martes, 2 de enero de 2018

Las telefónicas desembarcan en la TV **

Tienen impedido participar sólo en las localidades de menos de 80 mil habitantes o donde el servicio es prestado únicamente por cooperativas o pymes. Ahora esperan que se las habilite a brindar TV vía satélite para acelerar la competencia con Telecom-Cablevisión.

 

Las telefónicas ya pueden brindar televisión en todas las localidades del país, salvo las de menos de 80 mil habitantes o en aquellos distritos donde actualmente el servicio es prestado únicamente por cooperativas o pymes, donde deberán esperar al menos hasta enero de 2019. La medida busca promover una mayor competencia y convergencia de servicios al sumar un nuevo jugador a la televisión paga, segmento dominado hasta ahora por las cableras y empresas de televisión satelital. La novedad se produce en un escenario que se modificó sustancialmente hace apenas seis meses cuando el principal operador de la televisión por cable (Cablevisión-Grupo Clarín) anunció su fusión con la segunda telefónica del país (Telecom), dando lugar al surgimiento del principal operador de comunicaciones y productor de contenidos de la región. Para equilibrar el campo de juego, el gobierno les prometió a Telefónica y Claro (América Móvil) que las habilitará a prestar televisión vía satélite, pues en la actualidad las telcos no están en condiciones de competir con la red de fibra de Telecom-Cablevisión. Dos fuentes oficiales consultadas por PáginaI12 aseguraron que la medida está en carpeta y podría salir la semana próxima. 

 

El decreto 1340/16 preveía que la competencia comenzaría en enero inicialmente sólo en el Área Metropolitana de Buenos Aires y las ciudades de Santa Fe, Córdoba y Rosario, pero el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) amplió el área a través de la resolución 5641/17 publicada el 22 de diciembre en el Boletín Oficial, el día después de aprobar la fusión Telecom- Cablevisión, la cual todavía requiere el visto bueno de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC), aunque se da por descartado que la oficina antimonopolio también dará luz verde.

 

La decisión de ampliar la competencia en TV paga a las principales localidades del país beneficia a Telefónica y Claro, pero también a Telecom-Cablevisión. Si no se hubiera flexibilizado la norma, Cablevisión debería haber dejado de prestar servicio en todas aquellas localidades donde las telefónicas no pueden hacerlo ya que cuando la CNDC apruebe la fusión dejará de ser formalmente una cablera para pasar a formar parte de una telefónica. Ahora telcos y cableras podrán ofrecer telefonía móvil y fija, televisión y banda ancha, aunque con ciertas restricciones en torno a la posibilidad de realizar una oferta paquetizada.  


En el escenario actual, la competencia será limitada porque Telefónica y Claro no tienen una red de fibra óptica que les permita hacerle frente al poder de mercado de Telecom-Cablevisión. Por eso piden que las habiliten a brindar televisión satelital, lo que les permitiría llegar a los hogares con una oferta de señales audiovisuales sin tener que esperar a avanzar con el fibrado. El gobierno les prometió que saldría un decreto de necesidad y urgencia habilitando esa posibilidad, prohibida en el DNU 267/15. Inicialmente la nueva norma estaba prevista para fin de año, pero no hubo novedades. Fuentes oficiales aseguraron a PáginaI12 que la medida podría salir la semana próxima. Telefónica y Claro todavía confían en la promesa oficial, pese a las presiones de algunas cableras medianas como Telecentro que amenazan con resistir judicialmente esa desregulación.  


Para que el poder de mercado de Telecom-Cablevisión no limite la competencia, Enacom también determinó que en las zonas donde las empresas fusionadas tengan "una posición significativa de mercado", traducida como más del 80 por ciento del mercado, se obligará a la nueva firma a compartir su infraestructura pasiva en el segmento mayorista y se le exigirá que el precio final de su servicio de acceso minorista a internet fijo no supere el vigente en la Ciudad de Buenos Aires, donde sí tiene mayor competencia.


Entre las condiciones que le fijó el Enacom a Telecom-Cablevisión para aprobar la fusión también figura la obligación de respetar el límite de 140 MHz de espectro por operador. Esto significa que la firma del Grupo Clarín debería desprenderse de unos 80 MHz. Sin embargo, el plazo que tiene para hacerlo es de dos años y se espera que durante ese período el límite vuelva a subir cuando anuncien la licitación de nuevo espectro. Por lo tanto, es probable que en los hechos el Grupo Clarín finalmente nunca se vea obligado a devolver esos 80 MHz, aunque deberá esperar a que se suba el límite para poder usarlos. 


