lunes, 11 de noviembre de 2019

Un lapidario informe de la OEA sobre las elecciones le había sumado presión a Evo

Un lapidario informe de la Organización de los Estados Americanos ( OEA), que denunció irregularidades "muy graves" en la elección presidencial de Bolivia, despojó de legitimidad y acorraló a Evo Morales, que intentó descomprimir la fuerte crisis política en Bolivia convocando a nuevos comicios, pero al final renunció a la presidencia forzado por las Fuerzas Armadas y la policía bolivianas.

 

La auditoría de la OEA, cuyos resultados preliminares se difundieron ayer, descubrió "fallas graves de seguridad" y una " clara manipulación" en el sistema informático a través del cual se transmitió el conteo de votos, tanto para los resultados preliminares como para los cómputos finales. Además, los auditores hallaron "irregularidades" en una muestra de actas electorales, incluidas firmas falsificadas y boletas en las que Evo Morales registró el 100% de los votos, y "ni siquiera se había completado con un cero el campo correspondiente a los votos de los partidos opositores".

"El equipo auditor no puede validar los resultados de la presente elección, por lo que se recomienda otro proceso electoral. Cualquier futuro proceso deberá contar con nuevas autoridades electorales para poder llevar a cabo comicios confiables", fue una de las conclusiones de la auditoría de la OEA, que había sido avalada por Morales.

 

Luis Almagro, secretario general de la OEA, dijo en un comunicado al difundir el informe preliminar de los auditores que las elecciones celebradas el 20 de octubre debían ser "anuladas" y el proceso electoral debía comenzar nuevamente. "Del mismo modo, se entiende que los mandatos constitucionales no deben ser interrumpidos, incluido el del presidente Evo Morales", había advertido Almagro.

 

Horas después, Evo Morales renunció y denunció un golpe de Estado. Antes había dicho que la auditoría de la OEA había tomado "una decisión política".

La investigación de la OEA halló manipulaciones en el sistema informático "de tal magnitud que deben ser profundamente investigadas". Uno de los hallazgos centrales del informe fue que el flujo de la información fue "redirigido" a un servidor externo luego de la interrupción en el conteo preliminar, en el cual Morales ganaba, pero sin la ventaja necesaria para imponerse en primera vuelta. Ese servidor no era controlado por la empresa auditora y no figuraba entre los servidores previstos para el conteo preliminar de votos.

 

La Argentina, Brasil, Colombia y Estados Unidos habían liderado la ofensiva contra Evo Morales en la OEA, al solicitar desde un principio que se investigaran las irregularidades en las elecciones. Antes de la renuncia de Morales, y luego de su llamado a elecciones, el gobierno de Mauricio Macri había renovado, a través de un comunicado de la Cancillería, el pedido para que "las nuevas elecciones cumplan con todas las garantías de libertad y transparencia para que puedan conocer sin distorsiones de ningún tipo la verdadera voz y voluntad del pueblo boliviano".

 

Lo mismo hizo Estados Unidos, al pedir que una misión de la OEA garantizará la transparencia de los futuros comicios. "El pueblo boliviano merece elecciones libres y justas", dijo el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, en un comunicado. "La credibilidad del sistema electoral debe ser restaurada", agregó Pompeo en Twitter.

Pero, con el correr de las horas, en un día vertiginoso, la discusión sobre el futuro político de Bolivia pasó rápidamente del informe de la OEA a las especulaciones acerca de si Evo Morales volvería a presentarse en las elecciones, al debate sobre si lo que había ocurrido en Bolivia era o no un golpe de Estado.

 

Un vocero del Departamento de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado evitó hablar de un golpe de Estado, pero, tras afirmar que estaban monitoreando la situación en Bolivia, remarcó "la importancia de la democracia en Bolivia".

"El pueblo boliviano merece elecciones libres y justas en el contexto de su Constitución. Hacemos un llamado a todos para que se abstengan de la violencia durante este tiempo tenso y continuaremos trabajando con nuestros socios internacionales para asegurar que la democracia y el orden constitucional de Bolivia perduren", cerró.

