Mario Vargas Llosa superó finalmente esa lugar que integraba como eterno candidato y desde hoy integra el relativamente reducido olimpo de escritores latinoamericanos reconocido con el Nobel de Literatura. A los 74 años, la Academia sueca lo premio "por su cartografía de las estructuras de poder y sus imágenes mordaces de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo".
El peruano, nacido en 1936 en Arequipa y que también tiene la nacionalidad española, estaba desde hace años en las quinielas de los favoritos de los Nobel. Es el primer escritor latinoamericano que lo gana desde el mexicano Octavio Paz, en 1990.
En una primera declaración, transmitida por el presidente del jurado del Nobel de Literatura, Peter Englund, Vargas Llosa dijo sentirse "muy conmovido y entusiasmado" por el galardón. El escritor está en Nueva York, donde da clases en la Universidad de Princeton. "Se había levantado a las cinco de la mañana para presentar una clase, cuando recibió nuestra llamada a las siete menos cuarto, mientras trabajaba intensamente", dijo Englund.
La decisión de la Academia Sueca de celebrar su "cartografía de las estructuras de poder" refleja certeramente el núcleo de varias de sus novelas, desde las jerarquías y los vínculos de complicidad pero también de humillación del liceo militar Leoncio Prado (La ciudad y los perros, 1962, su primera novela publicada) hasta el singularísimo autoritarismo del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo (La fiesta del Chivo, 2000), descrito desde diferentes puntos de vista y que desató no pocas críticas en la alta sociedad de la república insular.
También muestra las estructuras de poder, en este caso las de la política de su Perú natal, Conversación en la Catedral (1969), considerada una de las más grades obras de Vargas Llosa y centrada en el encuentro casual que mantiene Santiago Zabala con Ambrosio, un ex chofer del padre de "Zabalita", en tiempos de la dictadura del general Manuel Odría.
Y no muy lejos de esas estructuras, Pantaleón y las visitadoras (1973), en un tono más risueño que el de las anteriores, describe el fanatismo con el que el militar Pantaleón Pantoja cumple a rajatabla la orden que recibió de sus superiores y termina instalando un prostíbulo para militares en plena amazonia peruana.
Entre sus libros más conocidos hay varios más de su obra de ficción, como Los Jefes (una serie de relatos de 1959), La casa verde (1966, por el que recibió el Premio Rómulo Gallegos), Los cachorros (1967), La tía Julia y el escribidor (1977), ¿Quién mató a Palomino Molero? (1986), Lituma en los Andes (1993, Premio Planeta), Los cuadernos de don Rigoberto (1997 y que resultó en una interesante experiencia del escritor en la literatura erótica) y su más reciente Travesuras de la niña mala (2006).
La prosa de José Mario Pedro Vargas Llosa (tal su nombre completo) tiene entre sus varios puntos fuertes un desarrollo paulatino y profundo de los personajes, inmersos en tramas cautivantes que, además, logran describir con precisión, amplitud y un fuerte efecto de vivencia personal (para el lector) las sociedades en las que esos actores están inmersos.
El nuevo premio Nobel latinoamericano tiene publicada además su autobiografía (Como pez en el agua, 1993), numerosos ensayos (principalmente sobre literatura) y varias obras de dramaturgia. Acaba de publicar además su nueva novela, El sueño del celta.
El Nobel de Literatura está dotado con diez millones de coronas (cerca de 1,5 millones de dólares) y será entregado el próximo 10 de diciembre, en el aniversario de la muerte de Alfred Nobel.
Vargas Llosa acudirá a la ceremonia de entrega del galardón el 10 de diciembre, en Estocolmo, y de acuerdo a la tradición de los galardones será el encargado de pronunciar el discurso en nombre de todos los premiados, a excepción del de la Paz, que se celebra en un acto paralelo, en Oslo.
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