Mientras avanza con una regulación diseñada a partir de decretos de necesidad y urgencia, decretos comunes y resoluciones, el gobierno continúa postergando el envío al congreso de una ley de comunicaciones convergentes, tal como se comprometió ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en abril de 2016. El jueves 28 de diciembre el Ministerio de Modernización publicó una resolución que prorrogó por 180 días el plazo para elaborar el proyecto oficial. 

 

** Fernando Krakowiak / Pagina12

 

 

 

lunes, 1 de enero de 2018

El libro que demuele desde adentro todos los pilares del relato setentista

En "Usos del pasado", Claudia Hilb, ex militante de los 70 que se sigue sintiendo de izquierda, cuestiona el modo en que el progresismo elaboró nuestro pasado violento y no teme meterse hasta con vacas sagradas como el juez Garzón

 

Al leer este libro, el primer adjetivo que viene a la mente para calificar a su autora es "valiente". Pero el arrojo no debería ser necesario para expresarse con libertad en democracia; lo que sucede es que hemos transitado una etapa en la cual, en nombre del horror vivido, ciertos temas fueron sacralizados, se fijó un dogma -y hasta por ley la cifra de 30 mil desaparecidos- y cualquier culpable de herejía era entregado a la furia de la plebe.

Claudia Hilb -socióloga, profesora de Teoría Política en la UBA e investigadora del Conicet- militó en los 70 y se sigue considerando de izquierda. Lo dice en la introducción de este ensayo y desde allí escribe. Pero la suya es una mente libre. Libre de plantear las preguntas que dicta el sentido común que los argentinos hemos extraviado en los debates sobre nuestro pasado para atrincherarnos en posiciones irreconciliables, pero sobre todo reduccionistas.

Hilb responde a esas preguntas también con sentido común pero pasado por el tamiz de una erudición no pretenciosa sino como instrumento que le permite fundamentar con racionalidad y envidiable claridad lo que tal vez al inicio fue sólo una intuición, un "estupor" -por ejemplo, "ante el entusiasmo del progresismo vernáculo por la presencia de Fidel Castro en Argentina en 2003"-, o la "perturbación" que le causó la nueva aventura mesiánica de la guerrilla en La Tablada; o la "perplejidad" de ver que nadie cuestionaba que un juez de un país cualquiera pudiera determinar "la persecución de un ciudadano extranjero por crímenes cometidos fuera del territorio".

Como se ve, ningún tema es "sagrado" para ella. En esta compilación de seis breves ensayos que la autora escribió entre 2000 y 2012 (Usos del pasado. Qué hacemos hoy con los 70. Siglo Veintiuno), hay uno imperdible sobre el debate acerca de si los represores tenían derecho a estudiar, desde la cárcel, en la UBA. Lectura imprescindible para todos los que repiten como loros que el ex juez de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni es un gran jurista, ya que fue con su asesoramiento que el Consejo Superior de la Universidad se pronunció. El juez de "a éste cómo lo hago zafar" aplica aquí la misma lógica, pero para el resultado contrario: cómo justifico lo que ya se decidió, es decir, al enemigo ni justicia.  

Ahora bien, a menudo quienes buscaron durante estos años contrarrestar el relato setentista caían en idénticos reduccionismos, en la desmesura y en la búsqueda de una equiparación inconducente y en definitiva auto-descalificante.

Hilb no comete ese error. Ella declara pertenecer a una generación que "murió mucho más de lo que mató", pero se pregunta si la condición de víctimas los exime del análisis de su propia responsabilidad en "el advenimiento del horror". Y, más aún, si los habilita moralmente para decidir "dónde está el bien, dónde el mal".

La teoría de los dos demonios le parece "insatisfactoria", porque "la responsabilidad política de quienes ejercieron de manera criminal la suma del poder público no se puede equipar a la de las fuerzas insurreccionales", considerando la evidente desproporción de víctimas y de medios utilizados. Pero, a diferencia de sus pares -la mayoría de ellos con mayor responsabilidad que la que pudo haber tenido ella-, Claudia Hilb rechaza la comodidad del lugar de víctimas, cuando no de héroes, en la cual tantos de su generación se han instalado tranquilamente. O cínicamente.

Ella recuerda, entre otras cosas, que las organizaciones que optaron por la lucha armada no actuaron sólo en dictadura: "Si bien podría sostenerse que la oposición a un gobierno ilegal los exime de culpabilidad criminal, su oposición previa a un gobierno legal dificulta designarlos tan sólo como 'víctimas inocentes'".

En su intento de determinar esas responsabilidades, propone distinguir entre "violencia puramente reactiva" -por ejemplo, la de un estallido de masas como el Cordobazo- y "violencia instrumentalizada", que es la que "se propone como sustituto de la política", y es el camino que tomaron organizaciones como Montoneros y ERP.