Las denuncias de la OEA

 

Irregularidades

"En los cuatro elementos revisados (tecnología, cadena de custodia, integridad de las actas y proyecciones estadísticas) se encontraron irregularidades, que varían desde muy graves hasta indicativas".

 

Diferencia

"Resulta improbable estadísticamente que Morales haya obtenido el 10% de diferencia para evitar una segunda vuelta".

 

Manipulación

"Las manipulaciones en el sistema informático son de tal magnitud que deben ser profundamente investigadas por parte del Estado boliviano para llegar al fondo y deslindar las responsabilidades de este caso grave".

 

https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/un-lapidario-informe-de-la-oea-sobre-las-elecciones-le-habia-sumado-presion-a-evo-nid2305252

sábado, 9 de noviembre de 2019

El vendaval social que derrumbó el Muro de Berlín y alumbró un nuevo mundo ***


El 9 de noviembre de 1989, a pico y pala, empezaron a caer los ladrillos que separaron familias y amores en una de las capitales culturales más intensas de Europa. Qué cambió desde entonces.

Lo llamaron "El Muro de la vergüenza". Y lo fue. También fue un símbolo de la Guerra Fría, que ni fue guerra ni fue fría, y otro símbolo de la Alemania derrotada y deshecha después de la Segunda Guerra. Se levantó el 13 de agosto de 1961 en la que había sido la capital del Reich de Adolf Hitler, que iba a durar mil años, y durante los siguientes veintiocho años y tres meses el Muro de Berlín dividió a un país ya dividido entre comunismo y capitalismo, la occidental República Federal de Alemania, y la oriental República Democrática de Alemania.

El Muro separó familias, clausuró amores y anuló amistades, abrió una amplia brecha cultural en una de las capitales de más intensa cultura de Europa, condenó al comunismo duro al millón y medio de habitantes que quedaron del lado Este de la ciudad, impuso dos estilos de vida, alimentó los intentos de fuga al Oeste más disparatados, muchos terminaron enfangados en los alambres de púas de las barricadas y en la puntería certera de los vopos, la policía militarizada del sector Oriental. El Muro hizo de Berlín una prenda todavía más apetecida de aquel mundo en guerra larvada, y un escenario pintado para el espionaje internacional, con el intercambio de agentes que transcurría en el puente Glienicke, sobre el río Havel. Entretanto, los berlineses lo soportaron todo sin perder las esperanzas en la reunificación alemana. A muchos se les fue la vida en la espera.

Cuando el Muro cayó, hace treinta años, lo hizo con menos pena y más gloria que las que coronaron su alzamiento. Cayó porque caía el comunismo en la URSS, porque Europa miraba con otros ojos a su propio ombligo, y porque la pared otrora imponente en 1989 ya era un andrajo anacrónico que solo recordaba los horrores del totalitarismo soviético.

¿Cómo fue posible el Muro de Berlín? Primero, por Berlín misma. Alemania había quedado dividida en dos después de la Segunda Guerra. Berlín era una isla en medio de la Alemania Oriental. Y estaba a su vez, como Alemania, estaba dividida en dos: un sector Occidental, bajo dominio de Estados Unidos, Inglaterra, Francia y en parte Canadá, y el sector Oriental, bajo dominio de la URSS.  Berlín siguió siendo la capital del país comunista, mientras la Alemania capitalista había trasladado su capital a Bonn. Para proveer a Berlín y a los berlineses del Oeste de alimentos y combustible, los aliados tenían que pasar por territorio bajo dominio comunista: un equilibrio volátil garantizado apenas por los acuerdos de posguerra. a presencia en la antigua capital del Reich de todas las fuerzas que habían derrotado a Hitler simbolizaba esa victoria y aseguraba un control sobre la ciudad que, se decía entonces y hoy, era y es la llave de Europa. El entonces Primer Ministro de la URSS, Nikita Khruschev, usaba una metáfora más soviética: "Berlín son los testículos de Occidente. Cuando quiero que Occidente grite, aprieto a Berlín". Esa es la segunda razón del nacimiento del Muro.

