domingo, 14 de enero de 2018

10 sitios web más interesantes y eficaces para informarse sobre la actualidad del mundo bibliotecario




Julio Alonso Arévalo publicó:"  10 sitios web más interesantes y eficaces para informarse sobre la actualidad del mundo bibliotecario Reportaje escrito por Enrique Navas Benito / Director de la Academia Auxiliar de Biblioteca y la Revista Desiderata en el nº 7 de la Revista Des"
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10 sitios web más interesantes y eficaces para informarse sobre la actualidad del mundo bibliotecario

por Julio Alonso Arévalo

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10 sitios web más interesantes y eficaces para informarse sobre la actualidad del mundo bibliotecario

Pues bien, éstos son, bajo el punto de vista absolutamente subjetivo de quien escribe este artículo, los 10 sitios web más interesantes y eficaces para informarse sobre la actualidad del mundo bibliotecario. Perdonen, de corazón, aquéllos que me haya pasado por alto, por desconocimiento o por olvido y/o despiste. Y, repito, son sitios web de INFORMACIÓN BIBLIOTECARIA, no de recursos, academias, artículos, etc. pese a que también coexistan con la actualidad en los Sitios que les propongo. Hablo (quiero dejarlo claro) de noticias sobre bibliotecas y actualidad en el ámbito bibliotecario, aunque no sea éste el único contenido las 10 siguientes páginas web ya que, casi todas ellas, aportan muchísimas más cosas que actualidad. El orden de exposición no está relacionado con el orden de importancia de las Páginas; está elegido así fruto del azar. Espero que les sirva:
1.Infobibliotecas
infobibliotecas
Imagen extraída de www.infobibliotecas.com
Descripción: Empresa con una amplia experiencia en el sector, suministrando todos los fondos que una biblioteca pueda necesitar. Se ha consolidado en el mercado, como organización especializada en el suministro y gestión de fondos documentales en cualquier idioma y formato, exclusivamente con destino a Bibliotecas y Centros de Documentación. Informa sobre actualidad bibliotecaria en su sitio web y en sus RRSS.
[Tweet "Infobibliotecas ofrece información actual sobre biblioteconomía y servicios bibliotecarios"]
2.BlogBibliotecas
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Blog de las bibliotecas y centros de documentación del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
[Tweet "El MECD creó con acierto un blog de Bibliotecas y C. Documentación en España: BlogBibliotecas"]
Descripción: El Blog oficial del MECD sobre bibliotecas (actualidad es uno de sus servicios) ha sido sin duda un aierto de la Secretaría de Estado de cultura. En él podremos encontrar información relevante relativa al mundo bibliotecario español.
3.Universo Abierto
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Descripción: Universo Abierto es el Blog de la Biblioteca de Traducción y Documentación de la Universidad de Salamanca. UA quiere ser un referente para el mundo profesional de las bibliotecas y la documentación en general. Comandado por el bibliotecario Julio Alonso Arévalo, Universo abierto es un referente de actualidad y recursos en el mundo bibliotecario español y mundial.
4.Sección de noticias del portal Bibliopos
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Bibliopos: Recursos para opositores a bibliotecas e información bibliotecaria
Descripción: Bibliopos es una Web de recursos e información para opositores a bibliotecas creada y dirigida por Lía González, en la que además de proporcionar muchísimo material e información de interés para el opositor, se informa sobre noticias y actualidad bibliotecaria.
5.Blog personal de Julián Marquina
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Julián Marquina, CM de Baratz
[Tweet "Artículos, reflexiones y noticias en el Blog del profesor Marquina"]
Descripción: El profesor Marquina, CM del Grupo Baratz, dirige su Blog personal en el que publica interesantísimos post sobre Información y Documentación.
6.Blog de la academia Auxiliar de Biblioteca
Academia Auxiliar de Biblioteca
Descripción: Blog de esta academia. Pese a ser una academia de formación, contamos con un activo blog en el que se publican noticias y reportajes, artículos, etc.
7. Biblogtecarios
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Biblogtecarios informa sobre Biblioteconomía a través de artículos escritos por sus componentes
Descripción: Biblogtecarios es un blog colaborativo que informa sobre Biblioteconomía a través de artículos escritos por sus componentes sobre actualidad bibliotecaria.
[Tweet "Biblogtecarios: Blog colaborativo sobre bibliotecas con colaboradores de postín"]
8.Sección de noticias de prensa de la BNE 
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Biblioteca Nacional de España
Descripción: La Biblioteca Nacional de España ofrece en su Web una sección de noticia que, aunque bien es cierto que suelen ser relacionadas con la propia Biblioteca, también con acontecimiento especialmente importante en la Biblioteconomía española. Fundamental.
9.Soy bibliotecario
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Magnífico Sitio Web para estar al tanto sobre bibliotecas
Descripción: Más que útil y magnífico blog, argentino de origen con versión española .es, que publica sobre literatura, biblioteconomía, libros, etc. realmente bueno porque editan muchísimos post y de variados temas de actualidad bibliotecaria.
10. Dokumentalistas
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Dokumentalistas es un portal para interesados en Información y Documentación
Descripción: Web de recursos para profesionales de la Información y la Documentación, donde la Biblioteconomía y su actualidad también cobran gran importancia. Muy recomendable
Web: www.dokumentalistas.com

Julio Alonso Arévalo | enero 8, 2018 en 3:04 pm | Etiquetas: Bibliotecas, Blogs | Categorías: Bibliotecas, Uncategorized | URL: https://wp.me/p72Cm4-hHl
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viernes, 12 de enero de 2018

El temor vocacional del bibliotecario : las mentiras que nos contamos a nosotros mismos



Julio Alonso Arévalo publicó:"   Ettarh, F. "Vocational awe and librarianship: the lies we tell ourselves." In the Library with the Lead Pipe vol., n. (2018).  URL.: http://www.inthelibrarywiththeleadpipe.org/2018/vocational-awe/ El temor vocacional describe el conjunto de idea"


El temor vocacional del bibliotecario : las mentiras que nos contamos a nosotros mismos

por Julio Alonso Arévalo

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Ettarh, F. "Vocational awe and librarianship: the lies we tell ourselves." In the Library with the Lead Pipe vol., n. (2018).  URL.: http://www.inthelibrarywiththeleadpipe.org/2018/vocational-awe/

El temor vocacional describe el conjunto de ideas, valores y presunciones que los bibliotecarios tienen sobre sí mismos y sobre la profesión cuyo resultado pone de manifiesto nociones como que las bibliotecas como instituciones son intrínsecamente buenas, sagradas, y por lo tanto no cuestionables. El concepto de sobreproteción vocacional se correlaciona directamente con problemas como el agotamiento y el bajo salario. Este artículo pretende describir el fenómeno y sus efectos en las filosofías y prácticas bibliotecarias para que sean reconocidas y deconstruidas.

