de películas. Quizá su sala más reconocible es la Rose Main Reading Room, donde se han rodado escenas memorables, como la famosa actuación de los cazafantasmas. Pues bien, después de muchos años en funcionamiento hubo que hacer varios arreglos importantes, no solo en la propia sala sino también en la estructura del edificio y el techo. Esta ala de la biblioteca se cerró, pero tras el trabajo correspondiente hubo que volver a colocar los libros que guardaba de manera habitual, es decir, nada más y nada menos que 52.000 libros.

Para celebrar esta ocasión especial, los bibliotecarios decidieron filmar todo el largo y laborioso proceso de recolocar perfectamente cada uno de los libros. El resultado es un time-lapse espectacular que ningún apasionado de los libros debería perderse. Es toda una pasada.

¿Qué os ha parecido? La verdad es que esa sala es un icono para bibliotecas de todo el mundo. Y aunque el trabajo del bibliotecario va mucho más allá que colocar libros en las estanterías la verdad es que el vídeo les ha quedado de lujo.


lunes, 17 de octubre de 2016

Creo que todavía soy peronista / por Rolando Hanglin

Hoy día, con 70 años, veo que aquella grieta terrible ha sido reemplazada por otra, sin la menor maduración
Recuerdo con dolor la vergüenza de ser peronista cuando tenía 7 años. El 17 de octubre, en las calles de Ramos Mejía reinaba un silencio absoluto. Ninguna celebración.
En aquellos tiempos, se nacía peronista como se nace negro, chino o sueco. Estaba en los genes y se robustecía de a poco, mediante gestos o palabras sueltas, porque a los chicos no se nos hablaba de política. Pero, de todos modos, resultábamos fanáticos de las mismas consignas que inflamaban a nuestros padres.
Padres. ¿A ver? Mi papá, Roddy, era hijo de ingleses y peronista desde la juventud. "¿Hijo de ingleses? ¡Qué raro!". Bueno, en realidad también estaban John William Cooke y Guillermo Patricio Kelly. Muchos años después, ya derrocado el General, mi padre —que era empresario de los que invitaron a Vance Packard a la Argentina— simpatizó con Arturo Frondizi. Y hoy día, si viviera, creo que sería partidario de Mauricio Macri. Es lo más parecido a Frondizi que yo haya visto.
Mi madre era profesora de Historia y simpatizaba silenciosamente con la línea San Martín-Rosas-Perón.
Atención: en aquellos tiempos no se hablaba de estas cosas. Nosotros vivíamos en un barrio que era la Perla del Oeste, donde el cien por cien de los vecinos era fervoroso gorila. Cantaban la marcha de los "Muchachos Peronistas" cambiando la letra, de modo que el estribillo resultaba "Viva Balbín, viva Balbín". El club Discobolo, donde me crié jugando al tenis y nadando en la pileta, era también netamente gorila. De modo que un niñito peronista escuchaba todos los días chistes y los rumores ofensivos contra Juan Domingo Perón y Evita.
Porque las simpatías políticas se transmitían mediante bromas y canciones. He escuchado mil veces, por ejemplo, que Perón era novio de Archie Moore, o que se hacía toquetear por las chicas de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), que la jefa del peronismo femenino trabajaba en el Bajo, y otras mil historias que ya olvidé, como los apellidos de Tessaire, Satanowsky y Borlenghi. Se contaban, entre grandes carcajadas, los chistes de Carlos Aloé, el gobernador de la provincia, a quien se tildaba de bruto impresentable. Años después lo conocí personalmente; era un hombre ilustrado.
Cuando por fin me tocó —gracias al empuje de mis padres y una tradición familiar— ir al Colegio Nacional Buenos Aires, el cuadro volvió a repetirse. Todos gorilas. En el lenguaje elemental de los chiquilines —el mismo que manejaba yo—, pero con fisuras.
