martes, 7 de mayo de 2013

EVITA: Nació un 7 de mayo de 1919 en Los Toldos (Bs.As. –Argentina)



La figura de Evita navega entre el sentimiento, la memoria y la historia.

Cada uno de nosotros se apropia de ella, y construye su imagen de esta mujer que, desafiando los tiempos que le tocaron vivir, le puso el cuerpo a sus sueños, para hacerlos realidad en su pueblo.

Evita vive en muchos desde el amor, en otros desde el odio, en la mayoría desde el reconocimiento a una mujer que realizó en siete años una acción única en el país. Hoy, en el siglo XXI, es la encarnación de un mito que signa nuestra historia.
Cada argentino construye su Eva: 

Eva Duarte, la pequeña niña del interior bonaerense que se transformó en actriz reconocida. Eva Perón, la esposa del líder amado, líder ella misma, responsable de cambios mayúsculos en la sociedad argentina.

Evita, el mito, figura admirada en el mundo entero, agigantada por su muerte prematura.
La necesidad de rescatar a la mujer sepultada tras el mito y de contribuir al conocimiento histórico de la figura de Eva Perón desde una perspectiva científica, fue el germen del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón, creado en 1998, en el ámbito de la Secretaría de Cultura de la Nación.

El Museo Evita es parte esencial del mismo. Después de muchos sueños y lucha, fue puesto en marcha el 26 de julio de 2002, en el cincuentenario de su muerte. Es un espacio dinámico, que permite el encuentro con el personaje sin intermediarios. Se puede sentir, conocer y comprender a Evita, a través del juicio crítico que permite un acercamiento a su historia real, a sus vivencias, a sus alegrías y a sus dolores.

Arq. Cristina Álvarez Rodríguez
 

lunes, 6 de mayo de 2013

Off Tópic: Sin una justicia independiente, corre riesgo la democracia... / Gabriela Knaul



 Las acusaciones del gobierno de Cristina Kirchner no parecen haber asustado a Gabriela Knaul. "Soy independiente y cumplo mi obligación de señalar que algo me preocupa mucho", dice la relatora especial de la ONU para la independencia de los jueces y abogados.

No sólo ratifica el contenido de la declaración que enardeció a la Cancillería sobre el peligro que ve en la reforma judicial impulsada por el kirchnerismo. Advierte, en diálogo con LA NACION, que "el riesgo es que se pierda la democracia" y revela que desde el año pasado espera una respuesta del Gobierno para encabezar una misión oficial que analice la situación del sistema tribunalicio en el país. "No me dijeron ni que sí ni que no", se lamenta.

Atiende en Cuiabá, en el Mato Grosso brasileño, su tierra. Llegó hace poco de Moscú, donde pasó 11 días monitoreando el poder judicial ruso. Al momento del diálogo, no había recibido aún las respuestas a sus dudas sobre la reforma que el Gobierno dijo haberle enviado a primerísima hora. Tampoco conocía el segundo y furibundo comunicado del canciller Héctor Timerman en queja por su declaración del martes. Jueza penal en uso de licencia, famosa por la severidad de sus informes, Knaul repite a cada rato detalles de los proyectos sobre el Consejo de la Magistratura y sobre las medidas cautelares. "Me informé mucho antes de hablar", explica. E insiste en la necesidad de diálogo para "profundizar y no limitar" la independencia judicial.

Habrá visto la reacción del Gobierno, que la acusó de ser parcial, de seguir la agenda de la oposición. Hasta reclamó que sea cesada en el cargo. ¿Cómo lo toma? -A mí no me llegó nada oficial. Nadie en Ginebra me reprochó nada. Yo manejo denuncias de todo el mundo sobre peligros para la independencia judicial y mi misión es actuar.

- El Gobierno dijo que la denunció ante sus superiores. ¿No la reprendió nadie?  -Lo que yo sé es que pidieron hablar en Ginebra con la persona que coordina los procedimientos especiales. Ella les explicó el procedimiento de las declaraciones y de los comunicados de prensa. Y que los cargos como el mío son independientes. Pero no hubo una denuncia.

- Hay un comunicado oficial de la Cancillería, en el que se la acusa de extralimitarse en sus funciones al opinar sin esperar las respuestas del Gobierno.  -Yo no vi ninguna denuncia oficial. Lo que hice fue cumplir con mi deber. Envíe la semana pasada mis preguntas y dejé sentada mi preocupación. Ojalá lleguen pronto las respuestas y se pueda dialogar.

- ¿Le había pasado antes que la acusaran así después de una declaración?  Sólo una vez, en Venezuela, cuando en 2009 encarcelaron a la jueza [María Lourdes] Afiuni y lo denuncié. Después, con el tiempo, pudimos iniciar un proceso de diálogo.

- ¿Cómo le llegó la alerta sobre la reforma argentina?-Recibí una denuncia. Como hago siempre, consulté otras fuentes y pedí los proyectos para leerlos en profundidad. Entonces, decidí enviar la carta al Gobierno, expresando mis temores sobre algunos puntos.

- ¿Quién hizo la denuncia?-Por mandato, yo debo proteger la identidad de las fuentes.

- ¿Qué es lo que más le preocupó al estudiar la reforma?-Acá estamos hablando del principio de separación de poderes. De reformar un poder del Estado, con el riesgo de perder los pesos y contrapesos del sistema. Si se pierden esos checks and balances se pierde la democracia. Perder la independencia judicial es eso. Yo tengo la obligación de expresar mi preocupación y tratar de evitarlo.

- ¿Dice, entonces, que está en riesgo la democracia en la Argentina?- En la medida en que se pierda la independencia judicial se corre ese riesgo. Por eso es tan importante abrir un diálogo.

