Pascuas….
En los últimos tiempos en las sociedades conviven contemporáneamente fastos religiosos con eventos culinarios, observación esta que día a día se hace más evidente.
En semana santa, Conmemoración cristiana de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret, la proliferación de tentadores y costosísimos productos envueltos con vistosas cubiertas, son algo así como objetos preciados e ineludibles, casi más preponderantes que el martirologio del numen milenario.
La pascua, es la recordación de un ser que se distinguió por su predicamento y su afán de humanizar la vida de las gentes; valores estos muy poco ponderables por los factores detentores de poder en sus diversas formas. El destino de Jesús era algo inevitable: padeció en una subasta la elección en la que se decidía quién seguiría con vida; fue desechado por una comunidad que prefirió a un facineroso de baja estofa antes que a un redentor dispuesto a ofrendar su sangre por ellos…
La pascua es la reminiscencia a ese ser infinitamente invocado, como un escudo protector bajo el cual supuestamente estaba todo permitido y en esporádicas ocasiones cumpliendo su mandato apostólico; es también la resurrección y la esperanza de la construcción de un mundo ideal
Finalmente, permítaseme entonces, compartir con devoción y respeto la remanida frase: Felices pascuas
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