Por eso hablo de vergüenza. Recuerdo también que a media cuadra de casa, entre lindos jardines con rosas, dalias y malvones, había una herrería. Es decir, allí se cambiaban las herraduras de los matungos que arrastraban el carro del lechero, el botellero y otros. Para nosotros, los chicos del barrio, el trabajo del herrero era fascinante. Nos apostábamos en el portón de chapa para ver cómo el hombre calentaba al rojo vivo unas tenazas en el horno de ladrillos, y luego recortaba los vasos de los caballos. Fabuloso. Con un rico olor a cuero quemado. Pero el herrero había pintado en las chapas del techo "Viva Perón", y esto no le fue perdonado. Después de 1955 —nunca antes— circuló entre los vecinos un petitorio para que firmaran todos: se trataba de expulsar del barrio a la herrería de la calle Belgrano, porque despedía malos olores y atraía moscas. Mi padre se negó a firmar. "En realidad, lo quieren sacar porque es peronista", decía mi pobre viejo.
Había llegado, pues, la Revolución Libertadora. Nunca olvidaré que ese gobierno libertador prohibió pronunciar el nombre de Perón. ¿En nombre de la libertad? ¿No es algo raro? Los diarios tradicionales aludían a él como "el tirano prófugo" o el régimen depuesto. Mientras, se ocultaba el cadáver de Evita. ¿Para qué?
Ya no me importaba. En el colegio me había picado el bichito del marxismo, que era todavía peor que ser peronista: era la subversión, la militancia, la rebelión de los pobres heroicos contra los ricos egoístas. ¡No advertíamos que estos últimos éramos justamente nosotros! Y si alguien lo insinuaba, le decían: "Son las contradicciones del sistema".
Hoy día, con 70 años, veo que aquella grieta terrible ha sido reemplazada por otra, sin la menor maduración. Para colmo, veo a mi alrededor que muchas personas que antes hubieran sido gorilas —se nota en su cara y sus modales— se titulan orgullosamente de peronistas. ¡Pero si Perón murió! Está en la historia, como Juan Manuel de Rosas y el Che Guevara. Los últimos peronistas que conocí fueron Carlos Menem y Eduardo Duhalde. ¡Ah, perdón! Y el señor Lorenzo Pepe, que me extendió el carné honorario del Partido Justicialista, que conservo con amor.
Los argentinos tenemos un problema: no permitimos que las personas y los hechos entren en la historia. Simplemente entran en la amnesia. Entonces, Rosas contra Sarmiento, Lavalle contra Dorrego, Perón contra el almirante Rojas, Videla y Firmenich, las pasteras del Uruguay (?), las Malvinas, el 17 de octubre, todo es irrenunciable e imprescriptible. No se negocia.
Estas cosas merecerían una mirada adulta. Por ejemplo, dice Viriato Unía (mi abuelo, socialista pero católico) en sus Memorias, que el 17 de octubre se volcaron a la calle los desharrapados, los hambrientos, los postergados de la tierra. Hojeo los archivos de los diarios y veo en las fotos que los que "se lavaban las patas en la Plaza de Mayo" estaban de saco y corbata, aunque se refrescaban en las fuentes de la vía pública. ¡Los desharrapados somos nosotros!
Por lo menos ya no siento vergüenza. Pero es que los peronistas que veo alrededor son en realidad otra cosa, otra gente. Y es lógico, pertenecen a otra época. Yo seguiré porque ya es tarde. Nací en un hogar peronista. ¿Qué iba a salir? ¿Demoprogresista como Horacio Thedy?
Pertenezco al partido de las personas decentes, que estudian, trabajan y ahorran. Si al lector le parece demasiado simple, le propongo que lo piense un poquito más. Escuchemos lo que dicen "los que saben", pero no nos apuremos a creerles, porque estamos un poco grandes.

