sábado, 21 de abril de 2018

44° Feria del Libro de Buenos Aires: Con la proa hacia los nuevos tiempos

En un año en el que las cifras regionales revelan descenso en la producción de libros, la 44° Feria Internacional apuesta a la lectura. La ciudad invitada es Montevideo y el discurso de apertura estará a cargo de la escritora Claudia Piñeiro.

Bajarán de los barcos, la Cacciola, el Buquebús? ¿Surcarán con anhelos la corriente zaina? Llegarán, eso sí, cargados de poemas, cuentos, novelas a manos llenas. Tan cercanos y, a la vez, poco frecuentes en nuestras conversaciones de hoy, los escritores y escritoras de la otra orilla desembarcarán con ganas de hacerse conocer y leer, de atravesar esa frontera líquida que nos unió y nos separó tantas veces, pasaporte libertario de muchos argentinos, el lecho compartido color de león. Porque Montevideo es la ciudad invitada y una larga comitiva de escritores y escritoras uruguayos se harán oír en esta gran fiesta popular del libro que comienza el 26 de abril en Palermo.

Con un primer fin de semana que se prevé multitudinario, en el que se presentarán muchos de los grandes invitados internacionales, esta edición –cuyo discurso de apertura dará la escritora Claudia Piñeiro– promete empardar el millón de visitantes de los últimos años. Dos premios Nobel: Mario Vargas Llosa y J.M. Coetzee, los estadounidenses Paul Auster y Richard Ford, los españoles Arturo Pérez Reverte, Juan Cruz y María Dueñas, los mexicanos Jorge Volpi y Juan Villoro, la argentina residente en París Laura Alcoba se presentarán este año en las salas de la Rural, además del nutrido grupo de escritores uruguayos que ofrecerán función continua en el stand de Montevideo. Entre ellos, uno que no es precisamente escritor promete convocar multitudes si efectivamente asiste, como se rumorea: el ex presidente José "Pepe" Mujica. Y no pasará inadvertida la longeva poeta Ida Vitale –de 94 años–, premiada internacionalmente y entrevistada en este número.

Será precisamente Ida Vitale quien inaugurará el XIII Festival Internacional de Poesía de Buenos Aires, el primer gran acontecimiento de la Feria, en el que se rendirá homenaje a Nicanor Parra. "Cuando la poesía habla en ese espacio de resonancia que es la lectura pública, inmediatamente se vuelve una política de la lengua y una lengua política –la voz de un disenso en la Polis– porque produce sentidos inesperados, posturas culturales de singular diversidad", señala Jorge Monteleone, director del Festival que se realiza del 27 al 29 de abril en la sala Victoria Ocampo. Del exterior llegarán también las poetas Piedad Bonnett (Colombia), entrevistada en este número, Concha García (España), Giovanna Pollarolo (Perú), Yolanda Pantín (Venezuela), Elisa Biagini (Italia), entre otros. Otras secciones de la Feria, como el Diálogo latinoamericano, el Diálogo argentino, el stand Orgullo y Prejuicio, dedicado a la diversidad sexual, y la movida juvenil – convenciones de booktubers, bloggers y bookstagrammers– prometen convocar públicos amplios.

El stand de Montevideo concentrará las actividades de los escritores de la ciudad vecina. Como cuenta en su nota el periodista y escritor uruguayo Luis Fernando Iglesias, salir al mundo, romper cierta insularidad editorial y acceder a lectores de otros países de América latina es la gran apuesta de escritores y escritoras del país vecino. El carácter internacional de ciertas editoriales parece no garantizar del todo esa posibilidad de circulación.

Con intenciones similares aterrizan también editores de otro país limítrofe, como Luis Alvaro Salles de Aguiar, de Brasilian Publishers, una asociación entre la Cámara Brasileña de Libros y la Agencia de Inversiones de Brasil, que viene con diez editores y dos autores –Daniel Munduruku y Julián Fuks– para vender derechos de traducción y libros brasileños a editores argentinos y de otros países, presentes en la feria.