La acción violenta, escribe, "irrumpe en la escena pública" para "transformarla deliberadamente en un campo de batalla donde las fuerzas se miden según la superioridad material en vistas del triunfo definitivo y total".

Vale aclarar que Hilb no critica solamente los errores o las desviaciones militaristas, sino la esencia misma de estas organizaciones -que se erigen en "vanguardias" y sienten que pueden prescindir "de una legitimación mayoritaria" y suplantar la lucha por la hegemonía política por la "lógica del enfrentamiento de aparatos militares"- y también sus objetivos, ya que la autora concluye que la "utopia igualitaria" sólo puede realizarse por la fuerza.

Qué hubiera pasado si la guerrilla ganaba?, se pregunta, considerando que "es posible rastrear, en la historia de las revoluciones modernas, la deriva ineluctable de las utopías radicalmente igualitarias hacia una utopía de ingeniería social igualmente radical".

El ejemplo de la Revolución Cubana, que inexplicablemente para ella algunos siguen ensalzando, es la representación de lo que buscaban las guerrillas argentinas. "La realización más cabal de aquello que anhelábamos", dice Hilb. Y debe concluir, sacrílega, que "aquello que anhelábamos -una sociedad radicalmente igualitaria- sólo podía imponerse bajo la forma de un régimen totalitario", como ha sido y es el castrista.

"Asesinatos, persecuciones, ostracismo y prisión", dice Hilb, han sido el destino de los que se opusieron en Cuba a la concreción de esta utopía igualitaria, que en realidad ya no es utopía, sino realidad en la isla, pero a un nivel de pobreza generalizada y con el sacrificio de todas las libertades.

"La deriva de la Revolución Cubana nos enseña (que) la figura del asceta o profeta revolucionario, que actúa violentamente sobre el mundo para moldearlo en conformidad con la idea, se prolonga en la figura del líder totalitario", concluye la autora.

Por eso le causó tanta desazón la "incomprensible aventura militar en democracia", que fue la Tablada. En enero de 1989 el Movimiento Todos por la Patria -integrado esencialmente por ex miembros del PRT-ERP- intentó copar el Regimiento de La Tablada con el argumento de que allí se estaba gestando una conspiración militar contra la democracia. Lo que esencialmente condena la autora es el hecho de que los guerrilleros fingieron ser carapintadas y entraron al cuartel a sabiendas de que allí no se gestaba ningún golpe con el fin de provocar una reacción popular contra el ejército y entonces sí, ellos asaltarían el poder. Un delirio colectivo pero para Hilb también una reedición del vanguardismo y el recurso a la "manipulación de la realidad fáctica" que es "una figura particular del totalitarismo".

"En el montaje del asalto al cuartel de La Tablada se deja ver, a la vez como caricatura y como tragedia, el destino totalitario del pensamiento revolucionario del siglo XX", concluye.

El Nunca Más explica lo que pasó, pero no por qué pasó ni cómo pudo haber pasado, dice Claudia Hilb.Con respecto al juicio a las Juntas y el Nunca Más, Claudia Hilb considera que permitieron establecer lo que pasó durante la dictadura, pero no "por qué pasó" ni responder a otra pregunta esencial: "¿cómo pudo haber pasado?"

 

"Nosotros -escribe-, mi generación, las víctimas principales (pero no las únicas) de ese Mal, contribuimos a hacer posible su advenimiento. El advenimiento del terror estatal fue la culminación de un largo período de banalización y legitimación de la violencia política y del asesinato político, (de) desprecio del valor  las instituciones políticas de la democracia republicana, en el que las organizaciones armadas de izquierda tuvieron una responsabilidad que no podemos desconocer".

La dictadura y el terror estatal no eran consecuencias necesarias de lo anterior, señala, pero ese estado de cosas contribuyó a crear las condiciones para su advenimiento.

En un interesante paralelo con la Sudáfrica post-apartheid, sostiene que en aquel país se optó por la Verdad, aun sacrificando justicia, mientras que en Argentina el modelo de "juicio y castigo a los culpables" implicó el sacrificio de la Verdad.  

En Sudáfrica se creó una Comisión de la Verdad y la Reconciliación ante la cual todos debían confesar sus crímenes. La condición de la absolución era la verdad completa.

 

Año 1999: el presidente Nelson Mandela dialoga con otro politico, Ahmed Kathrada, en el parlamento en Ciudad del Cabo. REUTERS/File Photo

Sin plantear equivalencias entre quienes aplicaron el apartheid y quienes lo combatieron, el "todos" incluía hasta a los miembros del Congreso Nacional Africano, el partido de Nelson Mandela, que ya era gobierno.

"Trazada la línea del Mal -el apartheid- se ha de asumir la responsabilidad del futuro sobre la base del reconocimiento de la propia responsabilidad pasada. (…) …el dispositivo sudafricano erige una escena de reencuentro: quienes de ella participen serán fundadores del nuevo comienzo", escribe Hilb.