La tercera razón fue la economía. Desde el final de la guerra y el surgimiento de las dos Alemania, más de cuatro millones de personas habían pasado del Este al Oeste, entre ellos 3.371 médicos (uno de cada cinco del Este), 16.724 maestros y 17.082 ingenieros y técnicos. En cifras proporcionales, el éxodo de Berlín Este al Oeste era similar. El ingreso per cápita de los berlineses del Oeste era más del doble que en el Este. Los berlineses del Este que trabajaban en el Oeste cobraban salarios muchos más altos que sus pares del sector Oriental. Los alimentos eran mucho más baratos en el Este, por lo que los occidentales compraban a precio de ganga en el sector soviético. Esa especulación, que irritaba a Moscú y enfurecía a Khruschev, provocó una tremenda escasez de alimentos, excepto papas, en Berlín Este.

Al borde de la guerra nuclear
Los berlineses del Este habían huido en masa entre 1948 y 1953 en dos ocasiones: cuando Stalin ordenó el bloqueo de Berlín, contrarrestado por un puente aéreo americano que en once meses despachó 277.728 vuelos con 2.343.301 toneladas de alimentos y combustible y, el segundo gran éxodo, en 1953, después de que una protesta obrera fuese ahogada por tropas y tanques soviéticos. Tarde o temprano, la URSS iba a tener que detener esa hemorragia de hombres y dinero en Berlín.  Khruschev quiso hacerlo a su manera. Y desató la cuarta razón que parió al Muro.

En la cumbre que sostuvo con Kennedy en Viena, en junio de 1961, Khruschev amenazó con firmar un acuerdo de paz con Alemania del Este que iba a asegurar, prometió, la libertad de todos los berlineses. Se suponía que el acuerdo debía incluir la retirada de Berlín de las tropas aliadas. Si Kennedy se negaba a firmar ese compromiso, como en efecto hizo, Khruschev prometió firmar la paz unilateral y dejar sin efecto los acuerdos que permitían el libre acceso aliado a Berlín Oeste, lo que abría las puertas a un enfrentamiento nuclear entre Estados Unidos y la URSS. "Podemos destruirnos el uno al otro", dijo Kennedy. "Estoy de acuerdo –dijo Khruschev–. Si ustedes quieren guerra, es problema de ustedes". "Entonces, señor primer ministro, –cerró Kennedy– habrá guerra. Será un largo invierno".

Fue la única vez que se vieron en sus vidas. Cuando Kennedy regresó a Washington, preguntó al Pentágono cuántos muertos estadounidenses calculaban las fuerzas armadas que depararía un enfrentamiento nuclear con la URSS. Le contestaron: 70 millones, casi la mitad del país. Kennedy supo entonces que no habría guerra y el Muro sumó ladrillos. En las dos semanas que siguieron a la cumbre de Viena, veinte mil berlineses huyeron del Este al Oeste, casi todos varones, jóvenes profesionales, la mitad, menor a 25 años. Huyeron a través de las noventa calles, rutas y líneas férreas que por entonces permitían el paso de una Berlín a otra.

Entre tanto, en Estados Unidos, seguían los cálculos para la guerra. Las fuerzas aliadas de ocupación tenían municiones para 18 días, sin necesidad de reabastecerse; comida para 180 días, medicamentos para 210, combustible para 300 días y los berlineses del Oeste, 2,3 millones de alemanes, tenían carbón y combustible para un año, medicinas para seis meses y alimentos para un año que incluían 3244 toneladas de pickles enlatados, 82 toneladas de comida para bebés y 143 toneladas de forraje para los animales del zoológico. Todo, por si el invierno de 1961 resultaba muy largo.

