lunes, 14 de mayo de 2012

La Ciudad Prohibida abre sus rincones más secretos



Son las residencias donde emperatrices y concubinas hacían rituales religiosos.

Durante cinco siglos fue la zona más restringida de la Ciudad Prohibida
. Secretos, rituales religiosos y hasta crímenes que silenciaron los muros infranqueables del antiguo Palacio Real de Beijing tenían lugar allí, en las cuatro residencias reservadas para las emperatrices y concubinas de las dinastías chinas. Eran un espacio vedado: los emperadores casi no lo frecuentaban y el resto de los mortales ni siquiera soñaba con acceder. Pisar estas residencias estaba penado con la muerte.
 
El misterioso velo que envuelve a estas antiguas estancias ahora se correrá para los 14 millones de turistas que cada año visitan la Ciudad Prohibida de Beijing, donde vivieron 24 emperadores hasta que en 1925 fue expulsado el último, Pu Yi. Las habitaciones son abiertas al público como parte de la política "aperturista" del nuevo curador del palacio-museo imperial, Shan Jixiang. Fueron restauradas durante los últimos cinco años y se encuentran al este de los principales recintos del palacio, en el eje central.

Allí las emperatrices y concubinas del emperador residían y llevaban a cabo rituales religiosos, especialmente durante la dinastía Qing (1644-1911). La construcción más espectacular es Huang Ji Dian, o "Salón de las Normas del Gobierno", levantada en 1689 y presidida por un enorme trono dorado flanqueado por dos figuras de elefantes. Allí, la emperatriz viuda Cixi, una de las figuras clave en el ocaso de la época imperial, celebró su 70° cumpleaños en 1905.

Al norte de este edificio está el Palacio de la Longevidad Feliz (Le Shou Tang), construido en 1776 y en el que residió también Cixi, quien reinó "en la sombra" por casi medio siglo cuando China sufrió las Guerras del Opio y el asedio de las potencias europeas. Toda la curiosidad de los turistas recae sobre el pozo de agua del jardín. Allí murió ahogada la concubina Zhen. Dice la leyenda que era la favorita del emperador y que Cixi ordenó asesinarla por celos: no quería que le hiciera sombra.

Con la apertura de estas estancias, las dos terceras partes del palacio ya son de acceso público. Las habitaciones aún cerradas son almacenes, lugares de estudio de los investigadores de la China imperial o zonas aún no restauradas por el museo, que encara un delicado y largo proceso de renovación. Terminar de develar al público los misterios que allí se esconden les llevará, al menos, otras dos décadas.
Fuente:
http://www.clarin.com/sociedad/Ciudad-Prohibida-abre-rincones-secretos_0_700130044.html

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