El 1 de junio, Mike Newell escribió acerca de Chera Kowalski y otros bibliotecarios que administran Naloxone (conocida comúnmente como Narcan) un producto de sustitución progresiva en el tratamiento de desintoxicación de drogadictos en McPherson Square Branch en Filadelfia.  El artículo se volvió viral y fue compartido dieciséis mil veces.  Desde entonces, más bibliotecas han seguido el ejemplo de Filadelfia.  El senador Patrick Maloney de Nueva York introdujo en la ley Life-saving Librarians Act, al Secretary of Health and Human Services la autoridad para proporcionar kits de rescate de Naloxone en las bibliotecas públicas. Para el Senador Malone, y para muchos bibliotecarios, capacitar a los bibliotecarios para que sean literalmente "salvavidas" tiene sentido porque sirve a las necesidades de las comunidades y de la sociedad en su conjunto. Hillary Clinton, en la Conferencia Anual de ALA de Chicago de 2017, elogió el trabajo de Kowalski y también declaró,"... Ustedes son guardianes de la Primera Enmienda y la libertad de leer y hablar. El trabajo que ustedes realizan está en el corazón de una sociedad abierta, inclusiva y diversa, [y] creo que las bibliotecas y la democracia van de la mano."

A primera vista, parece natural que las bibliotecas y los bibliotecarios celebren estas historias. De hecho, estos bibliotecarios están trabajando para salvar los valores democráticos de la sociedad, así como para servir a las necesidades de sus vecinos y comunidades. Sin embargo, cuando la retórica que rodea a la bibliotecología se adorna de un lenguaje vocacional y sagrado en vez de reconocer que la bibliotecología es una profesión o una disciplina, y como institución, histórica y contemporáneamente imperfecta, nos hacemos un flaco favor a nosotros mismos.

El "temor vocacional" se refiere al conjunto de ideas, valores y presunciones que los bibliotecarios tienen acerca de sí mismos y de la profesión que se concretan en creencias de que las bibliotecas como instituciones son inherentemente buenas y sagradas, y por lo tanto están más allá de la crítica. En este artículo, se intenta desmantelar la idea de que la biblioteconomía es una vocación sagrada; por lo tanto, requiere una obediencia absoluta a un conjunto prescrito de reglas y comportamientos, independientemente de cualquier efecto negativo en las vidas de los bibliotecarios. para ello se hace un análsis de las formas en que se manifiesta el temor vocacional. En primer lugar, describe las mitologías institucionales que rodean a las bibliotecas y a los bibliotecarios. En segundo lugar, se desmitifican las mitologías que ponen de relieve el papel que desempeñan las bibliotecas bajo la opresión institucional. Por último, se habla de cómo el temor vocacional afecta negativamente a los bibliotecarios y a la bibliotecología. Desconstruyendo algunos de estos supuestos y valores tan íntegramente entretejidos en el campo, la bibliotecología, la profesión puede evolucionar esperanzadamente hacia un punto de vista que apoye y defienda a las personas que trabajan en bibliotecas tanto como lo hace para otros recursos como pueden ser edificios y recursos físicos.

Primera parte: Los mitos de las bibliotecas y la biblioteconomía. 

 

La bibliotecología como vocación

La palabra "vocación" (del latín vocatio) se define como "llamada" y proviene de la tradición cristiana primitiva, donde se sostuvo que la llamado requería una vida monástica bajo votos de castidad, pobreza y obediencia. De hecho, desde sus primeras instancias bíblicas, una vocación se refiere a la forma de vivir en respuesta a la llamada de Dios. Aunque la palabra se ha utilizado desde entonces en contextos más seculares, eluso de la palabra "vocación" para describir los puntos de vista contemporáneos de la bibliotecología se inclina más hacia su contexto religioso original, especialmente en lo que se refiere al énfasis en la pobreza y la obediencia. Muchos bibliotecarios se refieren al campo de la bibliotecología como una vocación. Sus narrativas de recibir la "llamada" a la bibliotecología a menudo coinciden con la descripción de Martin Luther King de la vocación como la manera en que una persona sirve a Dios y a su prójimo a través de su trabajo en el mundo. Los vínculos entre la biblioteconomía y el servicio religioso no son casualidad. De hecho, los primeros bibliotecarios occidentales eran miembros de órdenes religiosas, que desempeñaban la doble función de copiar y mantener colecciones de libros.

 

La Biblioteca como Lugar Sagrado

El espacio físico de una biblioteca, al igual que su obra, también ha sido visto como un espacio sagrado. Se podría argumentar que es tratado como un santuario, tanto en su significado original (guardián de las cosas y personas sagradas), como en su significado más contemporáneo como refugio. Nuevamente, las bibliotecas originales eran monasterios reales, con pequeñas colecciones de libros ubicados en los coros, nichos y techos. Los cubículos que todavía perviven en muchas bibliotecas hoy en día son descendientes directos de estos lugares religiosos. La palabra "cubículo" originalmente significaba "nicho de trabajo o alcoba" y se refería a un claustro del monasterio donde los monjes leían y escribían. Reflejando su historia conjunta, las iglesias y bibliotecas tenían estructuras arquitectónicas similares. Estos edificios fueron construidos para inspirar admiración o grandeza, y sus materiales fueron tratados con cuidado. Incluso ahora la biblioteca estereotipada se presenta a menudo como un espacio grandioso y silencioso donde la gente puede ser aconsejada para encontrar las respuestas adecuadas. La Biblioteca Bodleiana, una de las bibliotecas más antiguas y grandes de Europa, sigue obligando a los que deseen utilizar la biblioteca a prestar juramento para protegerla: "Por la presente me comprometo a no robar de la Biblioteca, ni marcar, desfigurar o herir de ninguna manera, ningún volumen, documento u otro objeto que le pertenezca o esté bajo su custodia; a no traer a la Biblioteca o encender en ella ningún fuego o llama, y a no fumar en la Biblioteca; y prometo obedecer todas las reglas de la Biblioteca."

Aunque los diseños arquitectónicos contemporáneos de las bibliotecas pueden no evocar los mismos sentimientos de sobrecogimiento que una vez lo hicieron, las bibliotecas continúan funcionando como santuarios en el concepto de ser cocebidas como un lugar seguro. Muchas bibliotecas abren sus espacios a las poblaciones desfavorecidas y desplazadas de la comunidad, como las personas sin hogar o los enfermos mentales. En las protestas y disturbios civiles que siguieron a la muerte por disparos de armas de fuego del adolescente negro desarmado Michael Brown en Ferguson, Missouri, la Biblioteca Pública Municipal de Ferguson (FMPL) se convirtió en una escuela provisional para los niños de la comunidad. Cuando la historia se tornó viral, hubo una avalancha de libros, suministros y almuerzos para los niños. El hashtag #whatlibrariesdo se convirtió en una llamada a la acción y dio lugar a un enorme aumento en las donaciones por PayPal a FMPL. Además, el letrero en la puerta de la biblioteca decía:"En tiempos difíciles, la biblioteca es un oasis tranquilo donde podemos respirar, aprender y pensar qué hacer a continuación". De esta manera, la biblioteca se convierte en un santuario triple, un lugar donde se puede escuchar la "voz tranquila y pequeña", un refugio para las poblaciones desplazadas y una fuente de ayuda humanitaria. Desde Ferguson, se han dado respuestas similares en bibliotecas después de eventos importantes en otras áreas como Charlottesville, Virginia. Y, en el clima sociopolítico actual, gran parte del discurso que rodea a estas bibliotecas las centra en el hecho de ser consideradas "espacios seguros".

