pseudociencia, autoayuda, cuentos con moraleja y similares, enfocados
al tema del amor y a las relaciones sentimentales, aprovechando el
"antes" de San Valentín y, por supuesto, el "después", por el que la
saturación de cajas de bombones en forma de corazón con descuento
empujan a más de uno a buscarse una pareja, esta vez en serio. Sin
embargo estos manuales de amor no son, ni mucho menos, un fenómeno
moderno.
Tal vez las dos obras más conocidas al respecto, que han sobrevivido
con encanto intacto a lo largo de los siglos, son El arte de amar, de
Ovidio, y el celebérrimo Kamasutra, de Vatsaiana. De orígenes muy
distintos, ambos coinciden en su interés por "aconsejar" al amante, ya
sea en su pericia sexual o en sus hábitos de higiene. Algunas ideas
son curiosamente contemporáneas: Ovidio nos aconseja que salgamos a
pasear con nuestra pareja en días festivos en los que los comercios
estén cerrados, para evitar gastar de manera innecesaria, impulsados
por el arrojo del amor o por las obligaciones estándar. Ovidio, en
resumen, nos diría que saliésemos en domingo y que ignorásemos
convenciones como San Valentín u otras fiestas comerciales. En otras
cosas, sin embargo, se nos queda obsoleto, si para las romanas estaba
de moda oscurecerse el entrecejo en busca de la "uniceja" perfecta,
ésta no es una preferencia aplicable a la mujer contemporánea. Ovidio
también habla de manera favorable del adulterio, lo que le valió, bajo
el estricto régimen de Octavio, el destierro (aunque contaban las
malas lenguas que su conocimiento de los deslices de Julia, la hija de
Octavio, pudo ser la razón principal para su expulsión).
Es complicado, sin embargo, encontrar similitudes entre el contenido
del Kamasutra y nuestra realidad actual. Aunque suele concebirse con
un manual sexual (que suele editarse, además, en formato ilustrado,
por razones evidentes), es mucho más que eso, es toda una enciclopedia
de comportamiento para el cortejo, el amor, el adulterio y la etiqueta
en una corte. La obra ofrece todo tipo de recetas para mejunjes
variados, destinados a obtener a la pareja deseada, a mejorar la
potencia sexual, o a procurar la fidelidad del cónyuge. Y por supuesto
está su combinación de ocho maneras de hacer el amor y ocho posiciones
principales, lo que daría un total de 64 "artes" o posturas que
forman, seguramente, la parte más aprovechable de la colección para el
lector de hoy en día. Con todo, cuando el Kama sutra habla del uso de
ungüentos realizados con hierbas y excrementos de animal que debían
utilizarse para todo tipo de proezas sexuales (y fruncimos el ceño,
horrorizados), sí que puede encontrarse cierta similitud con el
extenso compendio de ingredientes que forman parte de numerosos
cosméticos, medicamentos y demás orientados a la satisfacción erótica
y al embellecimiento personal. Por otro lado, nuestros complejos
rituales de cortejo actuales pueden llegar a ser, a ojos de alguien
ajeno a éstos, totalmente bizarros, a lo mejor casi tanto como los
explicados por Vatsaiana.
Fuente: http://www.lecturalia.com/blog/
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