- La reacción del Gobierno no parece abrir muchas expectativas.- Yo sigo esperando que se pueda dialogar.

- ¿Qué imagen tiene del Poder Judicial argentino?- Tiene un buen grado de independencia. Está manejando casos de gran relevancia histórica, como los juicios sobre la dictadura. Pero a la independencia judicial hay que monitorearla siempre. Los jueces deben decidir con imparcialidad y si eso está en riesgo, los que sufren son los ciudadanos.

- ¿Cree que fue suficiente el debate de las leyes?- El debate en el Parlamento de un tema así debería tener un seguimiento de la sociedad civil. La independencia judicial no es una cosa sólo de parlamentarios. El Poder Legislativo también tiene que ser independiente para decidir.

- ¿Conoce antecedentes de que el órgano de selección y control de jueces se integre a partir del voto popular? -Sólo en Estados Unidos se ha usado el sistema de elección popular de jueces. Pero la mitad de los Estados lo ha abolido. Las campañas son muy caras y someten a los jueces al poder económico. Hay muchas sospechas de corrupción.

- Pero en esos casos no se los obliga a sumarse a un partido político como pasará con los jueces, académicos o profesionales candidatos al Consejo de la Magistratura.-No, claro. La vinculación político-partidaria de los jueces plantea un riesgo muy grave para el Consejo de la Magistratura. También es preocupante el cambio de las mayorías, que pueda abrirse un proceso de remoción de jueces con la mitad más uno de los votos y no con dos tercios, como fue hasta ahora. La Justicia no es un órgano político.

- ¿Cree que el Gobierno quiere poner el Poder Judicial a su servicio, como plantea la oposición? -Espero que no. La propuesta debería mirarse con calma. Además, habrá que considerar si es constitucional o no. Tiene que funcionar todo el sistema. Espero que el intento de reforma sea para fortalecer la independencia judicial, no para recortarla.

- ¿Cómo toma el argumento oficialista sobre la necesidad de que los tres poderes respondan a la voluntad del pueblo?

-La mejor respuesta que le puede dar el Poder Judicial al pueblo es garantizar los derechos de los ciudadanos, contener los abusos de poder. Su papel no es político, es técnico.

- ¿Qué puede hacer ante la reacción del Gobierno?- Voy a seguir monitoreando la situación. Veremos si toda la reforma se aprueba y qué pasa después en la Justicia.

- ¿Podría encabezar una misión a la Argentina? -El año pasado le envíe una carta al gobierno argentino en la que le pedí autorización para ir en misión oficial, entrevistarme con organismos oficiales, opositores, profesionales y hacer un informe completo de la situación para enviar al Consejo de Derechos Humanos de la ONU. No me respondieron ni sí ni no. Estoy todavía esperando.

- Parece difícil, a juzgar por la respuesta a su declaración.  -Mi percepción es de preocupación; que haya garantías de respeto a la independencia del Poder Judicial. Vamos a insistir; es un tema fundamental para el país..

Por Martin Rodriguez Yebra | LA NACION

Daniel Diaz / Bibliotecario Argentino 

"La biblioteca es el lugar del ejercicio público de la razón" Gabriel Naudé

viernes, 3 de mayo de 2013

En la Feria: cómo comprar los mejores libros con sólo 50 pesos


Si usted sufre, como yo, de una marcada fobia a las multitudes, a los turistas, a la publicidad y las promociones, a la folletería, al ruido, a los anuncios de los altoparlantes, a los espacios cerrados, a los bestsellers, a las colas de descuentos y firmas de ejemplares, a los actos y las conferencias, a los stands de las colectividades y a la gente que va a la Feria del Libro de Buenos Aires a pasear en familia, creo que me va a agradecer este artículo. La propuesta es la siguiente: pasar el menor tiempo posible dentro del predio de la Rural de Palermo (una hora será el tiempo límite) para evitar el pánico desatado por cualquiera de los factores mencionados más arriba, gastar poco dinero (cincuenta pesos o menos: cuatro atados de cigarrillos, medio kilo de lomo o cinco dólares en el mercado paralelo) y salir, como mínimo, con un buen libro bajo el brazo.


La primera instrucción a seguir es entrar por la puerta de la Avenida Sarmiento y zambullirse enseguida en el que llamaremos el "pabellón de los pobres", que en esta edición es el que está designado con el color azul. Hasta hace un par de años, la única entrada posible a la Feria, si uno ingresaba por Sarmiento, era por el stand del diario Clarín; pero como al gobierno nacional eso le resultaba intolerable, sugirió abrir las puertas que siempre estaban clausuradas y que ahora se muestran abiertas al inmenso stand de Presidencia de la Nación. Segunda instrucción: esquivar ese monumento a la fealdad construido con caños y libros lo más rápido posible: todo a su alrededor se despliega una colección de puestos de librerías de usados y de saldo, en el que siempre es un placer remover escombros y encontrar algún que otro hallazgo.


