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lunes, 16 de abril de 2012

Un juez ordena devolver los archivos de Megaupload a sus usuarios


Un juez de Virginia ha dado la razón a los abogados de MEGAUPLOAD, que
piden que el Departamento de Justicia RECUPERE los archivos para DEVOLVERLOS a sus propietarios legítimos.
Tras una audiencia celebrada el pasado viernes con los abogados de Megaupload, el juez Liam O'Grady, dictaminó que el Departamento de Justicia de los Estados Unidos debe colaborar con la compañía de Kim Dotcom, para devolver a sus usuarios los archivos que NO VULNERAN la propiedad intelectual.
Al intento de los abogados de Megaupload por conseguir la recuperación de los archivos, se sumó posiblemente una demanda de un empresario del estado de Ohio, que alojaba los documentos de su compañía en este servicio de alojamiento.

 Kyle Goodwin, propietario de una web que informa sobre las ligas universitarias de Ohio, se asoció con la Electronic Frontier Foundation para emprender acciones legales contra la justicia estadounidense y tratar de acceder así a los archivos de su compañía.
La directora de Electronic Frontier Foundation, Corynne McSherry, afirmó que lucharía para que los usuarios de Megaupload pudiesen recuperar sus archivos antes de que estos sean destruidos.
El pasado mes de enero la justicia estadounidense ordenaba el cierre de Megaupload, una de las compañías más importantes de almacenamiento de archivos.
Tras la intervención de la compañía, más de 180 millones de usuarios vieron como las autoridades de los Estados Unidos bloqueaban sus archivos y dictaban órdenes para su futura destrucción.
Gracias a la decisión del juez O'Grady, los usuarios de Megaupload por fin podrán recuperar sus documentos.

Fuente: http://www.gigle.net/un-juez-ordena-devolver-los-archivos-de-megaupload-a-sus-usuarios.

martes, 31 de enero de 2012

El cierre de Megaupload es casi como regar el desierto del Sahara / por Fernando Báez


Fernando Báez lleva años siguiéndole la pista al patrimonio cultural de la humanidad y el acceso al conocimiento. Cuenta que sus motivos quizás tengan que ver con enfrentarse a la biblioteca de San Félix, el pueblo de su niñez en la Guayana de Venezuela, inundada por el río Caroní, uno de los afluentes del Orinoco.

Fernando es bibliotecólogo, poeta, ensayista y novelista venezolano. Además es Licenciado en Educación, Doctor en Bibliotecología y reconocido por sus trabajos sobre la destrucción de libros y recientemente por su investigación sobre los destrozos que la invasión de Irak de 2003 en el patrimonio, temas que ha compartido en 'Historia de la Destrucción de Libros', 'La destrucción cultural de Irak' y 'El saqueo cultural de América Latina'.
Quisimos saber su opinión sobre las virtuales restricciones al compartir archivos a través de legislaciones que penalizan la descarga de archivos. Todo desde una perspectiva histórica.

En su calidad de autor ¿cómo ve usted el tema del libro flujo de contenidos en Internet de manera que respete el trabajo, muchas veces de años, de los autores, así como también un conocimiento compartido por la humanidad?
- Como cualquier profesional, el autor (al igual que el médico, el comunicador social, el obrero, el profesor), es sujeto de derechos y deberes. En mi caso, tengo un compromiso social, defiendo un socialismo utópico que no le hubiera gustado a Friedrich Engels, pero yo no tuve la ventaja como él de ser hijo de un industrial; yo no ejerzo el comunismo de salón, no me interesa poner una franquicia de izquierda con todo y oficinas en la sede de algún gobierno (y cuando lo he intentado ha salido mal por eso mismo); la izquierda la aprendí en la calle, no sin dificultades propias a los prejuicios de una generación fragmentada. He tenido una vida dura, y he trabajado durante años desde que tengo memoria, he sido corrector, vendedor de enciclopedias, librero, fui director de un diario de provincia que quebró a los meses, y me gusta el mundo del libro y de la prensa. Siento que si me pagan por escribir un libro es lo máximo, me siento contento porque puedo ayudar a la educación de mi hijo, comprar libros, viajar por destinos exóticos a donde sólo van los viajeros y no los turistas, ayudar a los amigos, compartir. Los escritores somos seres humanos, y es natural que como parte de un gremio pida simplemente que no nos dejen por fuera del debate y nos permitan vivir decentemente.