Sobre los cambios que enfrenta el mundo de la edición, Salles de Aguiar opinó: "La industria del libro tiene que enfrentarse a su principal competidor: el tiempo. La lectura disputa el tiempo con todas las otras actividades diarias y con la industria del entretenimiento. Por lo tanto, tenemos que utilizar las tecnologías existentes para que leer se torne cada día más práctico, rápido y móvil. Tenemos que estar alertas para percibir si el lector busca el libro impreso, el digital, el audio, o el app. Las tecnologías están y los que mejor las utilicen para contar buenas historias tendrán ventaja". Salles de Aguiar estará el jueves 26 en las Jornadas Profesionales.

Allí estará, también, Manuel Gil, director de la Feria Liber de Madrid, cuya mirada más global es clave para pensar el momento actual del universo editorial. Para Gil, la alarma inicial frente a la aparición del libro digital hoy ha disminuido ante la posibilidad de convivencia de distintos soportes. Sin embargo, señala: "El problema que se aprecia ahora en Europa no es si el libro digital representa el 5% o el 12%, sino que al cambiar los hábitos de consumo del lector, se está produciendo un desplazamiento hacia la compra online, tanto de papel como de digital, y esta venta está oligopólicamente agrupada en torno a los grandes players, en concreto, a Amazon. Esto lleva a un descenso preocupante del tejido de librerías físicas".

Con respecto al rol de las ferias del libro, Gil consideró que "el rol de las ferias no cambia, lo que cambia es la interacción entre lo físico y lo virtual. Creo firmemente que las ferias del futuro, o ya del presente, deben ser inteligentes, digitales y sostenibles, y con el visitante en el centro de la estrategia". Por "inteligentes" se refiere a la posibilidad de generar un cierto "big data" a partir de sus cientos de miles de visitantes. Y "digital", en el sentido de aprovechar "las tecnologías que el visitante lleva en su smartphone para comunicar y experienciar la visita".

En relación con el estado de la industria del libro en Europa, Gil relató que "los datos de la Federación Europa de Editores revelan un preocupante estancamiento del mercado del libro. En España, se aprecia un repunte pero todavía el sector se encuentra muy alejado de las cifras de antes de la crisis. En América Latina, con los datos de Cerlalc, la industria parece también desacelerarse, después de una década de crecimiento continuo. El hecho más sobresaliente es la disminución, por segundo año consecutivo, en el total de títulos que se dieron de alta en las agencias nacionales: pasó de 196.450 títulos en 2015 a 189.857 en 2016. Hay que ser cautos y observar si estamos ante un fenómeno coyuntural, derivado de la contracción de las mayores economías (Argentina, Brasil y México), o si puede hablarse de un cierto estancamiento de los mercados en un contexto de sobreproducción".

Puertas adentro La Feria del Libro también es un momento de análisis de los avatares del mundo del libro y la situación de la industria en el país. En este terreno, al entusiasmo de las nuevas editoriales que surgen año a año se le contraponen las estadísticas poco alentadoras. Por un lado, el informe anual de la Cámara de Publicaciones (CAP) midió la caída de demanda privada de libros en un 12%. Por otra parte, el informe que realiza la Cámara Argentina del Libro revela que en 2017 se publicaron 28.440 novedades –número constante desde 2013– pero que se comprueba una baja en la primera tirada de las novedades, es decir, en la cantidad de ejemplares que se imprimen de cada nuevo libro. Según la CAL, por tercer año consecutivo ese número se achica: la tirada promedio de libros en papel en 2017 fue de 2.217 ejemplares.