 

Bibliotecarios como sacerdotes y salvadores

Si las bibliotecas son espacios sagrados, entonces es lógico que sus trabajadores sean sacerdotes. Como se detalla más arriba, los primeros bibliotecarios eran también sacerdotes y veían su trabajo como un servicio a Dios y a sus semejantes. De los quinientos bibliotecarios encuestados, el noventa y cinco por ciento dijo que la orientación de servicio de la profesión los motivó a convertirse en bibliotecarios. De manera similar, muchos cristianos describen su fe religiosa como "servir a Dios", y para hacerlo se requiere una vida dedicada al servicio. Los cristianos a menudo se refieren a Marcos 10:45 para describir la gravedad de una llamada al servicio:"Porque ni siquiera el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida como rescate por muchos". Teniendo en cuenta su historia conjunta, no debe sorprender que los bibliotecarios, al igual que los monjes y sacerdotes, sean a menudo imaginados tan noblemente empobrecidos que trabajan desinteresadamente por la comunidad y el bien de Dios. Un estudio de bibliotecarios experimentados observó que,"sorprendentemente, para una profesión tan notoriamente mal pagada como la bibliotecaria, ni un solo encuestado mencionó el salario" como un rasgo negativo de la profesión. Como con un "llamado" espiritual, las recompensas por tal servicio no pueden ser una compensación monetaria, sino la absolución espiritual a través de hacer buenas obras para las comunidades y la sociedad.

Si los bibliotecarios son sacerdotes, entonces su tarea principal es educar y salvar. Biven-Tatums señala que las bibliotecas públicas "comenzaron como instrumentos de iluminación, con la esperanza de difundir el conocimiento y la cultura ampliamente a la gente". La asunción dentro de la biblioteconomía es que las bibliotecas proveen la función esencial de crear una población educada e iluminada, lo que a su vez produce una sociedad mejor. Usando esa lógica, los bibliotecarios que hacen un buen trabajo son aquellos que proveen cultura e iluminación a sus comunidades. San Lorenzo, el santo oficial de la Iglesia Católica de bibliotecarios y archiveros, es venerado por ser colgado sobre un fuego de carbón en vez de entregar los archivos de la Iglesia. Hoy en día, los bibliotecarios continúan venerando a los "santos" contemporáneos de la bibliotecología. Un ejemplo es el "Connecticut Four", cuatro bibliotecarios que lucharon contra una orden de mordaza gubernamental cuando los agentes del FBI exigieron registros bibliotecarios bajo la Ley Patriota. Y ahora Kowalski se une a las filas como un "santo" de la biblioteca a través del salvamento literal de vidas con Naloxone. Todos estos bibliotecarios establecen la expectativa de que el cumplimiento de las tareas laborales requiere sacrificio, y sólo a través de ese sacrificio dramático pueden los bibliotecarios lograr algo "más grande que ellos mismos".

 

Segunda parte: Localización de la biblioteca en la opresión institucional

 

No es casualidad que la bibliotecología esté dominada por mujeres blancas. No sólo se asumió que las mujeres blancas tenían las características innatas necesarias para ser trabajadoras bibliotecarias efectivas debido a su verdadera condición de mujeres,  características que incluyen la mentalidad misionera, el servilismo, el altruismo y la superioridad y piedad espiritual, sino que las bibliotecas han sido continuamente "cómplices en la producción y mantenimiento del privilegio de los blancos" Estas bibliotecarias blancas en las bibliotecas públicas durante el cambio de siglo de Estados Unidos participaron en programas selectivos de asimilación y americanización de inmigrantes, proyectos "cuyo propósito era inculcar la blancura de la etnia europea". La bibliotecología, al igual que el sistema de justicia penal y el gobierno, es una institución. Y al igual que otras instituciones, la bibliotecología desempeña un papel en la creación y mantenimiento de valores hegemónicos, así como en la contribución a la cultura de la supremacía blanca. James y Okun definen la cultura de supremacía blanca como las formas en que organizaciones e individuos normalizan, promulgan y refuerzan la supremacía blanca. Las representaciones culturales de las bibliotecas como lugares de libertad (como la libertad de acceso y la libertad intelectual), educación y otros valores democráticos no eluden la cultura de supremacía blanca de las bibliotecas con su disparidad y opresión incorporadas. De hecho, cada valor del que se enorgullece la bibliotecología no está distribuido equitativamente entre la sociedad. La libertad de acceso es posiblemente el valor más importante de la bibliotecología. Se extiende a lo largo de toda la Carta de Derechos de la Biblioteca y se define generalmente como la idea de que todos los recursos de información proporcionados por la biblioteca deben ser distribuidos por igual y ser accesibles equitativamente a todos los usuarios de la biblioteca.

Sin embargo, ha habido grandes excepciones a este ideal. Cuantitativamente, la más significativa de estas excepciones fue la exclusión de millones de afroestadounidenses de las bibliotecas públicas en el sur de Estados Unidos durante los años previos al movimiento por los derechos civiles. La respuesta blanca a los esfuerzos de desegregación en las bibliotecas públicas fue variada. Mientras que algunas bibliotecas se integraron silenciosa y voluntariamente, otras bibliotecas hicieron cumplir la "integración stand-up", quitando todas las mesas y sillas del edificio para minimizar la interacción de las carreras en las áreas de lectura, o cerraron la sucursal por completo. El resultado de estas prácticas segregacionistas en las bibliotecas fue una forma masiva de censura, y esta historia demuestra que el acceso a los materiales a menudo está implicado en sistemas sociales más amplios de (in)igualdad. Esto debería ser válido también para otros valores de la biblioteca.

Como se mencionó anteriormente, cuando la Ley Patriota fue aprobada en 2001, muchos bibliotecarios lucharon contra la entrega de datos personales, y hay mucha historia de activismo bibliotecario en torno a la libertad intelectual. Por ejemplo, la Oficina de Libertad Intelectual de la ALA coordina los esfuerzos de resistencia de la profesión a través de la Fundación Freedom to Read. También hay múltiples mesas redondas y comités centrados en los conflictos locales, estatales, nacionales, nacionales e internacionales sobre la libertad intelectual. Sin embargo, al igual que la libertad de acceso, ha habido excepciones. Y, a medida que las bibliotecas se esfuerzan por justificar su existencia, muchas han recurrido a recopilar grandes cantidades de datos de clientes para demostrar su valía. Además, aunque a menudo se resisten a las intrusiones del gobierno, las bibliotecas también suelen funcionar como un brazo del Estado. Por ejemplo, Lexis-Nexis, una editorial que trabaja con muchas bibliotecas, está participando en un proyecto para ayudar a construir el sistema de investigación de antecedentes de ICE. Es muy probable que este sistema recopile datos de computadoras de uso público y páginas web en bibliotecas públicas, académicas y privadas de todo el país, y determine y evalúe la probabilidad de convertirse en un miembro que contribuya positivamente a la sociedad, o si tienen la intención de cometer actos criminales o terroristas después de entrar a los Estados Unidos. A pesar de que la erosión de la privacidad no se limita a las bibliotecas, otros campos no afirman tener en cuenta las necesidades de información y las consultas de sus electores con la misma intensidad.