La primera instrucción a seguir es entrar por la puerta de la Avenida Sarmiento y zambullirse enseguida en el que llamaremos el "pabellón de los pobres", que en esta edición es el que está designado con el color azul


En el stand de la Librería de las Luces (número 304) se puede comprar Carta al padre de Franz Kafka (10 pesos), La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa (20 pesos) o Las armas secretas de Julio Cortázar (40 pesos). Cerca de allí, en El Aleph (stand 210), se pueden conseguir los retratos de Vida de vivos de María Moreno (29 pesos) y los ensayos reunidos en Conceptos de filosofía de la historia de Walter Benjamin (48 pesos). A pocos metros, en Galerna (304), están Infancia y Juventud, los dos libros de J.M. Coetzee, a 55 pesos cada uno (pagando en efectivo se realiza un diez por ciento de descuento, por lo que el precio queda en 50 pesos redondos). Siempre sin salir del Pabellón Azul, ahí nomás, en Roberto Basilico (stand 610), se puede comprar la gran crónica de Norman Lewis titulada Nápoles, 1944 a apenas 10 pesos, y la interesante guía de la sueca Erika Lust Porno para mujeres (30 pesos). En Canal de Ventas (stand 515) venden el clásico pacifista de Dalton Trumbo Johnny cogió su fusil (30 pesos) y una de las mejores novelas del escritor brasileño Ferréz: Manual práctico del odio (también a 30 pesos). En Edicol (stand 415) exhiben la biografía de la primera mujer de Raymond Carver, Maryann Burk Carver, que se llama Así fueron las cosas (40 pesos). Y también tienen a precio de remate (10 pesos) Los cien días de Joseph Roth. En Librería Libertador (un clásico de los saldos de la Calle Corrientes, que ocupa el stand 422) venden A este lado del paraíso, de Scott Fitzgerald, a 20 pesos, y la Antología personal de Jorge Luis Borges a 22. En el 529, de Gradfico, se consiguen los cuentos de Dublineses, de James Joyce, a apenas 24 pesos. Y en El Túnel Libros (stand 222) hay viejas revistas El Péndulo (una debilidad de coleccionistas) a 15 pesos y al mismo precio se consiguen Los siete locos o El juguete rabioso, de Roberto Arlt. También, en el mismo stand, están a la venta La liebre de la Patagonia de Claude Lanzmann (30 pesos), la novela Toda la verdad de Juan José Becerra (otros 30) y los cuentos de Bestiario de Cortázar, a 40.


Uno puede comprar alguno o todos estos libros recorriendo muy pocos metros en menos de una hora, y escapar raudamente


Uno puede comprar alguno o todos estos libros recorriendo muy pocos metros en menos de una hora, y escapar raudamente. Pero si en verdad los libros son su debilidad, cuenta con algo de tiempo o ya tiene uno o todos los que se mencionaron más arriba, haga lo mejor que se puede hacer sin desplazarse en lo más mínimo: extienda el límite de su tarjeta de crédito y úsela a discreción en el stand de Jorge Walduther, también en el Pabellón Azul. Recorra despacio las mesas con novelas y ensayos (la mayoría importados de España) que pocas veces encontrará en las librerías argentinas. Walduther logró traer para la Feria una selección de los mejores sellos españoles, como Alpha Decay, Periférica, Nórdica, Errata Naturae, Acantilado, Atalanta y Libros del Asteroide. Revuelva, también, en la mesa que está al lado de la caja: encontrará ofertas de viejas ediciones de calidad como las de Alba y Montesinos. Si hay un lugar en donde vale la pena invertir una buena cantidad de dinero en libros, es allí...


Por Maximiliano Tomas |  Para LA NACION

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1578514-en-la-feria-como-comprar-los-mejores-libros-con-solo-50-pesos

A los Bibliotecarios....


Estimados/as colegas y amigos/as

Los  invitamos a divulgar y compartir las actividades Bibliotecológicas  de sus respectivas comunidades profesionales [Ponencias-articulos-opiniones-notas-reportajes-fotos-extensión cultural-denuncias-conferencias…] en el Foro Identidad Bibliotecaria de Buenos Aires – Argentina, donde convivimos más de 3000 colegas de la America Hispana, Brasil y España!

Que este ida y vuelta sea el vínculo con la informacion y solidaridad, sosteniendo el acceso a la medios de  informacion, educación y cultura a toda la comunidad!
    


Cordialmente
Grupo Identidad Bibliotecaria
                                                
                                                        Buenos Aires, mayo de 2013

martes, 30 de abril de 2013

El Alfabeto inspirado en el KAMA SUTRA


La artista francesa Malika Favre creó una tipografía inspirada en las posiciones del famoso libro. Su obra hizo furor en el Somerset House, en pleno centro de Londres.
Este alfabeto seguro que va a dar que hablar. Y así lo creó con gran sentido artístico, la artista francesa Malika Favre. Ella diseñó este alfabeto inspirado en las posiciones del Kama sutra, y logró que su reciente exposición en el Somerset London, un prestigioso centro cultural y de arte, en pleno corazón de Londres, sea furor total.
Favre es una reconocida ilustradora de origen francés, que actualmente vive en Londres y que ama el arte erótico.
"Me convocaron para ilustrar la portada de una nueva edición del Kama sutra. Y a partir de allí me interesó desarrollar una tipografía con sentido de arte erótico inspirada en esas posiciones tan amorosas. Estudié las propuestas tipográficas de los artistas de thekamasutra.co y desde allí realicé mi versión", declaró recientemente Favre en Londres.
Malika además de ser una reconocida ilustradora y a cargo de uno de los estudios de diseño gráfico más importantes hoy de Londres, colaboró con las principales revistas del mundo, entre ellas la innovadora Wallpaper y el dominical inglés The Sunday Times.
En el 2011 el editor Paul Buckley de Penguin Books US convocó a Favre para ilustrar una nueva edición de lujo del Kama sutra original de Vatsyayana, el escritor y religioso de la India autor de la versión del Kama sutra original.
A partir de este trabajo que tanto la interesó,  Favre decidió desatollar el set de las 26 letras del alfabeto con los dibujos inspirados en el Kama sutra.

domingo, 28 de abril de 2013

Suazilandia no queda tan lejos….



