viernes, 26 de febrero de 2010

Las Bibliotecas Frecuente refugio de indigentes [EEUU]


 Todos los días, cuando abre la biblioteca, John Banks está allí, esperando entrar. Encuentra un lugar y se queda hasta que cierra. Entonces se va en su silla de ruedas a la terminal de autobuses donde pasa la noche.
Como tantos otros indigentes que frecuentan la biblioteca, lo único que quiere Banks es un lugar donde sentarse en paz. No quiere hablar con nadie ni que le hablen. Si necesita ayuda, sabe lo que hay que hacer: llamar al trabajador social de la biblioteca.
La oficina principal de la Biblioteca Pública de San Francisco, donde cientos de indigentes pasan el día, es la primera del país que tiene un trabajador social a mano, según la Asociación de Bibliotecas de Estados Unidos (American Library Association, ALA).
Las bibliotecas de todo el país tienen distintas políticas en torno a las personas que usan sus baños para bañarse o consumir drogas. En Filadelfia y San Francisco, las bibliotecas contrataron a algunos de los indigentes para que atiendan los baños o lleven a las personas a iglesias o refugios donde pueden bañarse.
En Portland, Oregón, se adoptaron castigos para quienes cometen infracciones: se les prohibe el ingreso por un día por afeitarse, por tres por pelear.
No sería de extrañar que otras bibliotecas contraten trabajadores sociales, como hizo la de San Francisco. A medida que se suspenden programas sociales debido a la recesión, las librerías públicas se están convirtiendo en verdaderos refugios para las personas desamparadas que han sido rechazadas en todos lados.
Camila Alire, presidenta de la oficina de ALA en Chicago, dijo que si bien las bibliotecas siempre han sido un sitio donde los indigentes pueden pasar un rato, da la impresión de que ha aumentado significativamente la cantidad de gente con trastornos mentales o necesidades básicas como comida y techo.
"Las bibliotecas públicas están haciendo lo que pueden para servir a los usuarios habituales y a quienes no lo son", dijo Alira. "Espero que lo que ha hecho la Biblioteca Pública de San Francisco, que incorporó a un trabajador social, sirva de modelo, porque son gente que sabe cómo lidiar con personas que están en su derecho de usar la red de bibliotecas públicas".
Muchas bibliotecas de todo el país han contratado terapeutas para que le enseñen al personal cómo lidiar con visitantes problemáticos. Edmond Otis, un psicoterapeuta que le muestra a los bibliotecarios cómo manejarse con personas que pueden tener trastornos mentales o haber consumido drogas, dice que es vital mantener la calma, tratarlos con respeto, fijar reglas y hacerlas respetar.
Algunos bibliotecarios están acostumbrándose a lidiar con indigentes.
La biblioteca de San Francisco, un edificio de seis pisos con paredes de vidrio, atrae muchos desamparados. Se encuentra cerca de un barrio donde abundan los hoteles baratos, los comedores comunitarios y otros servicios para los pobres. Por las mañanas, cuando abre, aparece mucha gente que con aspecto de indigente, que carga las pocas pertenencias que tiene.
Por años, según Karen Strauss, subdirectora de bibliotecarios de la oficina central en San Francisco, el personal no podía hacer mucho cuando se aparecía una persona mal vestida, a veces maloliente, que sacaba un libro, se sentaba en una mesa y no se movía de allí.
Calcula que en los últimos seis meses asistió a unas 200 personas, y no necesariamente desamparados. "Hay gente que está deprimida porque no encuentra trabajo. O a la que se le murió un ser querido", expresó.

Fuente: http://www.elvenezolanonews.com/top_news.php?id=4576&event=3

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1 comentario:

  1. En Argentina ya ocurrió en la Biblioteca del Congreso que antes permanecía abierta las 24 horas. Pero como se llenó de indigentes ... se terminó

    Pero las bibliotecas yankis son el reservóreo moral de los EEUU por varias razones. La mitología del self made man está basada en la lectura en bibliotecas. Los hombres más ricos de los EEUU aprendieron en las bibliotecas.
    Si leen las biografías de las multinacionales verán que sus fundadores se la pasaron estudiando en las bibliotecas públicas porque no pudieron ir a la escuela. Hasta en Alemania se tiene ese mito promovido por Peter Drucker, el administrador exitoso de la GM.

    El último ícono fue Ray Bradbury que como no tenía máquina de escribir las alquilaba en las bibliotecas públicas por unos centavos y como era pobre aprendió a escribir al tacto y a buena velocidad. Después se hizo millonario... lo saben todos...

    También notarán la importancia de las bibliotecas públicas en el cine
    norteamericano, como la bandera, siempre están presentes en los policiales, en los de ciencia ficción, en el cine catástrofe... en casi todas está presente. Es un dato a tener en cuenta a la hora de pensar en las bibliotecas argentinas
    depósito de papeles y personas inútiles donde tenemos que convencer al empleado de turno que su trabajo es prestar libros.

    Pero también hay historias nefastas sobre las bibliotecas yankis: por ejemplo, la comisión macarthy solía revisar el fichero de las bibliotecas y averiguar quiénes leían literatura "comunista" o quiénes leían, por ejemplo, "Mi lucha" para luego detenerlos. Esa práctica continuó por muchos años más hasta que sacaron una ley, hace pocos años -2002, tal vez- para que se terminara con esa práctica y se eliminaran los registros sobre las lecturas de las personas.

    Obvio, ahora es un trabajo más fácil de seguir utilizando internet y encima automáticamente.

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