viernes, 14 de octubre de 2016

El LAPIDARIO informe de la SIGEN sobre el CENTRO CULTURAL Néstor Kirchner


Revela 21 “severas irregularidades”, sugiere establecer “el eventual perjuicio fiscal” y realizar una denuncia penal.
El kirchnerismo quiso convertirlo en un ícono del Bicentenario y en una de las obras más emblemáticas que pueda imponerse como sede musical y de otras expresiones artísticas. Con un costo final de $ 2.541 millones y un plazo de obra de 78 meses (por encima de los 40 meses pautados en el pliego licitatorio), el Centro Cultural Néstor Kirchner quedó rodeado de denuncias y sospechas de corrupción. Un informe de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN) a la que accedió Clarín revela 21 “severas irregularidades” por las que sugirió iniciar las actuaciones tendientes “al deslinde de responsabilidades” y llevar adelante las acciones necesarias para establecer “el eventual perjuicio fiscal”. Además recomendaron realizar la denuncia penal pertinente.
En 48 páginas, la SIGEN plasmó el análisis iniciado el 31 de diciembre hasta el 21 de enero del año en curso, sobre 29 expedientes del extinguido ministerio de Planificación, dos convenios con universidades, y varios marcos regulatorios que dieron origen a la refacción de la antigua sede del Correo Nacional -edificio con carácter patrimonial-.
Cristina Kirchner dijo el día de su inauguración que "refuncionalizar el edificio es mucho más difícil que construir algo de cero". El CCK salió mucho más caro de lo previsto y llevó más tiempo del esperado. Debía terminarse el 12 de octubre de 2012 con un plazo de obra de 40 meses. La fecha no se cumplió y se amplió a 78 meses algo que en la auditoría se marcó como un “excesivo plazo de obra” y añadió que la obra terminó “con un retraso de 38 meses". Incluso a febrero de 2011 cuando la obra debía tener un avance del 43,24%, "sólo registró trabajos por el 22,8 %".
El costo final del imponente edificio sufrió también modificaciones: la auditoría remarca que el valor inicial de obra fue $ 925.799.107,96 cuando fue adjudicada a la UTE de Esuco SA - Riva SA en 2008. El valor fue variando: se aprobaron desde 2011 cuatro variantes de precios que elevaron su valor a $ 1.127 millones.
"Con lo que costó el CCK podríamos haber construido una usina del arte en cada capital de provincia", dijo a Clarín Hernán Lombardi. ​De los resultados del informe de la SIGEN, el funcionario resaltó que además "es indignante que dejaron 2.000 artistas sin pagar y sin papeles respaldatorios lo que representó una deuda de $ 18 millones". 
La SIGEN señaló que al 31 de diciembre de 2015 el monto total certificado asciende a $ 2541.296.190.  El informe señala que muchas de las variantes “deberían haberse incluido en el proyecto básico” y que algunos ítems que no afectaban la integridad del proyecto generaron “mayores costos” en algunos casos por $ 20.718.089. Estos números también los expuso el programa A Dos Voces (TN). 
El CCK no cumplió al momento de su inauguración, según el segundo ítem del lapidario informe, “con la habilitación otorgada para su funcionamiento”. Se adeudaba la solicitud de la Dirección General de Habilitaciones y Permisos del GCBA, la presentación ante el área de Protección Histórica para informar la intervención y ampliación del edificio histórico. No se habían presentado los planos de arquitectura y planos contra incendio ante la Dirección General de Registro del GCBA.
Entre otros aspectos, se indicó en la auditoría que no se licitó la obra del estacionamiento de vehículos, colocando a la empresa contratista “en una situación de privilegio frente a otros eventuales interesados en presentar una propuesta”. La SIGEN consideró que esta obra ameritaba un contrato nuevo e independiente de la obra básica. Al no realizarse “no se resguardó el interés público”, asegura el informe.
Además se consignó que algunos espacios se les dio un uso distinto “al concebido originalmente”, generando un impacto “negativo” en el Centro Cultural, incluso deteriorando su arquitectura. Tal es el caso de la "Sala Sinfónica usada como espacio de recitales de Rock y algunas salas para exposición como depósitos".
Hay bienes muebles del CCK que no están identificados en el registro inventario, “esto imposibilita una correcta identificación y ubicación de los mismos”, expresa el documento oficial. Peor aún, no se pudo constatar la existencia de “bienes adquiridos” como el sistema de sobretítulo LED en la sala sinfónica y el sistema de cartelería digital con pantallas de 50 y 60 pulgadas.
Respecto a la universidad Tres de Febrero, la SIGEN constató que se emitieron facturas por $ 721.500 en concepto de honorarios artísticos y servicios por duplicado, “entendiendo que no son factibles de ser nuevamente abonados y pese a la duplicidad la Comisión de Planificación del Plan Igualdad Cultural ordenó dar curso al pago de $ 56.821.830” a dicha universidad y después otro pago por $ 24.825.477. Las rendiciones presentadas por la Universidad ascienden así a $ 198.126.027.
Hay más de $ 3,2 millones en facturas que "no permiten identificar cuál fue el servicio prestado, indica la auditoría: La factura de Lavecchia Sonido SRL sólo coloca “servicios de sonorización CCK” por $ 1,7 millones, algo similar ocurre con Kaz Sonido que indicó “servicio de sonido” por $ 1,9 millones y Traslada Mailcar SRL que facturó “viajes realizados por cuenta y orden de terceros” por $ 238.516.
 Lombardi indicó a Clarín que a la fecha funcionan con 350 personas en el CCK "nos habían dejado un planta más que inflada de 700 empleados", señaló y que buscan convertir el Centro en una "casa de contenido público de programación para los servicios de los ciudadano".
© Lucía Salinas