 

El rápido camino hacia Suazilandia / Por Marcelo A. Moreno

Suazilandia es quizá uno los países africanos más pobres. Casi el 70% de sus 1,2 millones de habitantes vive con menos de un dólar por día. De tantas desgracias, dos se destacan: es la nación del continente con mayor número de infectados de sida -cerca del 40%-, por lo cual la expectativa de vida no llega a los 50 años, y también el que padece la última monarquía absoluta.

Mswati III es el dueño de este reino que en nada se parece al de los cielos. Pero cuando cumplió hace pocos días 45 años, alcanzó el cielo con las manos al recibir treinta y dos BMW de regalo. El monarca está acostumbrado a los obsequios importantes: al cumplir 44, un amigo que prefirió el anonimato, le regaló un jet DC-9 que cuesta apenas unos 50 millones de dólares.

Este gobernante a quien le gusta portar lanza y usar taparrabos de piel de leopardo es hijo de Sobhuza II, que proclamó la independencia del país en 1968 y celebró elecciones algo restringidas en 1972. 

Como la oposición ganó tres puestos en unas Cámaras Legislativas cuya agobiante mayoría era de su partido, en 1972 abolió la Constitución, disolvió el Parlamento y prohibió los partidos políticos. Durante la transición entre padre e hijo en el trono algunas instituciones levantaron cabeza, por lo cual después de unas elecciones que no le cayeron del todo bien, el sucesor Mswati II ilegalizó las formaciones políticas en 2003, pudiendo ser electos sólo los súbditos a título personal.
Ahora las cosas andan en Suazilandia casi al paladar real. El monarca nombra a los parlamentarios - cuya función no es la de legislar-, lo mismo que a los jueces del Tribunal Supremo y del Tribunal de Apelaciones. Las agrupaciones políticas han sido nuevamente legalizadas pero, ¡ay!, ninguna pudo participar en las elecciones del 2003 debido a un decreto real de último momento. Sin embargo, no todas son buenas noticias para la realeza: pertinaces, florecen cada vez más partidos clandestinos en el reino.

Para gratificarse frente a estos sinsabores, Mswati II se casa una vez al año (tiene ya 14 esposas) luego de una solemne ceremonia en la cual miles y miles de vírgenes menores de 18 años desfilan pecho al aire ante él y su madre (entre ellos de Edipo no hablan). Luego de sopesarlas con el debido tacto, el rey y su mamá eligen a la afortunada nueva integrante del harén.
El grotesco de Suazilandia puede producir a un mismo tiempo horror y sonrisas. Los habitantes del país están entrenados en la desesperación y su déspota resulta mucho más monstruoso que ridículo.

Es muy difícil llegar a ser una nación como Alemania -según deseó, hace mucho tiempo, en un reportaje, la doctora de Kirchner-, como Noruega, como Dinamarca, como Nueva Zelanda o como Suiza, entre otras, en que las instituciones funcionan como relojes. Es más fácil, mucho más fácil, parecerse a la Rusia de Putin, a la Cuba de la dinastía Castro, a la Siria de la familia Al Asad o la Corea del Norte de los Kim, donde todo lo dicta una voluntad única.

Para integrar el primer grupo de naciones se requiere un arduo, insistente y delicado trabajo republicano, buscar equilibrios que terminen con las formas del atropello, venerar la ley con religiosidad, frenar arbitrariedades y personalismos, proteger a las minorías. En resumidas cuentas, que los ciudadanos gocen de sólidos derechos contra la tentación a la prepotencia que tienden a ejercer los Estados.

Para entrar en el segundo grupo, el camino, como todos los que descienden, es fácil. Y vertiginosamente rápido.

Para empezar, es necesario eliminar los organismos de autorregulación y autocontrol del Estado, haciendo que todas sus dependencias cumplan escrupulosamente las órdenes del poder central. Luego, perseguir y acorralar a la prensa indócil. Después, utilizar los medios de supervisión del Estado sobre las empresas y sindicatos autónomos para presionarlos y así someterlos a los deseos gubernamentales. Luego, reformar el Poder Judicial de tal manera que aprenda a obedecer puntualmente los anhelos de ese poder. Finalmente, reformar la Constitución y diseñarla al propio gusto para lograr que el hábito del poder devenga en caprichosa costumbre hereditaria.

Los recursos económicos para instalar este modelo no constituyen un secreto: se trata de saquear a manos llenas, sin falsos pudores, las arcas del país.
Así, lo que no logre la fuerza, lo podrán obtener los recursos de los desfalcos, el clientelismo o la demagogia. En resumidas cuentas, en esos países, los habitantes -ya no ciudadanos- carecen de derechos y quedan a la intemperie frente al poder.

De las desdichas ajenas no conviene ni resulta decente reírse. Entre otras cosas, porque Suazilandia no queda tan lejos.

jueves, 25 de abril de 2013

39.ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires

Desde el  25 de abril al 13 de mayo de 2013. La Rural, Predio Ferial de la ciudad Autônoma de Buenos Aires.
 

Lema: "Libros como puentes"

Los puentes unen riberas, ciudades, países. Pueden ser un simple tablón echado sobre unas rocas o una construcción que pone en juego la ingeniería más sofisticada. Duran siglos o se deshacen con la primera lluvia, pero siempre sirven para transportar a las personas de un lado al otro. A lo largo de la historia, los libros han demostrado que también son puentes fabulosos: entre abuelos y nietos, entre personas con distintas formaciones, entre ciudadanos de países distantes, entre lectores de la Edad Media y lectores del presente.

Este año, la Feria del Libro afianza los puentes que siempre tendió hacia las culturas de otros países, recibiendo como primer Invitado de Honor a una ciudad marcada por estas construcciones: Amsterdam. Por todos estos motivos, la Fundación El Libro elige como guía una imagen simbólica fuerte, que invita al público a salvar cualquier obstáculo y entrar, de lleno, al mundo de libros.
 

