jueves, 6 de mayo de 2010

Ultraje a la Biblioteca Nacional y a su Directora [España]

Resulta que en las pequeñas cosas se ven las grandes intenciones. La semana pasada, como ustedes saben, se anunció a bombo y platillo un recorte en la Administración central de dieciséis millones de euros, el chocolate del loro, como campaña de ahorro contra la crisis. Y mira por donde, siguen ahí, sin saber muy bien qué hacen, ministerios como el de Vivienda --que alguien tendría que explicar de qué se ocupa-- o el de Igualdad --que podría perfectamente hacer su trabajo siendo una secretaría o dirección general dependiendo de Asuntos Sociales--, u otros que podrían fusionarse para ahorrar. O simplemente se conseguiría mejores resultados suprimiendo algunos de los miles cargos de libre designación con que cuenta este gobierno, y que no son funcionarios.
Sin embargo, había que tocar la Biblioteca Nacional. Y hacerla descender en el escalafón, de Organismo Autónomo, categoría de dirección general, a subdirección general. Y se han quedado tan panchos.
La inmediata reacción ha sido la amenaza de dimisión de la Directora General, Milagros del Corral, si no se revoca la orden. Una mujer que creía en la importancia de la Biblioteca y que ha visto el amor que este gobierno tiene a esta institución.
Naturalmente la ministra ha contrarrestado "de la forma como se debe hacer", ofreciéndola un contrato de "alta dirección" para compensarla y Milagros le ha dicho que naranjas de la China, ella lo que quiere es que no se degrade la Biblioteca Nacional, y no arreglar su situación personal. Me consta que Milagros del Corral es una mujer que cree en la cultura, era Directora de División de la Unesco y trabaja en la Biblioteca porque cree en esta institución.
Y es que, el bajarle a subdirección general no es sólo una cuestión de nomenclatura o de organigrama, sino fundamentalmente de importancia a nivel decisorio y de presupuesto. Cabría preguntarse cuáles han sido las razones por las que este gobierno ha cometido tal desmán. Porque estamos hablando de restar importancia y recursos a la principal biblioteca del segundo idioma más importante del mundo.
A mi modesto entender las razones son dos:
La primera, es la importancia mínima que para este gobierno tiene la cultura. En definitiva, es lo primero que tiene que sufrir las consecuencias de la crisis. Les importa un rábano.
La segunda razón es política.: Han ido a elegir la parte más débil políticamente. Milagros del Corral no tiene la fuerza política y los padrinos importantes que tienen otros directores generales. Ella es simplemente una profesional experimentada, cuyo currículo cultural es un lujo. A esta señora, la nombró el anterior ministro y la actual ministra lo que hizo fue mantenerla en el puesto. Por otro lado, la fuerza que tiene la ministra González-Sinde dentro del Partido Socialista es mínima, si no nula. Su relación con el partido es simple y llanamente circunstancial, y eso es lo que parece contar a la hora de la verdad.
Si la Ministra de Cultura tuviera vergüenza política se iría con su directora general, pero claro ha preferido que le peguen la patada en el [c...] de Milagros del Corral y seguir siendo ministra. Mi solidaridad con esta bibliotecaria valiente que ha demostrado no venderse y querer trabajar por la cultura.
Esta Biblioteca que es uno de nuestros más grandes tesoros culturales, llevaba diecinueve años con rango de Organismo Autónomo y dentro de dos años cumplirá 300 años de vida. Pero ha quedado claro cuáles son los métodos y las prioridades a la hora de hacer recortes por parte de este gobierno.
¿Qué será lo próximo? ¿Recortar el presupuesto del Instituto Cervantes? ¿Suprimir letras de la Real Academia? ¿Convertir al Museo del Prado, en el Museo del Pradillo? ¿Vender el Gernika para recaudar fondos? o ¿suprimir el ministerio y poner la cultura bajo Fomento o Interior?
Y a todo esto, ¿qué dicen los políticos socialistas ilustrados? De momento, callan. Habría que preguntar a Gabilondo, a Guerra, y a tantos otros. ¡Si Solé Turá levantara la cabeza…! Y de la Señora Sinde mejor ni hablamos.
No me extraña que Blanco y Aguirre se entiendan, al final terminaremos todos haciéndonos fans de la famosa bailarina Sara Mago.


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