ENTREVISTA a Martín CAPARRÓS, A propósito de su Novela “Echeverría”

Jueves 20 de octubre | 19 hs. | Auditorio Jorge L. Borges


ENTRADA LIBRE Y GRATUITA

En un diálogo entre escritores, Federico Jeanmaire conversará con el novelista acerca de la figura que inspiró su nuevo libro: Esteban Echeverría, autor de La cautiva, El matadero y uno de los principales representantes del Romanticismo en el Río de la Plata.

jueves, 13 de octubre de 2016

El premio Nobel de Literatura 2016 fue otorgado a Bob Dylan

El cantante y compositor estadounidense recibió el esperado galardón, cuyo anuncio había sido demorado una semana

El premio Nobel de Literatura 2016 fue otorgado al cantante y compositor estadounidense Bob Dylan, por "crear nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición de la música norteamericana", informó la secretaria general de la Academia Sueca, Sara Danius.

El anuncio fue recibido con aplausos por el público congregado en la sala de la Bolsa en Estocolmo.El premiado -nacido Robert Allen Zimmerman el 24 de mayo de 1941, en la localidad de Duluth, Minnesota-, es considerado como una de las figuras más influyentes de su generación.

"Si miramos miles de años hacia atrás, descubrimos a Homero y a Safo. Escribieron textos poéticos hechos para ser escuchados e interpretados con instrumentos. Sucede lo mismo con Bob Dylan. Puede y debe ser leído", declaró Danius a la televisión pública SVT.

Bob Dylan "se inscribe en una larga tradición que remonta a William Blake", dijo Danius, en referencia al célebre poeta inglés muerto en 1827.  La secretaria general de la Academia Sueca agregó que el premiado es "un gran poeta en la tradición en lengua inglesa", "muy original" y que "ha logrado reinventarse a sí mismo, creando una nueva identidad".

El premio de Literatura suele ser, junto con el de Paz -otorgado la semana pasada a Juan Manuel Santos-, el Nobel más esperado.

Entre los nombres que más sonaban en vísperas de la entrega del premio, figuraban el escritor japonés Haruki Murakami, el poeta Ali Ahmad Said Esber, y el escritor estadounidense Philip Roth, entre otros autores.

El anuncio de este jueves fue el último del año de la Academia Sueca, ya que los demás premios se fueron revelando a lo largo de la semana pasada.

miércoles, 12 de octubre de 2016

IDENTIDAD BIBLIOTECARIA....

Estimados Colegas y Amigos-as
Los invitamos a divulgar y compartir las actividades Bibliotecológicas  en el Grupo IDENTIDAD BIBLIOTECARIA de Buenos Aires – Argentina, que se desarrollan en sus respectivas comunidades profesionales [Ponencias-articulos-opiniones-notas-reportajes-fotos-extensión cultural-denuncias-conferencias]  Allí convivimos más de 3000 colegas de la América Hispana, Brasil y España!


El  email para publicar es:  identidadbibliotecaria@gruposyahoo.com.ar

Cordialmente!