Aquí tenés  toda la programación para la Feria del Libro Internacional de Buenos Aires
http://www.el-libro.org.ar/internacional/programa

 
Agregamos  algunos links con información clave de la Feria:











miércoles, 24 de abril de 2013

Fernando Báez: símbolo y resistencia de un bibliotecario comprometido con su tiempo. [Reportaje]



Siendo niño, una inundación se llevó su biblioteca, hecho que marcó para siempre su vida y su obra. Incursionó en numerosos espacios de las ciencias sociales, investigó sobre la destrucción de libros. Acaso sin saberlo, ha construido una épica desde el sentido ético de la disciplina. El hombre que un buen día decidió esclarecer con sus investigaciones los patrimonios destruidos de la humanidad, el mismo que ha logrado enfrentar adversidades y obstáculos con coherencia y sacrificio personal.
A la manera de un Rimbaud, el escritor venezolano ha conocido prácticamente todo Oriente Medio, ahora nos dice que está investigando sobre la ruta trashasariana de los libros, visitando pueblos y recogiendo testimonios. Cuesta imaginar el alcance de su obra.
Actualmente su causa es motivo de ejemplo para los bibliotecarios involucrados con el rol social. No deja de aprender y de enseñar, confiesa ser un nómade incurable, difícilmente alguien pueda llegar tan lejos en la profesión. Un concurso de ensayos bibliotecológicos sobre la censura y la destrucción de libros lleva su nombre, aún se recuerda su discurso, celebrado en la Biblioteca Nacional de Argentina en diciembre de 2006.
Feliz paradigma del bibliotecario comprometido con su tiempo.

Palabras clave:
MEMORICIDIO; PATRIMONIO CULTURAL; BIBLIOCLASTIA; ROL SOCIAL BIBLIOTECARIO

Noticia biográfica:
Fernando Báez, venezolano, asesor de la UNESCO para Medio Oriente, está considerado como una autoridad en el campo del patrimonio cultural y tráfico ilícito de bienes culturales. En 2003 visitó Irak como miembro de las dis­tintas comisiones de la UNESCO que investigaban la destrucción de las bibliotecas y museos en esa nación. Doctor en Ciencias de la Información y Bibliotecas, es autor de 17 libros. Actualmente vive en Egipto, acaba de recibir una beca del gobierno de Qatar para investigar la ruta transahariana de los libros en la historia de Europa, África y Medio Oriente. Algunos libros suyos más conocidos: La destrucción cultural de Irak (2005), El saqueo cultural de América Latina (2008), Nueva Historia universal de la des­trucción de libros (Destino, España, 2011). Es Premio Internacional de Ensayo Vintila Horia de Ensayo y Premio Nacional del Ministerio de Cultura de Venezuela, Premio Mejor Libro Extranjero en Brasil. Fue Director de la Biblioteca Nacional de Venezuela en 2008.

Entrevista:

¿Por qué la Bibliotecología?

Me apasionan los libros, su historia, su contenido, su conservación, su significado como patrimonio cultural. Ahora que casi no se habla de bibliotecología, sino de ciencias de la información, el término mantiene su arraigo como disciplina científica para el estudio de las bibliotecas, que contrario a los pronósticos no mueren sino que se transforman. La bibliotecología está hoy en día más viva que nunca precisamente porque en la sociedad de la información es un reto participar en los cambios que provoca la globalización asimétrica que vivimos.

¿Recordás en qué momento o circunstancia pasó por tu mente ser bibliotecario?

Lo supe desde que era joven porque de chico me crié en la biblioteca pública pequeña de mi pueblo, San Félix de Guayana, junto al río Orinoco que elogió Julio Verne en su obra El soberbio Orinoco. Allí me dejaba mi madre para poder ir a trabajar arreglando ropa o vendiendo empanadas y mi padre, como era un abogado honesto, intentaba conseguir trabajo con muy poca suerte. Criarse en una biblioteca popular te hace sentir orgullo cuando ves un anaquel, cuando hablas con un bibliotecario.


¿Qué opinas del rol social del bibliotecario?

Sin un rol social, un bibliotecario es un zombi de una estructura tecnológica formulada para deshumanizar a quien acude a las bibliotecas, que no son museos del libro sino también centros de formación, centros de alfabetización, centros de formación de ciudadanía, centros de debate, centros culturales para el fortalecimiento de un buen plan de lectura popular, centros para apoyar la diversidad cultural.


¿Que lecturas recomendarías para estudiantes de bibliotecología?

A los jóvenes que se inician en este extraordinario destino que es ser bibliotecario les recomiendo Farenheit 451 de Ray Bradbury, La biblioteca de noche de Alberto Manguel, Una soledad demasiado ruidosa de Bohumil Hrabal, La biblioteca de Babel de Borges, 1984 de George Orwell, La biblioteca desaparecida de Luciano Canfora, Un golpe a los libros de Judith Gociol y Hernán Invernizzi, Nadie acabará con los libros de Umberto Eco y Jean-Claude Carrière, Las venas abiertas de América Latina de Eduardo Galeano, y creo que les haría mucho falta estar claros en lo que les viene encima y deberían leer esa maravilla que es Ideas de Peter Watson.