Desde una perspectiva histórica ¿qué ha pasado cuando los poderes inventan legislaciones que impiden el libre flujo del conocimiento?
- No ha pasado nada que no estuviera pasando. Bastaría advertir, en cualquier caso, que nunca ha habido un libre flujo del conocimiento: siempre ha sido una cuota del poder, los primeros archivos de la humanidad estaban destinados al control religioso y a la reivindicación de la propiedad en Mesopotamia y en Egipto. Los primeros escribas fueron sacerdotes dedicados a la administración de los bienes del templo, luego los escribas fueron esclavos de grandes monarcas, en la Edad Media y el Renacimiento eran monjes de nuevo, luego editores esclavizados por acreedores (no olvidemos que Gutenberg fue embargado y murió lleno de deudas). Después pasaron a ser talentos al servicio de mecenas religiosos o militares en los siglos XV hasta el siglo XIX, luego amanuenses de las corporaciones y universidades en el siglo XX y XXI y muy pocos (poquísimos) lograron romper esa cadena y expresar una información que pudiera realmente llamarse libre en 5.500 años de escritura. Desde el siglo XVI, el conocimiento es además un producto, en el capitalismo cognitivo la noción de mercado apunta hacia la apropiación del conocimiento como valor de utilidad ambiguo negociable; sin embargo, Internet no estaba en la mente de Karl Marx ni de Adam Smith y supone retos de pensamiento sobre la marcha. Me alegra que en la sociedad tengamos este debate y recomiendo no prestar atención al ruido sino a las propuestas concretas en términos prácticos.

¿Como ve usted las posibilidades que permite internet, como hoy la conocemos, respecto al libro flujo de conocimiento a través del dominio público de los contenidos?
- Es una transición en los medios de transmisión del conocimiento. Hay que tomarlo en cuenta porque a medida que crece el número de usuarios, que actualmente es de 2 mil millones de personas en su mayoría jóvenes, podríamos ver cómo se acelera, por una parte, la demagogia, y por otra, el intento de crear latifundios de datos. En un mundo en crisis como el que vivimos, es singular que se crea que Internet es un mundo aparte de lo humano: la verdad es que no deja de reflejar tensas situaciones colectivas. Hay muchas tendencias, muchos intereses, y en medio de todo una guerra cultural de consignas, propagandas, intentos de manipulación de datos, esfuerzos por establecer monopolios, debates sobre los objetivos de un proyecto que apenas tiene 40 años, muy poco tiempo para sacar conclusiones.

Además el ciberespacio es una tecnología que tiene un origen de uso militar…
- Sí, el año en que el hombre llegaba a la luna, en 1969, la Universidad de Los Ángeles de California (UCLA), el Instituto de Investigación de Stanford en San Francisco y el Pentágono crearon ARPANET, que es el origen de Internet, de modo que ante esta coordinación académica y militar no se puede ser inocente ni tampoco superficial. Hay grandes ventajas y grandes peligros, lo que ya se dijo cuando fue creada la televisión y los video juegos. Se ha naturalizado tanto que parece normal, pero es sorprendente su penetración y sus alcances. Internet crea adicción porque simplemente es alucinante.

¿Ve algún riesgo?
- Veo 2 grandes riesgos: el primero es la configuración de monopolios corporativos de núcleo duro que controlen la dirección de la información, ante un usuario consumidor. Lo otro es el control estatal que anuncie el libre acceso de los contenidos, siempre y cuando no le afecten sus intereses. Una situación curiosa que me llama la atención: los chinos, con todo y sus excelente dispositivos de seguridad y confiados además en el esfuerzo de la transferencia tecnológica, han sido transculturados por completo y por eso hay niveles de preocupación dado que han captado la esencia de la guerra cultural, que no querían estudiar porque una generación entera de analistas no entendía lo que estaba y sigue pasando. Los chinos son astutos, pero ahora están atrapados en la maquinaria de la globalización.