Sin embargo, Kennedy recibió un informe secreto que le aconsejaba prudencia. Aquel documento decía que la postura frente a Khruschev no dejaba margen para otra cosa que no fuese la guerra nuclear. Y advertía: "En esencia, el plan actual requiere tirar con todo lo que tenemos y en un solo disparo. Y eso hace muy difícil cualquier otro recurso que hable de flexibilidad". El informe llevaba la firma de un profesor de Harvard de 37 años y consejero de la Casa Blanca llamado Henry Kissinger, un alemán que había peleado en la guerra como sargento del ejército.

Cimientos del Muro Dos meses después de Viena, Khruschev, presionado a su vez por la línea dura del Kremlin que lo juzgaba débil para enfrentar a Occidente, e incapaz, junto con el líder alemán del Este, Walter Ulbricht, de convencer a sus berlineses de los beneficios del comunismo, diseñó, preparó y plantó la semilla del Muro de Berlín. En la madrugada del domingo 13 de agosto de 1961 un vallado de madera y enjambres de alambres de púas se extendieron a lo largo de los 44 kilómetros de una nueva frontera, hasta entonces invisible, que separaban a las dos Berlín. Otra frontera de 115 kilómetros, aislaba a Berlín, por el Oeste, del resto de Alemania Oriental. A último momento se filtraron al otro lado centenares de berlineses del Este que tomaron por asalto la estación Friedrichstrasse, o cruzaron a la carrera, con lo puesto, algunas valijas y el perro, por la Bernauerstrasse. Los jóvenes que habían ido a pasar la noche en los boliches del Oeste, un desviacionismo burgués según el comunismo, se despertaron con lo puesto y para siempre del otro lado del muro flamante.

El Muro, la mejor propaganda anticomunista

Maderas y alambres de púas no eran un yerro logístico de Khruschev: era cautela, preveía una marcha atrás, una retirada discreta si Occidente desataba una ofensiva contra su decisión de dividir Berlín. Pero Estados Unidos, la Francia de Charles de Gaulle y la Gran Bretaña de Harold MacMillan callaron, tal vez para no provocar a Khruschev o al Kremlin. En septiembre, el Muro se hizo de piedra. "Alemania del Este nos ha hecho un favor", dijo Foy Kohler, asistente para Asuntos Europeos del Departamento de Estado americano que dirigía Dean Rusk. No estaba muy equivocado: el Muro fue una usina de propaganda anticomunista durante tres décadas para Estados Unidos.

No hubo guerra. Berlín siguió siendo la presa codiciada. Un año después del Muro, durante la crisis de los misiles soviéticos en Cuba, Kennedy tuvo la certeza de que esos misiles que apuntaban a Washington eran una provocación de Khruschev para apoderarse de Berlín. "Quiere Berlín –dijo el presidente a sus consejeros–; si ponemos la mano en Cuba, Khruschev va a tomar Berlín". Tampoco pasó. Los berlineses del Oeste empezaron a vivir una nueva vida, con la impronta política y económica de Occidente. Los del Este empezaron a obsesionarse en escapar. Muchos lo intentaron desde los edificios de la Bernauerstrasse, lindante con el Muro: se arrojaban al vacío, hacia Berlín Oeste, donde los esperaban las redes tendidas de los bomberos. Muchos no daban en el blanco. Con los años, toda la zona de edificios pegada al Muro fue demolida por el Este, hasta dejar una amplia "tierra de nadie", cubierta por alambradas de púas y corredores con guardias armados.

La guerra fría en código de letras

Hubo tres puntos de control que recibieron nombres en código para liberarlos de la fonética alemana: el puesto Alfa, de Helmstedt, el Bravo, de Dreilinden y, el más famoso, el Checkpoint Charlie, el retén de la Friedrichstrasse. Cerca de 5000 berlineses del Este lograron fugar a Berlín Occidental, entre ellos el guardia Conrad Schumann, inmortalizado en una foto que lo muestra volando sobre los alambres de púas mientras se quita el fusil del hombro. Otros 57 berlineses lo hicieron en octubre de 1964, a través de un túnel; 192 personas murieron baleadas por los guardias del Este, entre ellas Peter Fetcher, un albañil de 18 años al que dejaron morir desangrado al pie del Muro y a la vista de todo el lado occidental, en agosto de 1962. La leyenda, y las probabilidades, dicen que Libre, la canción que el español Nino Bravo hizo célebre, está inspirada en la muerte del chico Fetcher. En la actualidad, el sitio de muchas muertes puntuales es conmemorado por toda Berlín en placas de bronces.