¿Qué estás leyendo actualmente? Y ¿cuál lectura te impactó? (no importa la disciplina, puede incluir literatura)

Leo mucho, leo intensamente, he descubierto que no puedo no leer. Tuve la suerte de descubrir por mi cuenta la literatura árabe, incluso la de la época de Al Ándalus, y eso me ha enriquecido en los tiempos más cercanos como lo hizo en su momento la literatura griega. Leo sin horarios preestablecidos, por gusto, por capricho, porque sí, porque soy feliz al leer, porque en mi enfermedad actual es un alivio. Ahora acabo de culminar la lectura deCivilización de Niall Ferguson, y casi siempre releo mucho. A mi edad, la relectura es una rutina, volver a Aristóteles, a Platón, a Plutarco, a Montaigne, a Alfonso Reyes, a George Orwell, a Stevenson, al Popol Vuh, a los grandes poemas prehispánicos de nuestra grandes culturas ancestrales, a Epicteto, a Hermann Hesse, a Cees Nooteboom, a Elías Canetti, a Paul Bowles, a Paul Auster, a Flann O´Brien y a mi gran favorito Rafael de Nogales Méndez, un escritor olvidado en Venezuela que adoro por encima de todos los autores de mi país.


Un concurso de ensayos bibliotecológicos mereció tu nombre ¿qué representa para vos el concepto biblioclastía?

Ciertamente, ese concurso fue un homenaje que me llegó al alma, organizado por Tomás Solari, un hombre que se ha comprometido con las grandes causas de la defensa de los bibliotecarios y el generoso y valiente Hugo García. Ningún homenaje de gobierno alguno me ha conmovido como lo que sucedió en Argentina cuando pusieron mi nombre a un concurso sobre la censura y la destrucción de libros. Eso me marcó, me dio claridad sobre lo bueno y lo malo que vendría. Tú eres parte de esa generación maravillosa que participó y dejó su nombre en el volumen final que quedó del concurso y Biblioclastía fue y sigue siendo un volumen mítico organizado por Tomás Solari y Jorge Gómez publicado por Eudeba. Siempre se usó iconoclastia para referirse a fenómenos de destrucción cultural, pero biblioclastía es indispensable para comprender barbaries como la de los nazis en 1933 o la de los militares en el sur en la década de los ochenta.


Se habla frecuentemente de la lenta desaparición del libro, incluso en foros de bibliotecología ¿Qué te provoca esta situación?

Primero debemos preguntarnos qué es un libro. Un libro es ante todo una tecnología de la memoria cuyo contenido cultural puede ser leído, oído o palpado debido a su presentación impresa o electrónica en forma compaginada. El libro es un instrumento perfeccionado por la evolución cognitiva adaptativa como resolución de una profunda necesidad social explícita de plasmar una guía más duradera en la supervivencia en la transmisión de corriente de ideas, datos o narrativas.  El libro reafirma el lazo de identidad que proporciona el lenguaje. Elizabeth Eisenstein ha mencionado tres de los efectos más notables de la imprenta: el empuje de la revolución científica, la Reforma Protestante y el redescubrimiento de los clásicos en la Italia del Renacimiento. Pero hay más: el poder del libro se ha manifestado en la creación de obras que se hicieron sagradas desde sus tiempos manuscritos: entre la Torá y el Talmud (Judaísmo), la Biblia (Cristianismo), El Corán (Islamismo), los Vedas (Hinduísmo) sustentan nada menos que las creencias devotas de 4 mil millones de personas. Esto sin contar la influencia prodigiosa de las Analectas de Confucio o el Tao Te Ching de Lao-Tsé en los países asiáticos. Desde una perspectiva social, no hay duda que cuatro libros han tenido un impacto directo sobre grandes giros en la mentalidad de los pueblos a lo largo de décadas y décadas: la Ilíada de Homero, la Cabaña del tío Tom de Harriet Beecher Stowe, El origen de las especies de Charles Darwin y el Manifiesto Comunista de Karl Marx y Friedrich Engels. Han sido tres revoluciones las que han modificado a la humanidad y cada una tiene que ver con el libro: el paso de lo oral a lo escrito, el paso de lo escrito a lo impreso y el paso de lo impreso a lo digital. En 2012, hay 192 países que son estados miembros de la ONU y otros 10 países no reconocidos, y en todos hay presencia de libros, algo que nunca antes había sucedido en el mundo. Decir que el libro está en sus finales es temerario porque ha llegado la era digital. Nadie cree que pueda cesar el lenguaje, pese al hecho indiscutible de que el hombre procede de especies que nunca supieron lo que era una palabra; nadie se atrevería sin soberbia a anunciar el fin de la escritura, que tiene sólo 5.500 años y el Homo Sapiens tiene 150.000 años. Pero hay un ensañamiento contra el libro desde sus comienzos y eso sigue. Es sorprendente.

Tus reflexiones sobre memoricidio y etnocidio permitieron vincular acciones de Estado con la depredación sistemática de la identidad ¿qué hay detrás del deseo por borrar la memoria y la identidad?.

Creo que el libro no es destruido como objeto físico sino como vínculo de memoria, esto es, como uno de los ejes de la identidad de un hombre o de una comunidad. No hay identidad sin memoria. Si no se recuerda lo que se es, no se sabe lo que se es.
A lo largo de los siglos, hemos visto que cuando un grupo o nación intenta someter a otro grupo o nación, lo primero que intenta es borrar las huellas de su memoria para reconfigurar su identidad. En el fenómeno del Auto de fé contra los libros es manifiesto que quienes lo realizan reconocen que no basta con el asesinato o encarcelamiento de un escritor o con el genocidio del pueblo que se ve retratado en el espíritu de ese texto. Es imprescindible ir a la raíz del problema y entender con suficiente precisión que el memoricidio es la base de la destrucción de obras y sus principales ideólogos están animados por un radicalismo que pretende instaurar verdaderas guerras de naturaleza política o religiosa. Así sucedió cuando quemaron los códices mexicas o mayas o los quipus incas, que fueron los primeros libros tridimensionales de la historia.