Sin embargo, sólo el 35% de esta producción corresponde al sector editorial comercial (SEC), es decir, a las editoriales que venden en librerías, que son las que representan el corazón de la Feria del Libro. El sector editorial comercial está integrado por 283 editoriales que produjeron 9841 novedades en 2017, de las cuales 8045 eran en libros en papel. La tirada promedio fue de 2421 ejemplares y se declararon un total de 19,1 millones en 2017 contra 20,9 millones en 2016, es decir que el año pasado se imprimieron 1,8 millón de libros menos. En el SEC hay que distinguir las ediciones de pequeñas y medianas empresas independientes, con el 72% de las publicaciones de nuevos títulos, y las de los cinco grandes grupos editores, con el 29%. Cuando se trata de cantidad de ejemplares, estos porcentajes cambian de manera significativa. En ese sentido, en 2017 aumentó la concentración: en 2016 los 5 grupos editores concentraban el 35% de la tirada total del SEC, mientras que en 2017 produjeron el 44% de la tirada total.

También los grandes grupos editoriales admiten la reducción en las tiradas y ciertos recortes. "Tenemos un catálogo amplio y no hay ninguno que se haya quedado sin lectores y merezca ser desatendido –afirma Juan Ignacio Boido, director editorial de Penguin Random House–. Por eso, vamos a tener un plan parecido al de 2017, quizá un poco menor, porque hay títulos más difíciles de producir por cuestiones de costos, en general libros-objeto de la literatura infantil. En otros casos, venimos haciendo tiradas más ajustadas". Boido reconoce que 2017 "no fue un año fácil porque no llegó el repunte en el consumo que se anunciaba". Con respecto a lo que necesita el sector para crecer, opinó: "Podríamos hablar de los costos o de las caídas en las ventas, pero creo que el punto fundamental en la Argentina es un plan de fomento de la lectura abordado a largo plazo".

"El libro no es un artículo de primera necesidad, por lo tanto es lógico que se restrinja su compra si la gente tiene menos plata en el bolsillo", opinó Víctor Malumián, editor de Ediciones Godot. Malumián es también autor del libro Independientes, ¿de qué?, sobre las editoriales de menor tamaño, a la vez independientes "de las modas del mercado al momento de publicar", con "autonomía editorial al momento de decidir los títulos" y " con un comportamiento como agente cultural activo en la difusión de ideas y la voluntad de profesionalizarse". Organizador de la Feria de Editores – que este año se realiza en el Centro Cultural Konex en agosto– Malumián sostiene que la asistencia a esa feria le permitió mapear 350 editoriales, algunas de países limítrofes. En su opinión, el surgimiento notable de nuevas editoriales en estos años se debe, en gran medida, a la reducción de la barrera tecnológica: "actualmente se puede montar una editorial con una computadora y hacer tiradas de 300 ejemplares", afirma.

A su vez, agrega que el aumento en la concentración editorial, perjudicial para el resto de las editoriales y para el mercado, desde otro punto de vista deja un espacio que las chicas pueden aprovechar: "las grandes pueden dejar nichos desatendidos porque sus volúmenes de venta no ameritan mover toda la maquinaria de publicación en esa dirección, y ahí aparece una oportunidad para un potencial editor, que no encuentra los libros que le gustaría leer", interpreta Malumián. Algo que señala Maximiliano Papandrea, editor de Sigilo, es la capacidad de agrupación de las editoriales independientes que se juntan y exhiben sus libros en stands colectivos.

Una tendencia que podrá verse en esta feria, que vuelve a abrirles las puertas –las páginas– a miles de lectores.

https://www.clarin.com/revista-enie/literatura/proa-nuevos-tiempos_0_HJF626D2G.html

 


miércoles, 18 de abril de 2018

Invitación Especial. Evento Internacional: Bibliotecas en diálogo: Iniciativas innovadoras para la inclusión



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Enviado por: "Vanesa E. Berasa" <vanesaberasa@gmail.com>
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martes, 17 de abril de 2018

