Había sido presupuestado en $ 926
millones, pero los gastos ya ascienden a$ 2469 millones; además se destinarán $
164 millones a obras de arte
El
próximo lunes 25 de Mayo Cristina Kirchner podrá sentirse la reencarnación de
un gran arquitecto egipcio, como alguna vez confesó. Ese día, la Presidenta
inaugurará el centro cultural más imponente -y costoso- de América latina,
comparable con los más reconocidos del mundo. Se trata del Centro Cultural
Néstor Kirchner, un edificio tan monumental que su costo, al día de hoy, casi
triplica el presupuesto original: en seis años pasó de 926 a 2469 millones de pesos.
Otro ejemplo: una escuela en Buenos Aires cuesta, según datos del programa oficial, entre 11 y 20 millones de pesos, de acuerdo con su tamaño y ubicación. El costo del Centro Cultural Néstor Kirchner equivaldría a construir entre 123 y 224 escuelas en territorio bonaerense.
El Gobierno se muestra orgulloso de su obra. Hasta tal punto que se destinará 811 millones de pesos, sólo este año, para conducir este centro cultural. Poco más de dos millones por día; así consta en el presupuesto nacional 2015. Además, el Ministerio de Planificación volcará otros 164 millones sólo para la compra de obras de arte.
"Será uno de los centros culturales más grandes del mundo, en el que dialogarán todas las artes -exaltó la ministra de Cultura, Teresa Parodi-. Se abre un espacio que será un hito en la historia de la cultura argentina. Será profundamente federal y una ventana al mundo para mostrar todo lo que tenemos en el país y en Latinoamérica. El país y el continente lo están esperando."
Julio De Vido, ministro de Planificación y artífice de la obra, aseguró que el "protagonista fundamental" de este centro cultural "será el pueblo". "Van a poder venir todos los argentinos, sin ningún tipo de distinción de clase. La idea es poner el arte al servicio de la gente", enfatizó.
El Gobierno demuestra diariamente que no está dispuesto a escatimar en gastos para "poner el arte al servicio de la gente".
Además de los millones de pesos que demanda la obra civil del edificio, también se gastan cifras exorbitantes para equiparlo. No es para menos: el centro cultural, con 110.000 metros cuadrados, alojará como espacio central la Gran Sala de Conciertos, bautizada como la Ballena Azul por su forma y el color de las paredes externas.
Se trata de una sala sinfónica con capacidad para 1950 espectadores, que alojará un imponente órgano de viento, de 3500 tubos y 46 registros, diseñado especialmente en Alemania por la firma Klais.
Como coronamiento del espacio central, se montó una estructura vidriada, el Chandelier, que cuelga desde el techo y se convertirá en un museo de arte contemporáneo. También habrá una sala de música de cámara para 600 espectadores; 51 salas de exposición; una cúpula que da la vuelta por todo el diámetro del edificio con terrazas abiertas; tres restaurantes; 16 salas de ensayo; 18 vestíbulos, y 20 camarines.
Pianos, computadoras, arpas...
El Gobierno tampoco ahorra en costos para equipar semejante despliegue cultural. Primero adquirió por contratación directa dos pianos de gran cola Steinway & Sons Hamburgo modelo D-274 y un piano de cola de la misma firma, modelo B-211 con sus respectivas butacas y cobertores. En la resolución respectiva, no figuran los costos, pero, según pudo averiguar LA NACIÓN, un piano de gran cola Steinway & Sons cuesta alrededor de 160.000 dólares, mientras que el segundo modelo rondaría los 56.400 dólares.Posteriormente, en otras dos contrataciones directas (la 9/2015 y la 2/2015, respectivamente) se adquirieron, además, un fortepiano Anton Walter y dos arpas Lyon & Healy modelo 23 Concert Grand, junto a sus respectivos maleteros y carros para el traslado. Su precio, de acuerdo con la página web de la firma fabricante, es de 33.000 dólares por unidad, según consignó el portal Eliminando Variables. Aquí no termina la compra de instrumentos. En otra contratación directa (la 1/15), el Gobierno adquirió dos pianos Yamaha modelo CFX y una celesta de la misma empresa, modelo 56P. Según figura en la página web de Yamaha, cada piano habría costado 180.000 dólares.
Todas las adquisiciones son de excelencia. Igual que el sistema audiovisual y multimedia que ostentará el centro cultural: para ello se gastarán 437,7 millones de pesos, según se desprende de la licitación pública 2/2015. En otra licitación, todavía abierta, se comprarán 500 tablets con sus correspondientes auriculares y morrales, seguramente para las visitas guiadas al museo.
Pero las compras no terminan aquí. El Gobierno también tiene previsto comprar computadoras para el centro cultural, y no pocas, sino 500 en total, con sus respectivos monitores. Se incluye, además, 30 impresoras blanco y negro y otras diez de color. Así consta en el llamado a licitación pública 5/2015.
Tampoco se escatiman gastos en limpieza ni en vivienda. El primer servicio fue conferido, sugestivamente, a una persona física, Walter Pérez, por casi 240 millones de pesos por dos años (licitación pública 7/14). La seguridad del centro cultural, en tanto, será privada: fue concedida, por licitación pública 3/2014, a la empresa Murata SA, que también suele vigilar edificios, escuelas y viviendas en la Capital, contratada por el gobierno de Mauricio Macri. La concesión, por 24 meses, es por 148 millones de pesos, la oferta más alta.
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