Berlín del Este imitó en muchos aspectos el estado totalitario soviético: falta de libertades individuales y políticas, una obsesión permanente por controlar la vida de los berlineses, todos sospechosos. Un mundo opresivo donde hacía y deshacía la Stasi, la policía secreta, que llegó a ser la más numerosa del mundo en relación con la población, y que fiscalizaba además las vidas privadas. El lado más rico en cultura de Berlín –por empezar, la isla de los grandes museos, en el río Spree, que quedó en el Este- entró en decadencia.

El arte y la literatura fueron controlados por el poder central, con la censura en el corazón del sistema de supervivencia del régimen. Los líderes de la RDA, Walter Ulbricht y Eric Honecker, proclamaron siempre su convicción de que nada podía entorpecer "el progreso del socialismo", mucho menos quienes exigían libertades fundamentales, acusados de "agentes del imperialismo". "Tenemos un solo objetivo –proclamaba Honecker–; hacer todo por el bien del hombre, por la felicidad del pueblo, por los intereses de clase y de todos los trabajadores. Ese es el sentido del socialismo".

A inicios de los años 70, Willy Brandt, ex alcalde de Berlín y un histórico Canciller de la RFA, emprendió junto con Honecker cierta política de aproximación. Querían suavizar un poco los rigurosos controles fronterizos de Berlín. El comunista Honecker aceptó otorgar permisos de viaje para la "población improductiva", la gente de la tercera edad, pero a cambio del reconocimiento de la RDA como un estado soberano y la extradición de sus ciudadanos residentes en la RFA, los que habían huido de Berlín Este. El acercamiento fue un fracaso. Muro y fronteras quedaron en manos de la RDA, que esgrimía una excusa de lo más simpática e hipócrita para justificarlo todo: se trataba de "muros de protección antifascista contra la inmigración, la infiltración, el espionaje, el contrabando, las ventas y demás agresiones occidentales". La Alemania comunista glorificó la ocupación de Stalin e hizo de la derrota una buena noticia por décadas.

Tecnologías para dividir El Muro crecieron y se perfeccionaron. En 1975 era de hormigón armado, medía 3,6 metros de alto y constaba de 45.000 secciones independientes de 1,5 metros de largo. Le costó más de 16 millones de marcos a la Alemania Oriental. Toda la frontera berlinesa estaba protegida por una valla de tela metálica, cables de alarma, trincheras para evitar el paso de vehículos, la simbólica cerca de alambres de púas, más de 300 torres de vigilancia y treinta búnkeres.

Solo que en cierto momento, en los años 80, la señal televisiva ZDF de Alemania Federal empezó a sintonizarse en todos los livings de la Berlín comunista… El Muro cayó en noviembre de 1989. En paralelo con el proceso de apertura en la URSS, iniciado por Mikhail Gorbachov, y coronado por los nuevos conceptos de glasnost perestroika (transparencia y apertura política, y reestructuración, en especial en la economía), la vieja URSS empezó a crujir. Gorbachov había llegado a la secretaría general del PC cuatro años antes, Occidente lo miraba con simpatía, la inflexible Margaret Thatcher lo invitó a Londres para conocerlo en persona, Ronald Reagan empezó a hablar con él sobre desarme. Sobre esa ola se montó Reagan el 12 de junio de 1987 para exigirle a Gorbachov que tirara abajo el Muro de Berlín, en aquel célebre discurso de espaldas a la Puerta de Brandeburgo. Enfermo y cuestionado, Honecker llegó a celebrar los 40 años de la RDA pero renunció como su mandamás el 18 de octubre de 1989. Las presiones de toda Europa Oriental estallaron ese mismo día. Lo sucedió Egon Krenz. Hungría, la rebelde de los años 50, dio el primer paso: el PC húngaro se había disuelto el 7 de octubre para abrirse a políticas más democráticas y a una economía de libre mercado y, de inmediato, fue demolida la cerca de alambres de púas que separaba a Hungría de Austria. Ese acto fue el primer mazazo. Los germano orientales podían ahora viajar a Hungría, como siempre, pasar a Austria, como nunca, y desde allí ingresar a Alemania Occidental.