Koha : sistema integrado de gestión de bibliotecas




Julio Alonso Arévalo publicó:" Official Website of Koha Library Software Koha 18.05 Manual (Spanish)[HTML][ePub] Koha es un sistema integrado de Gestión de Bibliotecas basado en la web bajo la licencia GPL que funciona tanto en Linux como en Windows.  Koha fue creado en 1999 p"



Koha : sistema integrado de gestión de bibliotecas

por Julio Alonso Arévalo
Koha 18.05 Manual (Spanish)[HTML][ePub]

Koha es un sistema integrado de Gestión de Bibliotecas basado en la web bajo la licencia GPL que funciona tanto en Linux como en Windows.  Koha fue creado en 1999 por Katipo Communications para la Horowhenua Library Trust en Nueva Zelanda. La primera instalación se logró en enero del 2000. Koha proviene del maorí, y quiere decir obsequio, o donación.

Koha es desarrollado por una comunidad de programadores y bibliotecarios de todas partes del mundo y su diseño es ajeno a cualquier intención comercial o corporativa. Koha permite al bibliotecario manejar la mayoría de los procedimientos administrativos de una Biblioteca, y además proveer a los visitantes con un catálogo público para la consulta de ejemplares y circulación. Además, cualquier bibliotecario puede participar en el desarrollo de Koha. Koha es un sistema basado en la Web, y como tal produce salidas compatibles con la especificación XHTML 1.0 y CSS de la World Wide Web Consortium (W3C), garantizando su operatividad a través de cientos de navegadores Web, plataformas, sistemas operativos y dispositivos no convencionales. (fuente Wikipedia)

La palabra Koha proviene del maorí, y quiere decir obsequio, o donación. Koha Incluye la posibilidad de busqueda simple y avazada mediante OPAC, un módulo de adquisiciones, gestión de publicaciones seriadas, gestion de préstamo. y permite la elaboración de estadísticas e infromes sobre su utilización.


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lunes, 16 de abril de 2018

Informe de la IFLA sobre los desafíos al derecho a la privacidad en la era digital



Julio Alonso Arévalo publicó:"   The right to privacy in the digital age. Paris: IFLA, 2018   En respuesta a una solicitud de pruebas sobre el derecho a la privacidad en la era digital, de las Naciones Unidas sobre la privacidad, la IFLA respondió destacando la importancia d"


Informe de la IFLA sobre los desafíos al derecho a la privacidad en la era digital

por Julio Alonso Arévalo

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The right to privacy in the digital age. Paris: IFLA, 2018

 

En respuesta a una solicitud de pruebas sobre el derecho a la privacidad en la era digital, de las Naciones Unidas sobre la privacidad, la IFLA respondió destacando la importancia de la privacidad para la libertad intelectual y el papel que las bibliotecas pueden desempeñar en la consecución de este objetivo. En el informe se pone de relieve la valiosa función que pueden desempeñar las bibliotecas en la promoción y protección del derecho a la privacidad en la era digital.

Texto completo

El Consejo de Derechos Humanos adoptó el 23 de marzo de 2017 la resolución 34/7 sobre "el derecho a la privacidad en la era digital". Esto conllevaba dos acciones de seguimiento: organizar un taller de expertos sobre el tema y preparar un informe. El objetivo era identificar principios, normas y definir las mejores prácticas en relación con la promoción y protección del derecho a la intimidad en la era digital.

El taller tuvo lugar los días 19 y 20 de febrero de 2019 en Ginebra. La presentación del informe tenía como fecha límite el 9 de abril de 2018. Así, la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA) aprovechó la oportunidad para hacer una aportación significativa sobre los desafíos relacionados con el derecho a la intimidad en la era digital.

