lunes, 31 de octubre de 2011

Cuando los únicos libros para leer son los diarios [Caucete: San Juan-Argentina]


Un grupo de madres de una Vecinal se encarga de acompañar a 130 chicos en su aprendizaje con el único material didáctico que tienen: el diario.

En el modesto salón del Club Rivadavia, en Caucete, está todo listo. Cinco pequeñas mesas y cuatro tablones están dispuestos en el modesto salón. Sobre ellos, hay lápices, hojas sueltas y diarios. A las 18, ese lugar se transformará en el Centro de Apoyo Escolar Caritas Sucias, que depende de la Unión Vecinal Villa Dolores. Un grupo de madres de esa entidad se encarga de acompañar a 130 chicos en su proceso de aprendizaje con el único material didáctico que tienen: el diario.

Ahora, están concentradas en conseguir libros y muebles con la ayuda de las asociaciones Red Solidaria y RINARG. 'En abril de este año, conformamos el centro de apoyo porque nos dimos cuenta que los chicos lo necesitaban. Tenían dificultades en la escuela y estaban mucho tiempo en la calle', contó Verónica Kenan, una de las mamás creadoras del proyecto. Pero lo pedagógico no era todo lo que tenían que resolver. Los alumnos, que tienen entre 4 y 13 años, necesitan recibir una merienda para poder tener energías para estudiar. 'Un tambo nos dona 10 litros de leche y también preparamos té. Cuando logramos juntar algunas monedas, compramos tortitas', dijo Verónica.

Los 22 chicos que comenzaron atrajeron a más y más compañeros y, según el registro de asistencia que llevan, son 130 los que colman el club donde pasan buena parte del día. 'Lo que más nos incomoda es que no tenemos mesas y sillas. Se tienen que sentar en el piso para escribir y eso no es bueno para ellos. En invierno, lo pasamos muy difícil', comenta Angélica Pacheco, secretaria de la Unión Vecinal.

Las caritas de los niños lo dicen todo. Fijan su atención en las fotos y en los títulos de todas las secciones del diario. Se reúnen en grupos de tres para sostener el ejemplar y practicar lectura, con la guía de dos maestras. 'Ellos son los que convierten esto en un salón de clases. Son chicos muy humildes pero tienen muchas ganas de aprender. Reciben los diarios que les traemos como libros nuevos. Son los ejemplares de nuestra biblioteca', afirma Angélica.

Las mamás aportan ejemplares que consiguen o compran especialmente para que las maestras que dan clases de apoyo tengan con qué trabajar.

'Desde la Unión Vecinal hacemos todo lo que podemos. Lamentablemente, los expedientes que iniciamos en distintas reparticiones para conseguir ayuda nunca salieron. Pero no vamos a bajar los brazos. Los chicos necesitan de todo, desde un lápiz hasta zapatillas', dijo Angélica.

Hace unas semanas, Red Solidaria San Juan y RINARG se contactaron con ellas para ayudarlas. Los interesados en colaborar pueden llevar materiales didácticos, mesas, sillas, pizarrones y donaciones de alimentos a Antártida Argentina 2031 Sur, Villa Santa Anita, en Rivadavia o llamar al 154419939.

Todo lo que se recaude será entregado el próximo 3 de diciembre. También se recibe ayuda en la sede de la Unión Vecinal Villa Dolores, en calle Maipú 97, Caucete.



Publicado en 


 

"La biblioteca es el lugar del ejercicio público de la razón" Gabriel Naudé

No hay comentarios:

Publicar un comentario