En la Argentina no existe estímulo ni compensación alguna para que los represores confiesen sus crímenes. No cabe entonces lamentarse por un silencio que impide todavía elucidar el paradero de los niños robados a sus madres en cautiverio o el destino de muchos desaparecidos. Dice la autora: "Tal vez sea posible que, veinticinco años después [N.de la R: el ensayo sobre Sudáfrica fue escrito en 2010], nuestra opción por la justicia no exija necesariamente pagar su precio en verdad. Se trata, claro está, de la verdad histórica (…); se trata también (de) poner fin a las consecuencias, insoportables, del silencio de los victimarios".

Acerca de las iniciativas del juez Baltasar Garzón

"¿Sobre qué principios puede una legislación nacional -la española en este caso- desconocer la legislación de otro país?", se preguntaba Claudia Hilb en 1998, mientras que buena parte del espectro político local festejaba la injerencia española. Ella veía en cambio "el peligro de la instrumentalización política" de los derechos humanos, en relaciones de fuerza desparejas ("jamás Bolivia enjuiciará a Thatcher", ejemplifica). Ya que no se trataba de tribunales supranacionales sino de un juez de un país interviniendo en delitos cometidos en otro. Y pretendiendo juzgar todo un proceso histórico.

 

Según Hilb, a esta altura de la civilización, "no existe otra sede para el debate acerca de la legitimidad política que no sea el de las comunidades políticas nacionales". Y aclara: "No rechazo en sí la idea de instancias jurídicas supranacionales si en ellas se expresa la voluntad política de las ciudadanías de los países que las legitiman. Pero no estoy de acuerdo con renunciar a la concretud de los derechos políticos en nombre de la universalidad de los derechos humanos".

Cabe señalar que, en marzo de 2014, España modificó la Ley orgánica del Poder Judicial poniendo fin al absurdo jurídico que significa arrogarse jurisdicción universal.

"Estudiantes indeseables en UBA XXII (o: al enemigo, ¿ni justicia?)" (ensayo escrito en 2012)

"No puedo dejar de sorprenderme ante el giro puramente represivo y retrógrado que, respecto de la condición, carcelaria, adoptan aquí personas que por lo general suelen defender posturas garantistas y liberales en el sentido más propio del término". Esto dice la autora respecto de la decisión de no permitir que represores encarcelados estudiasen en la Universidad de Buenos Aires (programa UBA XXII), porque uno de los argumentos esgrimidos fue el de no dilapidar recursos en quienes "son antitéticos a cualquier forma de convivencia pacífica y democrática". A lo que Hilb recuerda que policías acusados de graves delitos se han graduado en el programa UBA XXII.

Otros argumentos hacen a lo que la autora llama "asco moral", justificado en que la propia UBA fue víctima del Proceso. A lo que Hilb retruca, una vez más apelando al sentido común, que ni la Universidad como institución fue más víctima que otras, ni los profesores y estudiantes secuestrados o encarcelados lo fueron por pertenecer a la UBA. Además, con el mismo criterio, habría que negarles a los represores el servicio de salud -por los médicos que fueron víctimas- o el de justicia -por los abogados y jueces, etcétera.

El argumento más irónico quizás haya sido el de que los represores aspirantes al programa se habían negado a entregar información sobre el paradero de sus víctimas, cuando los mismos que dicen esto son los que se escandalizan ante la propuesta de una reducción de pena a los que cooperen.

Los consejeros universitarios, asesorados por una comisión integrada por Eugenio Zaffaroni, Raúl Ferreyra y Adriana Puiggrós, entre otros, consideran que los militares presos no son recuperables, en una categorización caprichosa y contraria a lo que dice la Constitución sobre la función de la cárcel, la famosa "reinserción social" que tanto invocan a la hora de liberar a delincuentes comunes.

Un cartel del Centro Universitario de la cárcel de Devoto (CUD) donde estudiaron muchos presos emblemáticos, entre ellos, Sergio Schoklender

El libro de Claudia Hilb es un saludable ejercicio de honestidad intelectual y un recorrido crítico y autocrítico de algunos hechos que modelaron la visión que la sociedad argentina ha querido tener de los difíciles años 70.

Contiene también una apelación a sus antiguos camaradas: "Entonces -escribe en referencia al 76-, el horror de la dictadura del Proceso de Reorganización Nacional ahogó en sangre toda posibilidad de reflexión crítica sobre lo sucedido. Hoy, veinticinco años después, es nuestra responsabilidad legar a las generaciones que nos sucedieron un reflexión sin concesiones sobre nuestra responsabilidad pasada".