Julio Alonso Arévalo | abril 16, 2018 en 9:55 am | Etiquetas: Derecho a la intimidad, IFLA, Privacidad | Categorías: Bibliotecas, Uncategorized | URL: https://wp.me/p72Cm4-ieM

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La Library of Congres propone un depósito obligatorio único de libros electrónicos



Julio Alonso Arévalo publicó:" Mandatory Deposit of Electronic-Only Books AGENCY: U.S. Copyright Office, Library of Congress. ACTION: Notice of proposed rulemaking. Texto completo En una notificación de la propuesta de reglamentación que se publicará el 16 de abril, la Biblioteca del "



La Library of Congres propone un depósito obligatorio único de libros electrónicos

por Julio Alonso Arévalo

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Mandatory Deposit of Electronic-Only Books
AGENCY: U.S. Copyright Office, Library of Congress.
ACTION: Notice of proposed rulemaking.

Texto completo

En una notificación de la propuesta de reglamentación que se publicará el 16 de abril, la Biblioteca del Congreso comenzará a incluir los libros electrónicos publicados en virtud de una nueva norma de depósito obligatorio denominada "Mandatory Deposit of Electronic-Only Books". El depósito obligatorio requiere que los editores envíen dos ejemplares de la "mejor edición" de la obra -la edición que la biblioteca considere más adecuada para sus fines- en un plazo de tres meses a partir de su publicación pero solo si existe una demanda de la biblioteca.

Anteriormente, la legislación del depósito obligatorio excluía específicamente las obras electrónicas exclusivas de la colección de obras susceptibles de derechos de autor. Si se aprueba la norma final, se mantendrá una diferencia clave: a diferencia de los libros impresos, que deben presentar dos copias en un plazo de tres meses a partir de su publicación, los libros electrónicos están sujetos a la norma sólo si así lo exige la biblioteca. La regla cubre a cualquier persona, incluso a los autores que se autopublican. Según la norma legal, un libro se considera "publicado" si se distribuye por venta, alquiler, arrendamiento u otra transferencia de propiedad.

Otras publicaciones sólo digitales - tales como podcasts, audiolibros, publicaciones seriadas, programas de ordenador, sitios web, blogs, publicaciones en medios sociales y correos electrónicos - no están sujetas a esta borma.

 


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domingo, 15 de abril de 2018

1968: el año en que cambió el mundo / Beatriz Sarlo

Las calles de París fueron tomadas por estudiantes que desafiaron la autoridad de sus padres y maestros. Los efectos que aún perduran de consignas como "Prohibido prohibir". 

De Gaulle fue, durante la Segunda Guerra, implacable enemigo de Alemania. En 1962, De Gaulle, ya presidente de Francia, y el canciller alemán Konrad Adenauer, compartieron una ceremonia de reconciliación. El mundo se asombraba con el "milagro alemán". Francia crecía al 5 por ciento anual. Los años de la posguerra hasta comienzos de los setenta se llamaron los "treinta gloriosos": modernización, pleno empleo, seguridad social. El ensayista Edgar Morin se preguntaba entonces: "¿Hasta qué punto nuestra sociedad va en camino de parecerse a la norteamericana?"

Nada parecía anunciar los acontecimientos de mayo de 1968.No se originaron en los sindicatos ni en el Partido Comunista, de fuerte representación obrera. El mayo francés comenzó donde no se lo esperaba, y sus protagonistas fueron nuevos.

Desde 1967, en Italia y Alemania, los estudiantes comenzaron a ocupar las sedes universitarias. Por todas partes se sucedían manifestaciones contra la intervención militar norteamericana en Vietnam. En noviembre de 1967, 300.000 personas se manifestaron contra la guerra por las calles de Washington. Poco después, un amigo norteamericano, joven periodista, me contó que había marchado. Lo envidié tanto como admiré su largo abrigo negro, muy de época. En California, la universidad de Berkeley, y en Nueva York la de Columbia, fueron campos de movilización y activismo. Veinte años después, mi amable vecina de Berkeley evocaba esas épocas que ella sintetizaba como "violencia, marihuana y gente a medio vestir". Apenas si pude disimular que me habría gustado estar allí. En febrero de 1968, un dirigente de los Black Panthers pronunció en Oakland, California, un discurso desafiante y definitivo: "Hoy no hablaré de política; ni de economía; hablaremos de la supervivencia de una raza".

