Muchos
aseguran que el ex juez de la Corte Suprema de Justicia, Eugenio Raúl ZAFFARONI,
es uno de los grandes ideólogos del kirchnerismo en materia penal. De
hecho, después de encargarle la redacción del nuevo Código Penal, lo impulsaron para que sea juez de la
Corte Interamericana de Derechos
Humanos. Pero, a juzgar por un
libro que escribió en 1980, también pudo considerarse un ideólogo de los
gobiernos militares.
Se
trata del libro “Derecho Penal Militar”,
dado a conocer hoy por el sitio Plaza de Mayo, donde Zaffaroni explicaba que existía una “necesidad
terribilísima” de reestablecer el orden público y, por eso,
justificaba la posibilidad de que los militares “den muerte”.
En pleno gobierno de Jorge Rafael Videla, Zaffaroni escribió: “Los bandos para el supuesto de
conmoción interior, fuera de la guerra, también requieren una necesidad
terribilísima, que debe estar dada por la circunstancia de que la conmoción
interior alcance un grado tal que la autoridad del lugar no pueda evitar
estragos, es decir, que la alteración del orden sea de tal naturaleza que el
peligro de afectación masiva y grave de bienes jurídicos tales como la vida, la propiedad,
etc., sea inminente e inevitable por la autoridad local. De allí surge la
posibilidad de que la autoridad militar asuma el gobierno o el mando de una
parte del territorio”.
En el mismo escrito, Zaffaroni diferenció “necesidades
terribles” de “necesidades terribilísimas”. Sobre estas
últimas, explicó: “Se trata de situaciones en las que existe un peligro actual
de absoluta inminencia o un mal gravísimo que ya se está produciendo y que es
necesario evitar o detener”.
Para
justificar los golpes de Estado, el ex magistrado escribió: “Es en estas
circunstancias de necesidad terribilísima cuando hacen su aparición en el
derecho penal militar dos medidas
que aparentemente arrasan con
las disposiciones constitucionales”, dijo.
Allí,
conceptualizó que ante un escenario de “conmoción interior” el cuerpo militar
podía cometer hechos que no serían catalogados como delitos. “En nuestro
derecho vigente, bandos militares son aquellas órdenes o mandatos que
configuran leyes en sentido material y que con las solemnidades del caso dictan
determinadas autoridades en tiempo de
guerra o caso de conmoción interior, ya sea para sancionar como
delitos hechos atentatorios a la seguridad de las tropas y materiales o para
proveer el mejor éxito de las operaciones, establecer la policía de dichas
zonas, o asegurar el orden público y evitar el saqueo, violación, incendio y
otros estragos”, dijo.
Zaffaroni, ungido hoy como una espada del
garantismo, tituló de la siguiente manera su capítulo más crudo: “La
excepcional necesidad de dar muerte al delincuente”. En ese apartado, afirmó
que para evitar la violencia “se hace necesario que el militar huya o haga
demostración de pánico, lo que puede generar un desbande o imitación, de modo que la muerte se autoriza para
evitar ese efecto inmediato y desastroso”.
Por
último, en otro polémico párrafo, Zaffaroni se opuso a la
homosexualidad dentro
de las filas de las fuerzas armadas. “Debemos
concluir en que la homosexualidad militar es inconstitucional”, dijo. Y
explicó: “En la vida civil no hay ningún bien jurídico que resulte afectado por
esa conducta realizada en privado, pero en el orden militar la posibilidad de
trascendencia del conocimiento de esa conducta afecta la imagen pública de las fuerzas armadas y la confianza que ellas deben gozar
por parte de los habitantes de la Nación”.
El
libro fue editado por la casa “Ediciones Jurídicas Ariel” y su autoría fue
adjudicada tanto a Zaffaroni como al penalista Ricardo Juan Cavallero. Según
informó Plaza de Mayo,
el escrito fue retirado de todas las bibliotecas de acceso público.
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