Krenz dispuso entonces nuevas normativas para que los berlineses del Este pudieran visitar Berlín Occidental por cualquier punto fronterizo y sin los requisitos burocráticos que existían y que trataban de impedir cualquiera de esos viajes. El 9 de noviembre le encargó dar la noticia a un buen comunista, el portavoz Günter Schabowski, que había nacido en Pomerania, era periodista, licenciado por la Universidad Karl Marx de Leipzig, la ciudad donde pocos meses antes habían comenzado unas tímidas reuniones de disidentes.

El comunicado no hablaba del Muro sino de "puestos fronterizos". Pero cuando Schabowski leyó el documento a los periodistas, el italiano Riccardo Ehrman, que como todos pensaba qué iría a pasar con el Muro, preguntó cuándo empezaba a regir la nueva reglamentación. Schabowski, que no había leído que el comunicado hablaba de "mañana", dijo: "Hasta donde sé… será efectivo de inmediato, sin demoras…" Otro periodista entonces quiso saber en qué quedaba el Muro y Schabowski, sin instrucciones, no supo qué decir. Fue una respuesta.

Esa noche los berlineses colmaron los dos retenes fronterizos para pasar a Berlín Occidental; los guardias del Muro tampoco pudieron detener a una oleada humana que se abalanzó sobre el cemento armado con picos y martillos. El Muro empezó a caer. Los alemanes cantaron a Beethoven, Mstislav Rostropovich y su violonchelo revivieron al pie del Muro las suites de Bach: cuatro cuerdas contra el cemento. Alemania se reunificó un año después, bajo la guía del canciller H.Kohl.

El muro está en la cabeza

Otra frontera, otro muro invisible divide, que no separa, a las dos Alemanias. Y Berlín no es la excepción, ya no. El lado occidental, como antes, es más rico que el oriental. El oriental es más nacionalista que el occidental. Hay más inmigrantes en el lado occidental y en el oriental consideran un tragedia la inmigración. Los occidentales controlan todavía muchos puestos de poder en el Este: ocho de cada diez jueces y fiscales del Este crecieron y se educaron en el Oeste. 

Ninguna de las más importantes compañías alemanas que cotizan en bolsa tiene su casa matriz en el Este, donde el discurso político gira hacia el nacionalismo y es fuerte el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). Los profesores, jueces, médicos, ingenieros, técnicos que en 1961 huían en masa a Occidente fueron llevados a los estados del Este alemán para reemplazar a una generación que había crecido y se había educado inmersa en el comunismo.

El muro invisible dice que el desempleo en el Este alemán es del 19 por ciento mientras que en el Oeste no supera el 10 por ciento. Los salarios son un poco más bajo en el Este: 1700 euros contra 2300 por el mismo trabajo. Desde 1989 todos los alemanes pagan un porcentaje de su salario destinado a un fondo de reconstrucción de Alemania Oriental. Fue más alto del que se destina hoy, el 5,5 por ciento de cada salario. Se calcula que entre 75 y 80 mil millones de euros anuales se destinan en subsidios para el Este alemán, lo que representa el4 por ciento del PBI del parte occidental de Alemania, pero es el 40 por ciento del PBI de la parte oriental, según cifras del Instituto de Investigaciones Económicas de Alemania.