Casi en simultáneo, en Berlín, Rudi Dutschke, bello y carismático líder de los estudiantes, exponía la línea general: "Hoy el Parlamento no es el lugar de decisión política; las decisiones se toman en los acuerdos entre los burócratas de los ministerios y las grandes empresas. El Parlamento se limita a aprobarlos".

En abril, los estudiantes checos se movilizaron en Praga contra el gobierno llamado "socialista" y lo pusieron en jaque durante meses, hasta que los tanques de la URSS y sus aliados dieron fin a las luchas democráticas. En ese mismo abril, Rudi Dutschke avanzaba en bicicleta por una gran avenida céntrica y recibió varios tiros; una foto muestra su bicicleta tirada en la vereda. Los disparos no fueron tan eficaces como los que asesinaron, en esos mismos días, a Martin Luther King. En todas partes algo estaba sucediendo.

Terminaban los "treinta años gloriosos". Los estudiantes franceses despreciaban la mediocre sociedad que habían construido sus padres. Despreciaban el Citroën 2CV, la quincena de vacaciones, el televisor y las compras en cuotas. Se sentían extranjeros en el mundo de la pequeña burguesía ordenada, repetitiva, conservadora (votara a quien votara). Por eso, mayo fue una revolución simbólica contra las jerarquías familiares, institucionales y académicas; contra la autoridad; contra una sociedad satisfecha y banal. Por eso, mayo fue una revolución simbólica contra las jerarquías familiares, institucionales y académicas; contra la autoridad; contra una sociedad satisfecha y banal.

Los estudiantes no tienen un programa, pero saben contra lo que protestan. No quieren que el futuro sea una versión del presente de sus propios padres; ni quieren parecerse a sus profesores, que se comportan como mandarines y ejercen el saber con despótica superioridad. Rechazan el modelo cultural que viene junto con el modelo económico del capitalismo. Buscan nuevas identidades. A la imagen ordenada del obrero o del empleado cuyas vidas han sido disciplinadas por el trabajo y por la experiencia de la pobreza en los años de guerra. Al horizonte monótono que promete la jubilación y, como premio, vacaciones en el Mediterráneo, los estudiantes de estas familias tradicionales, de derecha o izquierda, oponen un mundo nuevo: el reino de la libertad en lugar de la esclavitud del bienestar en cuotas. No quedó escrito sobre los muros de Paris, pero hubiera podido ser una de las consignas: "Los Citroën 2CV son latas repugnantes".

Frente a los adultos que cultivan el ideal pequeño-burgués de los buenos modales, la ordenada rutina, el camino del mérito, y el respeto por las instituciones escolares, los jóvenes rechazan exactamente eso. Están furiosos porque se les pide que se acomoden a un mundo que ellos ni desean ni valoran. Sus padres lo construyeron y cumplieron un objetivo. Ellos nacieron allí dentro y perciben sus límites. Se niegan a repetir la rutina de sus mayores y no quieren hundirse en la gelatina social que los ha convertido en espectadores.

Los más intelectuales de estos jóvenes probablemente hayan leído papeles de la Internacional Situacionista y sobre todo hayan oído hablar de un libro: La sociedad del espectáculo, publicado por Guy Debord en 1967. Más que lo hipotéticamente aprendido en Debord (o en Marcuse), conocen las consignas que los sintetizan: gozar sin límites como oposición a una sociedad capitalista definida por los medios. "Forma y contenido del espectáculo son la idéntica y total justificación de las condiciones y fines del sistema existente". El sopor mediático es la droga más poderosa del capitalismo que los jóvenes impugnan.

Mayo es el mes de la palabra salvaje, liberada de las normas académicas que (vale la pena recordar) eran muy fuertes en Francia. El lugar común sobre mayo de 1968 son sus consignas, como "Prohibido prohibir" o "La imaginación al poder" (ver las que acompañan a esta nota). Y las grandes manifestaciones empiezan con discursos. Se trata, digámoslo de una vez, de una minoría movilizada. Pero esa minoría alcanza varias decenas de miles.