El cierre de Megaupload significó la pérdida de millones de contenidos de información (y no solo con derechos de autor, sino que también mucha gente subía contenidos para compartir en dicho portal)
- Estoy seguro de que el cierre de Megaupload se debió a una lucha con un competidor de suministro de contenidos más que una acción policial organizada. Yo me dedico a investigar y no a especular sobre estos temas. Son luchas entre bandas de lobos disfrazados de ovejas que quieren tomar el control del tráfico ilícito de datos, de extrema relevancia en las décadas que vienen para el dominio y la ingeniería de penetración cultural que opera: unos y otros se acusan entre sí para sacar de en medio a los rivales y a las policías corruptas del mundo les viene muy bien esta sensación popular de combate a lo que llaman piratería. No es simple piratería, un término banal, porque quienes acusan a los piratas informáticos son generalmente corporaciones inescrupulosas que corrompen estados para consolidar su monopolio de ventas y explotación de productos; quienes atacan a los piratas informáticos se mueren por contratarlos a su servicio; quienes combaten a los llamados piratas son operadores que cobran por datos utilizados; quienes acusan a los piratas son policías desmanteladas y fragmentadas que no vacilan en participar en escuchas ilegales o proteger a criminales a cambio de dinero.

Hay quienes han llegado a comparar dicho cierre con la destrucción de las bibliotecas o las quemas de libros.
- Esto es algo que va más allá: Megaupload ha destapado, como lo hizo Wikileaks, el inmenso tráfico ilícito de datos vigente, un negocio lucrativo que no tiene nada que ver con el encomiable deseo que tenemos muchos de socializar las fuentes del conocimiento y democratizar los contenidos para favorecer la investigación. La corrupción ha llegado a todas partes, y el cierre de Megaupload es casi como regar el desierto del Sahara con un gotero: sus competidores tienen respaldos que venderán y multiplicarán sus ofertas porque hay demanda. De modo que no es comparable a la quema de libros: hace poco se destruyó casi toda la Biblioteca de la Academia de Ciencias de Egipto y no había ningún respaldo, en medio de un silencio cómplice sobre sus responsables.

domingo, 22 de enero de 2012

Los progres de Hollywood amenazan a Obama: ‘o las descargas o nosotros’


El presidente estadounidense se encuentra en una encrucijada que puede dejarlo sin apoyos y sin fondos para su campaña de reelección.

Tras conocerse el cierre de Megaupload, gran parte de la atención está puesta en la reacción que tendrá el Ejecutivo de Barack Obama. Aunque ha intentado negarse oficialmente, a pocos se les escapa que esta actuación se ha realizado precisamente en un momento en que la polémica por las leyes SOPA y PIPA está en su máximo apogeo, convulsionando las redes sociales y recibiendo protestas desde todos los ámbitos.
Ante el vendaval levantado, esta misma semana la Casa Blanca envió un comunicado para aplacar los ánimos de los internautas donde se aseguraba que "no vamos a apoyar una legislación que reduce la libertad de expresión, aumenta el riesgo de la seguridad cibernética, o atente contra Internet en el mundo y su dinámica innovadora". Lo cual no pudo ser más contraproducente: los destinatarios del mensaje dieron escaso crédito a las intenciones buenistas del ejecutivo, y además logró violentar al lobby hollywoodiense, cuya reacción no se hizo esperar.

En una exclusiva en Deadline se contó cómo desde este sector se tomaron las declaraciones como una "declaración de guerra", ante el que tomarían "represalias". Esto es, retirar el apoyo a la campaña electoral de Barack Obama.

Los magnates de la industria del entretenimiento apuntaron que de persistir el Ejecutivo norteamericano en esta actitud, que a su juicio no ayudaba a "salir de la crisis a un sector tocado por la piratería", retirarían su apoyo a la campaña presidencial. Y no sólo su apoyo: también sus fondos.
Inmersos en la campaña por la reelección, la popularidad de Obama atraviesa uno de sus peores momentos, según las últimas encuestas, que sitúan al presidente empatado en intención de voto con el republicano Romney, en torno a un 37%. ¿Podrá el presidente salir reelegido sin el apoyo financiero de los magnates hollywoodienses? ¿Y sin todas las estrellas que habitualmente lo acompañan en sus mítines?