 

Tercera parte: El martirio no es una carrera de larga duración

Hasta este momento, podría parecer que creo que los bibliotecarios no deberían estar orgullosos de su importante trabajo. O que los bibliotecarios que aman su trabajo y tienen una pasión por los valores de la biblioteca poseen algún defecto inherente. Esta no es mi intención. Más bien, cuestiono la noción que muchos han tomado como axiomática de que las bibliotecas son intrínsecamente buenas y democráticas, y que los bibliotecarios, en virtud de trabajar en una biblioteca, son responsables de esta "buena" obra. Esto crea la expectativa de que cualquier fallo de las bibliotecas es en gran medida culpa de los individuos que no están a la altura de los ideales de la profesión, en lugar de comprender que la biblioteca como institución está fundamentalmente viciada. a continuación se mencionan las formas primarias en que el temor vocacional afecta negativamente a los bibliotecarios.

Asombro

Ahora hemos descubierto las raíces de la vocación dentro de la biblioteconomía y sus alusiones a la religiosidad y lo sagrado. La metáfora vocacional nos ayuda a entender la causa. Sin embargo, es importante no olvidar el sobrecogimiento, que representa el efecto. Merriam-Webster define el asombro como "una emoción que combina de diversas maneras el temor, la veneración y la maravilla inspirada por la autoridad o por lo sagrado".Como se mencionó anteriormente, las bibliotecas se crearon con el mismo diseño arquitectónico que las iglesias a fin de despertar el temor religioso. No es una sensación reconfortante, sino una sensación de temor y abrumadora. Uno de sus primeros usos fue dentro de la epopeya hindú Mahabarata. El Dios Krishna inspiró admiración en el protagonista Arjuna y le ordenó: Un ejemplo más moderno y secular de temor es la doctrina militar "choque y sobrecogimiento", que se caracteriza como una dominación rápida que se basa en el uso de un poder abrumador y espectaculares despliegues de fuerza para paralizar la percepción del enemigo del campo de batalla y destruir su voluntad de luchar. En ambos casos, el temor es usado como un método para obtener obediencia de la gente en presencia de algo más grande que ellos mismos.

Como parte del asombro vocacional en las bibliotecas, el asombro se manifiesta en respuesta a la biblioteca como lugar e institución. Debido a que los deberes sagrados de libertad, información y servicio son tan trascendentales, el trabajador de la biblioteca se paraliza fácilmente. Ante las grandes misiones de alfabetización y libertad, abogar por una pausa completa para almorzar hace que se sienta mezquino. Y encargado de la responsabilidad de mantener la democracia y la libertad intelectual, tomar un día de vacaciones le hace sentirse vergonzoso. El temor es fácilmente armamentizado contra el trabajador, permitiendo a cualquiera desplegar una prueba de pureza vocacional en la que el trabajador puede ser acusado de no ser devoto o lo suficientemente apasionado como para servir sin queja.

 

Agotamiento

Con la expansión de las tareas laborales y la expectativa de una biblioteconomía "integral", no es sorprendente que el agotamiento sea un fenómeno común dentro de las bibliotecas. Harwell define el agotamiento como la exposición prolongada a los factores estresantes del lugar de trabajo que a menudo agotan la vitalidad y el entusiasmo de un empleado, y a menudo conducen a una menor participación y productividad. El exceso de trabajo no es la única causa del agotamiento. En un estudio de bibliotecarios universitarios, participantes en el estudio dijeron que se ven obligados a regular sus emociones en su trabajo y que a menudo sienten una incongruencia entre las emociones que tienen que mostrar y lo que realmente sienten. Los bibliotecarios que interactúan con el público en forma regular deben interactuar con usuarios poco cooperativos y poco dispuestos, usuarios que desean un trato preferencial, y así sucesivamente. En la memorable frase de Nancy Fried Foster, los usuarios a menudo se acercan al mostrador de consulta en busca de una "mamá bibliotecaria", alguien que puede ofrecer apoyo emocional, tranquilidad, socialidad, respuestas e intervenciones en los momentos de dolor o necesidad. Las expectativas de género de una profesión bibliotecaria que es mayoritariamente femenina pueden ciertamente exacerbar las expectativas de género puestas en las interacciones con los usuarios. Irónicamente, la respuesta institucional al agotamiento es el producto de más "amor y pasión", a través de los impulsos vocacionales señalados anteriormente y la defensa de técnicas como la atención y la biblioteconomía "integral".

 

Subcompensación

"Uno no va a la biblioteca por el dinero "es un dicho común entre los trabajadores de la biblioteca, y la falta de compensación por el trabajo de la biblioteca no es un fenómeno reciente. Un informe de 1929 resumió que "la mejora en estas condiciones todavía no ha llegado a un punto en el que se pueda decir que la bibliotecología recibe el reconocimiento y la compensación adecuados". Y en la encuesta del 2017 Library Journal's Placements and Salaries, los graduados apuntaron abrumadoramente a los temas del subempleo como una fuente de infelicidad, incluyendo salarios bajos; falta de beneficios; tener que conformarse con puestos de medio tiempo, temporales o no profesionales; o tener que juntar dos o tres puestos de medio tiempo para mantenerse a sí mismos. Los sueldos de los bibliotecarios siguen siendo inferiores a los de los empleos comparables en profesiones que requieren cualificaciones y aptitudes similares.

 

Falta de reconocimiento

Este término se refiere a la "lenta y sutil expansión de las tareas laborales" que no es reconocida por los supervisores o la organización. Como se argumenta en este artículo, a menudo se espera que los bibliotecarios antepongan la profesión y sus deberes laborales a sus intereses personales. Y con tales expectativas, el despilfarro laboral puede convertirse en un fenómeno común. El problema falta de reconociminto en el trabajo se manifiesta de múltiples maneras. En primer lugar, lo que los empleados hicieron en un principio de forma voluntaria ya no se considera "extra", sino que simplemente es visto como un desempeño en el puesto de trabajo, lo que lleva a más y más responsabilidades y menos tiempo para cumplirlas. Los empleados que no pueden hacer más de lo que está en la descripción del trabajo, quizás por razones personales o de salud, son vistos como que no hacen ni siquiera lo mínimo, y la gerencia puede llegar a creer que los trabajadores no están comprometidos con la organización, o con su misión, si no hacen tareas adicionales. Volviendo a Chera Kowalski y a todos los demás bibliotecarios que actualmente se están capacitando para administrar y ya administran medicamentos contra las sobredosis, esta expectativa ha llegado a crear un precedente para que el senador Maloney introduzca la Ley de Bibliotecarios Salvadores de Vidas. Estas capacitaciones ya no son más un desarrollo profesional "extra" voluntario; probablemente pronto se convertirán en parte de las responsabilidades esperadas de los bibliotecarios en todo el país.