Todo comenzó en Nanterre, una nueva sede de La Sorbona, rodeada de barrios pobres, donde las construcciones inacabadas albergaban un flujo y reflujo permanente de estudiantes. Uno de ellos todavía escucha la palabra grève, huelga, como una especie de tema sonoro. En enero de 1968, Daniel Cohn-Bendit (hoy eurodiputado de tendencia ecologista en el Parlamento Europeo) interpeló en Nanterre al ministro de Juventud y Deporte que había llegado de visita para inaugurar una piscina. La escena es una síntesis de lo que sucederá en los meses siguientes. Cohn-Bendit le dijo al ministro que, en el libro que este había escrito sobre la juventud, no se mencionaba la sexualidad. El ministro le contestó: "Si usted tiene problemas de ese tipo, puede tirarse a esta piscina para tranquilizarse".

Ni el dirigente estudiantil ni el ministro podían entenderse porque no hablaban la misma lengua. El férreo sistema educativo francés y sus reglas de cortesía se habían fracturado. El intercambio entre el estudiante y el ministro era inaudito (de una parte y de la otra, por cierto). El sistema universitario francés ocupaba, todavía en enero de 1968, una catedral con sus jerarquías y sus rituales. Todo eso cayó como si las piedras centenarias comenzaran a pulverizarse. Un estudiante de historia hoy recuerda haber participado (el 14 de marzo) en la primera manifestación de su vida. Fue un desfile ordenado por el barrio del Odéon, con sus viejas fachadas que, al estudiante de historia de Nanterre, le evocaban las ilustraciones de los manuales sobre las jornadas democráticas de 1848, que abrieron el camino a la república.

La noche del 10 de mayo fue la primera gran noche de barricadas. Miles de manifestantes aprendieron muy rápidamente las técnicas de la lucha en la calle, y desafiaron al mundo con el grito: "Somos un grupúsculo". Durante un mes, París vibró noche y día. Las consignas escritas sobre los muros fueron una gran performance poética y política. Los estudiantes continuaban una larga historia. No solo la revolución democrática de 1848 y la Comuna de 1871, sino la revolución francesa había comenzado con la toma de la Bastilla el 14 de julio de 1789. Los tres grandes momentos de masas insurrectas quedaban unidos. Los estudiantes franceses reclamaban la herencia revolucionaria, incluso sin saber del todo que formaban parte de una línea histórica. Roland Barthes propuso la comparación más eficaz: mayo fue la "toma de la palabra". Los estudiantes franceses representaban la herencia insurreccional.

 

En La Sorbona, Jean Paul Sartre habló frente a una sala repleta. Por primera vez, lo tutearon y lo llamaron por su nombre de pila, que ninguno de sus amigos usaba: "A ver, Jean Paul, hazlo un poco más corto…" Todo estaba cambiando. Y, escándalo mayúsculo para la industria del cine, Jean-Luc Godard, François Truffaut y Louis Malle provocaron la clausura anticipada del festival de Cannes. Consideraban que el cine y el reparto de premios daba la espalda a lo que estaba sucediendo. El 17 de mayo. los cineastas leyeron su comunicado. Y, uniendo la acción a la palabra, Godard y Truffaut entraron a la sala del festival y se colgaron del telón para cubrir la pantalla donde se estaba proyectando un film de Saura. El mundo parecía acercarse a los deseos.

Todo está atravesado por una velocidad desconocida. El 10 y el 11 de junio fueron los dos últimos días. Los precedió la muerte de un estudiante de secundaria. El lugar donde cayó ese muchacho prueba que la lucha ya había desbordado los barrios universitarios y llegado muy cerca de las fábricas. El 10 de junio, la policía mató a tiros a un obrero e hirió a varios. La insurrección estudiantil había alcanzado las fábricas, donde se movilizaron los militantes sindicales y políticos más avezados.

