viernes, 29 de abril de 2011

Bibliotecas públicas y Pornografía (bibliotecas públicas de Nueva York)

Consultar una obra de referencia, rematar un trabajo de investigación... o navegar por la red en busca de contenido pornográfico. Cualquiera de estas opciones es válida para acudir a una de las más de 200 bibliotecas públicas de la ciudad de Nueva York. Y es que, en virtud de la Primera Enmienda de la Constitución Estadounidense y la Libertad de Expresión, los responsables de esos centros no pueden hacer nada para impedir que los adultos usen los ordenadores para visualizar páginas de alto contenido sexual, informa este lunes el New York Post.
«Los usuarios pueden ver lo que quieran en los ordenadores», explicó la portavoz de la Biblioteca Pública de Brooklyn, Malika Granville, al citado periódico. La legislación sólo obliga a instalar en los equipos de uso público filtros que bloqueen contenidos obscenos considerados ilegales, así como la pornografía infantil.
Sin embargo, cualquier persona de más de 17 años puede desactivar los citados filtros o pedir que no se apliquen, por lo que su efectividad queda en entredicho, pudiendo consultarse desde el equipo público cualquier tipo de contenido de carácter pornográfico. «La biblioteca no puede y no garantiza que el software de filtrado bloquee contenidos obscenos, pornografía infantil o materiales que puedan resultar ofensivos a menores de edad», indica la normativa en vigor.
A pesar de las críticas que esa regulación ha suscitado, incluidas las de grupos religiosos y numerosos usuarios de las bibliotecas públicas, muchos piensan que se trata de una cuestión que tiene que ver con la libertad de expresión y que, por tanto, poco se puede hacer. «La Primera Enmienda protege la libertad de expresión. No se puede impedir que usuarios adultos accedan a contenidos pornográficos considerados legales», indica Angela Montefinise, portavoz de la Biblioteca Pública de Nueva York.


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