Fuente: https://www.infobae.com/politica/2017/12/31/el-libro-que-demuele-desde-adentro-todos-los-pilares-del-relato-setentista/


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domingo, 31 de diciembre de 2017

Cómo trabajan los digitalizadores que buscan empujar las bibliotecas al siglo XXI

Facilitar la difusión y reducir la manipulación de los originales para protegerlos son las principales razones de la digitalización. Cuáles son los museos e instituciones argentinas a la vanguardia en esta tarea y las experiencias más destacadas a nivel mundial

 

"En Internet está todo". Si bien esta idea ya se volvió parte del sentido común, no es tan fácil como suena. Para subir un contenido a la red, primero tiene que ser digital. En el caso de las bibliotecas, archivos y museos, el proceso de digitalización avanza a pasos lentos gracias a la voluntad y al ingenio de unos pocos.

Existen dos razones básicas para digitalizar materiales: facilitar la difusión y reducir la manipulación de los originales para cuidarlos. En Argentina, los proyectos de digitalización de colecciones públicas no siempre comparten la misma filosofía, pero sí la falta de recursos.

Matías Butelman y Juan Pablo Suárez tienen en común la influencia del movimiento de la "cultura libre", del "software abierto", del trabajo "colaborativo" y de la filosofía "hágalo usted mismo". Juntos comenzaron a fabricar escaners baratos para instituciones con pocos recursos.

Los planos del primer prototipo los descargaron gratuitamente de un foro online y sobre esa base fueron evolucionando. Una estructura hecha de madera y fibrofacil, una cámara de fotos de gama media, lámparas comunes y un software gratuito son más que suficiente para digitalizar a bajo costo. Su primer proyecto fue en la biblioteca del Colegio Nacional Buenos Aires, y ya hicieron otro modelo que funciona en el Museo de Arte Moderno (MaMBA). Este último cuesta unos 30 mil pesos, con computadora, cámara y todo.

"No teníamos presupuesto, infraestructura, ni prioridad en la agenda de la institución. Estos tres aspectos son los que aplacan este tipo de iniciativas", aseguró Butelman a Infobae. Pero como lo más complicado fue acumular el "know how" (conocimiento), ahora la misión es compartirlo.

Al otro lado de la Ciudad, en la Biblioteca Nacional, el panorama presenta similitudes y deferencias. Si bien en 2013 se adquirieron dos escáners comerciales -que cuestan entre 20 y 30 mil dólares- el proyecto comenzó a fines del ´99 cuando un empleado decidió rearmar una máquina de microfilm que había quedado abandonada en un depósito tras la mudanza del '92. Primero comenzaron digitalizando directamente desde el microfilm. Hoy, Ruben Barbei trabaja en el desarrollo y fabricación de dos nuevos prototipos para escanear directamente papel. Lo hace desde un pequeño taller en la planta baja. También es el encargado de reparar y mantener los equipos que ya tienen.

"No se ha invertido tanto en esta biblioteca en relación al volumen del archivo que tiene, los depósitos son gigantescos. Con la cantidad de documentación que hay podemos estar cien años digitalizando. En nuestro país la cultura nunca es prioridad", explicó a Infobae Miguel Stazzone, jefe del Departamento de Microfilmación y Digitalización. "En la biblioteca de Harvard, por ejemplo, el proceso lo tienen robotizado", contrasta.

Según Stazzone, para llegar al nivel de las bibliotecas más avanzadas, como la del Congreso de Estados Unidos o la Nacional de Francia, sólo hace falta más presupuestodestinado a "tener mejores equipos y capacitar mejor a la gente, nosotros fuimos aprendiendo sobre la marcha y después formando al resto".

Bajo su dirección, actualmente trabajan más de 80 personas en diferentes proyectos que van desde la digitalización de las colecciones completas de los diarios Crónica y Página 12, hasta ejemplares de la biblioteca personal de Jorge Luis Borges (muchos guardan sus anotaciones de puño y letra). "Nosotros hicimos un plan a tres años para digitalizar y cada área determina cuál es la prioridad. Por ejemplo, Tesoro nos mandó algunos incunables", explicó Stazzone.

En el caso de la Biblioteca Nacional "la prioridad es la preservación". La segunda etapa, de difusión y libre accesibilidad, es más problemática debido a la cuestión de los derechos de autor. El catálogo online ya cuenta con 30 mil ítems disponibles, sólo los que han caído en el dominio público.

Valeria Semilla, jefa de Patrimonio del MaMBA, enfatiza la importancia de las denominadas excepciones culturales al pago de derechos de autor. "La ciudadanía paga para que cuidemos las obras y documentos, y debe tener acceso más allá de una exposición en las que nunca está el patrimonio completo". Como en nuestro país las excepciones culturales no están reglamentadas, al subir a Internet material que no sea de dominio público se exponen a juicios por parte de los titulares de los derechos. El nudo de la cuestión está en que no lo hacen con fines de lucro, sino educativos y culturales.