Los expertos sostienen que todavía existen tres grupos bien diferenciados de alemanes del sector oriental que se sienten atraídos por el comunismo: los ancianos, que crecieron y vivieron en el antiguo bloque soviético, los empleados acomodados del antiguo régimen que perdieron sus privilegios con la caída del Muro y los jóvenes desempleados y marginales, que se sienten avasallados por el capitalismo.

"El Oeste se apoderó del Este", dicen quienes integran el movimiento antinmigrante Pegida, sigla de "Europeos Patrióticos Contra la Islamización de Occidente", vinculado de alguna forma a Alternativa para Alemania. Manifiestan todos los lunes en Dresden, capital de Sajonia, la ciudad que fue destruida por los bombarderos aliados pocos meses antes del final de la Segunda Guerra. Los manifestantes de Pegida son casi todos hombres y casi todos, mayores de 50 años. Son los que crecieron cuando el Muro era flamante

*** Alberto Amato / diario Clarin

lunes, 28 de octubre de 2019

Mauricio Macri y Alberto Fernández iniciaron la transición del poder

Mauricio Macri y Alberto Fernández iniciaron la transición del poder

 

El presidente Mauricio Macri y su sucesor, Alberto Fernández, mantuvieron este lunes la primera reunión para coordinar el proceso de transición del poder con el objetivo central de evitar cualquier sobresalto que pueda agravar aún más la situación económica.  

#AlbertoFernández llegó serio y puntual, minutos antes de lo acordado, con la solitaria compañía de su vocero, Juan Pablo Biondi. Por espacio de una hora, el presidente electo dio inicio formal a la transición que derivará en su llegada al sillón de Rivadavia, con su encuentro con el presidente Mauricio #Macri, a quien derrotó por casi ocho puntos en las elecciones de ayer.

 

De la reunión, manejada con cautela y hermetismo desde ambos espacios, trascendió primero una foto, en el despacho presidencial, en el que ambos miran a cámara, sonrientes y distendidos. No hubo, como se preveía, una declaración conjunta, luego de los chispazos y acusaciones que el Presidente a cargo y el mandatario electo intercambiaron durante la campaña electoral. "Fue una reunión muy buena, empezaron a charlar sobre la transición, y coincidieron en que ese proceso debe ser ordenado", afirmaron cerca del Presidente, que podría luego dar más detalles del encuentro en un encuentro con la prensa. Fuentes cercanas al presidente electo afirmaron que Fernández le anticipó a Macri que le irá "pasando" los nombres de aquellos dirigentes que designe para acordar la transición en las distintas áreas de gestión. Por el lado del Gobierno, esa tarea estará a cago del ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, y su par de Interior, Rogelio Frigerio.

Antes de encontrarse con Macri, Fernández fue recibido en la escalera Francia por el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis. Saludó, además, a distintos empleados a quienes conoce de su paso por el gobierno #kirchnerista, como el fotógrafo presidencial Víctor Bugge, mozos y personal de Casa Militar.

Tras su cumbre con Macri, Fernández se dirigió al comando de la calle México, donde esta reunido con su equipo de colaboradores, encabezado por Santiago Cafiero. Del encuentro participan también el vocero de Fernández, Juan Pablo Biondi, y el dirigente del PJ porteño Juan Manuel Olmos. Ellos tuvieron una primera versión de la cita en la Casa Rosada.

Fernández le entregó a Macri la lista de 40 dirigentes que tendrán a cargo la transición. Fueron 50 minutos netos de reunió

domingo, 27 de octubre de 2019

Día Internacional de la Biblioteca 2019


Ana Nebreda publicó:"En este día y desde 1997, celebramos el Día de la Biblioteca por iniciativa de la Asociación Española de Amigos del libro Infantil y Juvenil, en colaboración con el Ministerio de Cultura. Se celebra cada 24 de octubre con el objetivo de concienciar sobre"
Responder a esta entrada realizando el comentario sobre esta línea

Entrada nueva en Biblioabrazo

Día Internacional de la Biblioteca 2019

por Ana Nebreda

En este día y desde 1997, celebramos el Día de la Biblioteca por iniciativa de la Asociación Española de Amigos del libro Infantil y Juvenil, en colaboración con el Ministerio de Cultura.