Añadir tareas como las intervenciones médicas de por vida o la muerte a los ya sobrecargados requisitos laborales es un ejemplo extremo pero muy real. Y con la defensa de la bibliotecología como puramente orientada al servicio y al sacrificio personal, ¿qué puede hacer un bibliotecario que no se sienta capacitado para intervenir? ¿O un bibliotecario que se dedica a, digamos, un valor bibliotecario de la alfabetización de los niños o la libertad de información, pero debido a traumas pasados, no puede hacer frente a la exposición regular a la pérdida de vidas en el trabajo? La bibliotecología como un llamada religiosa respondería que tal bibliotecaria ha fracasado en sus deberes y ha demostrado una falta de pureza requerida de los verdaderamente devotos. Y sin la capacitación adecuada y el apoyo institucional que tienen los trabajadores sociales y otros médicos, se les está pidiendo a los bibliotecarios, a través de este tipo de trabajo poco remunerado, que hagan un trabajo emocional y físico cada vez más peligroso sin las herramientas y el apoyo proporcionado a otras profesiones que tradicionalmente se encargan de estas tareas. Mientras los periódicos, Clinton y bibliotecarios de todo el país celebran a Kowlaski y otras personas como ella, debemos preguntar si esas voces se escucharán para exigir también la terapia y los servicios médicos típicamente necesarios y otras enfermedades comunes de quienes trabajan en condiciones tan severas. ¿Esperamos que esos beneficios se manifiesten, o que los bibliotecarios vuelvan a sufrir silenciosamente las consecuencias de su santa llamada, salvando a la sociedad a expensas de su propio bienestar emocional?

Diversidad cultural

Por la naturaleza misma de ser una institución bibliotecaria, privilegia a aquellos que caen dentro del status quo. Por lo tanto, los bibliotecarios que existen fuera del centro bibliotecario a menudo pueden ver con mayor claridad las disparidades entre los valores propugnados y la realidad del trabajo bibliotecario. Pero debido a que el temor vocacional se rehúsa a reconocer la biblioteca como una institución defectuosa, cuando las personas de color y otros bibliotecarios marginados se expresan, sus cuentas a menudo son descontadas o borradas. Recientemente, Leslie Williams de Evanston, Illinois, ha sido noticia por haber sido despedida de su biblioteca debido a comentarios (sobre sus relatos personales en medios sociales), ilustrando las acciones hipócritas de su biblioteca con respecto a la falta de acceso equitativo a la información. Aunque abogaba por el valor central de la biblioteca del acceso equitativo, similar al de los "Cuatro de Connecticut", sus acciones fueron consideradas poco profesionales.

Como mencioné anteriormente, el sobrecogimiento vocacional se vincula con los fenómenos de despilfarro y subcompensación en la bibliotecología debido a las normas profesionales de los lugares de trabajo orientados al servicio y al sacrificio personal. Pero la creación de normas profesionales en torno al auto-sacrificio y la falta de pago auto-selecciona a aquellos que pueden convertirse en bibliotecarios. Si la expectativa incorporada en los trabajos de biblioteca de nivel inicial incluye experiencia, a menudo voluntaria, en una biblioteca, entonces hay barreras de clase incorporadas en la profesión. Aquellos que no pueden trabajar gratis debido a la inestabilidad financiera se ven obligados a tomar préstamos para cubrir los gastos acumulados o cambiar de carrera por completo. Los bibliotecarios con muchas responsabilidades familiares no pueden trabajar largas noches y fines de semana. Los bibliotecarios con discapacidades son incapaces de hacer de la bibliotecología una carrera completa.

Conclusiones

Teniendo en cuenta la historia conjunta de la bibliotecología y la fe, no es sorprendente que muchos de los discursos que rodean a los bibliotecarios y sus deberes laborales tengan muchos matices religiosos. A través del lenguaje del asombro vocacional, las bibliotecas han sido colocadas como una autoridad superior y el trabajo al servicio de las bibliotecas como un deber sagrado. El asombro vocacional se ha desarrollado junto con la biblioteconomía de Saint Lawrence a Chera Kowalski. Está tan saturado dentro de la bibliotecología que personas como Nancy Kalikow Maxwell pueden escribir un libro, Sacred Stacks: The Higher Purpose of Libraries and Librarianship, no sólo detallando las conexiones entre la biblioteconomía y la fe, sino concluyendo el libro aconsejando a los bibliotecarios que fomenten la imagen religiosa que se les ha conferido. Los ideales de la biblioteconomía no son innobles, y tener un apego emocional al trabajo que uno hace no es negativo en sí mismo, y a menudo es una meta valorada en la mayoría de las carreras. Lo que he tratado de hacer con este artículo es ilustrar la historia y exponer los fundamentos problemáticos. Debido a que el temor vocacional es tan endémico y está tan conectado a tantos aspectos de la bibliotecología, el término le da al campo una manera de nombrar y exponer estas cosas que son tan amorfas que pueden ser explicadas o culpables, muy parecidas a las microagresiones. Y, a través del poder de nombrar, puede proporcionar un escudo que los bibliotecarios puedan usar para protegerse a sí mismos.

El problema con el temor vocacional es que la eficacia del trabajo de uno está directamente ligada a su cantidad de pasión (o falta de ella), en lugar de cumplir con las obligaciones laborales básicas. Si el lenguaje alrededor de ser un buen bibliotecario está directamente ligado a la lucha, al sacrificio y a la obediencia, entonces cuanto más se lucha por su trabajo, más "santo" se vuelve ese trabajo (y esa institución). Por lo tanto, será menos probable que las personas se sientan capacitadas, o incluso capaces, de luchar por un espacio de trabajo más saludable. Un lugar de trabajo saludable es aquel en el que trabajar las veinticuatro horas del día no se considera un requisito, y en el que uno es suficientemente compensado por el trabajo realizado, y no un lugar de trabajo en el que "se da por sentado que el trabajador es un engranaje de la maquinaria"."

Las bibliotecas son sólo edificios. Es la gente que hace el trabajo. Y necesitamos tratar bien a esta gente. No puedes comer con pasión. No puedes pagar el alquiler con pasión. La pasión, la devoción y el temor no son fuentes sostenibles de ingresos. La historia de San Lorenzo puede ser noble, pero el martirio no es una carrera de larga duración. Y si todos los bibliotecarios siguen sus pasos, la bibliotecología dejará de existir. Podrías salvar una vida cuando sales a almorzar, pero mereces el apoyo emocional que sin duda necesitarás como resultado de ese evento traumático. Usted puede impresionar a su supervisor trabajando tarde, pero ¿vendrá ese supervisor a esperar que continuamente descuida las necesidades de su propia familia en el servicio de los usuarios de la biblioteca? El propósito de la biblioteca puede ser servir, pero ¿ese propósito es tan sagrado cuando no sirve a aquellos que trabajan dentro de sus paredes todos los días? Necesitamos continuar haciendo estas preguntas, demandando respuestas, y dejar de usar el temor vocacional como la única manera de ser bibliotecario.

