Las acusaciones del gobierno de Cristina Kirchner no parecen haber asustado a Gabriela Knaul. "Soy independiente y cumplo mi obligación de señalar que algo me preocupa mucho", dice la relatora especial de la ONU para la independencia de los jueces y abogados.
No sólo ratifica el contenido de la declaración que enardeció a la Cancillería sobre el peligro que ve en la reforma judicial impulsada por el kirchnerismo. Advierte, en diálogo con LA NACION, que "el riesgo es que se pierda la democracia" y revela que desde el año pasado espera una respuesta del Gobierno para encabezar una misión oficial que analice la situación del sistema tribunalicio en el país. "No me dijeron ni que sí ni que no", se lamenta.
Atiende en Cuiabá, en el Mato Grosso brasileño, su tierra. Llegó hace poco de Moscú, donde pasó 11 días monitoreando el poder judicial ruso. Al momento del diálogo, no había recibido aún las respuestas a sus dudas sobre la reforma que el Gobierno dijo haberle enviado a primerísima hora. Tampoco conocía el segundo y furibundo comunicado del canciller Héctor Timerman en queja por su declaración del martes. Jueza penal en uso de licencia, famosa por la severidad de sus informes, Knaul repite a cada rato detalles de los proyectos sobre el Consejo de la Magistratura y sobre las medidas cautelares. "Me informé mucho antes de hablar", explica. E insiste en la necesidad de diálogo para "profundizar y no limitar" la independencia judicial.
Habrá visto la reacción del Gobierno, que la acusó de ser parcial, de seguir la agenda de la oposición. Hasta reclamó que sea cesada en el cargo. ¿Cómo lo toma? -A mí no me llegó nada oficial. Nadie en Ginebra me reprochó nada. Yo manejo denuncias de todo el mundo sobre peligros para la independencia judicial y mi misión es actuar.
- El Gobierno dijo que la denunció ante sus superiores. ¿No la reprendió nadie? -Lo que yo sé es que pidieron hablar en Ginebra con la persona que coordina los procedimientos especiales. Ella les explicó el procedimiento de las declaraciones y de los comunicados de prensa. Y que los cargos como el mío son independientes. Pero no hubo una denuncia.
- Hay un comunicado oficial de la Cancillería, en el que se la acusa de extralimitarse en sus funciones al opinar sin esperar las respuestas del Gobierno. -Yo no vi ninguna denuncia oficial. Lo que hice fue cumplir con mi deber. Envíe la semana pasada mis preguntas y dejé sentada mi preocupación. Ojalá lleguen pronto las respuestas y se pueda dialogar.
- ¿Le había pasado antes que la acusaran así después de una declaración? Sólo una vez, en Venezuela, cuando en 2009 encarcelaron a la jueza [María Lourdes] Afiuni y lo denuncié. Después, con el tiempo, pudimos iniciar un proceso de diálogo.
- ¿Cómo le llegó la alerta sobre la reforma argentina?-Recibí una denuncia. Como hago siempre, consulté otras fuentes y pedí los proyectos para leerlos en profundidad. Entonces, decidí enviar la carta al Gobierno, expresando mis temores sobre algunos puntos.
- ¿Quién hizo la denuncia?-Por mandato, yo debo proteger la identidad de las fuentes.
- ¿Qué es lo que más le preocupó al estudiar la reforma?-Acá estamos hablando del principio de separación de poderes. De reformar un poder del Estado, con el riesgo de perder los pesos y contrapesos del sistema. Si se pierden esos checks and balances se pierde la democracia. Perder la independencia judicial es eso. Yo tengo la obligación de expresar mi preocupación y tratar de evitarlo.
- ¿Dice, entonces, que está en riesgo la democracia en la Argentina?- En la medida en que se pierda la independencia judicial se corre ese riesgo. Por eso es tan importante abrir un diálogo.
- La reacción del Gobierno no parece abrir muchas expectativas.- Yo sigo esperando que se pueda dialogar.
- ¿Qué imagen tiene del Poder Judicial argentino?- Tiene un buen grado de independencia. Está manejando casos de gran relevancia histórica, como los juicios sobre la dictadura. Pero a la independencia judicial hay que monitorearla siempre. Los jueces deben decidir con imparcialidad y si eso está en riesgo, los que sufren son los ciudadanos.
- ¿Cree que fue suficiente el debate de las leyes?- El debate en el Parlamento de un tema así debería tener un seguimiento de la sociedad civil. La independencia judicial no es una cosa sólo de parlamentarios. El Poder Legislativo también tiene que ser independiente para decidir.
- ¿Conoce antecedentes de que el órgano de selección y control de jueces se integre a partir del voto popular? -Sólo en Estados Unidos se ha usado el sistema de elección popular de jueces. Pero la mitad de los Estados lo ha abolido. Las campañas son muy caras y someten a los jueces al poder económico. Hay muchas sospechas de corrupción.
- Pero en esos casos no se los obliga a sumarse a un partido político como pasará con los jueces, académicos o profesionales candidatos al Consejo de la Magistratura.-No, claro. La vinculación político-partidaria de los jueces plantea un riesgo muy grave para el Consejo de la Magistratura. También es preocupante el cambio de las mayorías, que pueda abrirse un proceso de remoción de jueces con la mitad más uno de los votos y no con dos tercios, como fue hasta ahora. La Justicia no es un órgano político.
- ¿Cree que el Gobierno quiere poner el Poder Judicial a su servicio, como plantea la oposición? -Espero que no. La propuesta debería mirarse con calma. Además, habrá que considerar si es constitucional o no. Tiene que funcionar todo el sistema. Espero que el intento de reforma sea para fortalecer la independencia judicial, no para recortarla.
- ¿Cómo toma el argumento oficialista sobre la necesidad de que los tres poderes respondan a la voluntad del pueblo?
-La mejor respuesta que le puede dar el Poder Judicial al pueblo es garantizar los derechos de los ciudadanos, contener los abusos de poder. Su papel no es político, es técnico.
- ¿Qué puede hacer ante la reacción del Gobierno?- Voy a seguir monitoreando la situación. Veremos si toda la reforma se aprueba y qué pasa después en la Justicia.
- ¿Podría encabezar una misión a la Argentina? -El año pasado le envíe una carta al gobierno argentino en la que le pedí autorización para ir en misión oficial, entrevistarme con organismos oficiales, opositores, profesionales y hacer un informe completo de la situación para enviar al Consejo de Derechos Humanos de la ONU. No me respondieron ni sí ni no. Estoy todavía esperando.
- Parece difícil, a juzgar por la respuesta a su declaración. -Mi percepción es de preocupación; que haya garantías de respeto a la independencia del Poder Judicial. Vamos a insistir; es un tema fundamental para el país..
Por Martin Rodriguez Yebra | LA NACION
Daniel Diaz / Bibliotecario Argentino
"La biblioteca es el lugar del ejercicio público de la razón" Gabriel Naudé
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