la Biblioteca Nacional de la república argentina, de cuyas significancia y alcances no redundaré aquí por obvias razones, esta siendo anfitriona de un paulatino escenario de debate de ideas políticas de un sector de la sociedad. Y en democracia no está mal la discusion de las ideas y es muy meritorio y saludable que ello suceda y que se multipliquen en todos los ámbitos que sea menester para elevar la consideración de las propuestas ciudadanas para mejorar la calidad de vida, la justicia social, el desarrollo económico, la soberanía política, la seguridad de las personas, la excelencia e inversión en la educación. La democratización de los medios de difusión, la proliferación de Bibliotecas en todas las ciudades y pueblos del país para acercar los medios culturales al pueblo y ser un espacio de contención a nuestra juventud y tambien el aggionarmiento de la ley de asociaciones sindicales, entre otros temas… Todo el quehacer de la política bienvenida sea en tanto sirva a enriquecer las políticas de estado que trasciendan las meras y temporales políticas de partidos o sectores que pasan por la función pública para supuestamente cumplir con los objetivos que devienen de la aplicación a rajatablas de la constitución de la nación argentina. Empero el último encuentro (16/07/2011) en la mismísima Biblioteca Nacional de un sector denominado Carta Abierta, convergencia de intelectuales afines al gobierno nacional, para debatir el resultado de la elección en la ciudad de Buenos Aires el pasado 10 de julio, parece por lo menos un despropósito y una actitud inapropiada de lo que debe ser la Biblioteca Nacional. La Biblioteca por antonomasia es todos los argentinos y no de una fracción política cualquiera sea su signo ideológico, y ese espacio público no debe mutar los roles que son la impronta característica inmutable de su existencia, para acotarlos a la mera expresión de un segmento político sectorial en detrimento de los valores que le dieron y dan vida a su existencia. Publicado en: "La biblioteca es el lugar del ejercicio público de la razón" Gabriel Naudé |
El alma de las bibliotecas y Centros de documentación es el bibliotecario/a. El ha sido y es, el nexo entre el saber aquilatado, conservado y organizado en las nobles arquitecturas y la comunidad. Tiene responsabilidades, objetivos y obligaciones…pero esa alma corpórea es merecedora de los derechos que como Trabajador de la Información le corresponden; Este es nuestro desafió profesional: Construír a partir de nuestra propia identidad una organización genuina para los Bibliotecarios
miércoles, 20 de julio de 2011
La Biblioteca Nacional es de todos los argentinos
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