miércoles, 9 de enero de 2013

Los Capítulos en los libros

División que se hace en los libros y escritos para mejorar el orden de exposición. Es inferior a la parte, a veces también a la sección, y superior al párrafo. Muchas obras carecen de partes y secciones, por lo que los capítulos son sus divisiones mayores.
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NORMAS GENERALES EN RELACIÓN CON LOS CAPÍTULOS
Como regla general, los capítulos no deben comenzar con pronombre demostrativo (éste, ése, aquél, con sus femeninos y plurales) ni terminar en dos puntos (:). El primer capítulo debe comenzar siempre en página impar
COLOCACIÓN DE LOS CAPÍTULOS
Los capítulos pueden colocarse de tres formas: en página impar, a página seguida (sea par o impar) y seguidos entre sí.
En el primer caso, cuando la última página de un capítulo termina en impar se deja blanca la página par siguiente. En el segundo, los capítulos se colocan en página nueva, sea par o impar, sin que, por consiguiente, haya de quedar página alguna en blanco. En el tercero, los capítulos se colocan unos a continuación de otros; en este caso, entre el final de uno y el principio del otro debe haber un blanco aceptable, esto es, que señale claramente el cambio de capítulo; de cualquier modo, ha de ser superior al blanco dejado en las divisiones dentro del propio capítulo. O sea, que en este caso habría que tener tres, o mejor, cuatro o cinco líneas en blanco entre capítulos.
COMPOSICIÓN DE LOS CAPÍTULOS
Hay muchas formas de componer los capítulos; la más antigua es la de usar la 
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numeracion romana en cuyo caso el capitulo primero se escribe se escribe siempre con letra: Capítulo Primero (o primero); en los subsiguientes se usan las cifras romanas: Capítulo II, Capítulo III, etc. También se puede, en obras de batalla, suprimir la palabra capítulo y así se pondrá sencillamente II, III, IV, etc., encabezando  cada uno de ellos, siempre sin olvidar que incluso en este caso el capítulo primero se escribe con letra.
He aquí otras formas más modernas, de numerar y componer los capítulos: Capítulo 1, Capítulo 2, etc. o bien: 1, 2, 3, etc. o Capítulo primero, Capítulo segundo, etc.; e incluso: Primero, Segundo, etc., o Uno, Dos, etc.
Cuando en una obra se menciona uno de sus capítulos, debe reflejarse en el texto con la misma grafía que se use en los encabezamientos; o sea, que sería impropio encabezar los capítulos con Capítulo IV, por ejemplo, y reflejarlo en el texto con Capítulo 4.  La palabra capítulo, en estos casos, suele escribirse con versal, lo mismo que las demás partes de la obra cuando son mencionadas; sin embargo, esta costumbre va cayendo en desuso; podrían ponerse de versal las partes de libro que por sí mismas constituyen el título de esa parte, como en el caso de prólogos, introducciones, etc., pero los capítulos, por lo general, suelen llevar su propio título.
ARRANQUE DE LOS CAPÍTULOS
Lo más general es que la primera línea de texto, si el título hace sólo dos líneas, arranque a la altura de la línea áurea horizontal; sin embargo, se admiten otras formas, cual la de disponer el título a la cabeza de la página, seguido de un blanco adecuado y después el texto, o bien formando arranque caprichoso, con números más grandes que el título e incluso separando de éste verticalmente por un filete, etc. No existen, y ello es natural, normas fijas.
En cuanto a los títulos, lo más común es centrarlos, pero también se ponen marginados, a uno o a ambos lados, y en este último caso se hará de la siguiente manera: página impar, a la derecha; página par, a la izquierda; esta misma disposición adoptarían, en su caso, los títulos, subtítulos, etc.; a veces, sin embargo, se marginan los títulos de capítulos y no se hace lo mismo con los subtítulos, y viceversa dependiendo del estilo de la compaginación.
NUMERACIÓN DECIMAL DE LOS CAPÍTULOS
En obras técnicas, la numeración de los capítulos suele hacerse asi: sólo se usan números arábigos, tanto para los capítulos como para los párrafos, apartados, subapartados, etc., que en cada caso se separarán por un punto (sin otro espacio alguno); por ejemplo: 1.25.3.5 quiere decir: subapartado 5 del apartado 3 del párrafo 25 del capítulo 1; esto simplifica enormemente las cosas en las obras a que va destinada esta numeración, que asimismo puede aplicarse a cualquier otro escrito o impreso.
Cuando se quiera hacer referencia a un escrito (prólogo, introducción, etc.) que no tenga numeración, puede hacerse confiriéndole el 0; por otra parte, la numeración puede extenderse en cada caso tanto como sea necesario; por ejemplo: 67.193.45.2
(Fuente: Diccionario de Tipografía y del libro. José Martínez de Sousa.)
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