Se celebra cada 24 de octubre con el objetivo de concienciar sobre la importancia de la lectura y como reconocimiento a la labor de los bibliotecarios, en recuerdo de la destrucción de la Biblioteca de Sarajevo incendiada el 1992 durante la Guerra de los Balcanes.

Cada año se encarga a un escritor y a un ilustrador, ambos de reconocido prestigio, la redacción del pregón y el diseño del cartel que se difunde entre todas las bibliotecas de España, asociados e interesados.

Este año los elegidos han sido la escritora Gemma Pasqual y el ilustrador Miguel Calatayud

Este es el texto del pregón "La Sin Cuento":

No quería ser princesa, no quería ser liberada por el príncipe azul. Tampoco que el beso de un Príncipe la devolviera a la vida; ni que la salvara de la explotación infantil, no quería esconderse en la casa de los siete enanitos y ser su criada hasta que un príncipe la viniese a rescatar. No era capaz de renunciar a su voz por el amor de un muchacho; ni esperaba que San Jorge la salvara del dragón. Nobles princesas condenadas a dormir o al silencio, por orden de una madrastra, de un padre o de un hada buena.
Y se calzó sus zapatos rojos y huyó de su cuento, corrió y corrió buscando refugio, convirtiéndose en una sin cuento. Era una sin libro, una sin papeles, no la querían en ninguna parte.
En una cáscara de nuez navegó por el Mar de las Letras, y naufragó. Nadaba contracorriente, fuertes olas de frases la ahogaban, y cuando se dio por vencida y se abandonó a su suerte, de repente, la salvó la capitana Pippi Långstrump, una niña libre, generosa, que nunca se aburría, que se atrevía a cuestionar el razonamiento de los adultos. Acompañada por Matilda navegaban por el mar de las letras para rescatar a todos aquellos personajes que se aventuraban a cruzar el mar buscando un cuento mejor. Heroínas con fuerte sentido de la justicia y del deber de proteger a los más débiles.
Finalmente, después de muchas tribulaciones llegaron a puerto seguro, el Puerto de la Biblioteca, el Paraíso del que le había hablado Borges. Un lugar lleno de tesoros hundidos, como le había dicho Virginia Woolf; una nave espacial que la llevaría a los puntos más lejanos del universo; una máquina del tiempo que la transportaría al pasado lejano y al lejano futuro; una salida a una vida mejor, más feliz y más útil, como le explicó Isaac Asimov. Un lugar donde no necesitaba ser princesa para ser la protagonista de todos los cuentos.
Larga vida a las bibliotecas, refugio de todos, también de los sin cuento, de los sin libro, de los sin papeles, de las niñas que no quieren ser princesas y de los niños que no quieren ser héroes. Larga vida a los bibliotecarios y bibliotecarias, guardianes del Paraíso, de máquinas del tiempo y de grandes tesoros como son los libros.

 

 

 

Desde el  Plan de Fomento de la Lectura de Extremadura  




se difunde el ·#DíaInternacionaldelaBiblioteca 2019 con el manifiesto y el cartel realizado por Fermín Solís.




Una divertida y entrañable historieta para no dejar de leer y hacer de los libros y las bibliotecas nuestros inseparables compañeros.

"Nada sin las Bibliotecas"

 

 

 

 


Esta entrada está financiada mediante anuncios

 
Learn more about RevenueStripe...
Ana Nebreda | octubre 24, 2019 de 5:48 pm | Categorías: Biblioabrazo. Ana Nebreda | URL: https://wp.me/punRj-71l
Comentario    Ver todos los comentarios


¿Problemas para hacer clic? Copia y pega esta URL en tu navegador:
https://biblioabrazo.wordpress.com/2019/10/24/dia-internacional-de-la-biblioteca-2019/