"Los derechos son plata y nadie se lo quiere regalar al Estado. Por ejemplo, María Kodama no te regala ni una hojita firmada por Borges. Si no pagás, no te los deja subir. Se ampara en la ley", señala Stazzone en la misma línea.

La pelea por los derechos también se da en otro países. Robert Darnton, presidente de la biblioteca de Harvard, fue una de las voces que se alzó contra el intento de Google de digitalizar todos los libros del mundo alarmado por las tendencias monopólicas de esta megacorporación. Como alternativa, impulsó la Digital Public Library of America, una federación descentralizada de bibliotecas que comparten contenido digitalizado de dominio público.

"Eso es algo más parecido a lo que se podría implementar acá", asegura Butelman, quien toma la DPLA como modelo. Para eso se necesitan escáners baratos que cada institución pueda armar por su cuenta y un lenguaje común, es decir protocolos de cómo digitalizar, catalogar y compartir contenido. Con ese objetivo a principios de diciembre en el MaMBA se organizó un encuentro de organizaciones que buscan compartir sus colecciones. La idea es poner en común experiencias para superar obstáculos colectivamente.

"Yo fantaseo con que hagamos un encuentro muy grande el año que viene", se entusiasma Butelman, "y saquemos una declaración por el tema de las excepciones culturales. Hay un montón de lobby de las gestoras colectivas de derechos, pero falta que haya voces más fuertes desde nuestro sector".

Stazzone también sueña. "A mí me gustaría hacer una biblioteca digital federal, llevar estos equipos (una vez terminados y patentados) a todos los rincones del país. Traer todo y centralizarlo acá", detalló. Dos visiones diferentes para un mismo objetivo: democratizar más el acceso a la cultura.

"La biblioteca de papel no va a morir nunca, pero lo que sí va a pasar es que crezcan mucho las digitales", pronostica Juan Pablo Bellini a Infobae. Para el líder del proyecto BIDI (Biblioteca Digital) del Grupo VI-DA, entre las bibliotecas de papel y las digitales se genera una simbiosis en la que todos ganan.

"Nosotros tenemos un convenio con 30 universidades, entre ellas la Facultad de Económicas de la UBA. La biblioteca necesita tener contenido digital porque hay un público de chicos estudiantes nativos digitales que no van a ir nunca a la biblioteca tradicional en papel. En cambio, si se les ofrece un servicio digital, esos chicos van a transitar la biblioteca a través de ese medio. En definitiva es la misma biblioteca, pero le agrega valor".

Otras experiencias a nivel mundial

Europeana es una iniciativa regional, nacida en 2008, que incluye a todos los países de la Comunidad Europea. A través de un sitio web proporciona acceso a más de 50 millones de archivos digitalizados que incluyen libros, música y material gráfico, aportado por 2300 instituciones de 28 países: desde manuscritos medievales y colecciones de Vincent Van Gogh, hasta fotografías de la Primera Guerra Mundial y planos de antiguas catedrales.

-El Vaticano atesora uno de los archivos más valiosos de la humanidad. Más de 80 mil manuscritos, 8.900 incunables y textos únicos como la Biblia de Gutenberg. Desde 2013 también comenzó con lento proyecto de digitalización que subió 300 documentos a su catálogo online.

-Un acuerdo entre Google y el Museo de Israel dio origen en 2011 al proyecto digital Manuscritos del Mar Muerto, que puso a disposición del público las versiones digitales de algunos de los manuscritos bíblicos más antiguos. Las imágenes fueron capturadas con extremas medidas de precaución para no dañar las pieles en las que fueron escritos hace 2.000 años. Sólo este proceso costó U$S 3.5 millones.

-La Digital Public Library of America (Biblioteca Pública Digital de Estados Unidos) fue lanzada oficialmente en abril de 2013. Su principal característica es que se trata de una iniciativa descentralizada que nuclea 16 millones de items digitalizados aportados por dos mil instituciones norteamericanas (bibliotecas, archivos, museos, universidades, entre otros). En su amplio catálogo podemos encontrar, por ejemplo, colecciones de pósteres oficiales de enlistamiento en las fuerzas armadas durante las Guerras Mundiales.

 

https://www.infobae.com/cultura/2017/12/31/como-trabajan-los-digitalizadores-que-buscan-empujar-las-bibliotecas-al-siglo-xxi/

 


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jueves, 28 de diciembre de 2017

Invitación a asociarse a ASINPPAC

Estimado colega,

 Lo invitamos a participar de esta naciente asociación internacional, interesada por la defensa del Patrimonio Cultural. Entendemos que éste es la expresión de una comunidad y/o nación, que deviene de su pasado y es mantenido hasta la actualidad y transmitido a las generaciones presentes y futuras. Por este motivo, consideramos de real importancia, trabajar en pos de la identificación de los bienes patrimoniales, de su conservación y difusión. 