Después de asambleas y discusiones, los sindicatos confluyeron a las manifestaciones de estudiantes; los profesores entraron en huelga. La pirámide jerárquica de la sociedad francesa se agrietó en pocas semanas. Maoístas, anarquistas, trotskistas, comunistas (pese a la oposición del Partido), discutieron estrategias y se acusaron mutuamente de torpeza o de indecisión. La historia rodaba hacia adelante.

Francia pareció estar al borde de una guerra. El escritor André Malraux, ministro de Cultura de De Gaulle, dijo: "Los huelguistas no estaban armados. Las manifestaciones conducían a la guerra civil, pero no la creaban. Fue como el ensayo general de un drama que mostraba, a los huelguistas y a quienes los observaban, la conciencia del final de un mundo".

Sin embargo, De Gaulle, a punto de caer en un vacío político que pondría fin a la Francia de posguerra, contraatacó.

El 30 de mayo, las fuerzas de seguridad ya han limpiado las calles, mientras De Gaulle anuncia por radio y ante el parlamento no su renuncia, sino nuevas elecciones. Durante las semanas siguientes se arrestó a estudiantes y obreros. Los sindicatos levantaron las huelgas. Mayo 1968, de todas formas, dejó su marca.

¿Esto fue todo? No. Todo fue dar la palabra y ejercerla. Las consecuencias de la insurrección estudiantil ocuparon la década siguiente.

En 1973 se fundó Libération, el diario que hasta hoy sigue publicándose. En el grupo fundador está Sartre, que en 1968 ya había vendido por las calles, junto a Godard y Simone de Beauvoir, el periódico La cause du peuple, que llevaba, en la tapa, la efigie de Mao. El manifiesto que reúne a ese grupo sostiene: "Ha llegado la hora de ayudar al pueblo a tomar la palabra. Desde 1968, comenzaron a hablar las paredes de las ciudades y de las fábricas; y circularon las hojas cotidianas pero efímeras, donde el pueblo habló directamente al pueblo… El redactor servil del periodismo, para enterarse de las cosas, conversa con un diputado o con un funcionario ministerial. El periodista deLibération, hablará con la gente, jóvenes y viejos, con los miembros de los comités de lucha, con los que habitan viviendas precarias, con los consumidores".

Mayo francés, nuevo público, nuevo periodismo. Cambió el lenguaje y, cuando el lenguaje es diferente, también lo son las ideas. Por eso, también cambió la universidad.

Episodio porteño. En mayo de 1968, el semanario Primera Plana, informó que el artista Roberto Plate exponía en el Instituto Di Tella una cabina cuyas puertas eran las de un baño público. Yo, aprendiz de periodista radial, llegué al Di Tella, sobre la calle Florida, en el momento en que la Policía estaba clausurando todo porque los visitantes habían entrado al baño y escrito en sus paredes frases que se consideraron políticas y obscenas. La Argentina estaba gobernada por el general Onganía.

Meses después, alguien me asignó la tarea de repartir unos volantes con la inscripción "Tucumán Arde" (foto). Retiré mis volantes en la CGT de los Argentinos, que dirigía Raimundo Ongaro y cuyo diario escribía Rodolfo Walsh. Mientras pegaba los volantes en los parabrisas de los autos, admiraba su estética pop. La instalación "Tucumán arde", cuyas enormes fotografías ocupaban la escalera y las paredes de la CGT, fue armada por artistas porteños y rosarinos. Repartir los volantes en noviembre de 1968 me convenció de que estaba participando.

Hoy me sorprende la contemporaneidad de esos artistas con lo que, en esas mismas semanas, estaba sucediendo en Francia. Un pequeño mayo argentino replicaba el francés. Nuestro mayo sucedería, en grande, al año siguiente, en 1969. Se llamó el Cordobazo.

15.04.2018