Bibliografía:

"Core Values of Librarianship of the American Library Association."Accessed December 4, 2017. http://www.ala.org/advocacy/intfreedom/corevalues

Anonymous. "Who would be a librarian now? You know what, I'll have a go." The Guardian. March, 2016.

Biddle, Sam and Woodman, Spencer. "These are the technology firms lining up to build Trump's "Extreme Vetting Program.'" The Intercept. August 7 2017.

Bivens-Tatum, Wayne. Libraries and the Enlightenment. Library Juice Press, 2012.

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jueves, 11 de enero de 2018

Philip Roth y Milan Kundera: memoria de un diálogo sobre la literatura y los totalitarismos [Entrevista]

En 1980, dos de los más grandes escritores contemporáneos se reunieron para conversar sobre "El libro de la risa y el olvido", por entonces la última novela del autor checo. Kundera ya vivía en París, adonde había llegado como exiliado. En estos días se cumplen 50 años de la Primavera de Praga, un recordado período de liberalización política en lo que entonces era Checoeslovaquia, que terminó aplastado por los tanques soviéticos, meses después. Buena oportunidad para recordar aquella charla entre dos gigantes
Esta entrevista es resumen de dos conversaciones que tuve con Milan Kundera tras haber leído el manuscrito de la traducción de su El libro de la risa y del olvido: una durante su primera estancia en Londres, la otra durante su primera estancia en Estados Unidos. En ambas ocasiones viajó desde Francia, donde su mujer y él llevaban instalados, en calidad de emigrados, desde 1975, en la ciudad de Rennes, en cuya universidad daba él clase. Luego pasó a la universidad de París. Durante nuestras conversaciones, Kundera se expresó alguna que otra vez en francés, pero casi siempre en checo, mientras Vera, su mujer, nos hacía de intérprete a ambos. Luego, Peter Kussi tradujo al inglés el texto checo resultante.
ROTH: ¿Cree que llegará pronto la destrucción del mundo?
KUNDERA: Depende de lo que entienda usted por pronto.
ROTH: Mañana o pasado.
KUNDERA: La idea de que el mundo se precipita hacia su perdición es muy antigua.
ROTH: Entonces, no hay de qué preocuparse.
KUNDERA: Al contrario. Si este miedo lleva desde hace tantísimo tiempo en la mente de los hombres, por algo será.
ROTH: En todo caso, lo que a mí me parece es que ese temor es el trasfondo de todos los relatos de su último libro, incluso de los declaradamente humorísticos.
KUNDERA: Si cuando era un muchacho alguien me hubiera dicho: «Un día verás desaparecer tu país de la faz de la tierra», me habría parecido una tontería, algo inimaginable para mí. Los hombres nos sabemos mortales, pero damos por sentado que nuestro país posee una especie de vida eterna. Pero, tras la invasión rusa de 1968, todos y cada uno de los checos hubieron de enfrentarse a la idea de que su país podía tranquilamente ser borrado de Europa, igual que durante los cinco últimos decenios hubo cuarenta millones de ucranianos obligados a ver cómo desaparecía del mundo su país, sin que el mundo prestara la más pequeña atención. O los lituanos. ¿Sabe usted que en el siglo XVII Lituania era una potencia en Europa? Hoy, los rusos mantienen a los lituanos en sus reservas, como si fueran una tribu a medio extinguir: tienen rigurosamente prohibidas las visitas, para que el resto del mundo no conozca su existencia. No sé qué le reservará el futuro a mi país. Los rusos, sin duda alguna, harán todo lo posible por ir disolviéndolo en su civilización, en la de ellos. Nadie sabe si lo lograrán o no. Pero la posibilidad existe. Y la súbita comprensión de que tal posibilidad existe basta para cambiarle a uno todo el sentido de la vida. Hoy en día, hasta la propia Europa me parece frágil y mortal.
ROTH: Pero, ¿no están radicalmente diferenciados los respectivos destinos de Europa oriental y Europa occidental?
KUNDERA: En cuanto noción histórica cultural, Europa oriental es Rusia, con su propia y concreta historia anclada en el mundo bizantino. Bohemia, Polonia, Hungría, como Austria, nunca han sido parte de Europa oriental. Ya desde el principio participaron en la gran aventura de la civilización occidental, con su gótico, su renacimiento, su reforma -movimiento, este último, que tiene su cuna precisamente en esta región. Fue de allí, de Europa central, de donde recibió la cultura moderna sus más poderosos impulsos: el psicoanálisis, el estructuralismo, la dodecafonía, la música de Bartók, la nueva estética novelística de Kafka y Musil. El hecho de que la civilización rusa se anexionara Europa central (o, al menos, buena parte de ella) dio lugar a que la cultura occidental perdiera su centro de gravedad vital. Es el acontecimiento más importante de la historia de Occidente, en nuestro siglo, y no cabe descartar la posibilidad de que el fin de Europa central haya supuesto también el principio del fin de Europa.
ROTH: Durante la Primavera de Praga, su novela La broma y sus relatos de El libro de los amores ridículos tuvieron tiradas de 150.000 ejemplares. Tras la invasión rusa, fue usted apartado de su cátedra de la academia cinematográfica y todos sus libros desaparecieron de las estanterías de las bibliotecas públicas. Unos años más tarde, su mujer y usted echaron unos cuantos libros y algo de ropa al maletero del coche y no pararon hasta llegar a Francia, donde se ha convertido en uno de los autores extranjeros más leídos. ¿Cómo se siente ahora, en su condición de emigrante?
KUNDERA: Para un escritor, la experiencia de vivir en varios países es una bendición. No se puede entender el mundo sin verlo desde varios lados. Mi último libro [El libro de la risa y el olvido], que nació en Francia, se desarrolla en un espacio geográfico especial: los hechos que ocurren en Praga están vistos con ojos de europeo occidental, y, en cambio, lo que ocurre en Francia se ve con ojos de Praga. Es la conjunción de dos mundos. Por un lado, mi país natal: en el breve transcurso de medio siglo, ha conocido la democracia, el fascismo, la revolución, el terror estalinista y la desintegración del estalinismo, las ocupaciones alemana y rusa, las deportaciones en masa, la muerte de Occidente en su propia patria. De modo que está hundiéndose bajo el peso de la historia y mira el mundo con inmenso escepticismo. Al otro lado, Francia, que fue el centro del mundo durante varios siglos y que ahora padece la ausencia de grandes acontecimientos históricos. Por eso le encantan las posturas ideológicas radicales. Es la expectativa lírica y neurótica de alguna hazaña propia, que sin embargo no va a producirse, ni se producirá nunca.
ROTH: ¿Vive usted en Francia como un extranjero o se siente culturalmente en casa?
