El mensaje donde se divulgaba la apertura de una biblioteca independiente en Cuba, ha motivado algunas respuestas inesperadas aunque nada inéditas. Lo que no debiera incomodar a nadie en particular, ha sido el detonante para ratificar el grado de intransigencia a las opiniones disímiles frente a realidades asimétricas.
Nada puedo opinar de las bibliotecas y bibliotecarios en Cuba por desconocer esas vivencias; Sin embargo: porque no aceptamos opiniones y situaciones contrapuestas expresadas por ciudadanos que poseen una visión no oficialista en ese país.
No creo en los paraísos propagandísticos para quienes los que piensan diferente son enemigos, agentes del imperialismo y todas esas monsergas conocidas…como tampoco a contrario sensu, admitir un páramo dantesco donde no lo es tal. Es a todas luces una actitud poco profesional querer determinar que es lo verdadero a priori, de lo falso. Y quien (es) tiene (n) el poder para tal acto de censura…?
El diario de Irigoyen mostraba una realidad para que un primer mandatario viva inmerso en un espejismo tal que soslayara la tangiblidad cotidiana de la sociedad.
La única verdad es la realidad, si claro, alentemos la diversidad en un marco republicano de respeto mutuo. Asi es dable desarrollar nuestra actividad en la cual nadie tenga el derecho y el monopolio de ordenar que debemos hacer o no hacer, que debemos leer o no leer.
Manuel Belgrano escribió: La vida es nada si la liberad se pierde, siendo fieles ejecutores de nuestra profesión acompañaremos tan sublime apotegma.
Daniel Diaz
Bibliotecario Argentino
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