Los siguientes pasos son sólo un ejemplo de un proceso de investigación. Dependiendo de tu tema y de la cantidad de información que necesites, puede ocurrir que tu proceso de investigación varíe:
1. Identifica, delimita y desarrolla tu tema: De preferencia procura formular lo que que vas a investigar como una pregunta. Posteriormente, identifica las palabras clave.
2. Encuentra información ya existente: Busca tus palabras clave en los índices de enciclopedias y obras de consulta. En estas mismas enciclopedias lee artículos que te ayuden a elaborar un contexto para tu tema. No olvides que cualquier información adicional que puedas encontrar te puede ayudar más adelante en tus lecturas.
3. Utiliza catálogos para encontrar libros y otros recursos: Si deseas hacer una búsqueda de información amplia, te recomendamos que hagas una búsqueda por tema ("subject"). Ahora bien, si deseas información más específica y limitar tu búsqueda, lo ideal es que utilices tus palabras clave. No olvides guardar cuidadosamente los datos de las fuentes de donde obtuviste la información.
4. Emplea índices para encontrar artículos de publicaciones periódicas: Buscar en índices de publicaciones periódicas y en los "abstracts" de las mismas te puede ayudar a encontrar artículos o referencias de recursos que te pueden ser de suma utilidad. Pregunta a tu bibliotecario y procura elegir siempre aquello que sea más pertinente para tu tema.
5. Encuentra fuentes en internet: ¡No te limites! Utiliza motores de búsqueda, directorios temáticos y, por supuesto, la Web Invisible (sitios a los cuales sólo se puede acceder con contraseña, dinámicos o privados, un ejemplo sería la Biblioteca Digital del Tecnológico de Monterrey) para localizar información en Internet.
6. Evalúa lo que encuentras: Es de vital importancia que evalúes toda la información que llega a tus manos, en especial la que proviene de Internet.
7. Respeta los derechos de autor y cita la información que encuentres utilizando algún estilo de documentación: Debes dar crédito a los autores de las ideas que utilizaste. Cita tus fuentes. Citar los recursos que utilizaste cumple con dos propósitos:
• Otorga crédito y reconocimiento a quienes elaboraron los materiales o las ideas que has empleado para hacer tu trabajo.
• Permite, a quien lea el resultado de tu trabajo, recrear tu investigación y localizar tus fuentes.
Fuente:
Marlow Riedling, A. (2007). An educator's guide to information literacy: what every high school senior needs to know. Westport, Estados Unidos: Libraries Unlimited.
El alma de las bibliotecas y Centros de documentación es el bibliotecario/a. El ha sido y es, el nexo entre el saber aquilatado, conservado y organizado en las nobles arquitecturas y la comunidad. Tiene responsabilidades, objetivos y obligaciones…pero esa alma corpórea es merecedora de los derechos que como Trabajador de la Información le corresponden; Este es nuestro desafió profesional: Construír a partir de nuestra propia identidad una organización genuina para los Bibliotecarios
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¡Gracias por estas ideas! Como Documentalista y bibliotecaria en la Mediateca de la Casa de Francia en México me son de mucha utilidad.
ResponderEliminar¡Saludos desde México!
Patricia Torres