KUNDERA: Soy muy amante de la cultura francesa, enormemente, y le debo muchísimo. Sobre todo en lo que se refiere a la literatura antigua. Rabelais es el escritor que yo más quiero entre todos los escritores. Y Diderot. Jacques el fatalista (N. de la R.: de Diderot) me gusta tanto como Lawrence Sterne. Son los mayores experimentos en forma de novela que se han hecho nunca. Y son experimentos, por así decirlo, divertidos, gozosos, llenos de alegría; algo que hoy en día ya no existe en la literatura francesa y sin lo cual todo pierde significación, en el campo del arte. Sterne y Diderot conciben la novela como un gran juego. Descubrieron el humor de la forma novelística. Cuando oigo esas eruditas exposiciones donde se explica que la novela ha agotado sus posibilidades, me doy cuenta de que pienso exactamente lo contrario: en el transcurso de la historia, la novela ha perdido y dejado de explotar muchas de sus posibilidades. Así, muchos impulsos para el desarrollo de la novela que están ocultos en Sterne y Diderot no han sido recogidos por ninguno de sus sucesores.
ROTH: El libro de la risa y el olvido no se da el nombre de novela; no obstante, usted declara en el texto: "Este libro es una novela en forma de variaciones". De modo que ¿es o no es una novela?
KUNDERA: En lo que atañe a mi juicio estético personal, es realmente una novela; pero no pretendo imponerle esa opinión a nadie. Hay una enorme libertad latente en la forma novelística. Es un error pensar que la esencia de la novela está en una determinada estructura típica.
ROTH: No obstante, algo habrá que convierta un libro en una novela y que limite tanta libertad.
KUNDERA: Una novela es una larga pieza de prosa sintética basada en un argumento con personajes inventados. Esos son los únicos límites. Cuando digo sintética, me refiero al deseo del novelista de asir su tema desde todas las perspectivas y del modo más completo posible. El ensayo irónico, la narrativa novelística, el fragmento autobiográfico, el hecho histórico, la fantasía libre… No hay nada que la capacidad de síntesis de la novela no logre combinar en un todo unitario, como las voces de la música polifónica. La unidad de un libro no tiene por qué derivarse del argumento, porque también puede suministrarla el tema. En mi último libro hay dos temas: la risa y el olvido.
ROTH: La risa siempre ha sido algo cercano a usted. Sus libros provocan la risa por medio del humor o la ironía. Cuando sus personajes han de enfrentarse al dolor es porque tropiezan con un mundo que ha perdido el sentido del humor.
KUNDERA: Aprendí a valorar el humor durante la época del terror estalinista. Tenía yo veinte años. Para identificar a alguien que no fuera estalinista, al que no hubiera que tenerle miedo, bastaba con fijarse en su sonrisa. El sentido del humor era una señal de identificación muy fiable. Desde aquella época, me aterroriza la idea de que el mundo está perdiendo su sentido del humor.
ROTH: En El libro de la risa y el olvido, sin embargo, hay otras cosas en juego. En una pequeña parábola, compara usted la risa de los ángeles con la risa del diablo. El diablo ríe porque el mundo de Dios no tiene sentido para él; los ángeles ríen de alegría, porque en el mundo de Dios todo tiene su sentido.
KUNDERA: Sí, el hombre utiliza la misma manifestación fisiológica -la risa- para expresar dos actitudes metafísicas distintas. Si de pronto a alguien se le cae el sombrero encima del ataúd, en una tumba recién abierta, el entierro pierde todo su sentido y nace la risa. Dos enamorados corren por un prado, cogidos de la mano, riéndose. Su risa no tiene nada que ver con ningún chiste ni con ninguna clase de humor: es la risa seria de los ángeles cuando manifiestan su alegría de existir. Ambas modalidades de risa forman parte de los placeres de la vida, pero, llevados al extremo, también indican un apocalipsis dual: la risa entusiasta de los fanáticos-ángel, tan convencidos de su importancia en el mundo, que están dispuestos a colgar del cuello a todo el que no comparta su alegría. Y la otra risa, procedente del lado opuesto, la que proclama que nada tiene ya sentido, que hasta los entierros son ridículos y que el sexo en grupo es una mera pantomima cómica. La existencia humana transcurre entre dos abismos: a un lado, el fanatismo; al otro, el escepticismo absoluto.
ROTH: Lo que ahora llama usted risa de los ángeles es una nueva manera de denominar la «actitud lírica ante la vida» de sus novelas anteriores. En una de sus novelas, dice usted que la era del terror estalinista fue el reino del verdugo y del poeta.
KUNDERA: El totalitarismo no es sólo el Infierno, sino también el sueño del Paraíso: el antiquísimo sueño de un mundo en que todos vivimos en armonía, unidos en una sola voluntad y una sola fe comunes, sin guardarnos ningún secreto unos a otros. También André Breton soñaba con este Paraíso cuando se refería a la casa de cristal en que ansiaba vivir. Si el totalitarismo no hubiera explotado estos arquetipos, que todos llevamos en lo más profundo y que están profundamente arraigados en todas las religiones, nunca habría atraído a tanta gente, sobre todo durante las fases iniciales de su existencia. No obstante, el sueño del Paraíso, tan pronto como se pone en marcha hacia su realización, empieza a tropezar con personas que le estorban, y los regidores del paraíso no tienen más remedio que edificar un pequeño gulag al costado del Edén. Con el transcurso del tiempo, el gulag va creciendo en tamaño y perfección, mientras el paraíso a él adjunto se hace cada vez más pobre y más pequeño.
ROTH: En su libro, el gran poeta francés Paul Éluard se eleva hacia los cielos con el Paraíso y el gulag, cantando. ¿Es auténtica esta anécdota?
KUNDERA: Después de la guerra, Éluard abandonó las filas del surrealismo para convertirse en el mayor exponente de lo que podríamos llamar «poesía del totalitarismo». Cantó la fraternidad, la paz, la justicia, el mañana mejor, la camaradería, en contra del aislamiento, a favor de la alegría y en contra del pesimismo, a favor de la inocencia y en contra del cinismo. Cuando, en 1950, los dirigentes del Paraíso sentenciaron a un amigo suyo, el surrealista Závis Kalandra, a morir en la horca, Éluard no se permitió ningún sentimiento de amistad: se puso al servicio de los ideales suprapersonales, declarando en público su conformidad con la ejecución de su camarada. El verdugo matando, el poeta cantando.
Y no sólo el poeta. Todo el período del terror estalinista fue un delirio lírico colectivo. Es algo que ya está completamente olvidado, pero resulta de crucial importancia para entender el caso. A la gente le encanta decir: qué bonita es la revolución; lo único malo de ella es el terror que engendra. Pero no es verdad. El mal está presente ya en lo hermoso, el Infierno ya está contenido en el sueño del Paraíso; y si queremos comprender la esencia del Infierno hemos de analizar también la esencia del Paraíso en que tiene origen. Es extremadamente fácil condenar los gulags, pero rechazar la poesía totalitaria que conduce al gulag, pasando por el Paraíso, sigue siendo tan difícil como siempre. Hoy, no hay en el mundo nadie que no rechace de modo inequívoco la noción del gulag, pero todavía queda mucha gente que se deja hipnotizar por la poesía totalitaria y se pone en marcha hacia nuevos gulags al son de la misma canción lírica que entonaba Éluard mientras planeaba sobre Praga como un gran arcángel del lirismo, con el humo del cadáver de Kalandra elevándose al cielo desde la chimenea del crematorio.