Fernando ¿qué fue lo que originó tu interés por investigar sobre la destrucción de los patrimonios?

Como he dicho, me crié en una biblioteca, pero la felicidad en que vivía se interrumpió abruptamente, porque el río Caroní, uno de los afluentes del río Orinoco, creció sin previo aviso e inundó el pueblo, no sin llevarse en sus corrientes los papeles que constituían el motivo de mi curiosidad. Acabó con todos los volúmenes. De esa forma, me quedé sin biblioteca, sin refugio y perdí parte de mi infancia, completamente arrasada por las oscuras aguas. A veces, en las noches siguientes, veía en sueños cómo se hundía La isla del tesoro de Stevenson y flotaba un ejemplar de Rubén Darío, Rómulo Gallegos o Ricardo Güiraldes. Ese terrible recuerdo ha dejado trazos indelebles en mi vida, mi obra.

A tu entender ¿Cual es el rol que debe cumplir una Biblioteca Nacional?

Es una pregunta difícil, mucha gente quiere saber por qué siendo el primer bibliotecólogo en ser Director de la Biblioteca Nacional de Venezuela apenas duré ocho meses. Voy a explicar qué sucedió porque me permitirá responder tu pregunta.
Mi experiencia personal en la Biblioteca Nacional de Venezuela fue una muestra de los duelos que tiene cualquier bibliotecario que quiera introducir cambios verdaderos. Llegue con todas las mejores expectativas, pero no me imaginaba que iba a encontrar un Instituto Autónomo escindido y resultó depender en la práctica del Ministerio de Cultura (sic), una Biblioteca con un reglamento anacrónico, un presupuesto enorme destinado en su 90% al pago de salarios, sin partidas suficientes de investigación y mantenimiento, con colecciones en peligro y con una visión pesimista del futuro entre los trabajadores y trabajadoras. Todo el mundo tenía grandes expectativas, algo complejo en un país hiperpolarizado políticamente entre los seguidores de Chávez y sus detractores, y la verdad es que no funcionó porque mi desconocimiento de la realidad venezolana era enorme debido a que había pasado mucho tiempo lejos.
Según el profesor Colin Higgins de Cambridge, en su ensayo "Library of Congress Classification: Teddy Roosevelt's World in Numbers?" (editado en la revista Cataloging & Classification Quarterly, Volumen 50, Nro. 4, 2012), yo he sido la primera persona en declarar una guerra cultural a la Biblioteca del Congreso de EEUU acusándola de imperialismo cultural, y eso los obligó a revisar sus catálogos y desacreditó su plan expansivo de participar en talleres de formación en América Latina, coordinados como instrumentos para transculturizar a nuestros pueblos por medio del sistema de información público. Yo rompí relaciones nada menos que con la IBM, que cobraba millones por manejar la base de datos desactualizada del catálogo principal de la propia Biblioteca en las instalaciones de una zona llamada Parque Central sin medidas de seguridad apropiadas; rompí relaciones con IFLA, que se ha convertido en una trinchera que sigue las pautas de EEUU en materia de información; rompí relaciones con trasnacionales que pretendían que se hiciera una licitación para un nuevo programa de catalogación con software privado.   
Para darte una idea de esa utopía que quise postular como plan de gestión, propuse una Biblioteca Nacional abierta las 24 horas, con una estructura multidimensional en lo tecnológico y cultural, propuse usar software libre en toda la Biblioteca, propuse integrar a los Colectivos Populares de los Barrios más pobres y a los Consejos Comunales. Propuse un Centro de Estudios de los Pueblos Indígenas y otro Centro de Estudios del Medio Oriente con Irán incluída, lo que causó un escándalo. Propuse y preparé los planos para construir la Gran Biblioteca Popular de Caracas en el Parque del Oeste, cerca de las instalaciones de un sitio que fue derrumbado y había sido una cárcel infame llamado Retén de Catia: quería que fuera un símbolo. Gané enemigos por todas partes, en todos los bandos, porque me resistí a ceder ante las fuerzas de un sistema de complicidades: duré ocho meses intensos que a muchos parecieron similares a un huracán. Irónicamente, la primera vez que se editó una Historia de la Biblioteca Nacional fue en mi gestión y ya tenía listos los diez primeros títulos de una colección de bibliotecología social. Se culminó el Primer Atlas de las Bibliotecas Públicas en Venezuela, que quedó inédito; se lanzó el Proyecto de Biblioteca Digital que buscaba integrarse a iniciativas de América Latina sin ayuda del monopolio de Google. Se implantó un Plan de Seguridad y se trajo a la Brigada Patrimonial del Ejército para proteger las instalaciones; se firmó un convenio con la UNESCO que quedó interrumpido para cursos y fortalecer el Centro de Conservación. Se firmó un convenio con Instituto de la Defensa Nacional para preparar un plan de protección del patrimonio bibliográfico. Durante la celebración de los 175 años de la Biblioteca logré que su imagen estuviera hasta en las tarjetas de teléfonos y la presencia mediática fue mundial porque diseñé una estrategia de choque frontal en todos los escenarios. Tuve la fortuna de tener un equipo de gestión de primera, sin esfuerzo colectivo hubiera sido imposible.
La Biblioteca Nacional de Venezuela, dicho sea de paso, era la hija mimada de EEUU, según la investigación que logré hacer:  fue hecha a imagen y semejanza de asesores de la biblioteca del Congreso desde 1953. Debo confesar que combatí el elitismo  intelectual, sin importar las consecuencias, no me interesaba jubilarme sino dar todo de mí en un momento clave del país y del mundo. Me las jugué todas contra el imperialismo cultural, y obviamente esta utopía provocó que me pidieran la renuncia, toqué intereses delicados y esto no iba a quedar impune. Me insultaron, me calumniaron con las barbaridades más injuriosas e inútiles, pagaron y estimularon una campaña de cagatintas irrelevantes para difamarme en portales de Internet, el propio Ministro de ese entonces (hoy destituido) usó todos los recursos que tuvo a su alcance para obligarme a renunciar, nunca me rendí porque nunca me rindo y el Ministro se vio obligado a solicitar un decreto desde la Vicepresidencia, de modo que se nombró un nuevo director (hoy también destituido ya) sin ejecutar legalmente mi salida. Alguien dijo que me querían preso y me alegré porque desde la cárcel podría producir un terremoto mediático internacional para alertar sobre lo que ocurría, tomando en cuenta que yo denuncié la destrucción cultural de Irak, se acobardaron y luego el tiempo me dio la razón para resistir toda infamia. Te confieso que no fueron ocho meses de tranquilidad sino de combate contra décadas de inercia, y todavía mi nombre es sinónimo de horror para los burócratas de izquierda o derecha, pero también es sinónimo de esperanza para los bibliotecarios jóvenes que quieren transformaciones que dejen atrás siglos de servidumbre cultural a EUUU en el manejo de la información. Y un día esto sucederá, quise dejar un antecedente.