 ASINPPAC  https://asinppac.co m/ nace en el año 2017 del interés común de profesionales provenientes de distintas disciplinas como son la museología, la conservación, la arquitectura, la bibliotecología, la archivología  y la gestión cultural de bienes patrimoniales. Actualmente, nos encontramos en proceso de obtención de la personería jurídica como asociación civil sin fines de lucro ante la Inspección General de Justicia.

Nos interesa la participación activa de futuros miembros en pos de la reformulación de metas que irán adaptándose a las necesidades de las comunidades de profesionales en cada momento histórico. Una de las metas presentes y fundacionales es la actualización profesional de las personas vinculadas al Patrimonio Cultural en sus distintas representaciones. En este sentido, hemos desarrollado durante el año 2017, cursos vinculados a la digitalización, a la restauración, al estudio de tintas, a la museología y a la preservación de fotografías con profesionales de Francia, Italia, Alemania, Brasil y México.

Como Asociación es primordial la apertura de pensamiento y el trabajo colaborativo con otras instituciones, de forma que nos entendamos como un equipo humano en continuo movimiento y expansión.

Por lo expuesto, nos interesa poder contar con su valioso aporte como socio, invitándolo a ser parte activa de esta propuesta que nos une en un objetivo en común: la protección y difusión del patrimonio cultural.

 

Comité organizador

ASINPPAC

Asociación Internacional para la  Protección del Patrimonio Cultural.Buenos Aires, Argentina


lunes, 25 de diciembre de 2017

El año editorial, con cifras que preocupan

Las ventas decayeron y también la producción de libros. Los números preocupan al sector. Opinan los editores. 
La venta de libros y la cantidad de ejemplares que se lanzaron al mercado este año decrecieron este año. La CAL, en base a estadísticas que surgen del registro de ISBN, habla de un 25 por ciento menos en las ventas, en el período enero-noviembre. La entidad registra, a su vez, una baja significativa en la producción total de ejemplares publicados, que ya en 2016 había decaído un 15 por ciento: mientras que el año pasado el total de la tirada fue de 70.733.233 ejemplares, este año esa cifra se redujo (hasta noviembre) a 47.819.525 ejemplares.
"No existe una única razón que explique la caída en la producción de ejemplares. Sin embargo la caída de las ventas, puede ser uno de los indicadores en la reducción de la tirada; a esto se le puede sumar los altos costos de almacenamiento y logística, que determinan decisiones más conservadoras por parte de los editores. La tirada promedio cayó de 3.000 a 2.600 ejemplares y aumentó la impresión bajo demanda", explicó a Clarín Diana Segovia de la CAL.
La consultora editorial Promage, es menos drástica. Según Fernando Zambra, su director, "el mercado editorial es enorme y es difícil saber la cifra exacta de la producción real, ya que las cifras de impresiones y reimpresiones suelen ser mentirosas. Nosotros estimamos que la venta en librerías cayó un 5 por ciento en unidades respecto de 2016. Parecería una caída menor pero el año pasado la baja había sido del 15, 20 por ciento, lo que hace que este 5 por ciento se sienta más".
La cantidad de novedades sí se mantuvo estable: los títulos nuevos fueron 27.693 en 2016 y 25.945 hasta este noviembre. Lo que podría traducirse de este modo: igual cantidad de novedades, pero menor cantidad de ejemplares circulando como consecuencia de la baja en las ventas.
Por otra parte, el aumento en las importaciones es uno de los datos que más preocupación genera entre editores, libreros y distribuidores, pues habla de los altos costos que tiene la producción local y la baja competitividad editorial de nuestro país en el mercado internacional (por ejemplo, en relación a países como España, México y Colombia, en los que el papel está exento de IVA). "No existen trabas y hasta octubre 2017 la importación había aumentado un 65% en relación al mismo período de 2016", puntualizó Segovia.
Zambra, por su parte, explicó que sí aumentó mucho el rubro de los cómics y fascículos coleccionables, que va a los kioscos (estima que en un 100 por cien), pero señala que "la cantidad de libros importados que van a librerías se mantuvo estable: los libros argentinos que se imprimen afuera se mantuvieron en la misma proporción, mientras que los que se traen porque aquí no existen bajaron en cerca de un 30 por ciento". Si bien la importación de libros favorece la bibliodiversidad y enriquece la oferta cultural, hay muchos que opinan que podría ser selectiva, para preservar a la industria local.
En cuanto al nivel de exportaciones, Zambra lo califica de "paupérrimo" y atribuye esa falencia a los costos muy pocos competitivos de la Argentina en relación al otros mercado y la falta de políticas públicas y estrategias del sector para vender libros argentinos en el exterior.
A otros reclamos históricos, como la exención del IVA al papel para los editores –que redundaría de una disminución de entre el 5 y un 10 por ciento en el precio de los libros- y del IVA en alquiler de librerías, se suma ahora la preocupación por la iniciativa de la Ley Pinedo, que profundiza el malestar.
De aprobarse, la ley que será tratada el año próximo eximiría de responsabilidad a los Proveedores de Servicios de Internet (PSI) por los contenidos de terceros que publican, excepto que sean notificados de manera fehaciente de que existe una orden judicial de remoción o bloqueo de los mismos; lo que torna de algún modo impracticable la defensa de los autores, por los gastos y los plazos que supondría esta metodología. Las distintas cámaras del libro y la Fundación El Libro ya se manifestaron contrarias a esta iniciativa.
"Es fundamental comprender el daño que se causaría al sector de las industrias creativas que cada vez que un escritor, un fotógrafo, un ilustrador, un pintor, un editor, compositor musical, o cualquier artista o productor de contenidos culturales encuentre una reproducción ilegal de sus obras, de su trabajo en Internet, deba iniciar una acción legal al sólo efecto de que el Proveedor de Servicios de Internet tome efectivo conocimiento de la infracción o el delito", señala Segovia. "En este sentido, el sector solicita que se exceptúe los derechos de propiedad intelectual del proyecto."
La opinión de algunos editores
"2017 fue el año más duro de los últimos 10 años. Elecciones, recesión, desempleo e inflación no fueron el mejor contexto para la venta de libros. La suba de impuestos fue durísima para las librerías, que realmente la pasaron muy mal durante todo el año. Respecto a Planeta, cerramos un año durísimo, con un 10% por debajo de nuestro presupuesto, pero a costa de un esfuerzo tremendo de nuestros equipos que nos dejó literalmente liquidados a fin de año." Ignacio Iraola, Director Editorial Cono Sur, Grupo Planeta.
 