Una campaña sin estrellas y sin fondos
Tras el cierre de la web de descargas, se abre un escenario complicado para Obama, al que puede que se le marchite entre las manos la nutrida lista de apoyos -cantantes y actores, sobre todo- que la semana pasada hicieron oficial su apoyo al afro americano. ¿Continuarán apoyándolo Arcade Fire, Chris Cornell (Soundgarden) Counting Crows, Jack Johnson, Lady Antebellum, Alicia Keys, los Jonas Brothers, John Legend, Adam Levine (Maroon 5) Regina Spektor, Ricky Martin, Gwen Stefani, Wilco, Jessica Alba, Warren Buffet...?

Además, se da otra circunstancia curiosa con algunos artistas concretos como Alicia Keys. La cantante apoya a Obama, pero también a Megaupload. Poco tiempo ha transcurrido desde que ella, Snoop Dogg, Kanye West, Chris Brown, The Game, o Kim Kardashian o P Diddy aparecieran en un video mostrando su apoyo a la página de descargas. Conviene no olvidar que Universal, Sony, Warner o EMI son algunos de los grandes sellos detrás de estas personalidades, y que estas compañías pertenecen a la RIAA, la asociación estadounidense de empresas discográficas que más ha criticado estas plataformas. (Libertad Digital)
¿Cómo puede afectar al cloud computing el fin de Megaupload?

Megaupload permitía almacenar datos en la nube, que ahora se han quedado atrapados sin previo aviso por el cerrojazo del FBI.

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Más allá del debate sobre piratería, sobre si la acción del FBI es o no desmedida o sobre si las penas posibles de cárcel son o no excesivas, el cierre de Megaupload por una decisión policial estadounidense puede abrir también el debate sobre la seguridad del usuario frente al cloud computing.

Megaupload es, más allá del uso que se le de, un servicio de almacenamiento en la nube. Los usuarios pueden almacenar en los servidores de esta compañía sus datos, que no tienen por qué infringir los derechos de autor de nadie. Aunque existían usuarios que utilizaban el servicio Premium de la herramienta (que permitía saltarse todas las restricciones temporales) para poder acceder a los archivos de forma más rápida, también había quienes lo pagaba para poder almacenar y compartir información de la que eran legítimos propietarios.

Tras el cerrojazo que el FBI ha dado a las actividades de la compañía, toda esa información se ha quedado en un limbo. Los usuarios no pueden acceder a esos datos y no saben qué pasará con ellos, lanzado ya sus protestas en Twitter. El apagón fue tan inmediato que nadie tuvo tiempo a reaccionar y por tanto retirar sus archivos, que se han quedado atrapados por la investigación.

 "Puede que haya actividad ilegal en Megaupload, pero también hay mucha actividad legal, que ahora está amenazada", explica a la BBC Anthony Falzone, del Centro para la Internet y la Sociedad de la facultad de derecho de la Universidad de Stanford.
Aunque no es comparable (Megaupload era públicamente tachado como un site pirata y acusado por la industria del cine y de la música, algo que no sucede con otros sites de almacenamiento en la nube), el cerrojazo del site puede crear incertidumbre entre los usuarios que podrían refugiarse en firmas cloud con nacionalidades que blindasen su servicio ante cerrojazos sin aviso. Las empresas de almacenamiento en nube de Estados Unidos (desde Amazon hasta Google ofrecen esos servicios de una u otra forma) podrían verse perjudicadas.

Derecho a recuperarlos
Los consumidores españoles tienen derecho, como ha recordado Facua, a recuperar sus archivos. "Los usuarios de Megaupload tienen derecho a recuperar los archivos privados almacenados en sus servidores, por lo que el Gobierno estadounidense debe ponerlos a su disposición", alerta la organización de consumidores en un comunicado.

La asociación ha pedido al Gobierno español que reclame al estadounidense que devuelva a sus propietarios sus datos almacenados en la nube de Megaupload.


Fuente:  http://www.informadorpublico.com/Los_progres_de_Hollywood.html