Fuiste Director de la Biblioteca Nacional, escribiste libros, vivís dentro de la cultura de Oriente, estuviste en situaciones conflictivas, en Buenos Aires aún se recuerda tu encendido discurso sobre la destrucción de libros, defendiste un modo de entender el mundo ¿Como te ves dentro de unos años? ¿qué sigue? ¿te imaginás ligado a la docencia, a seguir publicando, tomar otros rumbos?

Me gusta el azar, soy un nómada incurable, Daniel. Hoy quiero conocer los sistemas de bibliotecas móviles de Medio Oriente y África y he visitado las bibliotecas de Camellos de Mauritania, Marruecos, Egipto y Malí, he recorrido parte de África ayudando a llevar libros a los niños, acabo de concluir dos libros de 600 páginas (en noviembre de 2012 sale el primero y es una sorpresa), estoy justo investigando la ruta transahariana de los libros, no hay un país del Medio Oriente que no haya recorrido, voy lo más lejos que puedo porque quiero dedicar mi vida a despertar la pasión por los libros, y me veo a mí mismo en marcha, en un rol social de apoyar a los más humildes y necesitados porque tenemos que vencer las barreras de un mundo que fomenta la competencia y no la solidaridad, un mundo que premia el egoísmo en lugar de reconocer que la cooperación es lo que hace humanos. Defiendo día tras día el patrimonio cultural porque es nuestra herencia, la que nos recuerda que nuestra supervivencia se debe a la revolución que pasó de la dependencia estrictamente biológica a la cultura.


Hace poco escribiste algo muy sentido sobre Hugo García, compartieron un encuentro memorable en la Biblioteca Nacional, recientemente se creó una Cátedra Abierta en su homenaje ¿qué recordás de aquel día?

Me entristece hablar de Hugo García porque ya está muerto y toda esa energía, toda esa ética, toda esa curiosidad, se ha perdido. Hugo era el mejor ejemplo de un bibliotecario con compromiso social. Pero por otra parte me siento orgulloso de haberlo conocido y compartido porque hoy puedo decirle a las nuevas generaciones que son hombres como Hugo García los modelos a seguir: todavía me viene a la memoria un escrito suyo sobre la censura, sus ideas sobre la formación, y la dirigencia sindical con conciencia crítica que necesitan las instituciones bibliotecarias. Para mí, Hugo García era uno de esos grandes seres que a su paso dejan una semilla para que sepamos que debemos insistir en el amor por lo que hacemos.


¿Cómo definirías a un bibliotecario?

Dado que han cambiado las condiciones en estos inicios del siglo XXI, un bibliotecario debe ser un activista del conocimiento al servicio de las transformaciones populares basadas en la transparencia de la información, en la defensa integral del patrimonio bibliográfico y un agente comunitario con una visión democrática que facilite la formación popular de un espíritu crítico y a la vez creativo, participativo, en las bibliotecas. Creo que el bibliotecario debe ser ante todo un luchador con responsabilidad social, partidario ante todo de la pluralidad cultural, defensor del libro como signo de identidad y con la capacidad de fomentar la lectura y la ciudadanía local y global. La crisis económica mundial ha puesto en evidencia que hay una corriente a favor de privatizar el conocimiento, recortar reivindicaciones laborales, constituir grandes latifundios informativos, y eso hay que enfrentarlo con principios cooperativos, con unidad sincera y consciencia popular.


¿Recordás la primera vez que entraste a una biblioteca? ¿como fue?

Borges dijo una vez que para él una biblioteca era el paraíso, uno de los mitos religiosos más potentes de las religiones conocidas. Para mí, que conocí la pobreza más ruda en mi infancia, una biblioteca siempre fue un refugio contra la desesperanza, contra la exclusión, contra la ignorancia, contra la soberbia, contra el dogmatismo. La primera vez que entré en una biblioteca de aldea era muy niño y mi madre me dijo: "Aquí te dejo junto a los que serán tus mejores amigos, los libros". Fue una iniciación, una forma extraordinaria de comprender que no sólo estaba en un lugar físico sino en una dimensión espiritual. Sin saberlo, la biblioteca se convirtió repentinamente en mi escuela para asumir con plenitud la importancia de la justicia, la vida y la memoria.

Nota: la entrevista fue publicada en la Revista Fuentes del Congreso de Bolivia en
Rev. Fuent. Cong., Diciembre 2012, vol.6, no.23. ISSN 1997-4485