ROTH: Lo característico de su prosa es la constante confrontación entre lo privado y lo público. Pero no en el sentido de que el telón de fondo de los relatos privados sea lo público, ni de que los hechos políticos invadan las vidas privadas. Es, más bien, que usted continuamente nos está haciendo ver que los hechos políticos están gobernados por las mismas leyes que los privados, logrando así que su prosa se convierta en una especie de psicoanálisis de la política.
KUNDERA: La metafísica del hombre es la misma en la esfera privada que en la pública. Tomemos, por ejemplo, el otro tema del libro, el olvido. Éste es el gran problema privado del hombre: la muerte en cuanto pérdida del yo. Pero ¿qué es el yo? Es la suma de todo lo que recordamos. Así, lo que nos aterroriza de la muerte no es la pérdida del futuro, sino la pérdida del pasado. El olvido es una forma de muerte que siempre está presente en la vida. Ése es el problema de mi protagonista femenina, que trata desesperadamente de preservar la evanescente memoria de su amado marido difunto. Pero el olvido es también el gran problema de la política. Cuando una gran potencia quiere despojar a un pequeño país de su conciencia nacional, acude al método del olvido organizado. Así está ocurriendo actualmente en Bohemia. La literatura checa contemporánea, en la medida en que aún conserve algún valor, lleva doce años sin imprimirse. Hay doscientos escritores checos proscritos, incluidos algunos que ya no viven, como Franz Kafka. Ciento cuarenta y cinco historiadores han sido destituidos de sus cargos, se ha vuelto a escribir la historia, se han echado abajo muchos monumentos. La nación que pierde conciencia de su pasado también va perdiendo gradualmente la conciencia de sí misma. Y, así, la situación política arroja una luz brutal sobre el problema metafísico ordinario del olvido, el que estamos enfrentando todo el tiempo, todos los días, sin prestarle atención. La política desenmascara la metafísica de la vida privada, la vida privada desenmascara la metafísica de la política.
ROTH: En la sexta parte de su libro de las variaciones la principal protagonista, Tamina, llega a una isla en la que sólo hay niños. Estos, al final, la acosan hasta la muerte. ¿Es un sueño, un cuento de hadas, una alegoría?
KUNDERA: No hay nada más ajeno a mí que la alegoría, es decir la historia inventada por el autor para ilustrar alguna tesis. Los hechos, reales o imaginarios, han de tener significado per se, y el lector ha de rendirse ingenuamente a su fuerza y su poesía. Siempre me ha perseguido esa imagen. Incluso, durante cierto período de mi vida, la soñaba de modo recurrente: alguien se encuentra de pronto en un mundo de niños, del que no puede escapar. Y la niñez, que tanto amamos y que tantos sentimientos líricos nos evoca, resulta ser un puro horror. Como una trampa. Este relato no es una alegoría. Pero mi libro es una polifonía en que los relatos se explican unos a otros, se iluminan, se complementan. El hecho básico del libro es el relato del totalitarismo, que deja sin memoria a los seres humanos y los convierte en una nación de niños. Todos los totalitarismos hacen esto. Puede, incluso, que nuestra edad tecnológica, entera, lo haga también, con su culto del futuro, su culto de la juventud y de la niñez, su indiferencia ante el pasado y su modo de desconfiar del pensamiento. En mitad de una sociedad incansablemente juvenil, cualquier adulto dotado de memoria e ironía se encontrará en la misma situación que Tamina en la isla de los niños.
ROTH: Casi todas sus novelas -de hecho, todos los episodios individuales del último libro- hallan su desenlace en grandes escenas de coito. Incluso la parte que lleva el inocente título de «Madre» no es sino una prolongada escena de sexo a tres bandas, con prólogo y epílogo. ¿Qué significa el sexo para usted, como novelista?
KUNDERA: Hoy que la sexualidad ha dejado de ser tabú, la mera descripción, la mera confesión sexual, resultan notablemente aburridas. Lawrence se nos ha quedado anticuado, e incluso Miller, con su lírica de la obscenidad. Y, sin embargo, ciertos pasajes eróticos de Georges Bataille sí que me han dejado una impresión duradera, quizá porque no son líricos, sino filosóficos. Tiene usted razón, todo lo mío termina en grandes escenas eróticas. Creo que toda escena de amor físico genera una luz extremadamente fuerte que pone de manifiesto, súbitamente, la esencia de los personajes, resumiendo su situación vital. Hugo hace el amor a Tamina mientras ella trata desesperadamente de pensar en las vacaciones perdidas con su difunto marido. La escena erótica es el foco en que convergen todos los relatos y donde se localizan sus más profundos secretos.
ROTH: De hecho, la última parte, la séptima, sólo se ocupa de la sexualidad. ¿Por qué es esta parte la que cierra el libro, en lugar de cualquier otra, como, por ejemplo, la sexta, que es mucho más dramática, con la muerte de la protagonista?
KUNDERA: Metafóricamente hablando, Tamina muere entre las risas de los ángeles. Por otra parte, a lo largo de toda la última sección del libro resuena la risa contraria, la que se oye cuando las cosas pierden todo su sentido. La imaginación traza una línea divisoria más allá de la cual las cosas empiezan a parecernos tan ridículas como carentes de sentido. Una persona se pregunta: ¿Tiene algún sentido levantarme por las mañanas, ir al trabajo, luchar por algo, pertenecer a un país, sólo porque así nací? El hombre vive muy cerca de esa frontera, y no es nada difícil que de pronto se encuentre al otro lado de ella. Es una frontera que está en todas partes, en todas las áreas de la existencia humana, e incluso en la más profunda y biológica de todas: la sexualidad. Y precisamente porque es la región más profunda de la vida, la pregunta que se plantea a la sexualidad es también la más profunda de todas. Tal es la razón de que mi libro de las variaciones no pueda terminar en ninguna otra variación, sino ésa.
ROTH: ¿Es, pues, éste el punto más lejano a que ha llegado usted en su pesimismo?
KUNDERA: Tengo siempre mucho cuidado con las palabras pesimismo y optimismo. Una novela no afirma nada: una novela busca y plantea interrogantes. No sé si mi nación perecerá y tampoco sé cuál de mis personajes tiene razón. Invento historias, las pongo frente a frente, y por este procedimiento hago las preguntas. La estupidez de la gente procede de tener respuesta para todo. La sabiduría de la novela procede de tener una pregunta para todo. Cuando don Quijote sale al mundo, éste se convierte en un misterio puesto ante sus ojos. Tal es el legado de la primera novela europea a toda la historia de la novela que vino después. El novelista enseña al lector a aprehender el mundo como pregunta. Hay sabiduría y tolerancia en esta actitud. En un mundo edificado sobre verdades sacrosantas, la novela está muerta. El mundo totalitario, básese en Marx, en el Islam, o en cualquier otro fundamento, es un mundo de respuestas, en vez de preguntas. En él no tiene cabida la novela. En todo caso, me parece a mí que hoy en día, en el mundo entero, la gente prefiere juzgar a comprender, contestar a preguntar. Así, la voz de la novela apenas puede oírse en el estrépito necio de las certezas humanas.
Philip Roth, El oficio: un escritor, sus colegas y sus obras, Debolsillo, 224 páginas.