 
"Creemos que tuvimos un plan editorial extraordinario, con libros que fueron muy bien recibidos por lectores de todo tipo, y eso ayudó mucho en un año menos auspicioso de lo imaginado. Probablemente se cierre con un 10% de ventas menor a las esperadas, aunque en los últimos meses hay tenues signos de recuperación. El libro no es indiferente a la economía en general con lo que sufrió, como muchos, la baja de consumo de estos dos últimos años. Confiamos entonces que esta esperada recuperación económica nos permita tener un excelente 2018." Javier López Llovet, Director General Penguin Random House "2017 termina como uno de los más difíciles para el sector editorial. Las ventas en las librerías han caído. Y esa caída se suma a la del año pasado. Seguimos trabajando con inflación alta, si bien menor. Y han desaparecido muchas de las pocas iniciativas del Estado, como compra de libros, capacitación, protección de la industria. La incertidumbre predomina" Leonora Djament, Eterna cadencia.
 
"Las ventas en 2017 no subieron ni bajaron se mantuvieron en los mismos niveles de 2016. En ese sentido estamos satisfechos porque sabemos que en general las librerías han bajado las ventas." Diego D'Onofrio, La Bestia Equilátera.
 
"Es el segundo año en que las ventas caen respecto al año anterior en el mercado del libro. Este año, teniendo en cuenta las ventas hasta fines de noviembre, la baja es de un 7%. De todas formas tenemos esperanza que el año que viene esto se va a revertir y dejarán de caer las ventas." Sebastián Lidijover, Riverside Agency
 
"El año 2016 fue nefasto. Nos recordó al 1999 y 2000 El proceso de caída se detuvo en 2017. Mantuvimos las ventas. Incluso crecimos. Pero esto en base a un gran esfuerzo editorial, de inversión y de internacionalización de nuestros esfuerzos..." Guido Indij, La Marca Editora e Interzona 
"Luego de un 2015 muy bueno, el 2016 fue un golpe para la industria editorial en general y no fuimos la excepción. En 2017 comenzaron a repuntar las ventas, pero aún no logramos recuperarnos del bajón de 2016." Constanza Brunet, Marea Editorial.
 
"En el curso del año, las ventas bajaron un 9% respecto del año anterior, que a su vez había sido un año muy malo para el sector. Así y todo, sostuvimos nuestra programación editorial y si bien no guardamos grandes expectativas con respecto al 2018, tenemos un plan muy nutrido que incluye lanzamiento de nuevas colecciones." Paz Langlais, Siglo XXI